martes, 28 de diciembre de 2010

Feliz 2011

Para terminar el año de una manera elegante, así como el año pasado, dejo un entretenimiento matemático de esos que se me aparecen cuando estoy esperando que empiece alguna reunión, tengo un lapicero en la mano y nada de ganas de pensar en el tema de la reunión. En esta ocasión me quedé pensando cómo haría para desear feliz año 2011 en este blog, así que me puse a jugar con las cifras del año. Así me vino la idea de expresar el año 2011 como una ecuación. Si este fuera problema matemático, podría decir que he encontrado diez soluciones. Este es el resultado.

Ahora que veo el gráfico, me pongo a pensar que este año ha debido ser muy aburrido para ponerme a hacer una cosa de estas. No importa. Lo que importa en este momento es que estoy deseando a todos los pocos o muchos lectores de este blog un feliz año 2011, y que todos tengamos algo de tiempo en qué ocupar nuestras cosas y no haciendo tonterías.

Saludos.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Sabiduría Sabinera

Joaquín Sabina es uno de esos tipos de los que uno espera siempre lo mejor al escucharlo: la frase precisa que resume una sabiduría aprendida a los golpes de vaso, entre los humos de los cigarros, en las altas horas. Me lo imagino naciendo en los siglos pasados como un trovador o un juglar, conquistando a las niñas con sus canciones, o incomodando a los grandes señores con sus verdades desnudas, por lo que se convierte en errante yendo de pueblo en pueblo. Más o menos como ahora.
Tal vez pudo ser un pícaro del siglo de Oro, compañero de Rinconete y Cortadillo, o del Lazarillo, siempre a salto de mata y repartiendo episodios picarescos por doquier. Aquí dejo algunas de las frases que más me gustan, extraídas de sus canciones:

Aprendí que estar quebrado
No es el infierno del Dante
Ni un currículum brillante
La lámpara de Aladino.

....
Al lugar donde has sido feliz
No debieras tratar de volver.

....
No pido perdón
Para qué, si me va a perdonar
Porque ya no le importa.

....
También en el infierno llueve sobre mojado
Lo sé, porque he pasado más de una noche allí

No supe cómo decirte,
Que el cielo está en el suelo,
Que el bien es el espejo del mal.

....
Para mentiras, las de la realidad
Promete todo, pero nada te da.

....
Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales,
no le quedan dos puntos suspensivos.

....
Antes de que me quieras como se quiere a un gato
Me largo con cualquiera que se parezca a ti.

....
A menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después.

martes, 21 de diciembre de 2010

Paseando con Papa Noel (repost)

Ahora que ya el ambiente navideño está en todo su ambiente, me fui a dar una vuelta por la ciudad a ver si encuentro algo que les pueda regalar a mis sobrinos. Cual no sería mi sorpresa al encontrar al mismísimo Papa Noel. No a alguien disfrazado de Papa Noel, sino al mero mero, al inimitable, al único. Me saludó con una gran sonrisa.
- ¡Hola Tonto! ¿Te acuerdas de mi, verdad?
- Claro que sí, Don Papa, me acuerdo que te metías por la ventana a mi cuarto, porque yo no tengo chimenea…
- Es cierto, es cierto, pero no me digas Don Papa, que suena feo, dime Don Nico, si quieres… Y si, pues… me acuerdo del perro que tenías, que le habías enseñado a darme la patita… buenos tiempos aquellos…
- ¿Te acompaño un rato? Así vamos conversando… Te puedo ayudar a cargar tu bolsa…
- Gracias… Ten cuidado nomás… Ahora es peligroso ser Papa Noel… Vas a ver…


En efecto, a la siguiente esquina nos atacó un furibundo comerciante.
¡Oe, Chombo! ¿Dónde te habías metido? ¡Seguro que has estado chupando otra vez! ¡Pero yo te voy a enseñar a llegar tarde, pedazo de…!
- Hey, cuidado, - intervine - Se está confundiendo de Papa Noel, este es el de a de veras…
- Oiga, tiene razón, este es disfraz fino… Disculpe, pero es igualito al Chombo…


Yo creía que eso era lo más raro de ver al pasear con Papa Noel, pero tal como me había dicho, eso no era nada todavía. Seguimos pasando y aparece un niñito que se ha separado de su madre. Se acerca, y sin decir nada le encaja a Papa Noel un furioso patadón, para luego irse corriendo, protegido por sus padres.
- ¿Qué pasó?
- No sé… Desde hace algún tiempo ocurre esto… Parece que alguien les enseña a los niños a patear a Papa Noel…
- Y eso que no has visto cómo agarran a los que se disfrazan de pollos… -
Le dije, con la esperanza de consolarlo en algo.


Ahora pasamos por un centro comercial, donde escuchamos mi peor pesadilla: Las canciones navideñas de Luis Miguel.
- Vámonos, Don Nico, cada vez que escucho esto me dan ganas de asesinar a alguien… A Luis Miguel, por ejemplo…
- Luis Miguel… Si, me acuerdo de él también… Le dejé de dar regalos porque se volvió un niño demasiado engreído…
- Ah… Y ahora se está vengando… Pero no te pongas triste, vámonos a otro sitio…


Pero no tenemos tiempo de irnos. Nos intercepta otro Papa Noel, pero este sí con barba falsa y panza de almohadón. Viene en son de guerra y le da un empellón a Don Nico.
- ¡Oiga! ¡Usted no puede estar aquí! ¡Este es mi territorio, y nadie más que yo trabaja aquí!
- Ya nos ibamos… Y además, demuestre usted un poco mas de respeto con el verdadero Papa Noel…
- ¿El verdadero? Sí, seguro… ¡Anda a contarle esa a tu vieja!


Ahora empiezo a entender lo difícil que debe ser la vida de Papa Noel. Por suerte se acerca un grupo de chiquillos.
- ¡Papa Noel! ¿Cuándo me traes mi PlayStation?
- ¡Papa Noel! ¡Mi Barbie Malibú con spa y centro de belleza!
- ¡Papa Noel! ¡A mí también! ¡Mi auto a control remoto!

- ¡Un momento, un momento! Dije, tratando de dispersar un poco la multitud. ¿Quién de ustedes se ha portado bien este año?
Casi me linchan por aquella pregunta. Pero Papa Noel, más canchero que yo, los recibe con ternura.
- A ver niños, cuéntenme lo bueno que han hecho este año… Yo sabré si están mintiendo…
Al ver el rostro del verdadero Papa Noel, los niños comprenden que será inútil tratar de engañarlo, y se van uno a uno.

- Así se está poniendo todos los años… Los niños se portan mal, y encima quieren que les den regalos…
Por un momento me asalta el temor de que Papa Noel también sea víctima de la depresión navideña, cuando llegamos a un cruce y uno de los niños que venden caramelos a los automovilistas se acerca. Sin decir nada, Papa Noel saca de su bolsa un juguete de madera sencillo, nada especial. Cuando el rostro del niño se ilumina al recibirlo, siento, sin saber porqué, que he presenciado un milagro.
- Ese juguete… ¿Qué tenía?
- Nada… Lo hice yo mismo… Soy carpintero ¿Sabes?
- Pero el niño…
- No tiene madre, y vive con un viejo que le hace vender en las calles… ¿Crees que hubiera sido mejor darle dinero o un juguete caro? Se lo habrían quitado y se habría quedado sin nada. Ahora tendrá algo de felicidad en esta Navidad…
- Entonces, los juguetes de la bolsa…
- Los he hecho todos yo mismo… Hace mucho tiempo, antes del traje rojo, los trineos y los árboles de Navidad, yo repartía juguetes de madera a los niños más necesitados, a cambio de ver la sonrisa de sus rostros… Poco a poco dejé de ser Nicolás y me convertí en Papa Noel, pero nunca he olvidado mi misión, aunque los demás parezcan creer que solo se trata de comprar cosas inútiles…


Me despedí de Don Nico. No pensaba que fuera Papa Noel quien me enseñara algo de lo que significa la Navidad…

PD. Este es un repost de una historia que escribí hace dos años.No quería dejar de poner una historia navideña este año, pero la inspiración me está faltando desde hace un tiempito. De todas maneras es una que me gusta bastante y la dejo para aquel que no la haya leído todavía. Feliz Navidad.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Historias mañaneras


Todas las mañanas sufro de un caso de doble personalidad entre mi yo responsable y mi yo tonto, que va más o menos así:
- ¡Levántate, ya es hora!
- ¿Tan temprano? ¡No jorobes, hombre, que recién agarraba viada con el sueño!
- ¡Vamos, que hay que chambear! ¿O tú crees que la plata te la regalan?
- Nadie se va a morir si llego un poquito tarde...
- ¡O te levantas o te hago ir otra vez sin desayuno!
- ¡Pucha que eres cargoso! ¡Ya! ¡Ya me levanté! ¿Contento?
- No, a menos que pretendas ir a trabajar despeinado y en pijama...
- Te diré que ganas no me faltan... Pero, en fin... De algo hay que vivir...

