lunes, 30 de noviembre de 2009

¡Estos Beatles son unos Remasters! (Parte II)


Este año, se conoció la noticia de que al fin la colección de los Beatles saldría a la venta en versiones remasterizadas. Para entonces, a pesar de la globalización, y gracias a la piratería desbocada, los compradores de CDs de música en el Perú nos convertimos en una sufrida minoría. Por esta razón cuando se anunció el esperado lanzamiento (que había anunciado como posibilidad en uno de los primeros posts de este blog) me tomé las cosas con calma, pensando que aún tardaría en llegar a las tiendas de por aquí.
De pronto, veo el anuncio en la página web de la única cadena de discos que sobrevive en Lima ¡La colección se vendería en Lima un día después del lanzamiento mundial! Aquí empezaron entonces las dudas. En primer lugar sobre si comprar los discos o esperar a que aparezcan para su descarga en internet.
La decisión, se inclinó por el lado de que me estafen en el torrent y me pasen como versión remasterizada uno de los discos antiguos. Además, como fanático y entendido en estos asuntos, sé que desde hace un tiempo hay una edición japonesa que se anunciaba como “remasterizada” a partir de las matrices japonesas. La única manera de ver por mí mismo la diferencia era, pues, comprar los CDs originales. El pack completo, para no estar comprando los discos uno por uno.
El día indicado cayó un jueves, así que me era difícil ir desde el trabajo hasta la tienda de discos, que era un viaje regularmente considerable, además de que aún tenía dudas sobre si era una buena idea comprar el pack, esta vez por el precio. Comprar 14 CDs de un porrazo es una decisión que afecta al bolsillo. El día sábado en la tarde fui a la tienda con dudas aún. El plan era tratar de que los probaran en la tienda y ver si realmente había una diferencia con los que tenía. Grande fue mi sorpresa cuando la vendedora me indica que los packs completos ya se habían agotado y que vendrían más a fin de mes. Este contratiempo tuvo un doble efecto: Me decidió completamente por la compra del pack completo (me gusta todo lo que tiene dificultad para obtenerse) y se me escuchó reclamarle agriamente a la vendedora por jugar con las emociones de un pobre beatlemaniaco. En realidad no fue tanto, pues la vendedora no tenía la culpa. Eso sí, me quejé amargamente en la pagina web de la tienda, en donde respondieron a mi “comentario” diciendo que nuevos ejemplares llegarían a mediados de octubre.
Durante el mes de espera, tenía algunas cosas que hacer para prepararme para la llegada de los discos. Escuché nuevamente “Love” en sonido DTS, además de ver la colección “Anthology” en video, también en sonido Dolby. Esto me ayudaría a acostumbrarme al nuevo sonido que llegaría. La antigua colección no la escuché en ese tiempo, para escuchar las canciones con nuevos oídos. Escuché, en cambio, las reversiones de Paul McCartney de las canciones de los Beatles en su disco “Give My Regards to Broad Street”. Así es, pues. Los ingenieros planificamos hasta estas cosas.
Como sabrán aquellos que estuvieron en la misma situación que yo, el día indicado llegó y se fue sin que llegaran los packs. La tienda solo tenía discos que se vendían por separado. Pero como ya dije, yo quería el pack completo o nada. Otra opción hubiera sido encargarlos por Amazon, pero al final no lo llegué a hacer. Comprendo que es mi vicio, pero tampoco es un asunto de vida o muerte, aunque por cuestión de precio, casi lo hago.
A mi tercera visita a la tienda para preguntar nuevamente, me hicieron registrarme en una lista de espera para que me avisen por teléfono en cuanto los discos estén disponibles, solución acertada también para que no esté fastidiando a cada rato, supongo.
No sé en qué puesto de la lista estaba (mentira, pregunté, y estaba en el puesto 10) pero llamaron dos veces a mi casa y una vez a mi celular para informarme que por fin, 7 semanas después del lanzamiento a nivel mundial, podía ir a comprar la caja con la colección completa de los Beatles.
Con mucho mejor humor que las veces anteriores, me dirigí a la tienda al día siguiente, con cierto temor, es verdad, de que cuando llegue se hayan acabado nuevamente los ejemplares disponibles. Al llegar me identifiqué y pregunté al vendedor si ya tenían “mi” pack de los Beatles.
-          ¿Y qué tal suenan? – Le pregunté al vendedor
-          Bien, hemos estado escuchando los discos sueltos – me responde
Conforme al plan, abrimos la caja y probamos un par allí mismo: Please, Please Me y Revolver. El vendedor también tenía ganas de ayudarme, pues no había tenido ocasión de abrir una de las cajas según me dijo.
El veredicto fue unánime y esperado. Valía la pena. Poco me faltó para abrir todos los discos y escucharlos allí mismo.
- ¿Y cómo es que la primera vez se acabaron tan rápido?
- Es que la primera vez solamente trajeron cinco...


