lunes, 29 de junio de 2015

Lugar de citas 2



Revisando mis escritos anteriores, me doy cuenta de que hay algunos párrafos que todavía me gustan y que merecen ponerse por separado para que la gente vea de lo que soy capaz cuando estoy inspirado. Aquí otra muestra de mis mejores pedazos de posts:


Imagino a las hordas demoníacas usando reggaetones como marcha de batalla a ir a la carga contra casi indefensos ángeles, cuya música de liras no es para nada la más apropiada a la hora de la batalla final.

...

Érase una vez un tonto que un día,
Quiso saber lo que se sentía ser poeta
Y hacer un soneto, décima o cuarteta
Así que intentó escribir un post en verso,
Y le salió tan mal el esfuerzo,
Que terminó haciendo una tontería.

...

A pesar de todos los políticos que la han prometido, de todos los enamorados que la han ofrecido como regalo a una linda chica, la luna sigue siendo gratis para todo el mundo. No me imagino aún el día en que levante la mirada al cielo y no pueda verla, y haya un tonto enamorado diciendo que ya se la regaló a su novia.

...

Mi relación con Dios es un poco extraña a los ojos de muchas personas. No es que me ponga hacer penitencias raras o que me ponga a anunciar el fin del mundo por calles y plazas. Todo lo contrario. Mi relación es a nivel de amistad y camaradería. Con Dios yo puedo conversar, hacer chistes y hasta una vez me puse a jugar a los dados con él.

...

Erase un Hamor. Un amor con fallas ortográficas. Un amor inculto, inexacto, descuidado. Un amor al que le falta aprender, que no aprendió las lecciones. Un amor con una letra de más que no necesita.
(Erase un amor)

martes, 23 de junio de 2015

Un ingeniero en el cine


De los tipos de personas que van al cine, podemos hacer una clasificación interesante: están los que van a comer pop corn, sanguches, gaseosas y lo que encuentren, esos que son los culpables de que encontremos al salir de la función el piso lleno de dulces y palomitas de maíz; están los que hablan con el vecino, prenden el celular para wasapear a mitad de la película; los que solo quieren estar en un sitio oscuro con su pareja y por supuesto son incapaces al final de decir de qué se trataba la película. Y hay también una minoría de los ingenieros: Los que explican cómo funcionan los artilugios que utiliza el héroe para derrotar a los villanos, los que señalan las imposibilidades de cada escena, pero que al final expresan su admiración por Tony Stark o el Sr. Spock.

Para aquellos que no pudieron ir al cine, será inútil pedir una crítica, pues no se referirán a la película sino a las aplicaciones técnicas utilizadas. Es que para ellos una película no es buena o mala, es posible técnicamente o no.

El otro detalle en el que los ingenieros prestan especial atención es en el sistema operativo que utilizan las computadoras de los personajes de la película. Gracias a ellos nos hemos enterado de detalles tan inútiles como que en “Alien” utilizan DOS, que en “Jurassic Park” no utilizan UNIX aunque declaren hacerlo,  y que en muchas películas usan un sistema extraño que con letras enormes, y que hace que todos los programas se interrumpan para avisar que ha llegado un correo electrónico, mostrando una escandalosa ventana emergente.

Pero antes de criticar a los ingenieros que ven películas y hablan de ellas, debemos recordar que gracias a ellos el resto de la gente puede ver a Megan Fox en las películas de Transformers, todos sabemos que la pusieron allí para distraer a los que quieren criticar máquinas que se convierten en robots.

Identificar a un ingeniero en el cine es tan fácil como preguntarle de qué se trata la película. Describirán el argumento dentro de sus términos de ingeniería de una manera que nos hará dudar de si hemos visto lo mismo. Para los que no me creen, pongo aquí algunos ejemplos:

Avatar: Un gran proyecto minero tiene problemas con la población local, así que infiltra a uno de los suyos para que trate de convencerlos. Si no resulta, llamarán al ejército.
El Planeta de los simios 2: Un grupo de ingenieros trata de rehabilitar una planta eléctrica y trata de convencer a la población local para que los dejen trabajar.
La Guerra de las Galaxias: Trata sobre un gran proyecto de construcción de una planta de destrucción galáctica encargada por el gobierno. La gestión de los riesgos falla y el proyecto sufre un gran retraso.
El regreso del Jedi: El proyecto es retomado con importantes mejoras y una mejor gestión de los riesgos. Aun así, el proyecto tiene problemas y debe ser abandonado definitivamente.
Matrix: Se logra por fin un sistema operativo que funciona a la perfección, pero es hackeado por usuarios descontentos, que prefieren el sistema antiguo.
Los Vengadores: Un tecnología en desarrollo se sale de control. Se llama al equipo de respuesta rápida para salvar el proyecto (Curiosamente, esta descripción aplica para las dos películas de la saga).
Rápidos y furiosos 7: Dodge Challenger, Nissan Skyline, Bugatti Veyron, Lykan, Maserati…