De ahí en adelante, mi yo inteligente toma el control hasta la noche en que regreso a mi casa, cuando mi yo tonto nuevamente sale a flote y de vez en cuando escribo estas tonterías sin sentido...


Y ahora, un cortipegado de yapa sobre el mismo tema, para el post no me salga tan cortito:

Buenas

Estás dormido.

Te despiertas y miras el reloj. Dice que son las 4:00 pm. Te levantas para abrir las cortinas y saludar a los pajarillos, a las nubes, al sol, a la vida.

Estás frente a la ventana, sonríes, abres rápidamente las cortinas y la madrugada te da una bofetada al mismo tiempo que te dice:

- "Eres un tonto, son las 4:00 am."

(Esto salió de: http://bailandoconmivirginidad.blogspot.com/2010/02/buenas.html)

lunes, 13 de diciembre de 2010

Muerto por tonto


Una vez que llegaron a la habitación, el detective Sherlock Janampa y su asistente encontraron al muerto tal como se lo habían descrito al llamarlo. Sentado con la cabeza sobre la mesa, donde aún estaba el frasco de pastillas ya vacío, y el vaso de cerveza que había servido para tomarlas y hacer el viaje quizá un poco más llevadero. En la mano tenía aún la nota suicida, que nadie se había atrevido a sacar todavía.

- ¿Quién llamó a la policía? – Preguntó a uno de los oficiales de guardia que le habían abierto la puerta.
- Los vecinos, mi jefe, que se quejaron del escándalo – respondió el oficial.
- Supongo que la bulla provenía de ese equipo ¿Verdad? Y el ruido era un disco de boleros cantineros ¿O me equivoco?
- Es cierto, jefe. ¿Cómo lo supo?

El detective no se dignó responder a esa pregunta. Había ya visto tantos casos en su carrera que podía identificar los detalles comunes sin apenas mirar el escenario del crimen. Además, dejar estas preguntas sin respuesta era lo que le había granjeado la reputación de ser el mejor detective de la policía. Es que el nombre de Sherlock Janampa había sido objeto de tantas bromas durante su niñez que decidió convertirse en detective para acallarlas. Era uno de esos casos en que el nombre hace al hombre.

Volviendo al muerto, la relación entre suicidios y boleros cantineros era tan cercana en su experiencia que Sherlock había pensado en desarrollar esa teoría para su examen de ascenso en la policía. Extrajo el papel que el occiso estrujaba en su mano sin vida. Era, también, una carta de suicidio común. Tan parecida a tantas otras que pensaba seriamente en investigar si alguien estaba publicando manuales para escribir cartas de suicidio para vender en los autobuses y los mercados. Era la clásica carta de no se culpe a nadie de mi muerte, mi enamorada me dejó por otro, todas esas cosas. No parecía faltar ninguno de los clichés del género. Sherlock volvió ahora su atención al frasco de pastillas. Allí fue cuando el rostro del hasta ahora impasible detective se iluminó. “Al fin un caso diferente a los demás” dijo en voz alta para que todos lo oyeran.
- Debe haber libros en esta casa ¿Dónde están?

Una vez ubicado un pequeño estante en el dormitorio, encontró sin dificultad el libro que buscaba. Decidió dar a los presentes una de esas lecciones que habían cimentado su fama dentro de la policía y que tan bien imitaban a las que había visto en las series de televisión de su niñez.

- A ver, señores… ¿Qué opinan de este caso?
- Es un caso de suicidio clásico – Dijo uno de los policías – Tenemos la ausencia de violencia, todo está en su lugar, la nota suicida…
- Es cierto – asintió el otro policía – No hay lugar a dudas…
- ¡Pues se equivocan! ¡Este hombre murió por tonto!
- Pero, jefe… Todo apunta al suicidio… ¿Cómo que murió por tonto? – dijo el asistente, en medio del asombro general.
- Vea usted la carta de suicidio… ¿Qué observa en ella?
- No veo nada raro… Dice que su enamorada, una tal Yanett Cañaña, se está viendo con otro y que por eso se suicida…
- Esa tal Yanett, como usted la llama, es conocida en el barrio como la “Monedita”, porque el que la encuentra en la calle, se la lleva… Y para que alguien esté con ella y no sepa que ha estado con todo el mundo en 6 distritos diferentes, se necesita ser un verdadero tonto…
- ¿Y las pastillas? Eso prueba que se suicidó ¿Verdad?
- Eso es otra prueba de que el muerto era un tonto… Vean ustedes el libro que se encontró en su habitación… Es un libro de homeopatía y remedios naturales… Y el frasco de pastillas es de una botica naturista, vean ustedes… Es para tratar la depresión y el decaimiento… El tonto creyó que servían como somníferos y se tomó todo el frasco… Pero yo las conozco y sé que son solamente para engañar a la gente, en realidad es agua con azúcar…
- Y si las pastillas no hacen nada ¿Por qué murió entonces? - Intervino uno de los policías.
- ¡Porque era tan tonto que creyó todo lo que decía la etiqueta! ¡Apunte, asistente, se ha encontrado que el occiso murió por tonto, y vámonos a la comisaría, que el caso está resuelto!

Mientras salían, el detective Sherlock Janampa pensaba que al fin había encontrado un caso distinto. “Suicidarse con pastillas de azúcar, esta sí que es buena…

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Al Señor Platanazo

Estimado Sr. Platanazo,

Estoy seguro que Usted no me recuerda. Al fin y al cabo, yo no soy más que un personaje secundario en esta historia, de la cual además, usted mismo tomó parte solamente de una manera incidental. Pero los compañeros de la oficina hemos convenido que la única solución posible debe venir de parte de Usted. Con el fin de aclarar las cosas, trataré de referir el asunto tal como sucedió, para que usted comprenda el profundo trastorno que ocasionó en nuestra hasta entonces tranquila vida de oficina:

Todos los días, después del almuerzo, un grupo de los que trabajamos en la oficina acostumbramos dar una vuelta por el parque en busca de un poco de sol. Y esa vuelta pasa justo por la puerta del local donde ustedes están grabando esa teleserie que tanta gente ve cada noche y en la que usted, Sr. Platanazo, participa como uno de los actores principales. Y fue justamente uno de esos días en que pasábamos casualmente por ese local, cuando Usted salió por la puerta y subió a su camioneta 4x4.

Fue así como una de nuestras compañeras de trabajo, quien hasta ese momento no había dado señal alguna de comportamiento anormal, y a quien más bien, considerábamos como persona centrada y equilibrada en todas sus cosas, lo vió a Usted. En ese instante ella se detuvo en seco por la emoción de verlo, mientras pedía con voz nerviosa una cámara fotográfica. El problema era que no hubo manera de acercarla a más de 5 metros de la camioneta. Todos notamos que Usted se había percatado de la escena, en que uno de mis compañeros trataba de entregar a nuestra amiga su celular con cámara, yo trataba de empujar a nuestra amiga hacia la camioneta, y ella, a su vez, trataba de esconderse detrás de otra compañera, a quien lleva una cabeza de altura. Supongo que dicha escena debe haber sido divertida por unos momentos, durante los cuales Usted bajó la luna de la camioneta, esperando el desenlace, hasta que finalmente, al ver que nuestra compañera parecía incapaz de acercarse un centímetro más, subió la ventanilla y continuó su camino.

Durante el resto de la tarde, nuestra amiga entró en un estado casi catatónico, producto del casi-encuentro, la casi-foto, casi-pedida de autógrafo y la casi-lo que se le haya ocurrido hacer a nuestra amiga. Fue inútil pedir explicaciones, pues ese día sólo se le escuchó decir de cuando en cuando la frase ¡Qué vergüenza! en voz baja.

Al día siguiente, durante el almuerzo, la moral de nuestra compañera no había sufrido mayores cambios, y yo mencionaba las escasas probabilidades de que volviera a ocurrir un encuentro semejante al del día anterior. Pero volvió a ocurrir. Al llegar a la esquina del parque divisamos nuevamente su camioneta a punto de salir. Nos dio tiempo a cruzar la esquina y a acercarnos, pues Usted, al parecer, notó nuevamente nuestra presencia, ya que detuvo el auto y bajó la ventanilla, repitiendo la operación de exactamente 24 horas antes, pero esta vez a menor distancia. Esta vez, nuestra amiga, ya sea por efecto de la vergüenza del día anterior, por el valor acumulado durante la noche, o porque nosotros la estábamos empujando con más ganas, consiguió acercarse por el lado opuesto al del conductor y atreverse a saludarlo. Usted, que como artista, se debe sin duda a su público, la saludó amablemente y hasta mencionó que era una linda chica. Incluso en ese momento todavía necesitó de nuestra ayuda para acercarse al lado del conductor y posar para una foto tomada por el celular de mi otro compañero.

