miércoles, 30 de noviembre de 2011

Con cara de tonto


La gente suele juzgar a las personas por su apariencia. Este hecho, comprobado científicamente, me suele causar problemas en mi vida diaria, ya que la gente se hace una idea de mí al ver mi cara, que luego es muy difícil de corregir, principalmente porque en este caso la impresión se acerca bastante a la realidad. Me guste o no, mi cara refleja mucho de mi personalidad.

Otras personas tienen la facultad de esconder sus intenciones bajo una máscara que les permite alternar con tranquilidad entre las personas. Este no es mi caso. La mejor manera de describirlo es que tengo una cara sincera. Una vez, en un trabajo la administradora me contaba su larga letanía de problemas mientras yo trataba de avanzar en una cotización, cuando de repente se detuvo para decirme: “Oiga, Ingeniero, a Usted se le nota en la cara cuando no le interesa lo que le estoycontando”. Así me pasa siempre. No importa que yo trate de mentir con la mejor intención del mundo, mi cara me delata siempre. Es una cara sincera.

Ante la triste realidad, no me queda más que recurrir al photoshop en mis fotos para mi curriculum, a fin de borrar esa cara tan poco mentirosa. No vaya a ser que alguien piense que con esa cara no le puedo decir al cliente que el trabajo estará listo en el plazo establecido sin dejar patente en mi rostro el hecho deque estoy diciendo una mentira del tamaño de un buque.

He optado también por un perfil más o menos discreto ante las cámaras y en los eventos sociales. Aunque no siempre puedo evitar el centro de la foto, la gente no se fija demasiado en mi presencia. Debo mencionar en este punto que soy también todo lo que signifique la negación de lo fotogénico. Al igual que al resto de la gente, me gusto más en persona. De allí que no tenga un extenso álbum personal en mi Facebook, y en las pocas fotos que tengo, no me gusta cómo salgo.
Otra característica de mi cara es que resiste al paso del tiempo con admirable persistencia. En más de una ocasión me han saludado personas por la calle que no había visto un númeroX de años, y se ponen a conversar conmigo, felices de reconocerme y comentando lo poco que he cambiado. Yo trato de seguir la conversación a fin de averiguar con quién diablos estoy hablando, y termino pensando en que o yo tengo muy mala memoria para los rostros, o que me estoy viendo exactamente igual desde la escuela primaria.

¿Qué me queda? Tratar de arreglar, como dije, algunas de mis fotos con el photoshop, con el riesgo de que me pase lo que me sucedió hace poco, cuando una conocida mía que no me veía desde hace algunos meses me dijo, a manera de cumplido, que me veía muy bien y que ahora sí me parecía a la foto de mi perfil en internet.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Un pajarito en la colina

Desde que empecé este blog, hace exactamente 5 años, mi firme intención era escribir hasta que se me acabe la imaginación. La regla principal era - y sigue siendo - escribir cosas que me hubiera gustado leer. No fue fácil al principio, y en un arrebato de vergüenza borré los primeros ocho o diez posts publicados para tener un nuevo comienzo del blog, que es el que el lector puede ver actualmente.
La idea de escribir solamente para mí me dio un poco de libertad, ayudado por un muy poco protegido anonimato. Contradictorio como soy, siempre digo que no me importa si nadie me lee, pero me emociono cada vez que alguien pone un comentario a alguno de los posts. Desde que puse el contador de visitas, me asalta además la idea de si el lector casual podrá entender las cosas que escribo o si mi mensaje será entendido tal como quise que sea entendido. En esos momentos recuerdo siempre una frase de Borges que dice que al escritor le está dado escribir la fábula, pero es el lector quien escribe la moraleja.
Poco a poco me he ido acostumbrando al ritmo de publicación que mantengo ahora. Gracias a la programación de los posts, mantengo una regularidad de publicación y almaceno tonterías para las épocas de escasez. Aún así, ha habido un par de veces en que la falta de inspiración ha puesto la existencia de este blog en peligro de desaparición. Incluso llegué a escribir un último post de despedida temporal, que conservo aún listo para su publicación en caso de necesidad. Me gusta este "ultimo post" porque me da confianza para seguir escribiendo.
Durante este tiempo todavía no sé responder a la pregunta de por qué mantengo este blog. Al principio me decía a mí mismo que era para probarme a mí mismo que podía hacerlo. Luego la idea era que lo hago como hobby o para perder el tiempo, o para tener algo que hacer cuando no tengo ganas de hacer algo importante.
Ahora, como cada vez que este blog cumple otro año, me cuestiono la continuidad. Me pregunto si vale la pena, si todavía me queda algo por escribir. Y creo que aún queda algo por escribir. No sé que tanto. Si los posts que tengo guardados sirven de indicador, a este blog le queda un mes de vida. Hasta que la inspiración me llega de repente y me asegura un mes más de publicaciones. Así vive este blog. A salto de mata y con la amenaza del cierre. El llevar en esta situación ya un par de años no garantiza nada todavía.
Sin embargo, hay algunas luces de esperanza. Hace poco me puse a revisar los posts publicados anteriormente y me encontré leyendo mis propias tonterías con la candidez y curiosidad de quien lee escritos ajenos. He cumplido, pues, lo que me propuse desde el principio: escribir cosas que me hubiera gustado leer.
Por esa razón, aprovechando el aniversario, he decidido tomar un nuevo reto. Llevar estas tonterías al twitter. Como un regalo por el aniversario del blog, he decidido abrir una cuenta en Twitter, como @TontodelaColina. En la columna de la derecha podrán ver el enlace a mi cuenta. Aún no sé exactamente que voy a hacer allí, pero tampoco tenía una idea cuando empecé este blog. Como yo lo veo, allí pondré las minitonterías que he estado publicando aquí con el nombre genérico de frases twitteables y otras cositas que están perdidas en posts anteriores. Después, ya se verá.
Desde hoy, este tonto invade una nueva colina, pero seguirá viviendo por aquí. Al menos por un tiempo. Les invito a visitarme en esta nueva aventura.
Saludos.
El Tonto de la Colina.

