miércoles, 27 de noviembre de 2013

El número 7



Los antiguos babilonios, grandes observadores del cielo, se detenían a mirar las estrellas en las noches claras del cielo en aquella región. Y encontraron que dentro del firmamento había algunas luminarias que podían moverse trazando un recorrido. Poder desplazarse cuando todo lo demás es estático en el cielo es un signo de poder, concluyeron. Así, la imaginación dotó a estas luminarias de carácter divino, convirtiendo a cada uno de ellas en un dios. Y estos eran siete. Siete entonces fueron los dioses del cielo y el siete se convirtió en un número sagrado, símbolo de la perfección. Todo aquello que apareciera en un conjunto de siete era signo de grandeza. El arco iris, con sus siete colores, también se convirtió en sagrado.
Grande fue la influencia de los babilonios sobre las culturas que surgieron después. Persas, Griegos, Etruscos, Hebreos, y luego Romanos y cristianos heredaron la consideración sagrada a este número, heredando las costumbres y leyendas relacionadas a este número: La creación del mundo en siete días, los siete días de la semana, los siete dioses principales, los siete sacramentos. Las listas de las cosas importantes era compuesta por siete elementos: Las siete maravillas del mundo, los siete sabios de Grecia,
Las siete colinas que rodeaban a Roma, los siete cielos y los siete círculos del infierno, las siete virtudes cardinales y los siete pecados capitales, las siete notas musicales… Todo lo importante debía estar en grupos de siete.
Otros números también eran usados, pero no tenían el prestigio del siete. El dos tenía la dualidad del día y la noche, el tres la Santa Trinidad, los cuatro puntos cardinales, los cinco sentidos. Ninguno, sin embargo, tenía el poder místico del siete.
¿Cuántas veces debo perdonar a mis enemigos? ¿Siete veces? Preguntaban a Jesús el Nazareno – Setenta veces siete – era la respuesta con el significado del perdón ejercido un número muy grande de veces.
Por estas razones, el siete era también muy utilizado en las historias, pues daban al lector la impresión de que se hablaba de algo importante y con valor. Los siete enanos, las siete vidas del gato,  el séptimo hijo de un séptimo hijo.
Más tarde los matemáticos se han entretenido hallando ingeniosas aplicaciones y ecuaciones que incluyen al número siete. El lector curioso podrá acceder a ellas en muchos sitios de internet. Aquí solo coloco alguno de los más interesantes, donde cada multiplicación genera los mismos números en el mismo orden, cambiando solo el número de inicio:

142857 x 1 = 142857
142857 x 2 = 285714
142857 x 3 = 428571
142857 x 4 = 571428
142857 x 5 = 714285
142857 x 6 = 857142
142857 x 7 = 999999

Con el añadido de que el número 142857 es la parte periódica de 1/7. Es decir:
1/7 = 0.142857

En fin, el día de hoy, un nuevo evento se añade a esta lista de singularidades, rarezas y cuestiones filosóficas con el número siete. Hoy, este blog cumple siete años.

jueves, 21 de noviembre de 2013

El buceador y el montañista


En una empresa requerían cierta vez contratar a una persona para uno de los puestos de la organización. Sabido es que actualmente las empresas dejan esta labor a empresas especializadas de reclutamiento, pero tras dos intentos infructuosos, decidieron dejar de lado esta opción y encargaron a la jefa de Recursos Humanos la búsqueda de la persona apropiada para el puesto. La encargada lo primero que hizo fue consultar en su red de contactos por si alguien conocía a quien cumpla con los requisitos. Los requisitos, por lo demás, nunca estuvieron muy claros. Se quería a alguien que, aparte de unos requisitos de educación bastante confusos, pudiera cumplir con las cualidades personales que la empresa tiene en sus planes de negocio. Ante la duda, la encargada recibía a todo tipo de personas: Con título, sin título, con experiencia, sin experiencia, con experiencia en otras áreas, en fin, de todo. La búsqueda parecía no dar resultados y los tiempos apretaban. Fue en uno de los últimos días cuando aparecieron dos personas especiales, diferentes a los que se habían presentado antes.

La primera persona apareció en la mañana, recomendada por alguien conocido. Su traje no era todo lo elegante que se suele llevar a una entrevista de trabajo, pero cumplía con lo mínimo que se pide para estas cosas. Se presentó a sí mismo como un buceador.
-          ¿Por qué nos podría interesar un buceador en nuestra empresa? - Fue la pregunta que surgió de manera automática.
-          Un buceador tiene las cualidades que esta empresa necesita – Respondió el postulante – un buceador sabe lo que es trabajar bajo presión, se sumerge en el trabajo asignado, analizando los problemas a profundidad, sabe cuándo se debe respirar y cuando se debe echar el aire. Además, los buceadores no son gente superficial. Saben que una falla en su equipo les puede costar la vida, por eso son muy cuidadosos, pero cuando ven las oportunidades favorables, se zambullen sin ningún temor. Los buceadores son también gente que llega siempre hasta el fondo del asunto, y de vez en cuando encuentran verdaderos tesoros en la profundidad. Saben cuándo es el momento apropiado para salir a la superficie y mostrarse. Si lo que busca es alguien que pueda hacer carrera, un buceador es alguien que ya ha estado en el fondo y conoce lo que cuesta ascender. Un buceador, por lo tanto, es el elemento ideal que necesita su empresa.