No nos percatamos en ese momento, pero desde ese instante, nuestra amiga cambió. El estado de ánimo, la actitud y hasta la personalidad anterior de nuestra compañera pasaron a ser parte del pasado. La frase ¡Me dijo linda! fue escuchada en la oficina durante el resto del día varias veces. Más aún, cada vez que solicitaba algo a alguno de los compañeros, notábamos un creciente tono de mando, un tono que parecía indicar que todo el resto de los presentes no valía tanto como ella, que había conocido al Platanazo y que hasta había recibido un piropo de su parte.

Ignoro si Usted, Señor Platanazo, está consciente del efecto que causa en las personas del sexo femenino que se le acercan, o si Usted conoce de psicología lo suficiente como para determinar el impacto de la presencia de alguien como usted. El ego de nuestra amiga ha sufrido desde entonces una hinchazón alarmante desde todo punto de vista, y al resto de la oficina nos trata ahora como a seres de una casta inferior, seres indignos que no han tenido contacto con un actor como Usted.

Para que note Usted cómo las cosas se han salido de control, le comentaré que al día siguiente del encuentro, la casualidad hizo que nos encontráramos ya no con Usted, sino con otro de los actores de la teleserie, pero ni rubio, ni alto, ni con la apostura con que lo ha favorecido a Usted la suerte. Esta vez, desprovista ya de toda timidez, nuestra amiga se acercó resueltamente, y como dicho actor siguiera su camino, le espetó un ¡Saluda, pues, Eric! que dejó al pobre actor corrido y farfullando un saludo de compromiso mientras se metía rápidamente por la puerta del local de filmación.

Es por eso el motivo de esta carta, señor Platanazo. Si conoce Usted el antídoto para los efectos que ocasiona su presencia, o si cree que alguna actitud suya puede ayudarnos a recuperar a nuestra amiga tal como era antes, le rogamos nos la haga saber. Los que trabajamos en la oficina se lo agradeceremos infinitamente. A cambio estamos dispuestos a hacer promoción a su serie de TV y a todas aquellas presentaciones en las que Usted participe. Aquí hemos pensado que si Usted tiene un rostro que cambia a las personas, también debe tener una expresión que sirva de contraparte a tales efectos, por lo que le rogamos encarecidamente que haga caso a nuestro pedido.

Muchos saludos y suerte en sus proyectos,

El Tonto de la Colina.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Cómo saber si tu gato planea matarte

Amasa sus patas sobre tu cuerpo.
Puedes pensar que es una muestra de afecto, pero en realidad está comprobando la fragilidad de tus órganos internos.

Hay excesiva arena fuera de su contenedor.
Después de usar su arena, excava, y la patea sin ton ni son. Es una práctica típica en el enterramiento de cadáveres.

Te mira fijamente.
Si sorprendes a tu gato mirándote intencionadamente, no apartes la mirada, ya que sería una señal de flaqueza. Si lo haces, un ataque por su parte es muy probable.

Te trae animales muertos (pájaros, ratones, etc).
Esto no es un regalo, es una amenaza.

Se esconde en lugares oscuros y escondidos, desde donde te observa.
Hará esto muy a menudo para estudiar tus hábitos.

Duerme sobre tus aparatos electrónicos.
Los humanos poseen una tecnología superior, tu gato lo sabe y hará cualquier cosa para trastocar cualquier comunicación con el mundo exterior.

Te manosea la cara con sus patas mientras duermes.
Los gatos no son muy buenos asfixiando gente, pero eso no quiere decir que no lo intenten.

Sale disparado de una habitación en la que acabas de entrar.
Cuando tu gato hace esto, en realidad es un intento frustrado de emboscada.

Después de leer esto, presta más atención a tu gato, y nunca lo subestimes. Y sobre todo ándate con mucho cuidado.

Este post lo encontré en el blog Algo que contar, y lo pongo aquí hoy.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Lo Mejor de los 4 años

Verificando la lista de entradas en este blog, descubro que en este día hace cuatro años, empecé este blog en su forma actual. Durante este tiempo, me he ido acostumbrando cada vez más a dejar algo de mi tonta sabiduría en forma de pedazos de pensamiento o embriones con ínfulas literarias. Volviendo a releer mis propios posts (ejercicio un tanto masoquista) he encontrado un inesperado placer. Es verdad, al menos para mí, que uno escribe lo que le gustaría leer. He confirmado también, con ayuda de las estadísticas, que las entradas que más me gustaron en su momento no son las que tienen la mayor cantidad de visitas. Por el contrario, las entradas más visitadas o comentadas las hice de manera apurada o las publiqué con un cierto remordimiento al pensar que no estaban tan buenas.

Otra cosa que he descubierto al revisar las entradas anteriores es que hay frases o reglones que realmente me han salido muy bien, modestia aparte. Como celebración de los cuatro años de este blog, quiero compartir las frases que más me han gustado y que han tenido los mejores comentarios entre las 200 y pico entradas anteriores:

Hay sitios donde el filósofo y el tonto se formulan las grandes preguntas de la vida: ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué? y ¿Qué hago aquí?
(Perdido en Lima)

En nuestro país parece que siempre hacemos las preguntas equivocadas. Al que me pregunta que cuándo se jodió el Perú, le respondo que en vez de preguntarnos eso, preguntémonos cuándo empezamos a desjoderlo. Creo que sería más constructivo.
(Arroz con mango de tonterías)

..Si en esta ciudad uno se queda mirando al cielo un rato, lo toman por tonto y le roban la billetera.
(El Principito y yo)

- ¿Qué senda he de tomar entonces? Le dije, con la intención de tomar exactamente la dirección contraria a donde me dijera.
- Solo cierra los ojos y camina… Tarde o temprano encontrarás el camino o tropezarás con un árbol. Es lo que has hecho toda tu vida…
(El Gato de Cheshire)

Los tontos debemos enfrentar a la incredulidad de la gente normal, incapaz de comprendernos. Pero no importa. Persistimos.
(José María Eguren, Un tonto sublime)

¿Acaso Superman, con todos sus poderes, puede igualar a Clark Kent cuando sazona una parrilla en su granja?
(El tonto Clark Kent)

He tomado una píldora roja por la mañana. Me dio un sueño terrible. Tomé otra por la tarde. Me dio más sueño. A la sexta píldora recién se me empezó a quitar el resfrío. Nunca pude salir de la matrix.
(Los tontos no salen por televisión)

Nunca te he pedido que vivas como yo. Simplemente he tratado de enseñarte a vivir tu propia vida y a ayudar a los demás a vivir la suya.
(Historias apócrifas)

Cualquier parecido con la realidad... es culpa de la realidad.
(10 cosas que aprendí de Star Wars)

La demás gente se choca con un carro por voltearse a ver a una mujer. El ingeniero se tropieza con una mujer por voltearse a ver un carro.
(Los ingenieros son diferentes)

Un tonto tiene la facultad de ser inmune a la experiencia y cumplir siempre con la tarea con la misma candidez e inocencia de quien lo realiza por primera vez.
(Se necesita un tonto)

Los gatos maúllan en francés, los perros ladran en alemán, las gallinas cacarean en italiano, pero sólo los burros hablan el idioma universal. Y es por eso que los hombres los tratan tan mal.
(Animalismos)

Un pesimista le vendió un vaso a un optimista, diciéndole que estaba medio vacío. El optimista lo compró pensando que era una ganga pagar ese precio por un vaso medio lleno.
(Frases twitteables)

jueves, 25 de noviembre de 2010

En el nombre del hijo


Sucedió hace tiempo ya. En una sala de maternidad, un asustado padre lleva a su esposa con los dolores del parto, adelantados casi dos semanas. Entre el ajetreo de la llegada intempestiva, los trámites de admisión para la madre, la búsqueda apurada del médico, y la tropa familiar que más que ayudar estorba, al pobre padre se le ha acabado la calma hace ya bastante rato. Por eso cuando la enfermera le da la noticia de que su bebé ya ha nacido, el hombre está aún en estado de shock. Más aún cuando le dicen que tienen un lindo niño y no una mujer, como le dijo con insistencia el doctor durante los cuatro meses previos. Cuando la enfermera le pregunta sobre el nombre que le pondrá al bebé en todos los trámites posteriores, el padre de otros dos hijos estalla al fin, presa de las tensiones:
- ¡Lo único que quiero es que este hijo sea el último!

Más de treinta años después, Último García tiene aún que sufrir las consecuencias del exabrupto paterno. Al menos no se siente tan solo en compañía de otros casos de nombres inusuales que parecen ser cada día más frecuentes. A los nombres sacados del santoral, que dieron frutos tan raros como Cristóforo, Anacleto o Nepomuceno, le han sucedido los nombres provenientes de las películas, telenovelas o series de TV. Y como siempre, el único que no tiene no voz ni voto es el pobre infante, que cargará para siempre con el peso de su nombre.