Me sentí estafado nuevamente. Habían jugado con mis sentimientos ¡Había esperado casi dos meses porque la tienda solo había importado 5 cajas de discos! ¡Por eso se habían acabado tan rápido! Lima tiene 8 millones de habitantes, pensé, eso no iba a alcanzar de ninguna manera.
Aún así, llegué a mi casa con una gran sonrisa en el rostro, y como dije al inicio de la primera parte, hoy soy el orgulloso poseedor del pack stereo con todas las grabaciones de los Beatles, en edición remasterizada digitalmente.
(Continuará...)

jueves, 26 de noviembre de 2009

¡Estos Beatles son unos Remasters! (Parte I)




Desde hace un par de semanas, soy el orgulloso poseedor del box set stereo con todas las grabaciones de los Beatles, en edición remasterizada digitalmente. Ahora que el tema ya ha dejado de ser la novedad que fue hace 2 meses, puedo escribir tranquilamente esta historia. Mi historia.
Mi acercamiento con los Beatles fue hace ya mucho tiempo, allá por los 80. Recuerdo que mi hermano mayor y yo empezamos con un disco, y luego otro, y luego otro… En ese tiempo la música se escuchaba en la radio, o se compraba en discos LP o 45 RPM. Los casetes entonces eran una novedad a la que me aficioné, grabando todo lo que podía en los programas de los 2 o 3 programas de los Beatles que pasaban en distintas radios. Acabo de recordar que uno de esos programas se emitía por radio AM en ese entonces.
Llegué, pues, a tener una pequeña colección de casetes de los Beatles, compuesta de canciones desperdigadas, que no me era fácil ubicar cronológicamente y de las que en algunos casos no conocía ni el nombre. Mi hermano mayor fue el que puso un poco más de orden comprando cancioneros en donde las canciones estaban ordenadas por disco. El resultado inmediato fue que me llegué a aprender las letras de las canciones de memoria, aprendiendo inglés en el proceso. Hasta el día de hoy digo que aprendí inglés con los Beatles.
Además, seguía comprando LPs cada vez que podía, lo cual no era tan fácil como pudiera serlo hoy en día. Las tiendas de discos no tenían la colección completa, y muchas tenían solamente compilaciones: El album rojo, el album azul, Rock and Roll. Yo quería la colección completa, así que buscaba en diferentes tiendas de discos. Así llegué a tener casi todos los LPs: Sgt. Pepper, Abbey Road, Hey Jude, Revolver. Siempre me gustó más la segunda etapa de los Beatles. La sentía – y la siento aún – más actual, como si fuera música grabada este mismo año.
Recuerdo que llegaba a mi casa del colegio y ponía uno de los LPs en el tocadiscos de mi sala a un volumen tan alto que los vecinos apagaban su radio, pues ya no necesitaban más.
Como saben los melómanos que han vivido esa era, los discos de vinilo sonaban mejor que los casetes. Por eso no compré la colección de casetes cuando salió al mercado. Los primigenios casetes grabados de la radio terminé desechándolos, y conservé solo los casetes que tenía y que estaban grabados de los LPs originales que no podía conseguir en las tiendas: Rubber Soul, Let it Be, Yellow Submarine.
El tiempo pasó, y los discos de vinilo sonaban cada vez con más “canchita”, producto sin duda del uso intensivo, pero no cambié la colección a casetes, y tampoco tenía dinero en ese tiempo para comprar CDs. Es que acababa de salir de la universidad y no tenía ni un reproductor de CDs ni menos el dinero para comprarlo. Verdad es que en ese tiempo me alejé un poco de la música. Ya había descubierto a los Doors y a Sabina, y los discos de los Beatles que salieron en ese tiempo los grabé en casetes para escucharlos: Beatles at the BBC, Anthology.
Ya tiempo después la música se hizo infinitamente más accesible gracias al formato MP3. Descargar música desde Napster y Win MX se volvió parte de mi rutina diaria. Así obtuve toda la colección de los Beatles, que grabé en dos CDs de MP3, y con eso fue suficiente. Hasta el año 2006.
En ese año se editó “Love”, con canciones remasterizadas, y remezcladas en sonido Dolby. Este disco lo compré con cierta reticencia, para escucharlo en el Home Teather de mi casa. El resultado, lo admito ahora, era impresionante. Si los discos remasterizados suenan así, no habrá ninguna duda al momento de comprar nuevamente la colección de los Beatles, pensaba yo.
Esa era la situación hasta este año.
(Continuará...)

