jueves, 27 de diciembre de 2012

Para este año quisiera que…



Este año que recién empieza, no nos debe pillar desprevenidos. Debemos planificarlo cuidadosamente, para no desperdiciarlo como hemos hecho ya otras veces. Tenemos 365 días para hacer lo mejor que podamos, ya sin miedos por el fin del mundo. Se acabaron las excusas y las disculpas. Hagamos que este año sea el año. Por eso quiero compartir algunos deseos para este 2013, para que al final de este año no tengamos que estar lamentando la oportunidad perdida:

  • Quisiera que este año se acabaran las disculpas por aquello que no hemos hecho. Si hemos hecho algo mal, empecemos a arreglarlo y no a ocultarlo esperando que nadie lo vea.
  • Quisiera que empecemos a considerar las cosas materiales no por lo que cuestan, sino por lo que valen.
  • Quisiera que realmente aprendamos las lecciones de la vida, en vez de solamente decir que hemos aprendido, y seguir haciendo lo mismo.
  • Quisiera que este año hagamos verdaderamente el esfuerzo de ser felices, en vez de simplemente tratar de sobrevivir. 
  • Quisiera que no olvidemos empezar el día con una sonrisa. No parece mucho, pero es el comienzo. Ya verás cómo se va contagiando poco a poco a todos los que te rodean.
  • Quisiera que volvamos a usar nuestra imaginación. Y que esta nos sirva de guía hacia todo lo que podemos lograr.
  • Y por último, quisiera que perdamos la vergüenza de obrar bien solo por miedo al qué dirán los demás. Qué importa que nos crean tontos.
Feliz año.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Una carta a Papa Noel


Querido Papa Noel:

Ojalá que te encuentres bien, aunque mi hermano mayor siempre me dice que te pregunte en la carta si es que ya empezaste tu dieta porque estás hecho un chancho. No importa, porque yo sé que a ti te gusta estar así. Este año me he portado bien, tengo buenas notas en el colegio, y la profesora me sacó a cantar en la actuación de fin de año. Canté la ranchera del Amor Eterno y me aplaudieron mucho las mamás.

Lo que quería decirte es que este año ya no te voy a pedir como los otros años que me traigas un terminator T-100 para que me defienda de los otros niños que me hacen bullying, ni tampoco te voy a pedir que la chica de la carpeta de la primera fila me acepte. Ahora ella está con Ramiro, que está en el otro salón, y se les ve tan tontos juntos que ya no me gusta. Este año no quiero otro MP3, que el que me trajiste el año pasado se rompió cuando los otros niños me lo quitaron y se cayó y lo pisaron cuando trataba de recuperarlo. No, este año quiero otra cosa.

Este año nos contaron la historia de Jesús. La verdad es que ya nos la habían contado el año pasado, pero no estaba prestando atención y estaba pensando en el recreo y en cómo hacer que los demás me acepten para jugar fulbito. El año pasado estaba más chico y no me escogían, y me dejaban solo sin jugar. Ahora ya me escogen a veces que no hay más jugadores. Bueno, te estaba diciendo que nos contaron que Jesús cuando nació era tan pobrecito que lo acostaron en una cama llena de paja junto con un burro y un buey, que es así como un toro pero más tonto. Y que sus padres no tenían dinero para ponerle pañales, ni globitos de corazón.

Entonces se me ocurrió que sería una buena idea que todos los regalos que me ibas a dar este año se los des a él que está tan pobrecito y que los necesita más que yo. Yo tengo un nacimiento en mi casa y allí se ve al niño Jesús que está más que con un pañal de trapo,  así que debe tener frío por las noches, además que está junto a ese burro que me han contado que huele bien feo. Yo no he visto nunca un burro de verdad, nomás en la televisión, pero se ve que son animales peludos y carachosos y llenos de pulgas. La Virgen y San José están ahí nomás mirando sin hacer nada, sin ponerle ni siquiera una frazada para que duerma tranquilito.

Este año no me traigas nada, en vez de eso tráele al niño Jesús una cuna con mecedora y unas frazadas y unos juguetes para que juegue y se ponga contento. Yo te pido esto porque los demás ni se ocupan de él.  

Los demás niños se fijan más en el árbol que el Nacimiento y está que esperan los regalos que les van a dar y las muñecas y los juegos de Nintendo. Nadie se acuerda del niñito que está en el pesebre y todos dicen que Papa Noel, o sea tú, les vas a traer un montón de cosas que van a romper esa misma noche. ¿Por qué les traes un montón de cosas a esos niños que se portan mal y les pegan a los que son más pequeños?
Por eso es que este año voy a darle todos mis regalos a Jesús, que los necesita más que yo, y que ojalá que cuando tenga mi edad tenga muchos amigos y muchos juguetes y le vaya bien en la escuela y que la profesora lo saque en las actuaciones porque seguro que también le va a gustar mucho cantar.

