miércoles, 26 de diciembre de 2018

Las mejores frases de canciones


En un fin de semana aburrido, de vez en cuando me pongo a sacar cuentas. Qué es lo mejor que me ha pasado, cuál es la noticia mas ridícula de la semana, cosas así. Un día me puse a pensar sobre algunas de las letras de las canciones que suelo escuchar, y así, me puse a juntar las frases que más me gustan de esas canciones para ponerlas por aquí. Al menos eso pensé en un primer momento, porque me detuve después de dos o tres. Con el tiempo me acordaba de alguna más y la incluía dentro de los borradores de historias que tengo en mi computadora. Así estuve varios meses sin nunca darme el trabajo de hacer una búsqueda sistemática dentro de mi colección de música, hasta hoy que decido que ya son unas cuantas como para ponerlas aquí. No todas son extraídas de canciones conocidas, pero son las que cuando las escucho se me quedan resonando por un tiempo después de escucharlas. Es, en todo caso mi muy personal elección. Las dejo aquí entonces, en espera de una verdadera historia que aparezca por acá la próxima ocasión.

  • En tu música olvidas lo principal, que en el pecho de los desafinados también late un corazón. (Tom Jobim) 
  • Hay días para sentarse a mirar, hay días en que hay poco para ver, hay días sospechosamente light. (Andrés Calamaro) 
  • Yo quiero ser civilizado como los animales (Roberto Carlos) 
  • No es solo una cuestión de elecciones, no elegí este mundo pero aprendí a querer. (Charly García) 
  • En este tiempo nos han hecho olvidar que en este país se puede ser feliz. (Miguel Mateos) 
  • Dicen que el blues es un estado mental, un manual para aprender a llorar (Miguel Ríos) 
  • Alguna gente quiere llenar el mundo de tontas canciones de amor ¿Qué tiene de malo? (Paul McCartney) 
  • Qué hermosa broma del azar, nacer de la inmensa oscuridad, para, al instante, volver a la tiniebla otra vez. (Luis Eduardo Aute) 
  • Por favor no pongas tu vida en manos de una banda de rock and roll que lo arruinara todo (Oasis)
  • Ojalá que la luna pueda salir sin ti, ojalá que la tierra no te bese los pasos (Silvio Rodríguez) 
  • Amar es el empiece de la palabra amargura (Mecano) 
  • Es solo una cuestión de actitud, no tener nada y tenerlo todo (Fito Páez) 
  • Libertad es solo otra forma de decir que no queda nada que perder (Janis Joplin) 
  • Todos los días tienen un minuto en que cierro los ojos y disfruto echándote de menos (Joaquín Sabina) 
  • ¿Quién quiere vivir para siempre, cuando el amor debe morir? (Queen) 
  • Y en el final, el amor que recibes es igual al amor que haces (The Beatles).

sábado, 15 de diciembre de 2018

Mis sueños pequeños



Tal vez mi falta de éxito en la vida se debe a que nunca he sabido soñar en grande. Si alguna vez pienso que me gustaría ganar la lotería, no pienso en esas loterías mundiales de miles de millones de dólares, sino en esas más provinciales, que alcanzan apenas para salir de deudas, librarse de los vecinos odiosos y darse el gusto de un solo viaje.

En el amor, mi ilusión, es exactamente la que no quiere Joaquín Sabina: un amor civilizado, con recibos, y escena del sofá, alguien que elija mi champú, con sólo la concesión de que se muera conmigo si me mato, y se mate conmigo si me muero.
Será por eso que cuando cojo la guitarra, no me imagino a mí mismo en un estadio repleto de gente que grita mi nombre repitiendo mis acordes en guitarras invisibles. En tales casos, pienso más en que soy ese sonido que suena desde una esquina de un pequeño local, pero que llega al corazón de los pocos que le prestan atención.

Una vez conocí a un ingeniero que se jactaba de haber estado en grandes proyectos, que sólo aceptaba un trabajo si la paga era buena. Lógicamente, esta persona no mostraba empatía alguna en su trabajo, y según él mismo decía, no estaba allí para hacer amigos. A mi siempre me causaba esa repulsión que me han causado desde entonces los mercenarios laborales, y lo comparaba con la forma en que he tratado de llevar mi carrera profesional, tratando siempre de aprender y preguntándome todas las noches si es que mi trabajo ha hecho la diferencia ese día, y si realmente he aportado algo a la meta durante esa jornada.

Será también por eso que en muchas películas que he visto, me he sentido más identificado con alguno de los personajes secundarios que con el héroe. El Neville Longbottom en La saga de Harry Potter, o (horror de horrores) el Hawkeye de los vengadores. Soy un tonto, prefiero el alma al ego, prefiero cuidar un jardín a gobernar un reino. Debe ser eso.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Frases Twitteables 49


Revisando las frases que tengo en reserva para publicar estas frases twitteables, me doy cuenta que desde se amplió el limite de los 144 caracteres, mis frases se hacen poco a poco más largas, y alguna ya llega a ser un microcuento en regla. Aquí mi última descarga de frases:


