jueves, 27 de enero de 2011

El tonto inadaptado


Erase un tonto en un mundo que no lo tomaba en cuenta. Estaba lleno de costumbres y actitudes tontas que exasperaban a todos sus conocidos. Llegaba siempre temprano a las reuniones y se tenía que quedar esperando una hora a que lleguen los demás. De nada servía que el organizador de la reunión lo llamara a un aparte y le explicara que para él, la reunión empezaba una hora después.

Otra de sus manías era la ortografía. Cuidaba siempre las reglas de la redacción, y sus compañeros creían que lo hacía para dejar en ridículo a los demás. Los literatos lo criticaban por seguir atado a la dictadura ancestral y lo incitaban a rebelarse contra las reglas.
Sus ideas sobre la autoridad eran muy extrañas. Tenía la rara idea de pensar en el propósito de las órdenes que recibía, y si es que ellas servirían para los fines deseados. Así, muchas veces se vio tomando iniciativas, desobedeciendo mandatos y actuando por su cuenta. Esto enfurecía a sus superiores, por lo que era despedido constantemente. “Tú no estás aquí para pensar, sino para hacer caso a lo que te digo” le dijo su último jefe.

Pero lo que en verdad volvía locos a los demás es que era honrado. Esto hacía que nadie confiara en él. - ¿Cómo se puede confiar en alguien que quiere hacer siempre lo correcto? - decían.

Era, pues, un tonto inadaptado. Tal vez por eso es que ya no se le ve mucho por aquí.
Lo último que se ha sabido de él es que anda escribiendo un blog tonto.

sábado, 22 de enero de 2011

Deseos cumplidos


Después de años de preparación, miles de millones de dólares invertidos, hemos logrado lo que siempre se pensó que era imposible. Hemos conectado gigantescos equipos de refrigeración al interior de la tierra y hemos convertido los volcanes en cámaras de frío.
¡El infierno se ha congelado! ¡Cumple tu palabra de darme una oportunidad!

Mediante ingeniería genética hemos combinado genes de cerdos con genes de cóndor, y hemos logrado criaturas aladas que anteriormente eran sólo concebibles en sueños.
¡Ahora los cerdos vuelan! ¡Ven conmigo como prometiste!

Hemos instalado enormes cohetes a lo largo de la línea ecuatorial, y los hemos activado con la propulsión en contra del movimiento de la tierra.
¡Hemos detenido el mundo! ¡Ahora puedes bajarte!

lunes, 17 de enero de 2011

Clases de Matemáticas

Matemática teológica
1+1+1=1
Ergo, Dios existe.

Matemática monetaria
1+1= 2.38 (Incluido IGV)

Matemática evolutiva
1+1=2.5
Es decir, se produce un proceso evolutivo.

Matemática comunista
1+1=1
La acumulación de riquezas es un vicio capitalista que no está permitido.

Matemática de Programador de Sistemas
1+1=10
¿Lo entendiste? ¡Ja, ja! ¡Pero si es muy gracioso! ¡O sea que estaba contando en binario! ¿Lo entendiste? ¡Uno más uno igual diez! ¡Ja, ja, ja! ¿Lo entendiste?

Matemática corrupta
1+1=0.1
No tengo idea de qué pasó con el resto, cuando llegó aquí ya estaba así.

Matemática socialista
1+1=1
El estado se hará cargo de las ganancias para repartirlas equitativamente.

Matemática de los Testigos de Jehová
1+1= ?
Debemos consultar primero la Biblia. Allí están todas las respuestas.

Matemática anarquista
1+1=12,452
¡No me dejaré llevar por las reglas de esta sociedad!

Matemática empresarial
1+1+1+1+1+1+1+1+1=1
Este año ha sido muy duro y hemos tenido que recortar las ganancias.

Matemática psicoanalítica
1+1=0.5
El primer uno representa a tu madre, el segundo uno representa a tu padre, que se sumó a tu madre para obtenerte a ti, que vales un medio debido a los traumas de tu niñez.

Matemática insegura
1+1= … Ehhh… ¿Me repite la pregunta?

Matemática enamorada
1+1= Lo que tú digas, amorcito.

Matemática de un niño de 5 años
1+1=2 manzanas.
¡También me la sé con naranjas!

Matemática de un tonto
1+1=2
Y no sé por qué nadie está de acuerdo con mi resultado.

miércoles, 12 de enero de 2011

El monstruo del rock

Entre tantos ídolos fabricados, cantantes siliconeados y gritones reggaetoneros, siempre es bueno reconocer a quienes se mantiene fieles a la esencia del Rock & Roll. Aquellos ejecutantes de talento indiscutible que hacen de la guitarra un arma con la que disparan música estremecedora.
Son ellos los que mantienen viva a la música, lejos de la moda del momento, los que nos hacen confiar en que, después de todo, existe esperanza para la buena música.