domingo, 20 de noviembre de 2011

La prueba de Abu Navid


Mi investigación sobre la vida del Maestro sufí Abu Navid el Apócrifo ha progresado desde la última vez que escribí un post sobre él. Los contactos que he tenido a través de la colonia sufí en mi país me han facilitado el acceso a varias fuentes de documentación que no están traducidas aún a ningún idioma europeo, por lo cual permanecen aún desconocidas para el público occidental. Entre los libros que he alcanzado a revisar, destaca uno llamado cuyo título (torpemente traducido, debo aclarar) es “Maravillas de la simpleza”, cuya primera publicación, al parecer data de la época de Faruq el Sabio. El libro en mención reúne historias aleccionadoras en forma de poemas y era utilizado en las escuelas de la época durante la breve época en que Faruq intentó occidentalizar a su país. De estas historias varias de ellas se refieren a Abu Navid, aunque varias de ellas son tenidas por apócrifas por los investigadores. En esta ocasión incluiré una de esas historias, gracias a la invalorable ayuda de Kamal Sibech, quien me ha ayudado con la traducción, con la condición de que advierta a los lectores de que no es posible trasladar al castellano la musicalidad y el sonido de la versión original.

El poderoso sultán Aziz mandó llamar al Maestro Abu Navid, quien a la sazón se encontraba en la capital enseñando en los zocos y junto a las piletas de agua de la ciudad.
- He solicitado tu presencia, Maestro, porque debo enviar un emisario al reino vecino para una difícil misión. Esta misión exige una mente alerta e inventiva, capaz de resolver problemas inesperados con éxito. Quiero, pues, Maestro, que escojas para mí al más capaz de mis embajadores para esta difícil misión. 

Abu Navid solicitó una gran alfombra, y colocó una copa de oro llena de joyas en el centro.
- El que sea capaz de tomar esta copa sin pisar la alfombra, será el elegido – dijo al sultán. Establecido el real desafío, varios de los más notables hombres del reino intentaron la tarea, pero no podían estirarse tanto como para tomar la copa sin pisar la alfombra.
Durante varios días, se presentaron variedad de hombres deseosos de intentar la misión. Nadie podía estirar el brazo hasta llegar a la copa de oro. Cuando ya el primer visir declaraba al sultán que la tarea era imposible y que Abu Navid estaba loco al plantear un reto así, el Maestro llamó a un niño de entre la multitud reunida y le dijo que trajera la copa sin pisar la alfombra. El niño corrió hacia la alfombra y al llegar a ella, empezó a enrollarla hasta llegar a la copa y la cogió sin dificultad. El reto había sido cumplido.
El sultán soltó una carcajada.
- Eres en verdad hábil, Maestro, ¿Debo entonces enviar como embajador a este niño? - preguntó a Navid.
- No, por cierto, pero ahora volveré a plantear el reto. ¿Alguien será capaz ahora de cumplirlo de una manera diferente? 

