lunes, 26 de septiembre de 2011

La Madre


-¿Le compraste el remedio a la pobre vieja? –preguntó Sergio.
-Uy, se me pasó... en quince años es la primera vez que me olvido –dijo Silvina.
-Ni de tu propia madre te acordás.
-¿Mi madre? ¿Cómo? ¿No era la tuya?
-No. Yo la vi por primera vez el día que nos casamos; pensé que era tu madre. Estaba sentada al lado tuyo. Vos y yo nos conocíamos hacía dos meses…
-Yo pensé que era tu mamá, Sergio. Cuando nos fuimos de la fiesta la metí en el taxi porque vos le dijiste: "Vamos". ¿Te acordás que mi amigo Pablo nos ayudó a sentarla en el asiento?
-Si, el que se fue a vivir a París al día siguiente.
Un timbre interrumpió la conversación. Era el cartero. Llegó una postal.
-Es de mi amigo Pablo, desde Paris -murmuró Silvina-. Dice:"Gracias por cuidar a mi madre estos quince años"...


Cortipegado descaradamente desde http://quimicamenteimpuro.blogspot.com/2011/07/pobre-vieja-carla-dulfano.html

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Inspiración


De la política, y la clase de personas que nos ha tocado como clase política.
Del futbol, porque siempre hay quien le gusta darle a la pelotita.
De la religión. Hay un solo Dios y yo, que soy su profeta.
Del tráfico, que nos sirve de excusa perfecta para llegar tarde.
Del clima. Que siempre cambia y, por lo mismo siempre acomoda a alguien y siempre saca de quicio a alguien.
Del calentamiento global, que es parecido al anterior, pero más útil para estar a la moda.
De cómo está el país, y de por qué mi manera de arreglarlo es mejor que la tuya.
De cómo todo tiempo pasado fue mejor. O tal vez fue peor, pero no nos importaba.
Del escándalo de moda ¿Cuál? Da lo mismo, si todos son iguales.
Del futuro. Al igual que el pasado, todo el mundo tiene uno.
De la inmortalidad. La del cangrejo o la del mosquito.
De la película estrenada esta semana, siempre y cuando no se cuente el final, que es de mal gusto, y no agrada a las grandes transnacionales que las producen.
De la música. De los Beatles, que es lo mismo.
Del capitalismo, el comunismo, el socialismo, de cualquier ismo
De ti, de mí, de lo que pasamos juntos, y de por qué es imposible que vuelva a pasar.
De cuándo se jodió el país. Queremos el día exacto, la hora y el culpable para echarle la culpa y dárnosla de inocentes.
De la nueva figurita que aparece cuando ingresas al Google.

¿De qué se puede hablar cuando no se tiene inspiración?

viernes, 16 de septiembre de 2011

Los últimos años de Matusalén

Es fama que cuando el venerable Matusalén vivió sus últimos años, su avanzada edad fue la causante de muchos problemas, no solamente para él, sino para toda la familia. Veamos el relato:

Al final de su vida, el viejo se transformó en una carga para la familia, pues había que contratarle una enfermera para que lo cuide. En su caso tuvo al principio dos enfermeras que se jubilaron atendiendo al anciano. La tercera se murió de vieja antes que él.
Conforme avanzaba en edad, se volvió solitario y malhumorado. Lo de solitario es comprensible, pues los amigos de la infancia, los amigos de la juventud y hasta los amigos de su madurez ya habían pasado a mejor vida hace rato. El malhumor vino a consecuencia de lo primero, con el problema adicional de que no se le podían contar chistes para animarlo, pues ya se los sabía. Es que siempre ha habido gente que trata de contar los mismos chistes viejos, y en eso no se podía engañar a Don Matusalén. Supongo que también contribuía mucho a su malhumor encontrar más gente conocida en el cementerio que en la calle.

Tampoco le emocionaban ya los cumpleaños, costumbre que veía aburrida y pasada de moda. La última vez que su familia intentó celebrarlo pasó gran trabajo tratando de encender las velas de la torta, pues las primeras se consumían cuando aún faltaba por encender buena parte de las que representaban los últimos años.
Por otro lado, los hijos y hasta los nietos se consumieron de vejez esperando que el viejo estire la pata para tomar su parte de la herencia. La fortuna de Matusalén era casi tan famosa como su edad. La costumbre del ahorro mantenida durante tanto tiempo hizo que los ahorros más insignificantes ganaran una fortuna en intereses. Algunos de sus descendientes, a falta de otras cualidades, enamoraban a las mujeres con la promesa de la fortuna de la herencia, y quedaban viejos y desengañados, pero pasando a los nietos la codicia del tesoro como una antorcha generacional.

Claro que Matusalén se enfermaba de vez en cuando. Algún resfrío o problema digestivo de vez en cuando alteraba la centenaria rutina de la casa para ser reemplazada por las correrías a la casa del médico y el aviso a los parientes para que estén preparados para el inevitable final. Después de una o dos semanas, el viejo emergía triunfante a pesar de los esfuerzos de los médicos, que competían por el honor de firmar el certificado de defunción. Ante esto, el veterano tomó la sana costumbre de rechazar a los médicos y sus medicinas, lo que sin duda contribuyó a su larga vida.