  • Y Lucifer permitió un día que las almas del infierno durmieran por las noches. Todas soñaban con estar en cielo, soñaban con lo que habían perdido. Al despertar, el castigo se les hacía más terrible. Lucifer sonreía. 
  • Elegí un mal día para dejar de ser un tonto. Otra vez. 
  • Es notable el daño a la credibilidad que les hace a las ideas las faltas de ortografía. 
  • Le informamos, señor que tenemos esta orden judicial de desahucio para desalojarlo de su zona de confort. 
  • Todos aquellos que quieren hacer el "pórtate como un tonto challenge" no saben que yo ya les llevo bastante ventaja. 
  • Uno de los problemas que sufrimos los tontos es que no podemos alegar locura temporal. 
  • Para aquellos que esperan una tontería de mi parte, y quedan esperando, solo puedo alegar cordura temporal. 
  • El fanatismo es esa cosa extraña que quiere que abras tu mente para que entre una idea, y luego quiere que la cierres para nunca más volverla a abrir. 
  • Hubo una vez un tonto, que decía inconmensurables tonterías con voz grave y pausada, con gesto adusto, con tal solemnidad, en fin, que la gente no se daba cuenta de que eran tonterías. Hoy ocupa un alto cargo político. 
  • Charla entre un artista y un materialista: - Observa el cielo… ¿Habías visto un atardecer más hermoso? - Bah… ¿Quién es capaz de apreciar algo que ve todos los días, y que además, es gratis?
  • Milagro desconocido de Jesús: Después de todo un día caminando y predicando, curando a ciegos y leprosos, sin comer ni descansar, viene uno y le pide que convierta su agua en vino. El milagro fue que Jesús no lo fulminó con un rayo. 
  • Milagro secreto: Una iglesia, llena de gente conversando, el cura predicando, otros fijándose en el aspecto de los demás, alguno gritando una oración para que los demás lo escuchen, empecé a rezar en silencio. De repente, en la iglesia quedamos solos Dios y yo. 
  • Aunque no soy dado a las teorías conspirativas, creo firmemente que hay un poder oculto que nos gobierna a todos. No es posible la gente que vemos, con ese coeficiente intelectual, sea la que nos gobierne. 
  • Más que la gente tóxica, me preocupa la gente que provoca reacciones estomacales. 
  • Reto a cualquiera a mostrarme un libro de historia y mostrarme allí uno de esos momentos “históricos” o una de esas personas que “pasaron a la historia”. 
  • Historia de amor animal: El elefante dejó ir a su amor y pasó el resto de su vida tratando de olvidar.
  • ¿Y si le hacemos un detox a la ciudad para deshacernos de tanta gente tóxica? 
  • Hablando de cadenas, hace ya un tiempo descubrí las cadenas que liberan. La cadena de transmisión de mi bicicleta. 
  • Estas frases tan tontas son las que alguien traduce al inglés, las pone en una camiseta y tú las compras. 
  • Pregunta suelta: ¿Alguien se acuerda cuando estaban de moda los haikus?

lunes, 26 de noviembre de 2018

Mapas


No ha sido suficientemente reconocido en el mundo el bien que han hecho a los soñadores los mapamundis. Mirando un mapa uno conoce realmente dónde está. Y si el mapa es lo bastante grande y abarca todo el planeta, nos pone en perspectiva al ver lo pequeño que es nuestro propio país, o el sitio al que llamamos hogar. Mi pueblo, por ejemplo, casi nunca aparece en el mapamundi, sólo en aquellos enormes y detallados. Tener un mapa en la pared también da un concepto de grandeza de nuestro planeta que es imposible de obtener con los mapas que se pueden encontrar en la computadora.

Cuando era pequeño mi padre compró un enorme mapamundi que colgamos en una pared. Ahora comprendo el porqué a tanta gente la simple visión de un mapa despierta el deseo de viajar y conocer aunque sea un poco de todo eso que vemos. Recuerdo que pasaba largos ratos contemplando los nombres en el mapa, preguntándome el significado de ellos. Veía países grandes y pequeños, desconcertado ante el hecho de que un país tan pequeño como Israel pudiera aparecer con tanta frecuencia en las noticias, en cambio un país tan grande como Mongolia no apareciera nunca.

También ver las líneas del mapa me llevó a errores que sólo corregí después de años. Vi una línea que decía “Trópico de Cancer” y luego encontré otra parecida que decía “Trópico de Capricornio”. En algún lugar, pensaba, debe haber un “Trópico de Aries”, un “Trópico de Tauro”, y así sucesivamente. Una navidad busqué Belén en el mapamundi y no lo pude hallar en donde creía que lo podría encontrar, así que seguí buscando en otros lugares. Encontré “Belem” e imaginé que ese era el lugar en el que nació Jesús. Tarde varios años en quitarme la convicción de que Jesús era brasileño y que Belén no estaba en Brasil. Los cambios de horario fueron otro concepto que no podía entender. No podía imaginar cómo sería vivir en lugares donde la noche era día y el día era noche. Y cuando me hablaban de los “países más adelantados”, pensaba en que eso se debía a que esos países nos llevaban algunas horas de adelanto.

En ese mapamundi aprendí también que los mares podían tener varios colores. Encontré el Mar Rojo, el Mar Amarillo, el Mar Blanco y el Mar Negro. Cuando encontré también el Mar Caspio, me pareció lo más natural pensar que el Caspio era un color que yo aún no conocía. Motivo de confusión para mí fue también leer en los libros que leía entonces menciones a “los siete mares”, y al buscar y contar en el mapa no lograr que la cuenta coincidiera. Contaba océanos y mares, y obtenía más de siete. Contaba de nuevo agregando otros como el Ártico y el Antártico, además de otros mares más pequeños, y obtenía más de siete. Muchas cuentas hice sin lograr el resultado deseado, hasta darme por vencido y considerar los siete mares como una leyenda, una licencia poética o una historia como las de los libros que leía.

Otro de mis pasatiempos era trazar recorridos. Si tuviera un auto o una moto, podría recorrer país por país hasta llegar a Estados Unidos, por ejemplo. Pero aquí tropezaba con un problema: ¿Cómo atravesar el Canal de Panamá? Por esa razón, y solo por esa, deseché para siempre la idea de viajar como veía hacerlo a turistas que recorrían los caminos en pantalones cortos y enormes mochilas.

Más tarde, conocí en la escuela los globos terráqueos. Era esta otra forma de ver el mundo. Los globos son más pequeños, y al ver uno en mi salón de clases de repente me di cuenta que viajar por los océanos era bastante más fácil de lo que pensaba al ver el enorme mapamundi de mi casa. Por alguna razón, le prestaba mayor atención a los mares que a los continentes, al contrario de lo que ocurría en mi casa. Y me interesé en el concepto de las antípodas. ¿Cuál sería ese lugar por donde yo saldría si cavara un agujero que atravesara la tierra? Confieso que me sentí un poco decepcionado al ver que las antípodas de Lima no había ciudad alguna, es sólo un punto del Océano Índico, a cientos de kilómetros de la India. No encontraría nunca a mi igual que vivía al otro lado del mundo. Me quedó, sin embargo la nota mental de que si quería ir al lugar más lejano posible, la India sería el sitio indicado. Y lo recordaría años después cuando un amigo mío cumplió ese mismo sueño en un viaje místico cuando terminamos el colegio.