Moraleja: Ya avisé, así que no quiero quejas cuando acompañe a alguno de ustedes al cine.

miércoles, 17 de junio de 2015

Frases twitteables 37


  • Estoy trabajando en un diccionario español-emojil. Sé que muchos me lo van a agradecer. 
  • Si Dios creó al hombre, que se haga responsable de todo lo que hacen. 
  • Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana, pasó algo que ignoro, porque aquí las noticias me llegan muy tarde. 
  • Me fui a la montaña para no ver a Mahoma. Total, él nunca viene hasta aquí. 
  • No estás tan mal para ser de gama media. 
  • Hoy en una reunión empecé a tomar fotos con mi cámara en vez de usar el celular. Todos me miraban como si estuviera haciendo trampa. 
  • Escribo cuando nadie me ve, tal vez por eso cuando veo nadie me lee. 
  • La carrera por la inteligencia artificial: Las máquinas se hacen más inteligentes y los hombres se vuelven más estúpidos. 
  • ¿Se puede escribir “de puño y letra” desde un teclado? 
  • Me han recomendado una película de terror que se llama 50 zombies de Grey o algo así. 
  • Jaque mate en 12 movimientos. – ¿Ajedrez? – No, mi esposa estacionando el coche. 
  • Nada está escrito, dijo el estudiante de filosofía al entregar su tesis. 
  • Solo sé que nada sé, dijo Sócrates al entregar su examen en blanco. 
  • Puedes dedicar una canción que no hayas compuesto ni cantado, pero no puedes dedicar un poema que no hayas escrito. Doble moral. 
  • Nada tiene de malo retroceder, si tu camino era el equivocado. 
  • Lista de reproducción: Música que no sabes cómo diablos llegó a tu reproductor. 
  • ¿Han notado que todos aquellos a los que llaman “inmortales” ya se han muerto?
  • No recuerdo haber contratado un doble, pero alguien está haciendo todas mis escenas de sexo. 
  • Empezó a sospechar de aquel voyeur cuando se dio cuenta que la observaba no con una cámara, sino con la mira de un rifle automático. 
  • No te hagas ilusiones. Si te pagaran por lo que escribes, tampoco te pagarían mucho. 
  • La pesadilla. caía... caía... caía... caía... caía... caía... ¡PLUM! me desperté. 
  • Descartes tenía razón. En estos días no he estado pensando, y no he existido. 
  • A veces el ángel nos dice al oído: "Manda todo al demonio". 
  • De vez en cuando el ángel deja ganar al demonio, para poder ganar la próxima vez. Y viceversa.
  • Qué bien le haría a muchas personas obedecer la Semana Santa. 
  • La voz del pueblo es la voz de Dios ¡Suelten a Barrabás!

jueves, 11 de junio de 2015

La caída


Al pasar por las ventanas de los pisos del edificio, descubro que mirar por ellas esta noche de tan desusada manera, me da acceso por un pequeño instante a lo que la gente realmente es, a lo que hace cuando cree tiene la confianza de que nadie la verá, estoy contemplando la verdadera vida de la gente, rara oportunidad que se le ha concedido a muy poca gente. En esta época del año muy pocas de las ventanas tiene cortinas o estas están abiertas. No hay construcción al frente, por lo que todos creen protegida su intimidad y se exponen libremente, ignorantes de mi paso y de que estoy mirando todo desde mi posición.

