jueves, 26 de diciembre de 2019

Horóscopo tonto para el 2020


¿Cómo nos tratará el próximo año? Depende de cuál sea el horóscopo que leas, porque todos dicen algo diferente y todos encuentran a alguien que les crea. Para demostrarlo, he decidido hacer mi propio horóscopo para el año 2020 y verán a fin de año que soy igual de acertado que cualquier otro. Vean y comprueben.

Aries. ¿Te acuerdas cuando te quejabas de lo mal que te ha dio este año? Solo te diré que al final de este año lo vas a extrañar y le dirás a todos que esos eran los buenos tiempos. Tu deseo se cumplirá, tendrás mucho trabajo, y además mucho de ese trabajo será tratar de que te paguen lo que has trabajado.
Tauro. ¿Qué te puedo decir, Tauro? No sé, tal vez quieras mirar mejor el horóscopo chino, el de las runas, cualquiera, porque en este no la haces de ninguna manera. No es mi culpa, son las estrellas las que están en tu contra, yo que tú me cuidaría de que me caiga un meteorito, así estás de fregado.
Géminis. Tú, el de la doble personalidad, no vuelvas a usar este año la excusa de que eres bipolar, que ya nadie se la cree, porque lo tuyo no es bipolaridad, es que eres un caprichoso de miércoles. Este año va a venir variado para ti, con altas y bajas. El problema es que las altas van a ser muy bajas, y en cambio las bajas si van a ser profundas.
Cáncer. ¿Sabes qué? Mejor no creas en los horóscopos y búscatelas por ti mismo. No le eches la culpa a que Jupiter se le atravesó a Venus, ni a que la Luna está en Escorpio. Sal de tu casa, que este año Netflix va a pasar de moda, haz algo, por amor de Dios.
Leo. Ya veo que esperas con ansias que te diga que este año por fin va a ser tu año, que todas tus metas se van a cumplir. Pues no te diré que te va a ir bien o mal, sino todo lo contrario. Es decir, tendrás oportunidades interesantes, si es que sabes encontrarlas, y si no, no podrás verlas y creerás que no existen. Obtendrás lo que mereces, o al menos eso te dirán tanto tus amigos como tus enemigos.
Virgo. Para ti, Virgo, te tengo algo especial. Este año vas a conocer al amor de tu vida. Es un tipo buena gente, medio tonto, pero de buen corazón, que tiene un blog donde escribe puras tonterías. Sí, me refiero a ti, no te hagas la desentendida. Y me tienes que hacer caso, no le vas a llevar la contraria a todas las estrellas, los planetas y constelaciones. Todo el Universo conspira a mi favor, me lo ha dicho mi horóscopo.
Libra. La recomendación para este año es que vivas cada día como si fuera el último, porque un día de estos es cierto. En la próxima visita al médico te dirán que tu corazón, tu hígado y tu riñón están en muy buena condición, así que firma sin temor la autorización para la donación de órganos. Se ven algunos problemas legales este año, pero no te preocupes, no son tuyos, sino de tu familia, que se está disputando la herencia.
Escorpio. Tú que sí crees en los horóscopos, cuídate de los Tauro y de los Libra, que andan bien resentidos contigo porque creen que a ti va a ir mejor. En cambio, los Sagitarios están desprevenidos, es hora de la venganza. Y de ese Aries con cara de tonto, mejor ni te digo. Este año aparecerá en tu vida un Piscis que querrá hacerte creer que es Virgo, pero cuídate, porque te querrá hacer Capricornio, así que cuida tu Libra, para que no se vaya como el Acuario.
Ofiuco. Tú, que eres el signo olvidado y negado del zodiaco, te va a pasar exactamente eso, los demás van a hacer como que no existes. Pero no te preocupes tanto por eso, que tiene sus ventajas, las que verás cuando a mitad de año estén buscando culpables. Tú solo mantén perfil bajo cuando llegue la purga.
Sagitario. Este año será cuando cosecharás lo que has sembrado. Y sí, te estoy amenazando. Si no crees en el karma, deberías. La recomendación: échale candado o mejor cierra todas tus redes sociales, para que no queden evidencias, aunque ya es demasiado tarde, ya todos vieron dónde y con quién has estado.
Capricornio. Este año te pondrá a prueba, Capricornio. Todos sabrán de qué estás hecho. O sea, de sangre, huesos, intestinos y órganos variados que quedarán regados por el piso. Y cuando creas que ya has soportado todo, será cuando la mala suerte empiece en serio. Entonces recordarás que recién es febrero, y que el resto del año se pondrá peor.
Acuario. A estas alturas ya me estoy aburriendo de escribir horóscopos, así que haré lo mismo que hacen las gitanas que leen la suerte en la calle: Te diré que conocerás a alguien y que vas a hacer un viaje. También te diré que hay algo que no te puedo decir, pero que tú sabes qué es. Igual me vas a decir que soy muy bueno y que le acerté en todo.
Piscis. No te pases todo el año haciendo lo que acabas de hacer, leer todos los otros signos que no son el tuyo antes de llegar aquí. Eso se llama procrastinación, y es malo. Ya sé que no puedes evitarlo, pero al menos haz el intento, para que después no te quejes de lo mal que te a ido en el año. ¿Todavía quieres saber cómo te va a tratar el 2020? Mira, Piscis, sé que quieres que te diga que vas a estar como pez en el agua, pero no, más bien vas a estar frito, pescadito.

