jueves, 23 de junio de 2022

Frases Twitteables 63


  • No te quejes por no ser mi primera opción, has de saber que mi primera opción era Scarlett Johanson. 
  • En algún momento se contará la historia de la ocasión en que una taza de café, en el momento adecuado, salvó al mundo. 
  • Lección aprendida 125: No hay tantos estúpidos en el mundo, lo que pasa es que ellos se ponen por delante para que los vean. 
  • Si en mi país deja de ser obligatorio usar mascarillas en exteriores, volveré a ver las caras de toda la gente que toma a mal que uno vaya sonriendo por la calle. 
  • Tal vez los dinosaurios también tenían grandes planes para el futuro. 
  • ¿Recuerdan que antes de la pandemia, la pregunta “¿acaso tienes corona?” tenía un significado totalmente diferente? 
  • Voy a empezar a vender mis tweets con NFT. Estoy seguro que habrá gente que los compre sólo por estar a la moda. 
  • Terminada la guerra, los vencedores dijeron que era una celebración de la victoria con los mejores fuegos artificiales de la historia, y ordenaron acallar a los vencidos que decían que había sido una bomba nuclear. 
  • Lleno de nostalgia, quise volver al lugar donde fui feliz. Me pidieron mi documento de identidad, carnet de vacunación, mascarilla, desinfección, y al final no me dejaron entrar. 
  • Mi teoría de la conspiración: Pfizer inventó la disfunción para poder vender el viagra. Ante ese gran éxito, inventó el covid. 
  • Otra teoría de conspiración: Están experimentando con alimentos que se autodestruyen al cumplir con su fecha de caducidad, para obligarte a consumirlos y a comprarlos nuevamente. 
  • Insultos para conocedores: “Eres el Van Gogh de los músicos”. 
  • Si te encontraras al niño que fuiste, probablemente le dirías todo lo que te dijo tu padre, y que tampoco funcionó. 
  • No era un milagro, sino una coincidencia, sentenció. Ocultó las decenas de pequeños milagros que tuvieron que suceder para que ocurra esa coincidencia. 
  • Twitter está lleno de gente con un extraño sentido de patriotismo, que insiste en reclamar para ellos el primer lugar de los países más corruptos, peor gobernados, más delictivos. 
  • - Maestro, ¿Cuál es el significado de la vida? - Ya le dije que yo soy maestro albañil, no tengo la menor idea. 
  • ¿Alguna vez te has puesto a pensar cuántos han tenido que llorar para llenar el océano hasta donde está ahora? 
  • ¿Por qué no mejora el mundo a pesar de todas las frases inspiradoras en las redes sociales? 
  • Mi psicóloga me recomendó que me aleje de ti, que deje de seguirte y que olvide que existes. Me parece un buen consejo, debe ser por eso que ahora estoy saliendo con ella. 
  • La invité a mi casa a ver una serie de Netflix. Ella se negó al enterarse que lo que en realidad quería era que me compartiera su clave de Netflix, porque yo no tengo. 
  • Que decepción sería que vengan los extraterrestres y nos digan que entre ellos también hay quien cree en los horóscopos y la influencia de los astros. 
  • Cada vez que conozco a un argentino, me cuesta creer que allá en el sur hay todo un país lleno de ellos.
  • Cuántas denuncias por acoso habrán tenido su origen en alguien leyendo un mensaje del tipo “No te rindas en lo que deseas, persigue tus sueños” 
  • Algunas veces pienso en una frase que sonaría mejor en inglés o en alemán. Hasta que las traduzco y suenan igual de tontas.
  • Después de todo lo que estamos pasando, me pregunto si todavía la gente consuela al otro diciendo que no es el fin del mundo.

jueves, 16 de junio de 2022

Escena en un ascensor



Estaba en el ascensor, a medio camino de mi piso, cuando subió una mujer muy linda. No resistí la tentación de iniciar la conversación, pero ella no me dejó siquiera empezar. - ¿Podrías apartarte? - me dijo. Y luego empezó a tomarse un selfie tras otro, sin mirarme. Alcancé a ver como los publicaba con la frase “Tan guapa y tan sola”. Me bajé sin hablarle y sin siquiera desearle suerte en su búsqueda de amor.

lunes, 6 de junio de 2022

El ataque de la música



Hay canciones que esperan el momento para atacarte, justo en ese momento en que no lo esperas, o en ese instante en que estás más vulnerable. Puede ser que alguien por la calle olvidó sus audífonos y puso su celular en altavoz, alguien que lleva un parlante en su bicicleta para escuchar música durante su paseo, o simplemente que el reproductor de mi computadora decidió rescatar sin razón alguna esa canción que hasta yo había olvidado. Ese misterioso algoritmo del streaming de música, esa estación de radio que alguien escucha a lo lejos, o esa casualidad de una en un millón que decidió entonces poner precisamente esa canción cuando yo estaba cerca. 

Como todo ataque, esa canción ha esperado pacientemente a que baje mis defensas. De nada servirá entonces que cambie de canción en el streaming o en el reproductor, no tiene caso alejarse a toda prisa de la fuente del sonido, porque ya mi mente ha caído bajo sus efectos, ha soltado la andanada de recuerdos que la asociaron a esa época y mi cerebro no dejará de repetirla en mi cabeza en un bucle infinito. El ataque de la música hace que olvide todas las lecciones que he aprendido desde entonces, todas las cicatrices que creí curadas vuelven a abrirse de repente, y en un instante vuelvo a ser aquel que fui entonces, ese tonto sin experiencia que tomó esas decisiones tan torpes. Cada nota de esa canción me hace vivir nuevamente ese tiempo, y yo lo experimento al igual que la primera vez, aun sabiendo el resultado, porque el ataque de la música también me da la lucidez suficiente para entender que si volviera a pasar esos momentos, haría lo mismo que hice entonces, no porque no haya aprendido nada desde ese tiempo, sino porque nunca he sabido ser de otra forma. 

Una vez que la música te ha atacado, no queda nada por hacer, solo soportar el golpe y esperar a que el recuerdo se desvanezca nuevamente. Tal vez me detenga un momento y trate de saborear aquello que tuvo de dulce aquel tiempo, quizá un momento de pausa para asimilar el impacto, dejar escapar un suspiro, hasta que me diga a mí mismo “Ya pasó”, y tratar de seguir adelante con mi vida. Después del ataque, volveré a repetirme todas esas cosas que ya me dije antes: La vida continúa, sigue adelante, no te rindas. Y aparecerá una nueva advertencia: Cuídate de esa canción, que no te agarre desprevenido otra vez, no bajes la guardia. Poco a poco la vida va recobrando su normalidad, hasta la próxima vez que la música decida atacar otra vez.
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