- En serio, ¿Por qué le pusieron ese nombre?
- Es que mi padre era fanático de las películas musicales, admiraba tanto a Gene Kelly que me puso ese nombre…
Kelly Alberto Muchotrigo explicaba de esta manera su solicitud de cambio de nombre ante la oficina competente. Allí, a modo de consuelo le explicaron los casos de nombres como Hitler, Stalin, Pavlov, Kennedy, Roosevelt y otros más que se estilaron en tiempos antiguos.

Ahora parece que además, los nuevos padres recurren además a la imaginación para nombrar a sus hijos. Me estoy encontrando cada vez con mayor frecuencia con casos que desafían todo intento de buscar un significado al nombre, salvo en aquellos casos en que la explicación viene dada por el progenitor:
- ¡Qué bonito niño! ¿Por qué dices que lo llamaste Helio?
- Porque cuando mi mujer se embarazó, me dijo que solo era un gas…

domingo, 21 de noviembre de 2010

Frases twitteables 2



  • Encontré un mensaje en una botella: “El exceso de bebidas alcohólicas es dañino para la salud”. Regresé la botella al mar.

  • Amigo es el que habla bien de ti antes de que te hayas muerto.

  • “Venderemos cara nuestra derrota” dijeron los jugadores antes del partido. El tribunal que los procesó por soborno y arreglo de partidos comprobó que habían dicho la verdad.

  • Eso de que el dinero no hace a la felicidad es una cruel mentira, ayer me pagué un payaso por hora y no saben lo que me reí.

  • La distancia entre ser un cobarde y ser un héroe es tan solo un empujón al de adelante cuando solicitan un voluntario.

  • Me faltan fuerzas para la subida, y frenos para la bajada…

  • Aquel club de suicidas tuvo que cerrar porque se quedó sin socios.

  • El problema con el mundo es que los estúpidos están seguros de sí mismos y los inteligentes llenos de dudas.

  • ¡Viva la Onestidad y la Hortografía!

  • Mi esposa se fue con el cantinero… Ahora me quedé solo y el cantinero no me fía.

  • Quien encuentra un amigo encuentra un tesoro; y quien encuentra un tesoro encuentra muchos amigos.

  • ¡Cuidado! Los cirujanos plásticos cobran de acuerdo a la cara del cliente.

  • Los elefantes perdonan, pero no olvidan...

  • Leído en un baño: ¿Dejarás que lo que tanto esfuerzo te costó, se vaya por el desagüe?

  • Encontré que la llave de tu corazón abre otras partes tuyas…

  • "La hierba se ve siempre más verde al otro lado" piensa el presidiario al mirar por la ventana de su celda.

  • Mi proyecto de anuncio: "La estupidez es curable, si se detecta a tiempo".
  • Erase un hombre tan viejo que hasta Dios lo trataba de Usted.
  • Mi vida es un reality show. Solo que nadie lo filma.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Comedia al Piano

Ya que hace un tiempo que no pongo algo de música por aquí, y para darme un descanso de las historias que he estado publicando, los dejo en las capaces manos de Chico Marx, para mostrar cómo se puede hacer comedia y tocar el piano al mismo tiempo, sin necesidad de tocar una canción cómica.



La escena es de la película "Una Noche en la Opera", de 1935.

sábado, 13 de noviembre de 2010

El actor menos famoso del mundo


Hoy agregaré a un nuevo personaje a la galería de tontos que han pasado por aquí, en mi intento de rescatar a aquellos a quienes la historia oficial margina injustamente.

El personaje que describo es un actor, cuyas películas más importantes, en donde tuvo el papel principal, son las más taquilleras de la historia. Su personaje se ha vuelto un icono de nuestro tiempo, reconocible en cualquier lugar. Sin embargo, y a pesar del gigantesco éxito de sus películas, nadie lo detiene por la calle para pedirle autógrafos, nadie lo invitó a las grandes galas cinematográficas. Incluso si menciono su nombre, la gran mayoría no lo reconocerá. Se llama David Prowse.

Empezó como atleta, llegando a ser campeón nacional de levantamiento de pesas. Así lo vieron los productores del famoso estudio Hammer, especializado en películas de terror gótico. Allí hizo un par de películas en el rol de Frankenstein que pasaron sin pena ni gloria. Después de estos fracasos, lo más que llegó fue a hacer un pequeño papel en “La Naranja Mecánica”. Así estuvo hasta1977, en que finalmente llegó su momento.

“La Guerra de las Galaxias” era un film que nadie quería hacer, pues se le consideraba una diversión para niños. George Lucas tuvo que echar mano a actores desconocidos y viejas glorias, como Peter Cushing y Alec Guiness. Se necesitaba un actor alto y fornido para el papel del villano Darth Vader. Así fue como David obtuvo el papel. El problema es que no tenía voz de villano. Aunque usó su voz durante las filmaciones, al final su voz fue doblada por James Earl Jones. Prowse no se enteró hasta que vio la película en su estreno.

David Prowse se convirtió así en el actor menos famoso del mundo. Era el personaje principal y más popular de la película que revolucionó la industria del cine, su personaje se convirtió rápidamente en objeto de culto, pero el actor quedaba irreconocible, con el rostro cubierto por una máscara, y su voz reemplazada. Ni siquiera se veía parte alguna de su cuerpo, a causa del disfraz. Para colmo, en la escena de lucha fue reemplazado por quien trató de enseñarle esgrima.

En la segunda película de la saga. Prowse siguió aportando su cuerpo para el personaje de Darth Vader, y su voz durante la filmación. Durante la escena más famosa, el enfrentamiento entre Darth Vader y Luke Skywalker, el director le indicó que su línea era “Obi-Wan mató a tu padre”, pero en el doblaje esta se transformó en el famoso “Yo soy tu padre”. La documentación que tengo no lo menciona, pero imagino que David se sintió nuevamente estafado al ver el film.

Como consuelo, desde el primer film George Lucas había prometido a Prowse mostrar su rostro en la siguiente película. En la tercera parte, “El Regreso del Jedi”, por fin encontró en el guión la escena prometida. Otra decepción. En el momento culminante en que Luke Skywalker retira la máscara de Darth Vader, el director Richard Marquand lo reemplazó con otro actor.

De todo esto, poco le quedó al buen David. La paga por estas películas era más bien poca, en comparación a las estrellas más visibles de la saga. No fue llamado para las nuevas películas, y al parecer tuvo un entredicho con George Lucas, por lo que ha sido ignorado en las más recientes reuniones de los actores de la saga.

Por esto, como reconocimiento, merece estar en la ilustre galería de tontos que han llegado hasta aquí, como el actor menos famoso del mundo.

martes, 9 de noviembre de 2010

El hombre invisible


Recuerdo perfectamente a Anselmo, el hombre invisible. Era todo un señor, un caballero como los que ya no se ven hoy en día. Siempre se podía contar con él, aunque normalmente anduviera sin un céntimo en el bolsillo. Trabajaba de mayordomo en ese tiempo. Sus jefes decían que era el mayordomo perfecto, pues no dejaba notar su presencia y no se le veía. Más tarde un amigo le dijo que en ese trabajo no se le veía futuro y le consiguió empleo en una oficina. Allí hacía un trabajo discreto, invisible. Aunque era honrado y nunca se le vio haciendo algo deshonesto, el ascenso no llegaba y sus jefes no lo veían en un puesto superior. Recuerdo que cuando lo invitaba a almorzar, el mozo hacía como que no lo veía e incluso me traía la cuenta a mí. A Anselmo ni lo miraba. Yo creo que era por la ropa que llevaba.

En ese tiempo fue que las cosas empezaron a salir mal para él. Primero se enfermó y nadie lo fue a ver, incluso el médico dijo que no le veía nada malo. Luego su esposa lo dejó, diciendo que no lo quería ver nunca más. Peor fue cuando lo denunciaron en el juzgado. Aunque acudía a las citaciones, decían que no lo habían visto llegar y los jueces no veían su caso. Los amigos empezaron a rechazarlo. Cuando pasaba, fingían no verlo. A mí me daba tanta pena que no lo podía ver en ese estado. A él tampoco le gustaba que lo vean así. Algo de orgullo le quedaba.

Por eso creo que se volvió solitario. Ya no se dejaba ver por estos sitios. Y cuando nos dimos cuenta, nadie recordaba ya haberlo visto. Ahora ya ninguno de nosotros lo ve por estos rumbos. Una vez lo llamé por teléfono y le pregunté cuándo nos podríamos ver. El día acordado no lo vi allí.