Con ustedes, el último monstruo del rock:



viernes, 7 de enero de 2011

El artista y el materialista

- No necesitas explicarme el valor de la literatura… Una vez un libro me salvó la vida.
- Es que el arte nos ayuda a vivir y enriquece el espíritu …
- No, vendí ese libro y el dinero me salvó de un gran aprieto…


...

- ¡Cómo me gustaría haber escrito “El Conde de Montecristo”, pintado “La Mona Lisa”, o esculpido “El Pensador”!
- ¿Es tu sensibilidad artística?
- No, es para hacerme famoso, ganar dinero y descansar…


...

- Quiero que me recomiendes un libro para mi biblioteca…
- Con mucho gusto, ¿Qué tipo de libro quieres?
- Uno de 5.5 centímetros de ancho, es el espacio libre en mi biblioteca…

...

- Observa el cielo… ¿Habías visto un atardecer más hermoso?
- Bah… ¿Quién es capaz de apreciar algo que ve todos los días, y que además, es gratis?

domingo, 2 de enero de 2011

El búho sabio

Los búhos tienen fama de gran sabiduría, tal vez por la mirada de profesor universitario que tienen. Claro, nunca he visto a ningún búho resolviendo ecuaciones complejas en una pizarra, pero eso no quita la justicia de la opinión de la gente. Y para el que ha visto y vivido en carne propia un encuentro con una de estas aves, la experiencia es alucinante y clarificadora.
- Cuente, pues Inge… Es otra de sus chistosadas, seguro…

Era una noche de esas que recordarla nomás me da dolor de cabeza. Veníamos en un grupo después de una noche de copas y pasábamos por un parque. Decidí, con lo poco que quedaba de mi cerebro a esas horas, tomar un pequeño desvío hacia el árbol más cercano y descargar mi vejiga, con la desvergüenza propia de los borrachos. Así pues, me acerqué y me disponía a iniciar la labor, cuando sentí un par de ojos que me miraba fijamente desde una de las ramas.
- ¿Quién está ahí? Dije, envalentonado por el alcohol.

Nadie respondió, pero los ojos seguían clavados en mi espalda. Podía sentirlos claramente. Levanté penosamente la vista (los que han estado con una caja de cerveza dentro del cuerpo saben lo difícil que puede ser eso) y lo pude ver. Era un búho mirándome fijamente, con una cara de censor de la urbanidad y las buenas costumbres que le hubieran quitado a cualquiera las ganas de hacer algo ilegal. Pero yo estaba en estado totalmente ebrio e inmune a ese tipo de miradas.
- ¿Qué me miras, caracho? ¿Te crees que porque eres un búho eres mejor que yo?

Tampoco esta vez obtuve respuesta, pero la mirada que me devolvió el búho era clarísima. No se dignaría responder a un tonto, y además, borracho.
- Mira para otro lado, pues, ¿No ves que estoy haciendo mis necesidades?

Ninguna respuesta, pero el búho me puso una cara de policía que me hizo revisar mentalmente mis bolsillos a ver si tenía algo para su gaseosa y que se vaya. Esfuerzo inútil, sin duda, pues esta cara era la de los policías de antes, severo y honrado a toda prueba.
- Ya, pues, Don Búho… Váyase para otro lado, por favor… Hágase el que no vió nada y déjeme tranquilo ¿Ya? Le juro que es la última vez que lo hago.

Aquí sí que el búho no se quedó callado, y me respondió burlonamente:
- ¡Ju Ju!

Era obvio que no me creía nada. “Este búho de verdad es inteligente” pensé para mis adentros. “No se traga ninguna de mis disculpas”. Traté de trabajarlo al sentimiento.

- Mire, señor Búho, yo sé que usted es una persona consciente, inteligente… Le prometo que esta es la última vez que hago una de estas cosas… Por favor mire para otro lado, váyase a la otra esquina y aquí no ha pasado nada… No sea malito, pues…

Aquí me convencí de que el búho, además de inteligente, tenía ascendencia alemana, pues estaba decidido a hacer que se cumplan las reglas, y me siguió mirando fijamente, como diciendo: “Usted no va infringir la ordenanza 457, sección 4, inciso b, que establece claramente que está prohibido miccionar en áreas públicas”. Me declaré vencido.
- Ya, pues, jefe, ya me voy… Le prometo que esto no va a volver a suceder…

La mirada del búho fue lo bastante expresiva para darme a entender que no me quitaría la mirada de encima hasta que esté fuera de su jurisdicción, para evitar que volviera a hacer otro intento en las cercanías.
Al alejarme, estuve a punto de sentir un gran respeto por el rostro austero y severo del búho, capaz de hacer cumplir la ley sin pronunciar palabra y solo con su presencia sabia y autoritaria. Y digo casi, porque cuando ya me alejaba, pude escuchar su voz, hablando sin duda para sí mismo, y creyendo que yo no lo escucharía:
- ¡Borracho idiota!
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