Varios, animados por el éxito del niño, lo intentaron nuevamente. Algunos aún trataron de estirarse como antes para alcanzarlo, pero otros intentaron maneras diferentes. Uno trató de lazar la copa con una cuerda, otro intentó colgarse del techo y balancearse para alcanzarla. Otro intentó llegar a la copa caminando parado de manos. Finalmente, un joven logró alcanzarla con un largo bastón arrastrando la copa hasta llegar a ella.
- Como puedes ver, poderoso sultán, muchos intentan una tarea que parece imposible hasta que alguien lo logra, entonces esfuerzan su mente para hacerlo ellos también. He aquí que aparece la mente alerta e inventiva que buscas, pero necesita primero de la vista inocente y desprejuiciada del niño, no dejes que tu nuevo embajador olvide esto, gran sultán, si quieres que sirva bien a tu reino.

 El joven fue nombrado embajador al reino vecino y, a sugerencia del Maestro Abu Navid, la copa con las joyas que contenía fue entregada a la familia del niño que alcanzó la copa en primer lugar.

martes, 15 de noviembre de 2011

En el país de las hadas

Mucha gente en las conversaciones coloquiales y en la literatura, observa o se lamenta del hecho de que no vivimos en un cuento de hadas, o de que este no es el país de las hadas. Yo, que conozco lo que se muestra y lo que se oculta en este mundo no hago otra cosa que sonreír ante tales afirmaciones. ¿Cómo es posible que la gente no vea lo que yo veo, que es un mundo poblado de seres fantásticos, criaturas de cuento y personajes literarios?

Sé de buena fuente, en realidad he llegado a conocer una vez a la madrastra de Blancanieves, que es una conocida reina que hace pocos años llenaba portadas de revistas, y hoy, en la decadencia de su belleza, se dedica a hacer daño a aquellas jóvenes que disfrutan ahora de la hermosura y juventud que a ella le abandona cada día. He sido testigo de cómo se dedica hoy a ofrecerles manzanas con el veneno del odio y la amargura. Se atiende hoy en la clínica de cirugía estética del Doctor Fausto, famoso médico quien ha rejuvenecido de modo tal en los últimos años, que se dice que ha hecho un pacto con Mefistófeles.

He visto también, y hasta he conversado de economía y política con los siete enanos, dueños de empresas mineras y que se reúnen en la noche en los locales nocturnos en busca de Blancanieves para llevarlas a vivir a su casa en lo profundo del más exclusivo bosque. Por esos rumbos tampoco es difícil encontrar a los tres cerdos, magnates inmobiliarios que han creado proyectos de urbanizaciones para uso popular de bajo costo, donde las casas son de paja. El negocio consiste en que estas casas son tan endebles que al poco tiempo terminan derribadas por los vientos que soplan, y son reemplazadas por casas de madera poco más resistentes, ganando jugosas comisiones por el cambio, mientras ellos viven en sólidas casas de ladrillo.

Las hermanastras de Cenicienta ocupan siempre las páginas de sociales de periódicos y revistas, presumiendo de su alta alcurnia y despreciando a los pobres. Como eso está mal visto hoy en día, disfrazan su desprecio asistiendo a las funciones de caridad y creando ONGs para darles asistencia y de paso evitar impuestos. Todo al precio de salir a los barrios una vez al año para tomarse fotos con las Cenicientas del lugar, de donde regresan directamente a bañarse y perfumarse, no sea que se les quede pegado algo de la pobreza que acaban de visitar.

En el periódico también suelen salir las noticias de la captura del Principito, quien llegó como ilegal huyendo de aquel asteroide donde le faltaba todo. Hoy ha sido deportado para que no destruya el país con su aspecto de raza extraña.

Enciendo la radio y escucho los últimos éxitos de los Músicos de Bremen y del Flautista de Hamelin, que cansado del público de ratas, ha cambiado al más rentable mercado de la música juvenil.
Al encender mi computadora suelo encontrar en línea al Gato de Cheshire. Al parecer no dispone de una buena conexión a internet, pues la imagen se pierde constantemente, dejando solamente su sonrisa visible a través de la webcam.

Por último, nuestra clase política está llena de Gatos con Botas que llegaron al poder mediante el engaño y la astucia, y de Cigarras que viven la buena vida mientras dura el verano, viendo a las hormigas trabajar esforzadamente. Total, cuando llegue el invierno ya pedirán exoneraciones y préstamos al gobierno, argumentando que el país no puede sobrevivir sin ellos.

¿Cómo, pues se atreve la gente a decir que no vivimos en el país de los cuentos de hadas?

jueves, 10 de noviembre de 2011

La idea (prestada)

Otra vez (y ya van varias) tomo prestado una idea (nunca mejor dicho) de otro blog para poner en el mío (¡Tramposo!). Sirva este pequeño párrafo (solo un par de líneas) para demostrar lo molestoso (e incómodo) que es para el lector un texto lleno de paréntesis (¿Quedó claro?).