Te dejo muchos saludos y no le hagas caso a mi hermano que tú estás bien así gordito.

Con muchos cariños,
Un niño.

martes, 18 de diciembre de 2012

Cosas que hacer antes del fin del mundo


Cuando llegue el día del fin del mundo, es decir, si es que llega ¡Tantas cosas se dicen en estos días! deberá encontrarme preparado. Tal vez no llegue, pero nunca está demás tomar algunas precauciones. Así pues, he empezado a poner en orden las cosas que tengo y que había dejado desordenadas a falta de una mejor ocasión.

Siendo el tiempo tan corto antes que llegue el fin de mundo, debo aceptar que hay lugares que no llegaré a conocer. Varios lugares turísticos, pero sobre todo me iré sin conocer aquellos sitios donde se encuentra la tranquilidad y el olvido, lejos de las presiones de la vida ciudadana, de los apuros, del tráfico, del stress.
Aun así, puedo encontrar la tranquilidad de saber que ya nada me pasará hasta que llegue esa fecha en que se anuncia en todo se acabará. Tomaré la oportunidad como un bono de inmortalidad a plazo fijo, ya que todos sabemos que nadie se muere en la víspera. Trataré de encontrar aquellas emociones que me había negado hasta hoy. Algo de aventura, algo de peligro para hacer latir mi corazón, que tan poco ejercicio ha tenido desde hace quién sabe cuánto tiempo.

También debo darme un tiempo para ordenar mis cosas. Últimamente he estado descuidado en ese aspecto. Mis escritos, los pedazos de cuentos que dejaba desperdigados buscando el resto de inspiración para completarlos, aquellas frases perdidas que esperaban un lugar dónde ponerlas. Todo eso debo terminar mientras me quede tiempo y ánimos. Tengo muchas cosas además que ordenar. Objetos con valor por el recuerdo que invocan. La biografía que quedará ahora definitivamente inconclusa, podrá rastrearse a través de las tarjetas, cartas, adornos y otras cosas que dejo.

La música, que había sido tan importante y que más de una vez me salvó de la locura, la rendición y el abandono, no puede ser dejada al olvido. Hay música que merece ser escuchada antes del final. Si algún recuerdo de mí quedará después del final de la existencia como la conocemos, será con el fondo musical de los Beatles, Sabina, Aute y muchos otros. Mi guitarra quedará en su sitio después de un último intento de hacer brotar esas canciones que llevo en mi mente.

Cuando llegue el día del fin del mundo, es decir, si es que llega, debo pensar en lo que dejo. ¿Cómo me recordarían aquellos que se queden? Debo aprovechar en hacer el bien a la gente mientras aun hay tiempo. Tal vez haya un cielo y un infierno, tal vez no, pero mis acciones no estarán gobernadas por el miedo al castigo o por la esperanza de un paraíso, sino por el convencimiento de que es lo correcto.

Aun debo una visita a mis amigos, aquellos con quienes he pasado episodios de mi vida, a los que me han ayudado alguna vez, aunque esa ayuda no haya sido más complicada que darme una sonrisa cuando la necesitaba. Que sepan lo que han significado para mi, y lo que no les pude decir por timidez, porque creí que ellos lo sabrían, porque no pensé que fuera tan importante.

Y antes de que llegue la hora final, pensaré en lo verdaderamente importante. En la razón por la que siempre estuve aquí, en todo lo que me llevo a este día y a este lugar. Descubro ahora que este viaje por la existencia solo puede tener un final que quisiera. No son los objetos, la ilusión del éxito, la opinión de la gente. Descubro con miedo que nada importa ya al final de los tiempos: los lugares, los objetos, la música, las personas, el alma. Lo único que quiero es pasar estos días contigo. Aunque no se acabe el mundo.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Los feos


Si bien Dios nos hizo a su imagen y semejanza, a algunos parece que más bien los hizo Quetzalcoatl. Estos son los menos agraciados por la naturaleza, los estéticamente desfavorecidos, en una palabra, los feos. Esos que cuando chupan un limón quedan mejor que antes, esos que parecen salidos de la escena de la cantina de La Guerra de las Galaxias, esos que cuando uno los ve, duelen los ojos.

