viernes, 30 de abril de 2021

El elefante en la sala



- Tenemos que hablar sobre el elefante en la sala. 
- ¿Elefante? ¡Ah! ¡Ese elefante! ¿Qué tiene? 
- ¿Cómo que qué tiene? ¡Es un elefante! 
- ¡Vamos, ocupa menos de la mitad de la sala, casi no se nota. 
- ¡Ocupa más de la mitad de la sala! ¿Y qué hace aquí? 
- Todo es tu culpa, te dije que no pusieras ese veneno para ratones
- ¿Y eso qué tiene que ver con el elefante?
- los ratones son los que mantienen alejados a los elefantes. Si matas a los ratones, los elefantes no tendrán miedo a entrar a la casa.
- ¡Pues hay que sacarlo de aquí! 
- Pobrecito, ha venido buscando trabajo. Estaba trabajando en el Centro Comercial, pero nadie quería un elefante en una cristalería. 
- No me importa, tiene que irse. 
- Pero es un elefante muy educado, no lo notarás, el único problema es si encuentra una tela de araña.
- ¿Qué pasa entonces? 
- Se balancea en la tela de araña, y si ve que resiste, llama a sus camaradas. 
- Con más razón, tiene que irse. 
- ¿Le ayudas a buscar trabajo? 
- ¿Cómo le voy a conseguir trabajo a un elefante? 
- Tú siempre te quejas de que ofrecen trabajo y solo quieren pagar maníes. Eso es perfecto para un elefante. 
- Hay que buscar una soga para sacarlo. 
- Está bien, pero no lo ofendas, porque los elefantes perdonan, pero no olvidan.
- ¡Lo voy a insultar, si quiero! 
- Los elefantes no hacen caso a las críticas ni a los insultos, porque tienen la piel muy gruesa. Lo que funciona son los golpes emocionales. 
- ¡Qué tonterías dices! 
- Es cierto, me contó que una vez estuvo enamorado de una elefanta, luego rompieron, pero él nunca pudo olvidarla. 
- ¿Qué? ¿Ahora hablas con los elefantes? 
- Es que estaba en el bar, el elefante quería beber para olvidar, pero era inútil. 
- ¿Qué propones? Que lo pintemos de blanco y lo vendamos, Muchas instituciones quieren tener un elefante blanco, no importa el costo. 
- Claro, ¿Y si mejor lo pintamos de rosa para espantar a los borrachos?
- No funciona, créeme. Además, ya nos escuchó hablar y se fue. 
- No creo que… ¡Desapareció! ¡El elefante desapareció! 
- Tenías razón, fue bueno hablar al fin sobre el elefante en la sala.