Estas razones causaron buena impresión en la reclutadora, quien estuvo de acuerdo con las ideas del postulante y la convencieron de las bondades de tener a un buceador dentro de la empresa. Pero aún faltaba el último postulante, quien se presentaría en la tarde para su entrevista de trabajo. Decidió esperarlo antes de tomar la decisión final.

A la hora indicada se presentó el último postulante. Su ropa, aunque limpia y con una elegancia casual, no era lo que uno esperaría en una entrevista para una gran empresa. Al fin y al cabo, las modernas tendencias de reclutamiento recomiendan indican que la apariencia no es el factor determinante, pensó la encargada, al hacerlo pasar.
-          ¿Qué cree que puede aportar usted a nuestra empresa? – preguntó.
-          Yo, señorita, soy montañista – dijo, como si la respuesta se explicara sola.
Ante la mirada confundida de la encargada de Recursos Humanos, el postulante explicó:
-          Un montañista está acostumbrado a escalar posiciones, está fuertemente orientado a una meta, está dispuesto a llegar a lo más alto, puede ver el panorama que otros no están acostumbrado a ver, y no se conforma con menos que las alturas. Un montañista puede trabajar y rendir incluso cuando la atmósfera está enrarecida, no necesita de mucho oxígeno para trabajar, y no se rinde ante el esfuerzo. Sabe trabajar en equipo, y utiliza todas las herramientas disponibles para llegar al final, pues sabe que si no lo logra, será considerado un fracaso, no lo arredran los climas adversos ni los vientos fuertes, sabe capear una tormenta y se agarra de cualquier saliente para evitar la caída. Es alguien que no se conforma con menos que llegar a la cima. En suma, un montañista tiene las cualidades que su empresa necesita.

La reclutadora, ante las dos posibilidades encontradas ese día, dudó entre las cualidades de uno y de otro. ¿Cuál sería el que reuniera las mejores cualidades para la empresa? ¿El buceador? ¿El montañista? Decidió consultar a su gerente.

-          ¡No me venga con metáforas y contrate al que cobre menos! Fue la seca respuesta.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Las Fresas


Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.

Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:
—¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
—No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda."


Cuento budista, encontrado en internet.

sábado, 9 de noviembre de 2013

De gatos y humanos


Dentro de la eterna batalla entre perros y gatos, los gatos tienen cierta ventaja en cuanto a su consideración de los humanos. Los perros tienen a su favor la fidelidad, la obediencia y la demostración instantánea de afecto que es mover la cola. Los gatos, en cambio, tienen un carisma especial que no tienen los perros. Este carisma, contra lo que algún desavisado pudiera pensar, proviene en gran parte del desconocimiento. Con los perros, el dueño conoce la vida y los movimientos: Sabe dónde duerme, dónde pasea y con quién sale a jugar. Los gatos, por el contrario, tienen una vida privada que cuidan celosamente: Comen, pasean y se divierten sin pedir permiso del dueño, sin culpas ni remordimientos, usando la casa solo como lugar de descanso.

El dueño solo conoce al gato en sus momentos de descanso, acurrucado en un sillón. Los humanos creen entonces que son dueños de un animal flojo y perezoso, desconociendo totalmente su verdadera vida, la que transcurre allá afuera. Sobre todo, el mayor error que comete el dueño es ese: cree que es su dueño. El gato en realidad no pertenece a nadie sino a sí mismo, y no tiene que rendir cuentas a los humanos. Cuando un perro escapa un día, volverá al siguiente con el rabo entre las piernas y las orejas gachas. Un gato puede desaparecer por varios días y regresará sin pedir disculpas e indiferente a los reclamos humanos. Es tal vez por eso que a las mujeres les gustan los gatos y a los hombres les gustan los perros. Los hombres quieren a alguien que les obedezca sin discutir y las mujeres quieren a alguien independiente. Aunque las mujeres digan que los hombres son unos perros, preferirán al gato que las trata como aquel antiguo amante.