viernes, 20 de noviembre de 2009

Los ingenieros son diferentes


Normalmente no le digo a la gente que tengo un blog. Y no es por timidez, vergüenza o falsa modestia. Trataré de explicar esta situación.
Generalmente los que escriben blogs son periodistas frustrados, cronistas en ciernes, u opinadores curtidos. También son personas que viven con una computadora e internet el día a día, que no pueden imaginar siquiera que hay un mundo donde cosas como el facebook, twitter, o blogósfera son desconocidas. En ese mundo vivo yo. Mi profesión no tiene nada que ver con el periodismo, artes gráficas, ni ingeniería de sistemas. La gente con la que alterno no conoce normalmente (fuera de honrosas excepciones) de música, juegos de video, youtube, redes sociales, o blogs.
Así pues, las veces que he intentado explicar que mi pasatiempo es escribir tonterías en un blog, tengo que explicar primero lo que es un blog, para pasar luego a explicar la blogósfera. Y hasta hace poco el Google no ponía en su página principal la opción de buscar blogs.
La gente con la que trato cotidianamente, apenas pasa del correo electrónico y el Google. Pocos conocen el Blackberry. Hace poco expliqué en mi trabajo en una exposición (está en mi otro blog) sobre las formas en que se podía usar los conceptos de cloud computing dentro de la Dirección de Proyectos de construcción, apoyado en foros, blogs y twitter. Causó sensación en los asistentes, debido al desconocimiento sobre estos temas, que ni siquiera sabían que existían.
Es que los ingenieros somos diferentes a las demás personas. No nos fijamos en las mismas cosas. Tal vez excepto yo, que escribo este blog y que siempre me he considerado una excepción a la regla. Pero aún así. Con el fin de establecer un puente entre las personas normales y corrientes, y la incomprendida minoría de los ingenieros, anoto aquí algunas de las diferencias que he encontrado entre los ingenieros y el común de las personas, y que presento a continuación. 
  • La demás gente se choca con un carro por voltearse a ver a una mujer. El ingeniero se tropieza con una mujer por voltearse a ver un carro.
  • La demás gente lleva colgado del cuello una cadena con un corazón de recuerdo o un adorno. El ingeniero lleva colgado del cuello un USB de 8 GB de capacidad.
  • Al escuchar música electrónica, La demás gente trata bailar siguiendo el compás. El ingeniero trata de identificar la marca y el modelo del sintetizador, la caja de ritmos o el programa de computación usado para generar la mezcla. 
  • La demás gente considera que conoce sus artefactos después de usarlos un tiempo. El ingeniero considera que conoce sus artefactos después de haberlos abierto, movido su interior, hacer que no funcionen, armarlos nuevamente y haber hecho que funcionen otra vez, aunque nunca vuelvan a funcionar como cuando estaban nuevos.
  • La demás gente puede hablar con muchos tipos de gente, el ingeniero sólo se siente cómodo hablando con otros ingenieros. 
  • La demás gente no comprende a los ingenieros. A su vez, el ingeniero no comprende a la demás gente.
  • La demás gente cree que el mundo no tiene arreglo. Un ingeniero cree que el mundo tendría arreglo si le hicieran caso.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Los Beatles, un enfoque gráfico