miércoles, 21 de abril de 2021

Frases twitteables 59



  • Ahora sabemos que no hemos recibido visitas de viajeros en el tiempo porque en el futuro nos hemos extinguido. 
  • ¿Algún terraplanista que me pueda explicar cómo hacía Atlas para sostener una tierra plana? 
  • Ya sé que el dinero no compra la felicidad. Yo necesito el dinero para buscar mi felicidad sin preocuparme por sobrevivir hasta el día siguiente. 
  • No sé si a alguien más le pasa esto, pero quiero reinventarme y empezar de cero, pero me piden experiencia.
  • La tristeza de ver negocios que pasan directamente de la liquidación de invierno a la liquidación por cierre. 
  • Hogar es el lugar al que llegas y te quitas la mascarilla. 
  • - Decidí aceptarme tal como soy. - Te conformas con muy poco. 
  • Hay una delgada línea entre un acontecimiento que cambia tu vida para siempre y uno que te deja traumado de por vida. 
  • Levante la mano el que también tiene una lista de cosas que compró antes de la pandemia y que hasta ahora no puede usar. 
  • Puedo escribir los versos más tristes esta noche, pero ya me dio flojera y más bien puedo leer los versos más tristes esta noche. 
  • Llevo tanto tiempo despertando tarde que ya creo que eso del amanecer es un mito. 
  • Solo porque tengo más de un año con este celular el autocorrector cree que ya me conoce. 
  • Pregunta suelta: ¿A qué edad descubrieron que les gusta la música que escuchaban sus padres? 
  • - ¿Cómo, ya no fumas? - No, ya lo dejé… - ¿Y cómo le hiciste para dejarlo? - En realidad no hice nada, fueron mis amigos los que dejaron de invitarme cigarrillos… 
  • - ¿Nunca has pensado en escribir sobre tu vida? - Una vez intenté empezar… pero mientras avanzaba, me quedaba más y más la sensación de que soy un actor secundario de mi propia vida… 
  • Se reporta un accidente de tráfico en la esquina de la calle de los sueños y la avenida de la realidad. El choque ha sido grave y hay heridos. Seguiremos informando.
  • ¿Cuántos habrá que por creer que con dinero podían comprar la felicidad, al final se quedaron sin felicidad y sin dinero?
  • Cuando te sientas feo, piensa que Dios nos creó a su imagen y semejanza, y por lo tanto puedes decir “Soy tan guapo como Dios”. 
  • Hoy me levanté con optimismo, y salí a la calle a mostrar mi sonrisa al mundo, pero nadie se dio cuenta, porque tengo que usar mascarilla.
  • En la película “La guerra de los mundos”, la tierra se salva porque el virus de la gripe mata a todos los enemigos. Más o menos como ahora, pero sin marcianos. 
  • La historia triste de hoy: - ¡Feliz día de los Enamorados! - No, Feliz día de la Amistad - ¿De verdad soy tu amigo? - Amigo sin derechos. 
  • Hoy salí a la calle con gorro, anteojos de sol y mascarilla. Nadie vió mi cara de tonto. 
  • El dinero compra la felicidad, pensaba. Descubrió que no era verdad cuando no pudo devolver la felicidad ni pudo lograr que le devuelvan el dinero. 
  • ¿Cómo saber si una persona es buena? Dale la oportunidad de vengarse. 
  • Soñé que era un chino perdido en una muchedumbre de chinos, todos iguales, y tú aún me decías: “No hay nadie como tú”. 
  • Siempre escuché que todos los caminos llevan a Roma, así que empecé a caminar. Después de mucho tiempo llegué allí, sólo para descubrir que para los romanos, todos los caminos salen de Roma.

lunes, 12 de abril de 2021

Cantantes en el Perú

Paul McCartney en Lima, 2011

Visitar el Perú puede ser una experiencia fascinante para los turistas. Los paisajes, las huellas del pasado, la comida, la gente y las experiencias místicas son cosas de las que quien ha visitado nuestro país hablará por el resto de su vida. Los artistas no son diferentes a cualquier hijo de vecino en este aspecto, por el contrario, la sensibilidad y apertura que suelen tener les hacen apreciar más las bondades de nuestro país. Como hace ya mucho que no hablo de música, voy a comentar algunos casos en que cantantes reconocidos visitaron nuestro país, y no se quedaron recluidos en su suite de hotel, sino que salieron y tuvieron experiencias que seguro ocuparán un lugar importante en sus biografías. 

Mick Jagger: El cantante de los Rolling Stones visitó más de una vez el Perú, siempre con incidentes que contar. La primera vez lo hizo con su compadre, mejor amigo, compinche y tal vez el único que lo ha soportado por más de 50 años, Keith Richards. Era 1969, eran jóvenes, escandalosos y el propósito del viaje era probar la cocaína en su lugar de origen. En esa ocasión se dice que los echaron de dos hoteles en el Cuzco, conocieron Machu Picchu y se drogaron harto. Eran los 60s, pues. 
La segunda vez que estuvo por aquí, en 1981, no fue mucho mejor. Fue llamado por el director alemán Werner Herzog para actuar en la película “Fitzcarraldo”, junto a Jason Robards y Claudia Cardinale. La filmación es, hasta hoy, una de las más azarosas de la historia. Grabada en la selva peruana, lejos de la civilización, con acusaciones de explotación laboral a los nativos, enfermedades, calor tropical y discusiones personales, fue traumática para los actores acostumbrados al lujo de Hollywood y Europa. Claudia Cardinale se refirió en su autobiografía a esta filmación como la peor experiencia de su vida, y Jason Robards tuvo que abandonar la filmación al enfermarse de disentería. Mick Jagger pasó un par de días en Lima, donde hubo un pequeño escándalo al bañarse desnudo en una playa pública, luego disfrutó de un par de semanas en la ciudad de Iquitos, pasándola bien y viviendo la experiencia del casi anonimato, pues allí muy pocos sabían quién era. Cuando llegó al lugar de filmación, aguantó poco tiempo el calor y los mosquitos. Abandonó la filmación con el firme propósito de reunir a los Rolling Stones y grabar un nuevo disco que le haga olvidar la experiencia. Mick no volvería al Perú hasta el 2016, cuando los Rolling Stones dieron un concierto en Lima, esta vez sin incidentes que resaltar.