Ahora tenemos el Google Earth y los mapas en el celular que me indican el camino a seguir, y a pesar de ello, me sigo perdiendo al tratar de llegar a un lugar que no conozco. De todas maneras, creo que eso le quita aventura al viaje, que más de una vez me ha llevado a algún lugar maravilloso que no estaba en mis planes. Caminante, se hace camino al andar.

viernes, 16 de noviembre de 2018

La historia inconclusa


Cuando lo vio llegar, no hizo ningún ademán de huida, ni de sorpresa.  - Acérquese, venga, esta vez no habrá trampas, ya ve que le estaba esperando… dijo en tono amistoso - Sólo déjeme fumar un cigarrillo… considérelo como un último deseo…

El desconocido se detuvo a dos pasos y se quedó inmóvil, aún apuntando con el arma, lo que el viejo interpretó como un permiso para seguir hablando.  - Lo esperaba a usted un poco más tarde, esperaba que me alcance en el bar que está más allá… es una pena, le hubiera invitado un café, aquí hace bastante frío, pero bueno, no todo puede salir tal como se ha planeado ¿Verdad?

El viejo esperó en vano durante algunos segundos una respuesta, y comprendió que su rival le dejaría hablar, pero que no le dirigiría palabra alguna.  - Sabe que durante un tiempo fue divertido verlo fracasar en sus intentos de matarme, pero después se volvió aburrido, luego se convirtió en una molestia, y ahora pienso que si usted estaba destinado a acabar conmigo, a mí me correspondía elegir el momento. Y el momento es este. Estoy enfermo, como tal vez usted ya sabía, y el que usted me mate me ahorrará unos cuantos meses desagradables, además no pienso convertirme lentamente en una piltrafa, ni someterme a los caprichos de algún médico que no podrá evitar mi fin, no es mi estilo… en fin, ahora estoy listo para que usted me mate…

Se hizo un breve silencio. Hasta los autos en la lejanía parecieron detenerse. - Si no ha disparado todavía es porque sabe que lo que le voy a decir es importante… seguro que el perseguirme por tanto tiempo le ha hecho conocerme bien… pues le diré porqué estamos aquí usted y yo en este momento… La verdad es que yo le he permitido llegar hasta aquí… como le dije, he podido matarlo a usted muchas veces, pero no lo hice, porque en cierta forma lo respeto… y por eso tampoco me he dejado matar antes, porque si usted acaba con mi vida acabará con la suya también… ¿Se ha puesto a pensar en lo que hará después de matarme? Esta persecución es su vida, no sabrá que hacer sin mí… no tiene una familia a la que regresar, no puede volver a su hogar, ya no sabe cómo vivir una vida normal… terminará usted suicidándose, lo sé… Usted me ha convertido en su vida, y por eso usted no durará mucho tiempo sin mí… Por eso no le he matado a usted antes… ¿Sabe que yo he podido terminar con este jueguito hace mucho tiempo? Siempre supe que usted no me mataría a traición, que me dejaría hablar, por eso desde aquella vez cargo siempre con esto, que le quiero enseñar… El viejo metió la mano en el bolsillo y siguió hablando, indiferente a la vista del otro empezando a presionar el gatillo. Estuvo usted equivocado todo el tiempo, aquí tiene la prueba, vea el

martes, 6 de noviembre de 2018

La canción silenciosa



Me precio de escuchar muchos tipos de música. Hay música que he escuchado alguna vez y ahora, con las facilidades que da la internet, puedo rescatar y que me sirven de punto de partida para escuchar nuevas propuestas musicales. Algunas veces es gente a la que conozco la que me introduce a nuevos sonidos. En fin, que trato de tener los oídos abiertos a algo diferente a lo que tengo ya archivado. Una de esas canciones es una que leí como referencia alguna vez, y que durante bastante tiempo creí que era una leyenda urbana, o en el mejor de los casos, una broma de alguien. Una canción que era solamente silencio, una canción silenciosa. 
Con el tiempo encontré que en los años 50 se puso en duda el mismo concepto de “arte”, y supe de artistas que querían romper el paradigma de lo “artístico”, exhibiendo como pintura garabatos coloridos, como escultura objetos cotidianos y como poesía palabras y conversaciones al azar. En este contexto no era tan descabellado una canción compuesta únicamente por el silencio. Ya había escuchado muestras de la “música concreta” cuando volví a ver una referencia en un artículo del periódico a la canción silente. Y empecé la búsqueda en internet, que no duró mucho, en realidad.

La canción se llama 4’33” y fue escrita, si cabe la palabra, en 1952 por el norteamericano John Cage. El nombre de la canción hace referencia a su duración de 4 minutos y 33 segundos, repartidos en tres movimientos: un primer movimiento de 30 segundos, un segundo movimiento de 2 minutos y 23 segundos, y un último movimiento de 1 minuto y 20 segundos.

Como vemos, no es una broma esta canción. Tiene una estructura musical, tiene un autor reconocido y una descripción. Aunque el género musical no parece estar definido, sin duda es lo que llamamos “música de cámara”, es decir música culta para la gente que gusta de ir a los conciertos clásicos de las orquestas sinfónicas.

Como supongo que le a pasado a mucha gente, al principio pensaba en esta canción como una broma, pero al analizarla un poco y al escucharla un par de veces (sí, me di el trabajo de escucharla más de una vez) le fui encontrando el sentido. En el mundo en que vivimos es cada vez más difícil encontrar el silencio. Mucha gente que va al campo, o a algún lugar lejos de la civilización se sorprende de la calma y el silencio que encuentra. ¿No sería maravilloso poner algo de eso en una canción? Eso es lo que hizo el señor John Cage. Es una declaración, a tono con la época en que fue escrita, fue su manera de decirnos que nos detengamos unos minutos a apreciar el silencio.

Terminado un primer análisis, me dispuse a disfrutar de esta obra. Parece mentira, pero uno debe prepararse mentalmente para realmente disfrutarla. Afortunadamente he podido conseguir la versión remasterizada digitalmente con sonido dolby, y con unos audífonos con supresión del ruido externo he podido escucharla. La experiencia es fascinante. Debo decir que la música es evocadora, cuando se escucha libre de interferencias exteriores, echa a volar la mente y la hace viajar por lugares a los que parecía imposible llegar sin la ayuda de alucinógenos.