Claro que ser feo no es para nada una bendición. Los feos son normalmente víctimas de la discriminación facial y del bullying. En la escuela, los niños aprenden sus primeras lecciones de maldad poniendo a los feos apodos como “espantacucos”, “gárgola resfriada”, “Freddy Kruger”, y tantos otros que la imaginación inventa cuando ve a uno de estos ejemplares.
Cuando crecen, no les queda otro remedio que estudiar y trabajar mucho para obtener dinero. Esto es relativamente fácil, ya que las mujeres se alejan de los feos como si la fealdad fuera contagiosa. Entonces, con dinero, pueden derrotar a los guapos con el poder de la billetera. Ese es normalmente el secreto de aquellos feos que se ven en la calle acompañados de mujeres hermosas. El dinero además, tiene el poder de quitar la fealdad. No existe feo con plata. El que tiene dinero ya no es feo, es una “belleza rara”, un “aspecto exótico” o cualquier otro eufemismo.

Para los pobres feos que se quedan de pobres, el único recurso es conseguir un trabajo de superhéroe, asalta bancos o cualquier otro empleo que requiera usar una máscara. Claro, hay muchos feos que dicen que la verdadera belleza está en el interior, pero yo no creo que eso sea cierto, yo he salido muchas veces de la capital y siguen habiendo feos.

- No, Inge, lo que quieren decir es que la belleza está en el interior de las personas. 
- No creo tampoco, si yo abro a un feo con un cuchillo para ver su interior lo voy a ver igual de feo… 

Bueno, hay feos y feos. Hay feos que les dicen a otros “feo”, para ver si la multitud mira hacia otro lado, Hay feos que viven buscando a alguien más feo para sentirse mejor, y hay feos en busca de rehabilitación, que van al cirujano plástico para salir con la desagradable sorpresa de que tales médicos también cobran de acuerdo a la cara del cliente.

En fin, hay varias clases de feos, de la que aquí se presentan algunas:
  • El feo Invicto: Nadie le gana de feo.
  • El feo eficiente: Logra mucha fealdad en poco espacio. 
  • El feo fosforescente: Hasta en la oscuridad se ve feo. 
  • El feo silente: Te deja sin palabras. 
  • El feo cebolla: Lo ves y te dan ganas de llorar. 
  • El feo filosófico: Te deja pensando: “¡Qué feo es!” 
  • El feo religioso: La gente lo ve y se santigua. 
  • El feo minimalista: Es simplemente feo. 
  • El feo reciclable: Como feo no tiene desperdicio. 
  • El feo límite: Ya no pude ser más feo. 
  • El feo 20/20: Se ve feo de cerca y de lejos. 
  • El feo demócrata: La opinión popular dice que es feo. 
  • El feo fotogénico: Las fotos no reflejan todo lo feo que es. 
  • El feo con eco: Es feo, feo, feo. 
  • El feo 360: Es feo desde cualquier ángulo
  • El feo superestrella: Causa tumultos, desmayos e histeria colectiva. 
Y hay muchos tipos más de feos, pero lo dejo aquí antes de que esa persona que estoy pensando se sienta aludida.

- ¿Y la moraleja? 
- No sé... La moraleja la dejamos en que es feo ser feo.

domingo, 9 de diciembre de 2012

El ataque de los lemmings


Durmiendo un fin de semana, me quedé mirando la televisión. Y como mi control remoto parece que tiene voluntad propia, o es que el perro me cambia de canal para ver lo que le interesa, terminé viendo un documental sobre animales. Y en ese estado, como me suele ocurrir, los animales se mezclaron con mis sueños. Me vi en pleno territorio ártico mirando impávido cómo una muchedumbre de lemmings se dirige al precipicio para lanzarse al vacío como si fuera la última moda en terapia de grupo. Lógicamente, lo primero que pienso de esa situación es que es una sutil metáfora sobre la actualidad política de mi país. Ya me parece escuchar a nuestro político de moda afirmar orgulloso: “Cuando llegamos al gobierno, el país estaba al borde del precipicio, y ahora estamos dando un paso adelante”. 

No entendí muy bien por qué es que estos animalitos deciden de un momento a otro que es una buena idea ir todos en tropel a tirarse del precipicio, como si todos se dieran cuenta al mismo tiempo de lo cochina que es esta vida, pero tal vez no sea tan mala idea preguntarles el secreto y utilizarlo, por ejemplo, después de un concierto de reggaeton. Algo así como “Si todos los lemmings lo hacen, algo bueno debe tener”.

La manada de lemmings no parece muy comunicativa tampoco. No quieren soltar prenda de adónde van ni por qué lo hacen, ni llevan banderolas ni entonan lemas ni cánticos como los humanos. Son definitivamente muy diferentes a nosotros. No me imagino a la mamá lemming diciéndole a su hijito lemming: “¿Si todos los lemmings se tiran al precipicio tú también lo harás?” Vaya usted a saber lo que dirá cuando el joven lemming quiere tatuarse una lisura en chino o ponerse un piercing en cualquier parte del cuerpo.