Bjork: En el año 2007, en nuestro país se hacían muy pocos conciertos de alto nivel, Bjork no era una artista masiva en el Perú, y no había ninguna seguridad de que un concierto suyo se vendiera totalmente. ¿Por qué entonces ella aceptó dar un concierto en Lima? La respuesta es que ella es admiradora del Perú, pensó que aquí se llenaría de vibraciones cósmicas y conocería un pueblo milenario. Ante la alta probabilidad de que las ganancias del concierto no cubrieran los costos, Bjork redujo sus honorarios para asegurar que este se realice, así de grandes eran sus ganas de venir a Perú. Antes del concierto, seguramente le explicaron mejor que en Lima no se aprende mucho del Perú, y al llegar se mantuvo en el hotel, sin salir más que para la prueba de sonido y para el concierto. Tres mil personas la aplaudieron esa noche, cifra bajísima para un concierto de su categoría, pero ella se dió el gusto, y apenas terminó, enrumbó con su familia al Cuzco, el que era sin duda el verdadero propósito de su visita, para el cual reservó unos días dentro de su gira. 

Enrique Bunbury: Este sí es un artista abierto a escuchar la música de los sitios que visita, al grado que se le puede calificar de esponja musical. Cuando llegó en el 2003, su carrera solista todavía no alzaba vuelo y cargaba aún con el peso de la herencia de los Héroes del Silencio. El concierto que dió en Lima en esa ocasión no salió todo lo bien que él quería. A pesar de aclarar a su llegada que no tocaría ningún tema de Los Héroes del Silencio, la gente durante la presentación no dejó de reclamarlos. Afortunadamente, aquí conoció el ambiente limeño, hizo muchos amigos y escuchó la música peruana. Después del concierto fue al Cuzco y le encantó, se dice que incluso improvisó un pequeño concierto en uno de los bares de la ciudad. Luego, algunos de los amigos que hizo lo invitaron al norte del país, primero a Cajamarca y luego a la playa de Los Órganos. Bunbury terminó pasando tres semanas en nuestro país, paseando sin rumbo fijo, en anonimato, disfrutando y escuchando música. La experiencia trajo como fruto directo las canciones “El Rescate” y “Que tengas suertecita”, que se incluyeron en su disco “El viaje a ninguna parte”, como testamento de esta aventura que después del Perú, lo llevó a Centroamérica y México. Aparte de estas canciones, más tarde incluyó un tema tradicional peruano en su disco “Licenciado Cantinas”: el vals “Odiame”. 

Paul McCartney: ¿Qué le puede ofrecer el Perú a un Beatle? Cuando en 2011 llegó por primera vez a Lima, se alojó en uno de los hoteles más lujosos de Lima, con una hermosa vista al mar. El hotel tiene también vista a un malecón por donde muchos suelen pasear en bicicleta y disfrutar de la vista. Era una mañana soleada y supongo que no había mucho que hacer, así que Paul pidió que le consigan una bicicleta y salió a pasear sin ser reconocido. En la noche el concierto fue apoteósico. 
La segunda visita de Paul McCartney a Lima fue en 2014. No fue un lleno total (por poco) pero el entusiasmo de la concurrencia compensó todo. Algún tiempo después, Paul declaró en una entrevista que hasta ese momento pensaba en que ese tour sería el último de su carrera, pero la respuesta del público en el Perú lo convenció de seguir haciendo giras. 

Joaquín Sabina: La relación de Sabina con el Perú es larga. Su esposa es peruana, y Joaquín ha hecho con frecuencia visitas al país. Por un buen tiempo se sabía que estaba en Lima porque se dejaba ver en un popular bar del distrito de Barranco. A su hoy esposa le compuso un tema: “Rosa de Lima”. En una de sus visitas, tratando de encontrar la esencia de la ciudad, se le ocurrió alojarse en el que fue uno de los hoteles más tradicionales de Lima, el Hotel Bolívar, desde donde se tiene vista a la plaza San Martín, uno de los lugares emblemáticos de la vieja Lima. El hotel hoy está bastante venido a menos, pero tiene lo que Sabina buscaba: gente que le cuente historias, y la tradición limeña. Desde el balcón y mirando la ciudad, escribió la canción “Peces de Ciudad”. 