Y los hombres cuentan o imaginan las aventuras felinas con chismosa admiración. Las siete vidas, el caer de pie, son leyendas creadas por la envidia del hombre hacia la condición felina, que es la más cercana al hombre en carácter y manías. Una vez en un trabajo, estaba en una fábrica donde la dueña del comedor tenía una gata, a la veíamos siempre merodeando en busca de algo de comida que cayera de algún plato o la que los comensales tuvieran a bien darle. Era esta gata de vez en cuando tema de conversación entre los trabajadores. Yo por mi parte vigilaba al llegar que la gata estuviera rondando por allí, no sea que haya terminado primero en la olla y después en mi plato, disfrazada de estofado. Un día que no la encontramos esperándonos a la hora del almuerzo preguntamos por ella a la dueña. – Ya no para mucho por aquí porque está de amores con un gato – me dijo. Al instante empezó la búsqueda de más datos, cómo ha sido eso, dónde lo conoció, qué andan haciendo. Es que la gata no era una gata sucia y de malas pulgas, sino más bien una gata bien presentada que supongo debía verse atractiva a los ojos gatos. Con inocultable orgullo, la dueña nos contaba que había aparecido en el vecindario un gato muy lindo, todo blanco y de ojos azules, y que ahora andaba con ella por todos lados. - ¡Chapó su gringo la gata! - Fue el comentario unánime.
En efecto, a los pocos días tuvimos oportunidad de verlo, una vez que el gato vino al comedor a buscar a su gata. Era en realidad como nos habían contado, un gato gringo de ojos azules, acompañando a la gata nativa de color borroso. A los pocos días volvimos a ver a la gata sola en el comedor. La dueña, ante la avalancha de preguntas, accedió al fin a contarnos que el gato había pasado un par de noches apasionadas con la gata y después de eso ya no había vuelto a buscarla. – ¡Igual que los humanos! – le dijimos. – No, no es igual - nos replicó – Lo que pasa es que para los gatos el acto de amor es doloroso, y si la gata vuelve a encontrar al gato lo agarra a golpes y arañazos – Igual que los humanos – le respondimos a coro.

Nuevamente pasaron algunas semanas, el gato blanco de ojos azules no volvió a ser visto por los alrededores, pero descubrimos que el choque y fuga con el gato gringo no había dejado de tener consecuencias. Por el comedor empezaron a rondar cuatro o cinco gatitos muy bonitos de color borroso y ojos azules, hijos de la gata residente, huérfanos de un padre, que seguramente no volverá a aparecerse jamás, para no sufrir una golpiza y verse obligado a casarse y pasar una pensión a los frutos de la unión gatuna.
Al poco los gatitos también desaparecieron del comedor dejando a una madre resignada. La dueña insistía en que los había regalado, aunque a mí no dejaba de parecerme sospechoso que ese día precisamente hayan servido estofado en el comedor.

Por alguna razón, cada vez que cuento esta historia a quienes gustan de mis tonterías, mis oyentes creen que estoy disfrazando una historia ocurrida a alguien, a la hija de la cocinera o qué sé yo, sin poder creer que esta historia en realidad pasó casi tal cual la cuento. Como reacción, cada vez que cuento esta historia se vuelve más antropomórfica y menos gatuna. Algún día, tal vez la termine contando como la historia de la bella joven que conoció a un gringo que la abandonó dejándola embarazada. Que no me digan después que el animal más cercano al hombre no son los gatos.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Frases twitteables 25


  • El instrumento, mal afinado, tocaba canciones subidas de tono.
  • Alguien me dijo que el presente es el material con el que fabricamos el futuro.
  • Me hace falta el folleto de instrucciones para armarme de valor.
  • La próxima vez que le pidas un deseo a una estrella fugaz, asegúrate de que no sea un avión cayendo envuelto en llamas.
  • A veces, es bueno decirle a alguien tonto, no como insulto, sino como diagnóstico.
  • Para todos, era el bufón de la corte. Pocos sabían que era quien en realidad gobernaba el reino.
  • Al profesor de matemáticas: ¿Tiene algunos números imaginarios que le sobren? Son para un amigo.
  • Tu autobiografía mal estructurada, llena de borrones, faltas de ortografía, partes inventadas, errores de estilo, es tu fiel reflejo.
  • La CIA, el FBI, la NSA, vigilan cada uno de mis pasos. Y en cada una de esas agencias hay alguien que se muere de risa a costa mía.
  • Todo aquello que alguna vez se nos dijo que nos liberaría, se convirtió, más temprano que tarde, en otra forma de esclavitud.
  • Voy a colaborar para este desierto con un grano de arena.
  • Para todos, era el bufón de la corte. Pocos sabían que era quien en realidad gobernaba el reino.
  • Nadie se ha dado cuenta, pero al final Pinky y Cerebro sí lograron conquistar el mundo.
  • Si no sabes a dónde vas ¿Por qué llevas tanta prisa?
  • Mi creatividad consiste en hacer mal las cosas de una manera que nadie había pensado antes.
  • Mi amigo imaginario tiene más seguidores en Facebook que yo.
  • El mejor invento del capitalismo para eliminar a los izquierdistas es el pago de sueldos.
  • Nadie sabe lo que tiene, hasta el examen médico.
  • Novela de misterio china: Se comete un asesinato en medio de una multitud. El asesino se mezcla entre la gente, la policía arresta a 3,167 sospechosos de acuerdo a la descripción de los testigos.
  • Mientras caía cuesta abajo, me encontré con varios conocidos.
  • Si la materia se transforma en energía, ¿Por qué los gordos son tan perezosos?
  • Algún día entenderé los chistes que se dicen de mí.
  • En esta empresa se solicitan kamikazes. Se ofrece un buen seguro de jubilación.
  • ¿Cómo quieren que encuentre la salida del laberinto con ese minotauro molestando a cada rato?
  • Este gobierno hace todo lo posible por demostrarnos que tiene sentido del humor.
  • Tan inocente y tranquilo que parecía ese lápiz, y mira lo que escribió.
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