En una de las ventanas puedo ver a un señor escribiendo a la luz de una lámpara de mesa. Llama mi atención un momento algo que no logro definir, algo que no cuadra, hasta que sonrío al ver lo singular de la vista. El hombre está escribiendo en una máquina de escribir. El anacronismo de escribir a máquina en estos tiempos de laptops y monitores planos me causa simpatía, más aún al darme cuenta que la rapidez del tecleo indica una costumbre y no solo un atavismo ocasional. Me hace imaginar que lo que escribe es algo especial, algo que no puede enviarse por correo electrónico, algo importante, tal vez sea un escritor que escribe las carillas de una novela, tal vez lo que escribe es algo que merece verse reflejado en papel, algún tema merecedor de este romanticismo. Quizás el sonido de las teclas es el que activa su inspiración. De pronto me entra el deseo de ver lo que está apareciendo en la hoja de papel, lo que sin duda ya está escrito en una ruma a su costado que no puedo ver, pero debo seguir con mi recorrido.

Hay otra ventana con las luces encendidas, pero no logro ver a nadie. Tal vez los ocupantes de la casa salieron y olvidaron apagar las luces, tal vez están en otra habitación que no puedo ver.

En la siguiente ventana hay una pareja abrazada viendo la televisión, están tan concentrados, tal vez en la televisión, tal vez uno en el otro, que no me ven pasar. Es una pareja de esposos, lo sé por el perro que completa la escena. Muy probablemente los hijos están ya en la cama y ellos están tratando de recordar la época en que no tenían más preocupaciones, el tiempo en que eran ellos solos, cuando eran amantes.

Hay una chica hablando animadamente por el celular en otra ventana. Su vestimenta me deja adivinar que está lista para salir y está coordinando el plan para esta noche. La historia es tan común que me siento un poco decepcionado, esperaba encontrar algo más interesante.

En el siguiente piso no hay nadie y las luces están apagadas, pero la luz de los postes que se refleja me deja ver una mesa adornada con velas que esperan ser encendidas en el momento apropiado. Algo importante sucederá aquí, pero yo no lo veré, pues debo seguir mi camino. No podré ver el evento que se desarrollará después, no escucharé la música seleccionada para la ocasión, pues es claro que habrá música de fondo. Quisiera por un momento que mi paso por esa ventana no fuera tan rápido.

Las siguientes ventanas no despiertan demasiado mi interés. Niños con juegos de video, una mujer cocinando, una escena sin más interés que lo desusado de la hora, seguramente es lo que llevará a comer al trabajo al día siguiente. Una reunión de amigos, con vasos de cerveza, me hace recordar que estas cosas todavía existen, que no todo es soledad compartida por las redes sociales.

Ya casi llegando al final puedo ver a una pareja en el balcón. Me siento un intruso interrumpiendo un momento romántico. Ellos me miran asombrados y yo los miro avergonzado de arruinar su intimidad al casi obligarlos a mirarme, a llamar a los dueños de las demás ventanas interrumpiendo a su vez a las demás historias de este edificio. He interrumpido esta historia, de las varias que he visto en mi recorrido, de las muchas que no llegaré a ver, que ya no podré conocer. Comprendo ahora que cada ventana es una historia, de las que yo puedo atisbar solo una parte, como lo he hecho hasta ahora, una historia por cada ventana, y solamente falta la mía, que ha de terminar aquí. No es una historia de amor, de aventura, de cotidianeidad, como las que he visto en cada piso, pero es mi historia. Este no es mi mejor final, pienso al ver acercarse rápidamente el pavimento hacia mí, al terminar mi caída.

viernes, 5 de junio de 2015

Flojera

Estos domingos sin hacer nada, son acompañados con unas ganas irresistibles de no hacer nada. La sola tarea de levantarse de la cama adquiere dimensiones de epopeya. Y justo es este domingo en que tengo tanto por hacer: Debo limpiar todo mi ropero de tus cosas, arrojar a la basura tus mensajes y tarjetas, Tantas fotos juntos en mi celular que deben eliminarse. Hay que borrar del Facebook todas esas fotos en que salimos felices y tomados de la mano, cambiar mi estado en todas las redes sociales, hay que buscar nuevamente esa libreta de direcciones y teléfonos que escondiera en un lugar que tú no encontraras, y que debe estar en un lugar tan seguro que ni yo mismo lo encuentro. ¿Qué más faltaba? Ah, sí, todos los planes que ya estaba haciendo para tu cumpleaños deben ser deshechos, las vacaciones que estábamos planeando también sufrirán un cambio en el programa, hay que avisar a la señorita de la agencia de viajes que el viaje ya no será de pareja, sino de una persona sola. ¡Hay tanto por hacer y tan pocas ganas! Creo que romperé contigo otro día en que me encuentre con más ánimos de hacer las cosas.
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