Entusiasmado tomé mi guitarra y me dispuse a tratar de obtenerla para incrementarla a mi repertorio. Curiosamente, no pude encontrar una tablatura en internet, por lo que tuve que ir probando los acordes de oído. Obtener el primer movimiento fue el más difícil, debo decir, no podía identificar el compás, hasta que al final lo logré, aunque el sonido no me satisfizo del todo. Creo que todavía me imaginaba el sonido de una gran orquesta sinfónica con el director vigilando atentamente los compases para no pasarse, con la anotación en la partitura “non andante, inmoblile”. Con todo, el segundo y tercer movimiento se me hicieron más fáciles y pude al fin obtenerla en la guitarra. Aprovechando una reunión con varios amigos la interpreté por primera vez, obteniendo una recepción entusiasta. Incluso hubo quien dijo que era lo mejor que había tocado en mi vida. Algunos me sugirieron que la grabe y la ponga en YouTube, que seguro obtendría muchas visitas, y que con seguridad sería más popular que el video de esa vez que me di un salto mortal improvisado al chocar con una piedra en moto, registrando todo en una cámara gopro. 

La idea no me pareció mal, pero creo que puedo mejorar mi versión un poco, tal vez con un acompañamiento de percusión con un cajón o una conga pueda mejorarse, aún lo estoy pensando.
El siguiente paso será la popularización. La grabación que hice sólo de audio me han dicho algunos que les recuerda a otra cosa, y creo que hay algo de razón. Investigando me he dado cuenta que es muy similar a otras canciones que aparecen en selecciones musicales por la red. Escuché una muy similar con la etiqueta “lo mejor del reggaetón”; otras listas lo muestran con la descripción “Daft Punk Unplugged” y otras incluso lo colocan en la sección de noticias con el título “Político diciendo la verdad”.

Con todo, un día de estos publicaré mi versión de 4’33”, a la que estoy pensando después agregar una versión extendida y un dance remix especial para aquellos que no sabemos bailar. Sería el inicio de mi carrera musical, de la manera más apropiada a mis talentos: con una canción compuesta únicamente por silencios.

sábado, 27 de octubre de 2018

Dos Anécdotas clarificantes


1
En 1874, un grupo de artistas independientes presentó una exposición en un salón parisino. Las obras mostradas en esa sala tenían en común que todas representaban un rompimiento con la concepción clásica del arte, que buscaba reflejar la naturaleza de la manera más fiel posible. Este grupo de artistas, que contaba a Claude Monet, Pierre Renoir, Edgar Degas, Paul Cezanne y Camille Pissarro, se negaba a seguir los cánones de la Academia Francesa, y perseguía la representación de las emociones antes que las imágenes. Los críticos de arte criticaron ferozmente la exposición, tildando a las obras como vulgares, meros bosquejos. Una de las obras fue atacada especialmente por uno de los críticos. Era una pintura más bien pequeña, que representaba el puerto de Le Havre al amanecer, con el nombre de “Impresión: Sol Naciente”. La frase que el crítico pensó que sería lapidaria fue “¿Impresión? Claro que produce Impresión… el papel pintado en estado embrionario está más terminado que esta marina”. La exposición fue un fracaso que cerró en apenas un mes. No se vendió ningún cuadro y el público y la crítica empezó a llamar despectivamente “impresionistas” a los que habían colaborado en ella. Pero ellos no se rindieron. Siguieron presentándose en exposiciones independientes y pintando. Ninguno de aquellos pintores y escultores volvió a pintar de acuerdo a los cánones clásicos. Más aún, adoptaron con orgullo el mote de “impresionistas”, hasta que poco a poco fueron reconocidos, como lo son hasta el día de hoy.

Esta anécdota me hace pensar en lo que hubiera pasado si esa exposición se realizara en nuestros días. Probablemente los artistas se hubieran quejado de bullying, se habrían rebelado contra ese término ofensivo y hubieran inventado un eufemismo más suave e inclusivo para definirse. Hubieran reclamado por un término despectivo que les significaba agresión psicológica, causa de depresión, daños morales, un término políticamente incorrecto, al fin y al cabo. Hoy que hablamos con tanta frecuencia de lenguajes inclusivos, de expresiones políticamente correctas y de agresiones verbales, conviene recordar estas historias de gente que tomaba un término despectivo y lo convertía en una bandera de victoria. Recordemos que términos como “cristiano”, o “americano”, fueron alguna vez insultos.

2
En los años 60, los suizos inventaron el reloj de cuarzo. La industria relojera suiza no le prestó atención. Cuando uno de los fabricantes de relojes intentó comercializar un modelo de pulsera, la asociación de fabricantes de Suiza impidió el intento. Un reloj debe tener manecillas y cuerda, decían, no se puede romper una tradición de varios siglos de relojeros, decían. Solo quedaba una cosa por hacer con el invento: la patente del reloj de cuarzo fue vendida a los fabricantes japoneses. A la vuelta de diez años, los relojes de cuarzo eran los más vendidos en el mundo y los fabricantes suizos iban camino a la quiebra. Los inventores nunca trataron de obtener notoriedad denunciando la conspiración de las grandes compañías que trataban de ocultar su invento. No culparon a los poderes oscuros que dominan el mundo. Hoy que es fácil encontrar en internet historias de grandes inventos que son ocultados por los monopolios, no se menciona a nadie que haya intentado vender tales inventos a los chinos, a los coreanos o a los japoneses.

martes, 16 de octubre de 2018

Lo que pienso ante una frase de autoayuda

Nelson Mandela - Famoso clavadista
En el lugar donde estoy trabajando, hay áreas y oficinas que no sabemos muy bien para qué sirven, o de las que ignoramos totalmente su existencia. Una de estas áreas nos envía todos los días por el correo corporativo una frase de autoayuda, dentro de una imagen inspiradora, como para convencer a la gerencia de que realmente aportan valor al proyecto y no los despachen en la próxima ajustada de cinturón o campaña de austeridad de la empresa. A la responsable de estos mensajes la conozco y no es una mala persona, a pesar de los libros de superación personal que mantiene en su escritorio. Quizás hasta se cree que todas esas frases nos sirven para cumplir con los plazos ajustados que tenemos para lograr los resultados que nos piden, a juzgar por sus respuestas cuando trato de hacer una crítica constructiva a sus frases. Tal vez a raíz de esto, en uno de los mensajes corporativos que nos envía a diario, pidió un “feedback” o retroalimentación, indicando las frases que más nos habían gustado. Yo no podía dejar pasar la oportunidad de explayarme más sobre mi opinión sobre las frases de autoayuda en general, así que le respondí más o menos de esta manera:

“Aprovechando la ocasión en que a todos se nos pide una opinión, escribo algunas líneas sobre lo que se me ocurre al ver estas frases. Digo al ver estas frases porque no solo se trata de leer, para mí la frase es inseparable de la imagen que le sirve de fondo.