Para los fanáticos de los Beatles (o sea, para mí), aquí dejo un gráfico que encontré en internet, que permitirá a cualquier ingeniero de sistemas empezar a cantar como Paul McCartney, por medio de este fácil diagrama de flujo:
 

jueves, 12 de noviembre de 2009

Jugando con la máquina del tiempo




Entre todas las invitaciones que recibo en mi correo, me sorprendió encontrar una para la demostración de la primera máquina del tiempo accesible comercialmente. Para esas cosas sí que estoy disponible, no para esas tonterías como la curvatura tiempo-espacio, o la teoría de las supercuerdas, me dije, al salir inmediatamente.
Grande fue mi decepción al encontrar que solamente era una campaña comercial.
-          No, señor, no es una máquina verdadera, es un aparato que sirve para jugar…
-          ¡Pero eso es exactamente para lo que quiero la máquina del tiempo! ¿No lo entiende? Las personas de poca imaginación quieren una máquina del tiempo para dominar el mundo, hacerse millonarios inventando cosas antes de tiempo, o incluso (Dios sabrá por qué) hay quienes tienen la idea de matar a su propio abuelo… En cambio yo… ¿Sabe lo emocionante que sería jugar con los grandes personajes de la historia? ¡Imagínese jugar contra ellos los juegos que más le gustan!
-          Como… ¿Jugar fútbol con Gengis Khan?
-          ¡Vamos! ¡No sea tan poco imaginativo! El fútbol no tiene nada que ver con los mongoles… Y tampoco se trata de buscar victorias fáciles, como lo sería jugar al Warcraft con Gandhi. Busquemos a aquello en que sean los mejores… Imagine por ejemplo:
  • Jugar scrabble con Cortazar y Góngora
  • Jugar al Command and Conquer con Alejandro Magno
  • Jugar Tetris con Pachacutec
  • Jugar a los dibujos con Picasso
  • Jugar Monopolio con Adam Smith y Karl Marx
  • Jugar a los 7 pecados con Adán
  • Jugar Risk con Carlos V
  • Jugar a las damas con Casanova
 -          Oiga, ¡Qué buena idea! ¿Y también podría jugar al Street Fighter con Aquiles?
-          Creo que ya está entendiendo la idea… Pero, bueno, no podremos hacerlo, porque esta máquina del tiempo no funciona…
-          Sí, pues… Mala suerte…
-          Disculpe que me vaya ahora, pero… Había quedado esta noche de jugar Rock Band con Paul McCartney… Chao…

viernes, 6 de noviembre de 2009

Cuentame una tontería

Esta vez tenía ganas de contar una de esas historias tontas que suelo poner aquí. Esta vez se trataba de un hombre a quien le diagnosticaron doble personalidad, lo sometieron a tratamiento durante años y luego lo internaron en un establecimiento psiquiátrico. La historia seguía contando todas las tribulaciones de nuestro héroe y los vanos intentos de los médicos por curar su extraña condición. En un final inesperado, mucho tiempo después se descubrió que su caso no era de doble personalidad, sino que se trataba de dos hermanos gemelos. 
Como historia era buena, sin duda, pero ya llevo bastante tiempo tratando de escribirla sin éxito alguno. Así que, ante la falta de un buen post para esta semana, hoy he decidido declararme falto de talento para redondear esta historia, así que en su lugar pondré una canción de Luis Eduardo Aute, la que da título a este post:





Creo que ha sido una buena decisión, al final de todo.
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