Olivia Newton-John: Para muchos turistas, visitar Perú significa ir a Machu Picchu. Y es inevitable una vez allí, enamorarse del lugar, por lo que muchos se quedan visitando los pueblos cercanos, y prometen regresar. Esto fue lo que le pasó a Olivia. En un viaje con algunos amigos quedó atrapada por el ambiente cuzqueño y se enamoró de uno de los miembros del grupo en el que viajaba, un norteamericano que venía a hacer turismo por aquí casi todos los años. Cuando decidieron casarse, un año después, llegaron a la conclusión de que el mejor lugar para hacerlo sería en el lugar donde se conocieron. La pareja llamó a un chamán para que los case en una ceremonia privada que se celebró en una montaña, cerca al Cuzco. Estoy seguro que le dijeron a la pareja que era un rito incaico, aunque yo sé que un matrimonio andino no tiene nada de místico ni de privado. Solo después de regresar a Estados Unidos oficializaron la unión.

Por ahora lo dejo allí. Quedan pendientes las anécdotas peruanas de Jon Anderson, Fito Paez, Los B-52's, Roger Waters, Sting, Joan Manuel Serrat y algún otro. Tal vez un día le haga una segunda parte a este post.

sábado, 3 de abril de 2021

De plantas y macetas



En estas épocas de pandemia y encierro, mucha gente se ha dedicado al cuidado de las plantas. Algunos que ni siquiera sabían que se puede poner plantas dentro de una casa, se han visto con la ilusión de criar un ser vivo. El cuidado de las plantas dan para mucho comentario y mucha metáfora. Alguna vez alguien me dijo que para el que no puede cuidar una mascota, las plantas son el último refugio, pues es las plantas no se quejan si las tienes desatendidas mas de tres días. 
Otra opinión que guardo en mi archivo es la de una señora que comentaba que era lo mismo que con su hija: Le hablaba y hablaba y no sabía si le haría caso o si siquiera la escuchaba. Ahora que lo pienso, llego a la conclusión de que en el cuidado de las plantas, como en el amor, el secreto es ni mucho ni poco, sino lo que necesita. Hay épocas para sacarlo al sol, otras para cuidarlas dentro de la casa. Y claro, siempre cuidar que no las contaminen los bichos del exterior. Y si no lo cuidas, cuando te das cuenta ya está muerta y no hay más que hacer. 

Supongo que en algún lugar hay un test que descubre tu personalidad de acuerdo al tipo de plantas que cuidas. Muchos empiezan con flores grandes y vistosas, rosas, claveles y orquídeas, que equivalen a esa selfie en el gimnasio que todos nos hemos sacado alguna vez para anunciar al mundo que hemos empezado. Otros miran atentamente tutoriales en YouTube sobre el arte del bonsai, para reproducirlos en su mini departamento. El problema es que este arte requiere de una paciencia oriental para obtener resultados, y la mayoría abandona después de un tiempo. Uno de tales aficionados me mostraba en una foto cómo había quedado su intento tras meses de abandono y vuelta a empezar. Yo sólo vi un enorme arbusto sin forma, así que le dije compasivamente que podría clasificarlo como un bonsai abstracto, o un bonsai gigante. 

Alguien que creyó también tener un sentido más práctico, se propuso cultivar frutas y verduras en la ventana de su departamento. Durante un tiempo le fue bien, pero luego sus plantas decayeron y se marchitaron. Probó con más fertilizantes, lámparas de luz, y otras cosas hasta que su madre le dio un mazazo de sentido común: “¿Cómo quieres que tus frutales crezcan si los tienes en una maceta del tamaño de una taza?”. 

El jardín es lógicamente el mejor lugar para las ansias jardineras nacidas en la pandemia. Y aquí es donde se presentan las peleas contra las aves que se comen las semillas, los gusanos que aparecen comiendo las hojas, y la hierba mala que se empeña en crecer junto a las flores. Y aquí viene nuevamente la comparación con la crianza de los propios hijos. Parece que a las flores les gusta crecer junto a la malahierba, uno se la pasa cuidando las plantas para que el primer pájaro que pasa se lleve la fruta, este arbolito se empeña en crecer torcido, no importa lo que haga. Y después preguntan por qué los hijos le salieron así.

Si el dicho dice que hay que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, entonces cuidar una planta será el equivalente a escribir un párrafo o cuidar al sobrino un fin de semana. Por algo se empieza.
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