Es que la vida de un hombre invisible es difícil, aunque muchos no puedan verlo así.

viernes, 5 de noviembre de 2010

El Señor Ingeniero


Dentro del trabajo que realizo, me toca vérmelas con todo tipo de gente, y a su vez, a todo tipo de gente le toca vérselas conmigo. Es que yo me considero a mí mismo como una persona normal, pero en realidad soy un ingeniero. Y la gente tiene una opinión formada de lo que debe ser un ingeniero. Según la cual un ingeniero debe hablar de cosas ininteligibles para el resto de los mortales, debe estar siempre pensando en lo mal hechas que están las cosas y en cómo mejorarlas, y exasperarse cuando alguien no entiende de lo que está hablando.
En realidad existen muchas clases de ingenieros, y yo debo estar en alguna de ellas. Pero el tipo de ingeniero del que quiero hablar esta vez es un tipo especial: El Señor Ingeniero.
Esta es una persona que generalmente ha obtenido su título después de un gran esfuerzo. Desde su salida de un pueblito de nuestro país, o desde una humilde casita construida con el esfuerzo de sus padres, el Señor Ingeniero está convencido de que el título universitario le hace ascender automáticamente en la escala social, y que el resto de los mortales le debe reconocimiento en virtud al esfuerzo necesario para terminar tan difícil carrera.
Por eso, y aún antes de presentar su tesis y obtener el título oficial, insisten en que se les llame con el nominativo de “Ingeniero”. ¡Pobre de aquel que les llame “señor”! Esa es una ofensa que el Señor Ingeniero no perdona.
- ¡Oiga, yo soy INGENIERO! ¡No me he pasado todo ese tiempo en la universidad para que me llamen “señor”!
La mención al tiempo pasado en la universidad no es gratuita. Aunque nunca lo revelan, y se refieren a él como “todo ese tiempo”, lo normal es que el Señor Ingeniero no haya terminado la carrera en los cinco años normales. El Señor Ingeniero en realidad terminó la carrera en siete, ocho o más años, el tiempo exacto es un detalle que pone en peligro la admiración que ha de sentir la gente al saber que él es todo un Señor Ingeniero.
Para ser admirado, el Señor Ingeniero debe ser único. El otro personal que trabaja con él debe probar su valía antes de que el Señor Ingeniero lo reconozca como tal.
- ¿Qué, usted también es ingeniero? A ver, ¡Muéstreme su carnet! ¿De qué universidad es usted? ¿Cuál es su especialidad? ¿Qué experiencia tiene? ¿Dónde ha trabajado?
Estos datos son importantes para el Señor Ingeniero, porque le permiten verificar que su conocimiento es inferior, sobre todo si han estudiado en una universidad diferente a la suya, en una especialidad diferente, y no han pasado lo que él para ser llamados ingenieros.
- ¡Qué va a ser usted ingeniero! ¡De esa universidad, todavía! ¡Yo sí soy ingeniero! ¡Yo tengo mi postgrado en ciencia de los elementos infinitos! ¡He trabajado 5 años para INGSA! ¡Usted no es nada, hágame el favor!
El Señor Ingeniero, además, tiene la sobrehumana facultad de no equivocarse nunca. Aunque un proyecto bajo su supervisión directa tenga resultados desastrosos (y esto suele ocurrir) la culpa es de sus subordinados, que no siguieron al pie de la letra sus instrucciones, del cliente que no entendió lo que necesitaba hacerse, o de actos divinos que no se pudieron evitar. Y el fracaso no le inhibe de exponer en congresos y simposios su conocimiento de la ciencia ingenieril, donde describe la forma en que se deben manejar los proyectos, y recomienda a los demás a que sigan su ejemplo. Y si no le hacen caso, entonces por eso es que estamos así en este país.
Y hablando de congresos, este es uno de los lugares donde se puede distinguir al Señor Ingeniero a simple vista. Se le reconoce por la cantidad de insignias y prendedores de órdenes, asociaciones y congresos anteriores que lleva orgullosamente en las solapas de su terno oliendo a naftalina que se mezcla con el perfume barato que se echa generosamente en la cara. Y estará siempre tratando de convencer a otra persona de lo buen ingeniero que es y sobre como se le debería dar reconocimiento a él, en vez de a otros que no lo merecen.
Por eso, el Señor Ingeniero busca hacerse amigo de otros Señores Ingenieros con mayores influencias y cargos que él, para otorgarse entre ellos las medallas e insignias que tanto le gustan y que mostrará orgulloso en cuanta reunión pueda, con lo que se sentirá cada vez más cerca de su sueño máximo: que cuando muera, en su lápida sus deudos coloquen su nombre precedido de la fórmula “El excelentísimo Señor Don Ingeniero, lumbrera de la Ingeniería Nacional”, para que su nombre tenga la reverencia de los siglos venideros, tal como deseó que fuera en vida, y que este país lleno de envidiosos le negó en su tiempo.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Un momento estelar de la humanidad


En la primavera de 1878, primavera que fue más calurosa de lo normal, según cuentan los registros de la época, la gente se volcaba a los campos para disfrutar del aire fresco y escapar de la ciudad y sus tensiones. Por esos años era ya muy popular el juego del football, que reunía en ese tiempo a decenas de jóvenes que salían del trabajo con aquellos a quienes la revolución industrial dejaba sin futuro a la vista. Muchos de ellos se convirtieron en marinos en ese tiempo, convirtiendo a Inglaterra en la potencia dominante en los mares del mundo, y esparciendo el football a su paso por todos los puertos en donde recalaban.

En ese caluroso 1878, entonces, se jugó un partido entre Nottingham Forest y Sheffield Norfolk. Muchos de los jugadores eran, como hemos dicho, marinos que habían regresado de largas travesías marinas, y habían traído al fútbol varias de las costumbres de la marina, como el uso de uniformes y las señas con banderas para el árbitro. También habían traído al juego la rudeza de los marineros, que los alejaba de la tradicional caballerosidad inglesa, que llegaba anteriormente a reconocer sus propias faltas en el juego y a hacer innecesaria la presencia del árbitro. Pero en este juego la rudeza era patente, alimentada por la tradicional rivalidad entre los dos pueblos de donde provenían los equipos.

De poco le servía al árbitro agitar la bandera y señalar a gritos las faltas cometidas, pues los jugadores no miraban las banderas y se gritaban entre ellos, haciendo inútiles los reclamos verbales del árbitro. El juez, oficial de la marina inglesa, estaba muy poco acostumbrado a no ser obedecido y vio claro el riesgo de que el juego se saliera de control y degenerara en una gresca de proporciones. Sin duda aquello le parecería demasiado parecido a un motín en alta mar, así que hizo lo que un oficial de la Real Marina haría en un barco: Sacó de su bolsillo el silbato que utilizaba para impartir órdenes y lo sopló con gran fuerza. Los jugadores al escucharlo, obedecieron también al acto reflejo de detener toda acción y colocarse en posición de firmes. Las fricciones entre ambos bandos cesaron de inmediato, el árbitro recuperó la autoridad que le daba el silbato y el partido terminó sin mayores incidencias.

Aquel día nació una de las tradiciones del fútbol: el uso del silbato, que pronto se difundió en toda Inglaterra y luego en el mundo. Hoy lo recordamos aquí porque… No sé, tal vez porque me pareció algo bonito para contar hoy…

jueves, 28 de octubre de 2010

Epílogos


Sara e Isaac
La esposa de Abraham nunca supo con certeza lo que había pasado esa vez que su esposo fue con su hijo a la cima del monte. Pero intuía que debió ser algo grave. Lo notó porque desde aquel día el pequeño Isaac se portó bien y tomó toda su sopa. Lo que le inquietaba era la expresión de terror de su hijo cuando alguien le decía que “era un niño muy sacrificado”.

Penélope y Ulises
Después de un tiempo de haber recuperado su casa, su esposa y su reino, parecía que todo había vuelto a la normalidad. Al menos eso era lo que pensaba Penélope. Esos cambios de carácter, esa tristeza y esa mirada perdida que ponía a veces pudieron deberse a la costumbre de la nostalgia, después de tanto tiempo lejos, pensaba. Hasta que lo sorprendió un día escuchando un CD con los cantos de las sirenas.

Alicia
Muchos años después, cuando ya era una respetada psicoanalista, Alicia aún preguntaba a sus pacientes si en alguno de sus sueños habían visto alguna vez a un conejo blanco o a un gato que desaparecía hasta dejar solamente su sonrisa…

Cenicienta
Después de su boda con el príncipe, y una vez que tomó a su cargo el mantenimiento del castillo, Cenicienta se convirtió en la más temida por toda la servidumbre, a quienes hacia trabajar arduamente hasta hacer que el castillo quede siempre impecable. Nada parecía contentarla, y las criadas se preguntaban cómo es que una princesa conocía tantos secretos de limpieza para quitar las manchas y la suciedad, lo que las dejaba sin disculpas a la hora de hacer su trabajo.

domingo, 24 de octubre de 2010

1500 iones


Paseando por un centro comercial abierto recientemente, me encontré con un anuncio de unas nuevas pulseras energéticas. El anuncio que la acompañaba dice que proporciona ¡1500 iones! Aquí mi cerebrito de ingeniero sonó la alarma. ¿Para qué necesito yo 1500 iones? Decididamente esa cantidad no me alcanza para hacer esa bomba de neutrones con la que algún día conquistaré el mundo. Atacar a mis enemigos con energía ionizada sería una buena idea, pero no creo que pueda causar mucho daño con miserables 1500 iones. - ¡Esto debe tener alguna utilidad! - Pensé para mí mismo.