Así pues, se convirtió en costumbre que la familia se levantara cada mañana para constatar que el viejo seguía tan vivo como el día anterior, y volviera a sacar cuentas y recuentas de su edad, y terminara el día firmemente convencida de que el inquebrantable anciano los enterraría a todos.

Cada vez que llegaba la noticia de la muerte de alguien en su pueblo, todos preguntaban si no había sido de casualidad el viejo Matusalén, para luego cambiar la conversación hacia el tema de la increíble resistencia del viejo, de quien se decía que había sobrevivido a cuatro dinastías de reyes, cinco terremotos, once guerras, siete temporadas de sequías y diecisiete anuncios del fin del mundo, que en ese tiempo también estaban muy de moda.

Al final, cuando todo el mundo había asumido seriamente la idea de la inmortalidad del anciano, un día no apareció como siempre a la hora del desayuno despotricando contra la juventud moderna y añorando los siglos pasados. La noticia corrió como reguero de pólvora y pronto se armó una muchedumbre de vecinos en la puerta de la casa, deseosos todos de comprobar que el viejo inextinguible había al fin ido a descansar al otro lado del paraíso. La gente venía con esquelas de pésame preparadas hace tanto tiempo que el papel estaba ya amarillento. Las dos florerías del pueblo, preparadas desde hace mucho para tan magno evento, se apresuraron a alistar las largamente encargadas coronas florales. Sin embargo, a eso del mediodía, cuando ya había llegado el cajón comprado desde hace décadas y la descendencia preparaba ya el café y los bocaditos del velorio, el viejo emitió un sonoro eructo para demostrar que aún era capaz de burlar a la muerte y no tenía aún intenciones de convertirse en inquilino del camposanto.

Matusalén había sobrevivido un día más.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Hoy tenia que escribir algo

y eso hice.

Ando falto de inspiración en estos días, y se me acaban los posts que tengo en borrador esperando publicación. Como aviso de servicio público, solicito a mis lectores que me manden ideas de temas para escribir, no importa lo tontos que sean, que de esto se trata el blog. A pesar de que el tiempo tampoco me sobra, trataré de atender los pedidos. Saludos.

martes, 6 de septiembre de 2011

Frases Twitteables 5



  • Si Calderón viviera hoy, diría que La vida tiene dueño, y los dueños, dueños son.
  • Vamos cuesta abajo, pero lo bueno es que ya conocemos el camino.
  • Ya sé que no me vas a creer, pero mi amigo imaginario tiene facebook.
  • Caminaba tranquilamente por la calle, cuando de pronto me asaltó una duda. Se llevó mi laptop, mi billetera y mi celular.
  • Los científicos dicen que el universo está en expansión. Debe ser cierto porque yo cada vez llego más tarde al trabajo.
  • Aquel ciego fue declarado inocente. Se demostró que no había tenido nada que ver.
  • Ley de la electrostática: Si eres positivo, atraes a los negativos.
  • Las apariencias engañan. ¡Maldita cirugía plástica!
  • Si el mundo se acabara hoy, quisiera estar contigo... Para asegurarme de que te mueras.
  • Tratando de olvidarte olvidé cómo conducir, olvidé las matemáticas, olvidé direcciones y números telefónicos, olvidé datos y cuentas. Me hace falta un mapa de mi cerebro.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Dicen que...


...Dicen que cuando un hombre muere, los ángeles y los demonios juegan su alma en un partido de fútbol. Como si fuera la última fecha del campeonato, si perdemos, nos vamos al descenso.
....

...Dicen que el supervillano, al verse vencido por el joven héroe, solamente tuvo una idea para salvar su vida. Era una idea descabellada, pero decidió correr el riesgo, ya que no tenía nada que perder.
- ¡Yo soy tu padre! - Le gritó.
Y funcionó. El héroe, confundido y anonadado, suspendió el ataque, permitiéndole escapar.
...

...Dicen que Alonso Quijano era un hombre sabio allá en su pueblo, pero no tenía el reconocimiento de sus vecinos. Solamente cuando perdió la cabeza y se convirtió en Don Quijote, fue conocido y celebrado por el mundo entero. Porque la sabiduría no basta, hay que agregarle la locura.
...

...Dicen que todos los cuentos, aún los más fantásticos, fueron historias reales alguna vez. Pero al contarlas una y otra vez, perdían interés, así que los narradores le agregaban nuevos detalles, que inventaban cada vez que el público se mostraba aburrimiento. Así, poco a poco, los hombres se convirtieron en héroes y dioses, las aventuras se convirtieron en hazañas y las historias en leyendas.
...

...Dicen que en realidad el burro es el más inteligente de todos los animales. Por eso, cada vez que se detiene a pensar, el hombre lo golpea para que continúe trabajando.
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