Y al ver las fotos, debo anotar que no siempre la elección ha sido afortunada. ¿Han notado que en todas las frases que hablan de liderazgo se ve a una persona solitaria? Debe ser la soledad del poder. En otros casos se obvia la imagen del autor de la frase para poner en su lugar a una linda chica. Tal vez Roosevelt era muy feo y su cara no inspira ansias de superación personal, tal vez es una estrategia de esas que mezclan la psicología con el marketing, lo más seguro es que quién sabe, como decía un amigo mío. Pero eso no quita que hasta tenga miedo de encontrar a alguien que realmente crea que Alfonsina Storni era una rubia con rostro de reina de belleza. Valga la ocasión para aclarar algunas cosas sobre los autores de las frases: Will Smith no es un motivador, es un rapero, y las frases que aparecen de él no las dijo, son dichas por su personaje Chris Gardner, cuyas frases fueron a su escritas por el guionista Steven Conrad para su película. Del mismo modo, Morgan Freeman no es Nelson Mandela, y por enésima vez, Paulo Coelho no es un escritor.

Hecha esta pequeña disgresión, comento algunas de las frases que me llegaron, si no al alma, al menos a mi buzón corporativo. Recuerdo que las primeras frases que llegaron cuando empezaron con esto eran simples reciclajes de frases conocidas o que circulan por internet desde hace tiempo. Había en esos primeros días, una frase atribuida al Dalai Lama, algo así como: “Nuestro propósito en la vida es ayudar a otros, si no puedes ayudar, por lo menos no hacerles daño”. Esto se parece demasiado al “Si no ayudas, al menos no estorbes”, que yo repito hace años, sin que nadie nunca me dé crédito por ello, y lo del Dalai creo que era porque también agregaba algo como “Dale Ahí, Lama”. De repente por ahí va la confusión.

Otra frase conocida llegó hace muy poco. “Cuando vas por algo, no regreses hasta que lo consigas”. Al ver la frase recordé inmediatamente a mi padre cuando me mandaba a comprar arroz, aceite o azúcar en los tiempos de la escasez y las colas. Voy a reclamar derechos de autor, creo que alguien ha estado espiando a mi familia para sacar estas frases. Otra frase que recuerdo es la de “Es duro fracasar, pero es peor nunca haber intentado triunfar” atribuida apócrifamente a otra persona cuando todos sabemos que es la filosofía de vida de varios de nuestros políticos en época de elecciones. Si no se quieren meter en discusiones políticas, bueno, lo dejaremos allí.

¿Y ese de la gasolina? ¡Esa si fue buena! “La disciplina es la gasolina del éxito”. Cuando me llegó al correo juro que leí “El reggaetón es la gasolina del éxito “. Ya se habían tardado en poner una de Daddy Yankee, pensé. Punto para ti, te hiciste una, dije, hasta que leí mejor y descubrí que era sólo otra frase común.

Al menos ese día me interesé realmente en el tema y me propuse poner práctica alguna de las frases que llegara. ¿Y cuál frase fue la que llegó? Una firmada por Michael Phelps (suponiendo que fue él realmente el autor) que decía “Cuanto más sueñas, más lejos llegas”. Se nota que Michael Phelps no tiene trabajo de oficina ni tiene que marcar tarjeta, porque yo llegué tarde dos veces por quedarme soñando de más en mi camita, como puedo demostrarlo con mi última boleta de pago. Estoy seguro de que algún otro también intentó soñar más en el bus y se pasó de paradero. Sin contar con que el reglamento prohíbe específicamente dormir en horas laborables, mucho menos soñar.

Pero como no soy de los que critican sin ofrecer soluciones, te puedo dar acceso a mis propias frases de autonomeayudes, que son más apropiadas para nuestro trabajo, como que se me ocurrieron en medio de nuestros más difíciles momentos. Como ese famoso “En esta empresa no se cree en milagros, por eso cuando hacemos uno, nos piden que lo repitamos todos los días”. O ese de “No existen plazos incumplidos, sólo buenas excusas”, que no es mío, sino de mi jefe, que a su vez lo escuchó de su jefe, y etcétera. Para terminar, podemos podemos decir que en vez de darle a un hombre pescado, enseñémosle a pescar, y si la vida le da limones, que aprenda a hacer limonada. Por último, si juntamos a estas dos personas, ya podemos hacer cebiche, que es lo que le gusta a la gente.
Espero que estas opiniones te ayuden en tus labores.”

La siguiente vez que la señora me encontró, me saludó con una gran sonrisa y me dijo que se había reído mucho con mi respuesta. No me gustó su actitud. Por una vez que uno responde de manera totalmente seria y lo toman a uno en broma. ¿Qué se han creído, que soy tonto?

sábado, 6 de octubre de 2018

El camino del hombre recto



Hace poco volví a ver “Pulp Fiction” en la televisión. Como suele pasar cuando uno ve algo que no veía hace tiempo, llamaron mi atención cosas que antes había pasado de largo. Una de ellas es el monólogo de Jules Winnfield (Samuel L. Jackson), que dice así:

“El camino del hombre recto está por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad. Porque él es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡Y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti!”

Esta parrafada se supone ser una cita bíblica, y así lo cree hasta hoy mucha gente, que no se ha molestado en buscarla para verificarla. Tal como ha pasado tantas veces, el cine nos miente. O mejor, el cine es un mundo paralelo donde tales cosas son ciertas durante dos horas, con tal sacar a flote nuestras emociones.

Tonto como soy, me puse a analizar la larga apócrifa cita. La cita en verdad tiene el tono del Antiguo Testamento, como que es una variación y una expansión de otro pasaje verdadero, de los muchos que usan en nuestra realidad la gente violenta para justificar sus acciones. El que lo diga un tipo cool como Samuel Jackson la hace más creíble. Estoy seguro que la frase no habría tenido tanto éxito si la hubiera dicho John Travolta.