lunes, 16 de diciembre de 2019

El Niño Manuelito



En las alturas de los andes, cerca al Cuzco - y esto es sabido en mi tierra – nació el Niño Dios. Dicen que desde mucho antes ya le habían escogido como nombre Emmanuel, pero de cariño todos empezaron a llamarlo “Niño Manuelito” y así se quedó hasta hoy.

Es también sabido que fueron las llamas blancas las primeras que llegaron al pesebre y se arrodillaron ante él, y que le siguieron los pastores de las montañas llevando leche, queso
, pan chapla, y algo de charqui a la Sagrada Familia.
No llevaba el Niño ese pequeño pañal con el que lo visten en los belenes de los blancos, sino un jubón de cuerpo entero, como se usa para soportar las frías noches de la sierra. La Virgen también usa la manta multicolor que llevan las cuzqueñas, sujetado con un tupu o alfiler largo, mientras que San José usa un poncho marrón, chullo y ojotas.

Desde pequeño el Niño Manuelito es muy travieso y le gusta escaparse a jugar con otros niños. Su madre ve la cuna vacía y le espera hasta la noche, cuando llega con las ropas rasgadas por las duras hierbas de las punas. - ¿Dónde has estado? Le recrimina la Virgen. El Niño solo sonríe, hasta que la madre, vencida, le perdona y acaricia sus cabellos rizados.

Los niños de los valles que pastorean las llamas le conocen y esperan. Son ellos los que nos contaron que una vez, el Niño encontró a uno de los pequeños pastores llorando sentado sobre una roca. - ¿Qué te pasa? – le preguntó. – Me he clavado una espina en el pie. – No llores, yo también tengo una espina clavada, le dijo el Niño, mostrándole su propio pie, que acababa de pisar otra espina.
En otra ocasión, fue a visitar a uno de los niños que vivía en una casa apartada, cuando su madre le informó que su amigo no podría salir, pues estaba enfermo. Manuelito lo llamó entonces, y el niño salió como si nunca hubiera estado enfermo. Desde ese día, muchos lo conocieron como “El Doctorcito”.

A la Virgen María le llegaban las noticias de que su hijo salía a buscar a los otros niños y los distraía de sus deberes de pastoreo de llamas, haciéndolos jugar todo el día. El resultado fue una reprimenda y la prohibición de salir a los montes. El Niño Manuelito bajó entonces a la ciudad del Cuzco, donde jugaba con los niños que vendían caramelos, lustraban calzado y ayudaban en el mercado. Todos sabían cuando el Niño estaba en la ciudad, porque entonces crecía la felicidad, las ventas de los niños trabajadores aumentaban, el cielo se aclaraba de nubes, y el sol brillaba alegre.