La idea, esa idea, que tiene personalidad propia,
que surge en lo más profundo de ti,
que va tomando forma, sin que puedas controlarlo,
tan clara, en un momento,
tan difusa, al siguiente,
y a veces, tan difícil de explicar.
Aún así puede propagarse más rápido que un virus,
o invernar, años y años, para luego despertar,
como ave Fénix, de sus cenizas.
Puede evolucionar, involucionar, o mutarse sobre sí misma,
puedes transferirla, pero nunca la original,
porque quien tome tu idea, nunca será la misma,
será la suya, parecida a la tuya, pero más personal.
Puede tener miles de caracteres, y todos distintos,
e incluso más de uno a la vez.
Puede ser buena, o mala, o regular, o neutral,
puede ser violenta, pacifica, egoísta o internacional,
puede ser de uno, muchos, puede durar un segundo,
o puede durar toda una eternidad.
La idea, esa idea, que me ha hecho escribir esto,
y a ti, leerlo, y espero hacerte pensar,
y que tu mente este llena de ideas,
mejor buenas que malas, por ejemplo,
cuál es tu idea de la paz?
o de la felicidad?
te deseo todo esto y más.
te deseo que tengas una idea,
y que sea genial.

(Tomado del blog Poetizo)


sábado, 5 de noviembre de 2011

Jugando a los dados con Dios

- Pasa, siéntate. Juguemos a los dados.
- ¿No estarás ocupado?
- No, tenía una reunión de gerencia con las huestes angelicales pero puedo dejarla para más tarde…
- ¿No será mucho problema después?
 - Yo lo sé todo y estoy en todas partes ¿Qué podrían informarme que no supiera?
- Juguemos, pues… Pero... ¿No deberíamos apostar algo?
- ¿Como qué? ¿Qué puedes apostar que yo no tenga? O mejor dicho ¿Qué puedes apostar que yo no te haya dado?
- Tienes razón... Buen tiro, oye… Ahora me toca a mí… ¡Vaya, ganaste…! Eres bueno en esto…
- Cuando uno es inmortal aprende ciertas cosas, tú sabes…
- Ahora que estamos en esto… ¿Cómo es eso que decía Einstein, que tú no jugabas a los dados?
- Yo, eso de la teoría de la relatividad no la entiendo muy bien tampoco… Medio loquito ese Albert, pero es buen tipo… Vaya, buen tiro, tres ases, vamos a ver si te puedo superar.
- ¡Cinco ases, no lo puedo creer! ¡Estás inspirado hoy día!
- ¿Creías que lo de la inspiración divina era cuento? No me conoces…
- ¿No me estarás haciendo trampa?
- ¿Cómo se te ocurre? Yo soy justo, el tramposo es el del piso de abajo…
- Disculpa, disculpa… Es que tú puedes manejar las probabilidades y esas cosas…
- Yo hice las leyes del universo, que no es lo mismo, y las tengo que cumplir ¿O crees que no voy a obedecer mis propias reglas?
- Está bien, no te enojes… No vayas a condenar a la humanidad por mi culpa o algo…
- No te preocupes, todavía tenemos algunas cosas que hacer… a propósito, todavía me debes algunos favores que te he hecho…
- ¿Disculpa?
- Como todo humano, cuando te va bien en la vida es por tu esfuerzo, y si te va mal, la culpa es mía ¿No? Vamos, tú sabes que te he estado ayudando…
- Está bien, tienes razón ¿Qué quieres que haga por ti? Aprovecha que me están saliendo bien estos tiros y ahora sí estoy de racha...
- Hay algunos que me rezan, son buenos y necesitan que los ayudes, te voy a dar la lista…
- No es que me niegue, pero… ¿No lo puedes hacer tú? Tú eres el Todopoderoso aquí…
- ¿No entiendes? Así trabajo yo, haciendo que la gente se ayude unos a otros… Imagínate que fácil sería creer en Dios si ando repartiendo milagros a diestra y siniestra, no tendría mérito ¿Verdad?
- La verdad que sí… Cuando tienes razón, tienes razón… ¡Oye, que buen tiro me salió, mira! ¡Seis ases! ¡Aquí sí que no me gana ni Dios, disculpando lo presente!
- Sí, de verdad tienes suerte… Lo dejamos ahí entonces… Ha sido un gusto jugar contigo un rato… Y ya sabes, pórtate bien…

Al llegar a mi casa, comienzo a hacer las tareas que me ha encomendado Dios, empezando por una carta al Instituto Internacional de Física: “Estimados Señores: no es cierto que Dios no juega a los dados…”
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