Afortunadamente había un televisor junto a la vitrina de las pulseras, que pasaba un video explicativo. Bueno, explicativo es un decir, porque no me aclaró demasiado la cosa. Presentaba comentarios de deportistas de los que no había oído hablar antes, diciendo que la famosa pulserita les incrementa la concentración, la energía y el equilibrio. Mirando más de cerca la vitrina, no me pareció ver nada especial, solo una pulsera con una etiqueta de esas que tienen un holograma como el de las tarjetas de crédito o los sellos de garantía en los empaques de muchos productos.

Me dejó pensando el tema de los iones ¿Qué harán esos 1500 iones para lograr esos maravillosos efectos? Sin duda son iones amaestrados, que cuando vean que me estoy cayendo me empujarán al lado opuesto, evitando que me desplome. Además, para mejorar mi concentración, bajarán el volumen de la música que siempre escucho cuando estoy revisando algún informe excepcionalmente difícil. Y además, incrementarán mi energía, ya que son iones. Podré abandonar mis intentos de morder una pila AA para aumentar mi energía por las mañanas.

¡Un momento! Debo asegurarme primero de que sean iones positivos. Tampoco es cuestión de andar cargado de energía negativa por la calle. Haría que todo me salga mal y alejaría la suerte de mi lado. ¿Cómo que sí son iones negativos? ¡Ah! Es para atraer a las energías positivas, pues, los opuestos se atraen. Así mi paso por esta ciudad será beneficioso, atrayendo las buenas vibras, la paz y la armonía, mucho Yang para mi Ying.

Pero, con tanta gente mal encarada que anda por aquí ¿Me bastará con 1500 iones para enfrentarlos? A un ión por persona, solo podré rechazar a 1500 personas negativas. Para alguien que gusta de caminar como yo, eso significa que la pulsera me durará una o dos semanas apenas. Me pregunto si esa batería se recarga con una pila o algo. Tal vez pueda ponerle algo del uranio que me sobró de mi última bomba atómica. Yo sé que eso produce muchos iones. No, mejor pregunto a la vendedora.

- Señorita, ¿A cuánto está la pulserita esta? ¿Qué? ¿S/. S/. S/. S/. + S/. ? ¿Tanto? ¿De qué hacen los iones? ¿Que es un secreto? Oiga, los iones no cuestan tanto… ¡Si hasta tengo yo unos cuantos en mi bolsillo, que los guardo en mi monedero! ¡Véalos, señorita! ¿Cómo le voy a estar mintiendo a usted? Ah, tiene razón, es que a usted le falta un microscopio electrónico, pues. Bueno, por lo menos me dirá que minerales tiene ¿Verdad? Lo que pasa es que yo soy alérgico a la Kryptonita, y el médico me dice que no me acerque a ella. ¿No sabe? Pues estamos mal así, oiga… La otra cosa que quería saber es sobre eso de los 1500 iones ¿Cómo sé que no me están vendiendo pulseras de 250 iones..? Sí, pienso contarlos antes de comprar… ¡Ah, si se abre el empaque se pueden caer los iones! Bueno… No podré comprar la pulserita entonces… Gracias señorita…

Ahora que estoy en mi casa, he encontrado un método para fabricar iones, disolviendo Cloruro de Sodio en un medio polar de monóxido dihidrógeno. Solo me queda separar los iones de cloro negativo y venderlos en el mercado negro… Mi plan de dominación mundial sigue avanzando…

miércoles, 20 de octubre de 2010

20 del 10 del 2010, a las 20:10


Este post se publica el 20/10/2010, a las 20:10 hrs.
A estas alturas del año, ya deberías haber hecho algo. No sé, algo que se parezca a los grandes planes que hiciste el año nuevo. Sí, ya sé que esos propósitos de año nuevo son una forma de descargar la conciencia de todo lo que hiciste mal el año pasado, pero ¿Y este año? ¿Dejarás de echarle la culpa a los demás, a las circunstancias, al ambiente político, las alineaciones planetarias o a cualquier otra excusa?

Bueno, un año es muy largo y cualquiera puede hacer algo. ¿Qué, no has hecho nada aún? Seguramente cuando empezó el año estabas muy ocupado y luego te atrapó la rutina. Otra vez volvemos al tema de las disculpas. ¿Y qué tal este mes? A pesar de lo que dicen otros, en Octubre sí hay milagros. Tal vez esta semana sea la semana que esperabas para hacer la diferencia. ¿Y qué tal hoy? Hoy se da la extrañísima alineación planetaria que hará que las cosas te resulten... Ya sé que no crees en esas cosas, pero no podrás averiguarlo si no lo intentas.

Hoy es el 20/10/2010, y este post se publica a las 20:10 hrs. Bonito ¿No? Tal vez todos estos números signifiquen algo después de todo.

sábado, 16 de octubre de 2010

El clon


Todo empezó de una manera casual. En una de las obras a las que tuve que ir, uno de los trabajadores se acercó a saludarme.
- ¿Cómo está, ingeniero? ¿Se acuerda de mí?
- ¿Disculpe?
- Hemos trabajado juntos en la obra del centro, hace un par de años, ¿No se acuerda?


Me retiré, confuso, después de un saludo convencional y la remembranza de unos recuerdos ajenos por parte del trabajador. Yo pensaba que todo esto se debía a la casualidad y a la circunstancia de que tengo un rostro común, fácilmente confundible.

El siguiente hecho ocurrió meses después cuando era entrevistado para un proyecto en un asiento minero. Estaba conversando con uno de los directivos cuando otro de los jefes se acercó para hacer un recado. Para mi sorpresa, se alegró de verme.

- ¿Está entrevistando al ingeniero para el puesto? ¡Qué bien! Puede contratar al ingeniero, yo he trabajado con él y sé que es bueno…

Obtuve el trabajo ese día, sin poder preguntarle a esa persona de dónde me conocía y agradecerle la recomendación. Como él trabajaba en la oficina principal, no lo volví a ver, pero en el sitio de la mina, encontré a varias personas que de repente me saludaban con familiaridad y que decían haber trabajado conmigo. Al comentar esto con compañeros de trabajo, solo me respondían que en el ambiente de estos trabajos todo el mundo se conoce.

Cuando terminó el proyecto, dejé por un tiempo de tener esos “episodios”, como comencé a llamarlos. Cada vez que comentaba el hecho con alguien nos enfrascábamos en estériles discusiones acerca de clones, gemelos perdidos, dimensiones paralelas y dobles. Siempre se llegaba a la conclusión de que es muy difícil para alguien hallar a su propio doble, pues tiende a hacer el movimiento contrario que uno mismo.
Hasta que entré en un nuevo proyecto fuera de la ciudad. Cuando llegué, la obra estaba recién iniciando, y había poca gente trabajando. Aquí volvieron a ocurrir los “episodios”, pero de manera más frecuente. Apenas el segundo día, uno de los jefes de diseño a quien jamás había visto, me saludó.
- ¡Ingeniero! ¡No lo esperábamos tan pronto! ¿Cómo está?

Fue inútil tratar de explicar que se trataba de una confusión. Aún así, la gente parecía sorprendida de verme en la obra, y usando un uniforme diferente del que esperaban. Todo esto me convenció. Mi clon existe, trabaja en algo similar a mi propia profesión y vendrá en las próximas semanas, según los que me confundieron. Pero por alguna razón el viaje de mi otro yo siempre se retrasaba y no podíamos juntarnos.

El último día de mi permanencia en obra, uno de los choferes de las camionetas me llamó al verme. Para entonces yo estaba ya un tanto acostumbrado a ser confundido, así que no le di mayor importancia al episodio.

- ¿Qué hace usted aquí, ingeniero, si lo acabo de dejar en el taller?

Tuve que pedirle que me repitiera todo ¡Mi clon, tanto tiempo esquivo, estaba aquí! De inmediato le pedí al chofer que me llevara a donde mi otro yo. Al llegar, me señaló al hombre que estaba parado en la esquina. No pude evitar una exclamación de admiración. Era yo. Era mi clon, mi duplicado, mi dimensión paralela, todo lo que me había negado a creer hasta ese momento. Lo saludé, pero lo que no esperaba eran las palabras con las que me recibió.