¿Y que significa la frase? El propio personaje duda de su significado. Tal vez sea yo el pastor y tú el hombre malo, dice; tal vez el mundo es el injusto y está arma es el pastor, pero la verdad es que yo soy el hombre malo, aunque estoy tratando con mucha fuerza de ser el pastor. Al final – y esta es la gracia de la película – la frase no significa nada, y la verdad la dice el propio Jackson al inicio de la escena: sólo es una buena frase que decir a alguien a quien va a matar. Si esto es cierto, entonces Tarantino nos está dejando una lección: una frase por sí sola no tiene un significado más que el que cada uno quiera darle. No seamos tan literales ni siquiera con la Biblia, ya ven que los estoy engañando con una cita falsa. Incluso nos da el número de versículo para que la comprobemos fácilmente.

Debo admitir que la frase me gustó, empieza con una bendición y termina con una maldición, muy propio de Tarantino. Cuenta la historia que al director le gustaba la capacidad de Samuel L. Jackson para memorizar largos parlamentos y escribió este especialmente para él. Y la cita perseguiría al actor un poco más. Podemos ver la primera línea del versículo en la película “Capitán America: Winter Soldier” con la misma falsa referencia bíblica Ezequiel 25:17, en la lápida de Nick Fury, interpretado por el mismo actor, un poco burlándose y recordándonos de nuevo que en el mundo ficticio de las películas, estas cosas son posibles.

Y hay algo más. En la película “Los increíbles”, en la que Samuel L. Jackson es la voz de Frozono, se le escucha criticando a los malvados que recitan un monólogo antes de matar a alguien, tal como lo hiciera su personaje en “Pulp Fiction”.

Sin más que agregar, cierro mi post, guardo mi tablet y me dispongo a encender la televisión, con la esperanza de encontrar un nuevo tema sobre el cual escribir. Buenas Noches.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Leyendas peruanas: La Huacachina


El pueblo que vivía en la región de Ica era gente pacífica. Y tenía por qué serlo, ya que esas tierras son hermosas, ricas y fértiles, en los pocos sitios en los que se puede sembrar, ya que el valle está rodeado de desiertos con enormes dunas, verdaderos cerros de arena que van caminando a paso lento en la dirección del viento.
En esos tiempos el pueblo gozaba de un periodo de bonanza. La amenaza de los chancas, temibles vecinos que habían amenazado al valle durante siglos, había desaparecido, y habían llegado las noticias de su derrota a manos del reino de los incas, pueblo que venía del sur y que hablaba quechua.
Por ahora el pueblo de Ica aprovechaba la paz y el intercambio con la gran ciudad de Chincha, que comerciaba a base de trueque con tierras tan lejanas que el viaje en balsa duraba un mes o más. Solo los ancianos advertían que tal paz era engañosa, y que aquellos incas del sur podrían amenazar el valle como antes lo hicieran los chancas. Los sacerdotes eran consultados sobre el futuro del pueblo, y estos miraban el azul de la noche, tan claro y tan limpio sobre el valle que no parecía sino que los dioses celestiales estaban apenas a la altura del vuelo de un cóndor. Observaron el rebaño de llamas en el cielo, y la gran serpiente de luz que atravesaba el firmamento, sin encontrar una respuesta clara.

Poco antes de empezar el invierno llegaron las noticias: el ejército inca se dirigía al valle de Ica, comandado por el Zapa Inca Pachacutec, hijo del Sol, el vencedor de los chancas. El gran reino de Chincha, a sólo un día de camino, envió un ejército a cuidar el valle de Ica, pues sabía que ellos serían los siguientes en ser conquistados si los incas vencían. Primero llegaron los emisarios del Zapa Inca, algunos de sus principales generales. Fueron recibidos a la entrada de valle por los ancianos sacerdotes. - El gran Pachacutec solicita la entrada al valle y la rendición pacífica del pueblo - dijeron los emisarios. - El Inca solo pide el tributo de los iqueños y reconocer al Inti como el dios principal. Los chancas han sido vencidos, y aquellos que se negaron a someterse han sido desterrados a las selvas orientales. No queremos que la tierra de este valle beba la sangre de los iqueños, sino el agua de las montañas de donde nosotros venimos.
Los sacerdotes, confiados en el poder del ejército de Chincha, se negaron.

La batalla fue cruenta y sangrienta. Los incas vencieron a los Chinchas y entraron en el pueblo. El propio Pachacutec dirigió la ocupación del valle. Los generales llegaron con contadores que registraban en sus quipus la cantidad de familias, las tierras que ocupaban y las reservas de alimentos.
Los representantes del Inca trataban de demostrar que la ocupación sería pacífica, y proponían mejoras en la labor de la tierra, mejoras en la irrigación y en las edificaciones. Después de un mes, Pachacutec inició la marcha con su ejército hacia el norte, hacia la gran capital del reino Chincha. Pero pronto el ejército se detuvo. Uno de los generales del Inca no se encontraba. Esto era una afrenta al Zapa Inca, si el general había sido capturado por los iqueños, todo el pueblo debía ser castigado con la muerte. Una parte del ejército regresó a Ica, con la orden de traer al general u obtener noticias de su suerte. Los sacerdotes fueron torturados, luego los jefes de las familias. Al fin uno de ellos habló. El general había conocido a una iqueña, y el amor había germinado en él tan rápidamente como germinaban las semillas en el feliz valle. Ambos habían huido con destino desconocido.

El ejército se dio a la búsqueda de los fugitivos. Una partida se adentró en el desierto siguiendo el vuelo de una bandada de aves, pensando que dos personas a pie no llegarían muy lejos caminando por las arenas. Lo que la partida encontró no pudieron describirlo a sus superiores. Una laguna con aguas de color esmeralda, bordeada por palmeras, aparecida en medio del desierto. Los soldados no se atrevieron a entrar y solo bordearon la laguna, temerosos de que desapareciera en cualquier momento al desvanecerse el sortilegio que la había creado. Desde allí formaron una cadena humana por si aquel mágico lugar salía volando, y entraron en una pequeña choza, en donde encontraron a los amantes.

Llegada la noticia al inca, este regresó al valle con la intención de conocer ese lugar maravilloso. Al igual que todos, tuvo que pincharse el brazo con su tupu para asegurarse de que estaba despierto al ver la laguna. El general fugitivo fue traído a su presencia, junto a la joven, quien no quiso separase de su lado. El Zapa Inca recibió otra sorpresa, pues la joven era la más bella que hubiera visto, como si la visión fantástica de la laguna se hubiera encarnado en un cuerpo femenino. Su cabello en largas trenzas enmarcaba un rostro sonrosado en donde anidaban unos delicados labios rojos y dos enormes ojos negros que no cedían en belleza a las mejores joyas del Inca, y que inspiraban una compasión que ni siquiera el Zapa Inca, vencedor de tantos pueblos, pudo resistir.