Y a propósito ¿Cuál será la utilidad de estos lemmings? No sé si estos bichos sirvan de mascota, pero ha de tener sus bemoles. El día que uno se me pierda de mi casa voy a tener que buscarlo al barranco que da a la playa, o tener que identificarlo entre los 477,861 otros lemmings que siguen el mismo camino. Tampoco creo que puedan remplazar a los perros pastor alemán como lazarillos. Los pobres ciegos acabarían todos al fondo del abismo por seguir la guía de un lemming arrebatado por el instinto.

El día que viaje al ártico tendré entonces que tomar mis precauciones contra el ataque de los lemmings. Si me encuentro cerca de un barranco, tendré que mirar atentamente que no haya lemmings en lontananza, para evitar que me cierren el paso y me lleven al abismo como invitado especial de su suicidio masivo. Y si tomo sol en la playa también deberé cuidarme de no hacerlo al pie de un acantilado, no sea que empiecen a llover lemmings desde lo alto y quede sepultado entre los caídos.

Este tema de los lemmings me ha dejado pensando. Ayer, que era un fin de semana aburrido, a alguien se le ocurrió decir: “Hagamos una actividad grupal”. “¿Como los lemmings? Fue lo que se me ocurrió responder.

martes, 4 de diciembre de 2012

Frases Twitteables 17



  • En su primera borrachera, vomitó a su niño interior.
  • Los Beatles me enseñaron que nada es para siempre. Los Rolling Stones me enseñaron que no siempre es así.
  • Las calles sin señales de tráfico no tienen sentido.
  • Cuando ya éramos “tú y yo”, convertiste el “nosotros” en un “yo solito”.
  • He tenido que tomar una foto con mi celular para convencerme. No estoy de mal humor. En realidad es un día gris.
  • Siempre me ha parecido que la palabra “sufragio” es la abreviación de “sufrir un naufragio”.
  • Aprendes menos que el loro de un mimo.
  • Me he tropezado tantas veces con la misma piedra que ya le agarré cariño.
  • Después de aquel ataque de nervios, a la princesa dejaron de llamarle "Su Alteza Serenísima".
  • Quise ser un billete de a 100, pero no tuve el valor.
  • Si un mimo te quiere decir algo, escúchalo. Probablemente sea algo muy importante.
  • Ahora que todo terminó entre nosotros… ¿Puedo vender tu merchandising?
  • ¿Quién me apagó la luz al final del túnel?
  • Todos deberíamos intentar lo imposible. No porque lo podamos alcanzar, sino porque en el camino lograremos cosas que no pensábamos.
  • Cuando encuentro un problema me pongo a pensar en qué haría Wile E. Coyote en esa situación.
  • Te quise contar el de Blancanieves, pero no venía a cuento.
  • Si sientes mariposas en el estómago, revisa por si no has estado tragando orugas.
  • Trato de contar ovejas, pero solo pasan elefantes color de rosa.
  • Me resisto a creer que “normal” significa “igual a todos”.
  • En la consulta, Pinocho dijo que no podía ver más allá de su nariz. El oculista le pidió una mejor explicación.
  • Me gusta sorprender al autocompletar de mi Smartphone escribiendo palabras que no espera.
  • Todos somos el karma de alguien.
  • Quisiera que fueras como un disco de vinilo. Quisiera que tuvieras una cara B.
  • Si la ociosidad es la madre de todos los vicios, a mí que me hagan la prueba de ADN.
  • He consultado a varios ancianos. No es cierto que el pasado esté en blanco y negro.
  • En un día de mucho viento, se pueden escuchar las palabras que se lleva.
  • Levanté una caracola para escuchar el sonido del mar. Solo escuché una voz grabada que decía: “Usted no dispone de saldo suficiente”.
  • Creo que el amor toca a mi puerta solo cuando yo he salido a comprar el pan.
  • Nunca le lleves el desayuno a la cama a alguien que ha estado bebiendo toda la noche y tiene una resaca de campeonato.
  • Algún día conocerás el significado de la palabra “traumatismo encéfalo-craneano”.
  • No seas orgullosa. Eres interesante pero aun no estás como para hacerte un documental en el Discovery Channel.
  • No sabes cuidar las cosas, te di mi corazón y me lo devolviste roto.
  • Yo trato de aprender de mis errores, pero mis errores también aprenden de mí y se vuelven cada día más inteligentes.
  • Si te entristece porque llega el otoño, imagínate lo que sienten las hojas cuando saben que van a morir.
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