- ¿Así que usted es el que ha estado usurpando mi vida todo este tiempo?

martes, 12 de octubre de 2010

El nuevo gerente

Una empresa entendió que había llegado el momento de cambiar el estilo de gestión y contrató un nuevo gerente general. El nuevo gerente vino con la determinación de hacer cambios y volver a la empresa más productiva. El primer día, acompañado por sus principales colaboradores, hizo una inspección en la empresa.
En la planta todos estaban trabajando, pero un muchacho estaba recostado contra la pared con las manos en los bolsillos. Viendo una buena oportunidad para dejar bien clara su filosofía de trabajo, el nuevo gerente le preguntó al joven:
- ¿Cuánto gana usted por mes?
- Mil doscientos soles, señor, ¿por qué? - Respondió el muchacho sin saber de qué se trataba.
El gerente sacó S/. 1,200 del bolsillo y se los entregó al joven, diciendo:
- Aquí está el sueldo de este mes. Ahora desaparezca y ¡no vuelva nunca más!
El joven guardó el dinero y se fue, de acuerdo a las órdenes recibidas. El gerente entonces, orgulloso, pregunta a un grupo de operarios:
- ¿Alguno de ustedes puede decirme qué hacía ese joven?
- Si, señor – respondieron atónitos los operarios -¡Vino a entregar una pizza!

(Otro caso de "cortar y pegar". Aunque este lo tengo hace tanto tiempo que ya olvidé de dónde salió. Espero que lo disfruten)

domingo, 10 de octubre de 2010

Hoy pude haber escrito sobre…


Hoy que al fin tengo algo de tiempo libre, pude haber escrito sobre nuestro último Premio Nobel, y cómo todos hablan de tal acontecimiento, sobre cómo muchos hablan de la justicia hecha a nuestro más notable escritor, y que esto y que lo otro, sin haber leído ninguno de sus libros, y apenas recordando lo que vieron en alguna de las películas basadas en sus libros.

Pude haber escrito algo sobre John Lennon, que hubiera cumplido otro cumpleaños ayer, de lo que hemos hecho con el mundo en su ausencia, y de cómo de alguna manera, nos hemos quedado sin voz desde entonces.

Pude haber escrito sobre las cosas que me han pasado esta semana, y que dan tema no para una, sino para muchas entradas, ya que he tenido, como si fuera un festival de cine, historias introspectivas, surrealistas, aparatosas, taquilleras y personalistas.

Pude haber escrito sobre la locura en que se ha vuelto mi calle desde hace un tiempo, a causa de las obras que realizan al mismo tiempo el alcalde de la ciudad y la obra gubernamental más aparatosa, en busca de los votos que le faltan para la próxima elección.

Pude, incluso, escribir sobre la curiosa casualidad de que este post se publicó el dia 10 del mes 10 del año 10, a las 10, y sobre las consecuencias numéricas y astrológicas de semejante coincidencia.

Pude haber escrito, en fin, sobre tantas cosas, que al final me quedé sin escribir sobre nada.

viernes, 8 de octubre de 2010

La Moraleja

Hoy, mis estimados lectores, voy a contar un cuentito que…
- Oye, ¿Y ese cuento tiene moraleja?
- No, no tiene. Es solo un cuento.
- ¿Pero cómo que no tiene moraleja? ¡Los cuentos se hacen con moraleja!
- Pues este cuento no. No tiene moraleja.
- ¡Pero tiene que tener una moraleja!
- No tiene por qué. Además, es un cuento, no una fábula.
- Los buenos cuentos siempre deben tener una moraleja. Así el cuento sirve para enseñar a los que no saben…
- Este cuento no quiere enseñar, solo quiere divertir un poco…
- ¿Divertir? Entonces mejor cuenta un chiste. Los que quieren leer un cuento quieren que tenga su moraleja.
- ¡Ya te dije que este cuento no tiene moraleja!
- Entonces es un mal cuento…
- ¡No es un mal cuento! Además, si el lector es lo piensa un poco, encontrará su propia moraleja…
- ¡Ah, claro! Le dejas todo el trabajo al lector y tú haces la parte fácil… ¡Qué cómodo!
- Mira, hoy no tengo ganas de escribir un cuento con moraleja, así que te puedes quedar con las ganas.
- Si quieres yo le escribo la moraleja…
- ¡No! Es mi cuento y lo escribo como yo quiero.
- ¿Ni siquiera una moraleja chiquita?
- ¡No!
- Está bien, pero cuando la gente te reclame la moraleja, no vengas aquí a lamentarte…
- ¿Por qué no te vas mejor a molestar a otra persona?
- Creo que sí… Al fin y al cabo, no me interesa estar con una persona que escribe cuentos sin moraleja.
- Adiós, pues…

Moraleja: Nunca vuelvas a escribir un post cuando te está mirando alguien que solo se interesa en la moraleja.

lunes, 4 de octubre de 2010

Religión + Imaginación

En los tiempos en que yo era joven e inexperto, iba a la iglesia al catecismo, como preparación para la primera comunión. Nos enseñaba un curita que, hoy me doy cuenta, era un pozo de ignorancia, pero suplantaba esta falta con una dosis enorme de fantasía. Tal vez por eso nos caía bien a los niños, al contrario que a nuestros padres, que preferían al otro cura, que era uno de esos gringos con ojos azules y bicicleta.
Pues bien, el curita de mi cuento nos contaba las historias de la biblia de una manera más o menos pegada al texto oficial, pero sazonada con los productos de su imaginación desbordada, que echaba a volar sobre todo cuando alguno de los mocosos nos atrevíamos a hacerle alguna pregunta. Sus clases eran algo así como:

- Y Jesús dijo que si Ustedes tienen la fe del tamaño apenitas de un grano de mostaza… A propósito ¿Saben de qué tamaño es un grano de mostaza? A que no saben… seguro que ustedes solo conocen la mostaza que viene con el hot dog… No pues, la mostaza es más chiquita que una lenteja, más chiquita todavía que el anís, y de allí sale un arbolote grandote, como para que todos podamos dormir la siesta en su sombra… Como les decía, si ustedes tienen fe… A ver, Carlitos, tú, que estás distraído pensando en el recreo para jugar trompo… ven para acá… ¿Ves ese cerrote que se ve a lo lejos? ¡Acércate, pues, que no te voy a pegar…! Mira ese cerro allá… ¡Quiero que me lo muevas y lo arrojes a la playa! ¿Cómo que no puedes? Es que te falta fe, pues… ¡Pero Jesús sí que podía! Tu fe es chiquitita, chiquitita, y si la pudiéramos ver, seguro que se estaría peleando con las moléculas y los átomos…

Y todos nos reíamos con la explicación. Para la mancha de chiquillos que íbamos a la iglesia, que no conocíamos aún a Cantinflas y su interpretación del Padrecito, aquello nos parecía de lo más divertido. Nunca faltaban las preguntas.

- ¿Y la vez que Jesús multiplicó los panes?
- Esa vez fue que se le hizo tarde predicando, y la gente estaba desde la mañana con hambre, entonces agarró y cogió los panes que habían traído para el desayuno sus discípulos y empezó a partirlos en pedacitos, pedacitos… Con eso alcanzó para todos los que estaban allí, que eran un montón, gente como para llenar el estadio… Seguro que alguien habrá llevado mantequilla o jamonada para echarle al pan, porque toda la gente quedó contenta y aguantó hasta la tarde…

- ¿Ha visto “Ben-Hur”, Padre?

Hoy sé que lo más probable era que no la hubiera visto, o que lo haya hecho cuando él también era un mocoso, pero eso no le impediría tener una respuesta a la mano:

- Sí, sí me acuerdo de esa película, era de dos chicos que eran bien amigos, de esos que andan juntos para arriba y para abajo, pero que después se enemistan porque uno es judío y el otro romano…


Pero esas historias son mentiras… La que es verdad es la de “Los Diez Mandamientos”, cuando Moisés agarra su vara y parte en dos a las aguas del Mar Rojo… Allí pasaba la gente al costado del agua como por un caminito, y podía saludar a los peces que se acercaban a mirar por el agua, como cuando miran por la pared de la pecera… Allí cogieron algunos con la mano, para freírlos a la hora de la cena, junto con un poco de yuyo para acompañar...

Juro que varios años después, cuando ya pasaban esa película en la televisión, estuve buscando esa escena, hasta que me convencí de que era solo la imaginación del curita.

A veces también discutíamos los temas de actualidad, como por ejemplo la situación en el Medio Oriente:

- Sí pues, muchachos, hasta ahora los judíos siguen molestos con el faraón de Egipto, con los filisteos y los cananeos que viven en Palestina, que los tuvieron de esclavos en el tiempo de la Biblia… Por eso los atacan, y como ya no tienen a Sansón, se han conseguido unos aviones modernos, con bombas atómicas…

A pesar de todas las exageraciones e inventos – y aquí he puesto solo algunas – el curita logró interesarnos en la religión, y a mí, por lo menos, me enseñó el poder de la imaginación. Recuerdo que salíamos de la clase de catecismo diciendo siempre:

- Esto sí que es religión, y no lo que enseña el otro cura…

jueves, 30 de septiembre de 2010

Tres cuentos sin alusiones personales


Pregunta indiscreta

Llevas el pelo teñido de rubio, te has operado la nariz, el busto y las caderas, usas cremas para aclararte la piel, tacones para verte más alta, llevas ropa de imitación de marcas famosas, sueltas palabras en francés como si supieras lo que significan, insistes en que la gente te llame por la traducción en inglés de tu nombre… ¿Y dices a los hombres que lo que más te gusta es la sinceridad?