El general no suplicó por su vida, sólo pidió que fuera perdonada la vida de su amada. El Inca pidió escuchar a la mujer, pero ella no respondió, ni tampoco era necesario. La tristeza de su mirada habló con mayor elocuencia y convencimiento. - La traición al Inca es pagada con la muerte - habló el Inca, pero no quiero yo ser culpable de sentenciar la muerte de tan hermosa criatura. Ve, pues, con tus padres y con tu pueblo, que Pachacutec ha perdonado tu vida. Poco sabía el Inca que en el amor no es posible la vida de uno sin el otro, y que la dádiva de la vida era para ella el castigo de vivir sin su amado, un destino peor que la muerte. Una vez que se vio libre, su impulso fue correr hacia la laguna y sumergirse en sus aguas. Nadie la vio patalear, nadie la vio salir. El agua se calmó poco a poco y no devolvió nunca el cuerpo de la bella iqueña.

Desde entonces la laguna a poca distancia de la hoy ciudad de Ica recibió el nombre de Huacachina, que quiere decir “Mujer que llora”, pues se dice hasta hoy que en las noches se le escucha llorar la pérdida de su amor, y quienes entran a sus aguas color esmeralda evitan meterse muy adentro, para no desaparecer atraídos por la mujer, ahora convertida en sirena y a quien más de uno afirma haber visto sobre las aguas en alguna noche de Luna en que ella sale recordando al soldado que murió por ella.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Odio a Luisito Rey


De vez en cuando, es necesario poner música en la oficina. Ya sea para aliviar los momentos tensos, para un momento de relax o simplemente para hacer la jornada más llevadera. Y yo tengo algunos playlists preparados para todas las ocasiones, de los que no se encuentran en Spotify. Tengo, por ejemplo, música para dar ánimos cuando hay que presentar un informe urgente, música especial para concentrarse, o música que marca el cierre del horario laboral, además del playlist de música para el sobretiempo. Claro que no siempre mis elecciones son aceptadas por todos, y algunos quieren aportar con su propio Spotify. En una de esas ocasiones se degeneró en una discusión musical que me dejó picado hasta el día siguiente. Normalmente no soy una persona vengativa, pero esa noche me quedé pensando cuál sería la mejor venganza. Debo decir que cuando se me ocurrió me pareció una idea genial, y una sonrisa maligna iluminó mi rostro.

El siguiente día tomé posesión del parlante Bluetooth que compartimos en la oficina, y sin decir agua va empecé con la reproducción. No todos conocían la canción, hasta que un compañero que pasaba casualmente por allí la reconoció. - ¡Esa canción es de Luisito Rey!  - exclamó. Allí ardió Troya. ¿Cómo vas a poner eso? ¿No sabes todo lo que le hacía a Luis Miguel? ¡Ese tipo era un malvado! Era un coro variopinto de opiniones en donde nadie juzgaba si la música era buena, mala o regular, las críticas se referían solamente a lo que la gente veía en la serie de televisión de Luis Miguel.

El playlist fue suspendido apenas en la tercera canción, en medio de una discusión acalorada. Poner la música de alguien así era inmoral, cómo puede gustarte la música de alguien así, y cosas por el estilo. Mi posición era que la tal miniserie es solo una opinión parcial de quien produce la serie para Netflix, y que el verdadero Luisito Rey ya no está para defenderse, agregando que a mi parecer tiene mejor voz que su hijo, y definitivamente toca mejor la guitarra. Allí comprobé lo que ya sospechaba desde que empezó la serie de Luis Miguel: Escuchar ahora la música de Luisito Rey, sea buena o mala, es políticamente incorrecto.

El resultado al final fue que fui penalizado con un tiempo sin derecho a gobernar el parlante Bluetooth, y el resto de la oficina me ha hecho donación de una taza con la inscripción “Yo odio a Luisito Rey”, para evitarme caer en la tentación. No me importa. Y no me importa porque “Loco me llama la gente…”

viernes, 7 de septiembre de 2018

La visita oficial


Cuando llegué a trabajar esa mañana, todavía pensaba que ese día sería como cualquier otro en la obra, con las peleas y discusiones cotidianas, luchando contra la ley del mínimo esfuerzo que tantos retrasos ocasiona al final del proyecto, y contra las presiones para entregar rápidamente sin tomar en cuenta la calidad. Un día normal, pensaba. Pero una reunión a primera hora me hizo saltar las alarmas de que algo inusual estaba ocurriendo. Señores – dijo el gerente de obra – Nos acaban de informar que mañana tendremos la visita del Presidente, que viene a inspeccionar la obra, y va a venir con el ministro y con la prensa y televisión, así que hoy el personal se dedicará a labores de limpieza y orden para dar una buena impresión de la obra. Y avisen al personal que para mañana deben usar el uniforme más limpio que tengan, que tenemos que dar una buena imagen de nuestra empresa.

Por un momento, pensé que con lo atrasados que están los trabajos, no nos convenía perder un día en labores no productivas, pero luego caí en la cuenta de que todos colaborarían en lo que yo había estado reclamando desde hacía meses, es decir, en limpiar los basurales que se habían formado en varios puntos de la obra, y en poner orden en los sitios de trabajo. Esa mañana me puse a organizar las cuadrillas de limpieza en mi área, con todos los obreros diciendo que ya era hora, que ya había mucha basura en el lugar. Al mediodía parecía que la campaña sería un éxito, y ya estaba pidiendo los camiones para despejar los desechos, cuando llegó el primer camión, pero no para llevarse mi basura, sino para descargar en mi sitio la basura de otras áreas. El resto de la tarde la pasé peleando con otros jefes de área por los camiones y para que se lleven la basura al botadero principal, en vez de dejarla justo al frente de mi oficina.

Al final del día todo estaba limpio y ordenado, con una rápida mano de pintura en los lugares más visibles, mi sitio estaba en condiciones de recibir al presidente, al rey y hasta al papa, si se le ocurriera venir a mirar por aquí.