 Desde entonces se cantan en el Cuzco los villancicos andinos, para recordarnos que el Niño Dios es peruano, que nació entre nosotros y que hasta ahora se acuerda, ya que nos trata tan bien.

Niño Manuelito, qué te puedo dar,
Rosas y claveles para deshojar,
Desde lejos vengo oyendo una voz,
En que el ángel dice que ha nacido Dios.
En lecho de paja desnudito está,
Quien a las estrellas da su fiel brillar,
Entre peña y peña he visto una luz,
Cunita y almohada del niño Jesús,
Vamos pastorcillos, vamos a Belén,
A ver a María y al niño también,
Suena la sonaja, suena el tamborcito,
Para divertirlo a nuestro niñito,

A la medianoche Jesús nacerá
y viene trayendo la felicidad.
La gente contenta y feliz bailará
porque ya ha nacido el Rey de la Paz.

viernes, 6 de diciembre de 2019

El fin del mundo, sigo esperando


Ya se acaba otro año y el mundo todavía no se ha acabado. A estas alturas, ya me estoy impacientando, hasta cuándo creen que voy a estar esperando. Este año nos prometieron un asteroide, un calentamiento global y un ataque de misiles nucleares de Corea del Norte. Nada de esto han cumplido y por su culpa he tenido que entregar los informes en la fecha acordada, he tenido que seguir pagando las cuentas e incluso tuve que conservar mi empleo, así no se juega, señores.

No sé quién es el responsable de manejar este mundo, pero estoy pensando en presentarle una queja formal. A lo mejor esta chica Greta sabe algo sobre a quién reclamar, ella que tanto sabe plantarse ante los poderosos con esa cara de sincera indignación que tan poco vemos en los habitantes de países nórdicos. Le diré que los mayas se han escondido desde aquel fiasco del 2012, y que los testigos de Jehova ya se están quedando sin excusas.

Estos son los tiempos en que uno extraña a los soviéticos, que sí sabían amenazar al mundo con sus armas nucleares cuando prometían el fin del mundo para mañana a las 6 de la tarde, hora de Moscú. Esos eran los tiempos de cuando dice la leyenda que un altísimo funcionario, luego de una decepción amorosa, quiso oprimir el famoso botón rojo para acabar con el sufrimiento del mundo. Buscando otras opciones, los talibanes tampoco cooperan, ocupados en sus problemas domésticos, y los chinos sólo quieren conquistar al mundo, no acabarlo. Lo único que nos queda por ahora es la promesa del calentamiento global, que todavía está muy lenta, que al parecer todavía está lejos el día en que lo único que se podrá hacer en Aruba es el buceo y en que Donald Trump cumpla su sueño de comprar Groenlandia para construir hoteles de veraneo.

Con todo esto, parece mentira que todavía haya gente que mantiene la esperanza de que el mundo se acabe de una vez, con todas las veces que hemos tenido que decirles a las cucarachas que todavía no, que vamos a usar el planeta un año más. Todavía algunos no se preocupan si un supervillano se apodera del mundo, y hasta quieran reelegirlo, como pasa en Estados Unidos. Lo que pasa es que, al parecer nos están sometiendo a una muerte lenta que nos haga sufrir más, nada espectacular, para que la gente no se dé cuenta. Han empezado con una avanzada de reggaetoneros para ablandarnos el cerebro, luego nos asustan una enfermedad nueva cada año, y por último, nos ilusionan con un apocalipsis zombie.

Tal vez me equivoque, y el fin del mundo sí llegue mañana, pero llegado el momento, cuando ese meteorito gigante le atine a la tierra después de tantos intentos fallidos, nadie le va a prestar atención por estar mirando en el celular el último video viral. O por estar leyendo tonterías como esta.
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