Chit-Chat
“Estuvimos nada más que una semana juntos. Yo no hablaba casi nada y ella me decía de todo, hacia muchos planes. Un día estaba en el trabajo y nos pusimos a chatear.
Yo seguí sin poder decir nada y ella escribía y escribía. La barrita del scroll se alargaba y no sabía que decir pero mientras leía pensaba que lo nuestro no daba para tantas líneas.”

Lenguas

- Hoy que azorimaste tu parsipal, he caripado una pertoria que acratiza la bracodia de la turpelia. Al antamar la senocilia, polociné el marzario en el trusquero, y como no pude estabar el fasto, tuve que progecir con el tarmático. ¿No te freba la pundia?

- ¿Qué?

- Que cuando pandeciste el beruno del parsipal, no precaste el berrilín del pertio antes de conver la turpelia, así que progecié un poco con el tarmático hasta que el fasto se fulvó y se enpundió. ¿Lo crimas o lo hurdio todavía?

- ¡No te entiendo nada!

- ¿Ebanas? ¡Si tú colebas y estipas cuando combas con los lientos! ¡Cuando solipias siempre me perganas con tunias y fribadas! ¿Y ahora tornias que apaces herda? ¡Lombas!

- ¡Basta! ¡Creo que me estoy volviendo loco!

- Ahora ya sabes cómo me siento cuando te pones a hablar de cosas de ingeniería con tus amigos…

domingo, 26 de septiembre de 2010

Refranes modernos


  • veni, vidi, en mi bici.
  • Al que no arruga, Dios le ayuda.
  • No hay peor sordo que el que no me quiere oír.
  • Si no sólo de pan vive el hombre, buenas son tortas.
  • Muerto el perro, los gatos hacen fiesta.
  • A río revuelto, ganancia de… los de siempre.
  • A mal tiempo, buena cara… hasta que alguien te preste dinero.
  • La ociosidad es la madre de uno que yo conozco.
  • Te juro, querida, que la curiosidad mató al gato… Yo no tuve nada que ver…
  • Si es verdad que el dinero habla… Entonces pagaré con otra cosa.
  • Aquí hay gato encerrado, dijo Schrödinger.
  • Perro que no ladra... Es porque está ocupado mordiendo.
  • ¡Lázaro! ¡Levántate, ya son las diez!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Disculpa


Créeme que intenté llamarte. Pero debes saber que perdí tu número en la libreta de direcciones de mi celular. Sí, estaba borrando los mensajes antiguos y borré por equivocación tu número de la memoria. ¿Cómo que por qué estaba borrando tus mensajes? Pues porque tus mensajes son muchos y la memoria se llena. Lo sé, un día de estos cambiaré este celular por uno más moderno.
No, tampoco me dí cuenta al momento en que borraba tu número. Si lo hubiera sabido en ese momento, te habría llamado. Aunque eso hubiera sido tonto ¿No te parece? No te puedo llamar a tu celular para preguntarte tu número ¿Verdad?
Así, pues, al momento de llamar, me di cuenta que no recordaba tu número. Sí, ya sé que empieza con nueve, ¿Y después? ¿Era un ocho y luego un siete? ¿O era un siete, luego un siete y después un ocho? Bueno, estoy casi seguro que terminaba en un catorce o en un cuarentaycuatro. No es justo que me acuses de no recordar tu número. ¡Si uno lo apunta en la memoria del celular justamente para no tener que recordarlo!
Mientras iba a mi casa para revisar entre mis papeles a ver si tengo apuntado tu número en algún lado, di una vuelta equivocada y acabé por el parque. Bajé un momento para tomar aire fresco y pensar con claridad. Y entonces lo vi todo claro.
El borrar tu número, el olvidar tu número, el equivocarme al ir a casa. De repente, me di cuenta de que lo mío no era torpeza o falta de memoria. Era instinto de supervivencia.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Las peores canciones de los Beatles


Como parte de la terapia de superación de la intoxicación de Beatles, el médico me ha recomendado hacer varios ejercicios de desintoxicación, con resultados varios hasta el momento.
Primero me dijo que haga una lista de las 10 cosas que no me gustan de los Beatles. Fracaso rotundo, pues la lista se compuso de la frase “No me gusta que se hayan separado” repetida diez veces. Ante la insistencia, me vi obligado a colocar otro ítem a la lista: “La carrera solista de Ringo Starr”. Y eso fue lo más que se pudo conseguir.

El siguiente ejercicio fue romper en su presencia un disco de los Beatles. Otro fracaso, pues lo que hice fue llevarle un disco pirata (que se escuchaba terrible, dicho sea de paso) y romperlo. El pobre médico, definitivamente no sabe mucho de los Fab Four, lo que me hizo pensar que pude haber salido del paso llevándole un disco de Oasis.

El siguiente, y hasta ahora último ejercicio, es hacer una lista de las peores canciones de los Beatles. Este ejercicio sí que vale la pena, y me permite marcar distancia de aquellos fanáticos que no conciben una canción mala de sus ídolos. Pues sí, a mí no me gustan algunas de las canciones, y pude por fin entregar un informe completo con referencias bibliográficas, análisis de estructura musical, instrumentación; y comparaciones cronológicas. Por último, incluí un análisis detallado de las circunstancias de la composición y grabación de dichas canciones. Como anexo, entregué una lista cronológica de los covers de cada una de las canciones, con su respectiva calificación. En fin, que el trabajo me resultó muy bonito, aunque mi médico opine que representa muy poco avance en mi adicción. De todas maneras me parece una muy buena aportación a este blog. Aquí va la lista:

Revolution 9: Esta es, entre las canciones malas de los Beatles, la más conocida. Un experimento de John Lennon, basado en la música concreta de Stockhausen, además de las sesiones de LSD de la época del Album Blanco. Un intento de dar un paso más allá de “Tomorrow Never Knows” o la nunca publicada “Carnival of Lights”, resultó en una sucesión de sonidos al parecer sin sentido, y un misterioso “number nine” que se repite a lo largo de la canción. Se sabe que a Paul McCartney no le gustaba este track, lo que ya nos dice algo de su calidad musical. A los defensores de esta canción les aconsejo que traten de sacarla en la guitarra y me avisen del resultado.

Within You, Without You: Segundo intento de George Harrison de hacer música hindú, y el menos logrado de todos. El problema con Harrison es que nunca logró tocar la cítara como un hindú y tampoco intentó que sonara como un instrumento occidental. ¿El resultado? Hasta ahora no lo sé.

It´s All Too Much: Otra de las canciones de George Harrison que simplemente no cuadra. La historia dice que para el proyecto de la película “Yellow Submarine” los productores le pidieron canciones nuevas a los Beatles, y ni Paul ni John mostraron mucho interés en complacerlos. Solo George entregó un par de canciones hechas sin muchas ganas, completando los Beatles el soundtrack con canciones anteriores y otras descartadas de anteriores discos.

You Know My Name, Look up the Number: Cada vez que escucho esta, me queda la impresión de que los Beatles solamente se estaban divirtiendo haciendo una canción lo más ridícula posible. Tal vez fue un día que no tenían nada que hacer en el estudio. A la disquera tampoco le pareció gracioso publicar la canción, y la tuvo guardada por un buen tiempo, hasta que no le quedó otra opción como lado B del single “Let it Be”, y porque al momento de publicarla los Beatles ya estaban separados y no querían grabar otra canción. La disquera ni siquiera se molestó en pasar la canción a sonido stereo, y fue publicada en monaural.

Flying: Otra canción grabada con ánimo de perder el tiempo, esta vez para la película “Magical Mistery Tour”. Les salió tan mal que nadie quiso hacerse responsable de ella, y fue firmada por los cuatro integrantes del grupo. En la propia película, formó parte de la escena más criticada de la misma, y eso ya es decir bastante.

Wild Honey Pie: Esta es la prueba de hasta Paul McCartney puede hacer canciones malas. Otro experimento durante las sesiones del “Album Blanco”. Por lo menos esta tiene el mérito de la brevedad. Es tan mala que casi se queda fuera del “Album Blanco”, y fue salvada (es un decir) por el propio Paul, que la quería como referencia a su canción “Honey Pie” que está más adelante en el disco.

- ¿Sólo seis canciones?
- Soy crítico pero no fanático…
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