A la mañana siguiente yo estaba listo para la visita. En otra reunión a primera hora, el gerente de obra no opinó lo mismo. – He dado órdenes al almacén para que distribuya chalecos nuevos al personal obrero, para que el Presidente no vea esos chalecos mugrosos que tienen ahora. Pero recuerden que estos chalecos nuevos son prestados, los han traído de emergencia desde el almacén general, así díganle a los obreros que no los ensucien y que deben devolverlos al final del día. Algo bueno está saliendo de todo esto, pensaba yo, nunca este sitio se ha visto tan limpio y ordenado, nunca los obreros se han visto tan presentables. No desaproveché la ocasión de tomar unas fotos de mi personal, sabiendo que jamás los volvería a ver así. Fue un momento de diversión el ver a los obreros incómodos en sus chalecos nuevos e incapaces de realizar labor alguna para no ensuciarlos. Estaba tan contento que no presté atención a la caravana de camionetas que había ingresado a la obra. Era el gerente de la empresa y todo su directorio, que venían a recibir al Presidente. En un instante nos instruyeron para ponernos todos a un costado, acordonando rápidamente el lugar y dejándonos fuera de nuestra propia área de trabajo. ¿Qué está pasando? Pregunté a uno de los que estaba organizando el movimiento, al ver que varios de los recién llegados pedían los chalecos de los ingenieros para ponérselos ellos mismos. – Es que el Presidente tiene que conocer a los responsables de la obra – me respondió. – Pero a esa gente no la he visto nunca por aquí – le dije. – Pero ellos son parte de la obra, vea, ese es el jefe de planeamiento, esa es la jefa de presupuesto, el jefe de control… Por favor, présteme su chaleco, que nos están faltando para los que han llegado… Antes de que llegara el Presidente, ya nos habían reemplazado a todos por unos clones limpios y educados, relegándonos a los verdaderos trabajadores a un rincón desde no podíamos ver ni ser vistos por la comitiva oficial. De acuerdo a lo que me contaron los pocos que pudieron sortear el cordón divisorio, el ministro trató de demostrar sus conocimientos técnicos haciendo unas preguntas tontas sobre cómo funciona la planta a uno de los reemplazantes de mis técnicos, obteniendo una respuesta incomprensible dicha con un aplomo que pareciera que sabía de lo que hablaba. Lo peor fue que el Presidente saludó a alguien que nunca supe quién era, pero que llevaba un chaleco con mi nombre, lo felicitó por su excelente trabajo y frente a todas las cámaras de televisión declaró que yo era un ejemplo de los ingenieros que hacen su labor en condiciones difíciles y llevan adelante al país. Después de media hora en que el Presidente no hizo contacto con nadie que hubiera estado trabajando allí el día anterior, la comitiva oficial se retiró, con lo que nos permitieron volver a las labores cotidianas, previa devolución de los chalecos nuevos, menos el mío, que jamás volví a ver.

Esa noche, en el campamento, pensé que al menos tendría el consuelo de ver en el noticiero al Presidente visitando nuestra obra y que al menos vería al que recibió en mi nombre al Presidente. Tampoco. El noticiero dedicó menos de un minuto a la visita y solo se vio al Presidente a la salida de la obra respondiendo unas preguntas sobre el escándalo político del día. El noticiero no mencionó la obra, ni dónde había estado el Presidente, limitándose a decir que estuvo en “una actividad oficial”.
- Es por eso que no me gusta la política - reflexioné filosóficamente.

martes, 28 de agosto de 2018

Otra historia de inicio


Hace unos años, cuando los blogs estaban de moda, yo también sentí el bichito de tener mi propio sitio desde donde impresionar a la gente. Las paginas web personales ya estaban en declive, y un par de amigos tenían ya su blogs donde escribían sus relatos, opiniones culinarias, historias de viajes y cosas de esas. Así que yo también pensé ¿Por qué no? Mi idea en ese entonces era usar el espacio para hablar de música, y especialmente de la música de los Beatles. Yo tenía ya una cantidad respetable de anécdotas que había acumulado sobre el origen de sus canciones, además de traducciones libres de las letras, para combatir a las que se encontraban en revistas y otros sitios de internet.

En el transcurso de ordenar mis ideas para este blog, encontré también, en papeles sueltos, escritos míos que no eran ni cuentos, ni chistes, ni historias, pero tenían muchos elementos de aquellos. Me pareció que un blog sería el lugar perfecto para publicarlos. En ese tiempo escribí especialmente para ese proyecto personal anécdotas mías o de otras personas con la temática Beatle. Tenía, pues, un buen material para emprender la aventura. Me faltaban, sin embargo, los detalles técnicos: donde alojar el blog, cuál sería el formato y el estilo. Una página web personal que tuve me había dado la confianza para manejar el HTML suficiente como para hacer el intento de crearlo yo mismo. Todo estaba listo, excepto el importante detalle del nombre del blog.

Este detalle detuvo todo mi planeamiento. El nombre en sí deberá ser una declaración de principios, pensaba, algo que defina y resuma todo lo que el lector encontraría. No era cosa fácil, y decidí mencionar mi dilema a un compañero de trabajo.

- ¿Sabes que quiero iniciar un blog sobre Los Beatles? Algo así como una enciclopedia, donde se cuente el origen de cada canción, datos interesantes, las versiones de otros artistas, cosas así.
- Oye, qué bien… ¿Y cómo se va a llamar?
- No lo sé todavía, lo único que tengo decidido es será el título de una canción.
- ¿Qué te parece “El Submarino Amarillo”?
- Ese nombre ya está muy usado… Ya hay una película, un grupo musical, un programa de radio y no sé qué más con ese nombre.
- ¿Y si lo llamas “Penny Lane”.
- No, no le voy a poner un nombre de mujer…
- Bueno, puede ser algo así como “Las historias de Penny Lane”
- No.
- También podría ser “El largo y sinuoso camino”
- Ese nombre es muy depresivo, creo.
- Si van a ser datos sobre los Beatles, que sea “Paperback Writer”
- Creo que el título no se entiende bien así, tal vez podría ser “Gira mágica y misteriosa” o “Do you want to know a secret”, porque habrá algunas anécdotas.
- Ja, ja, ja, entonces llámalo “Everybody’s got something to hide except me and my monkey”
- Creo que está muy largo… pudiera ser “Un día en la vida”
- Eso suena más filosófico… necesitas un nombre llamativo, algo como “Ocho días a la semana”, o “Tomorrow Never Knows”, que suena bien psicodélico.
- Tal vez… estaba pensando en que podría ser “Across the Universe”
- Ja, ja… de tanto pensar vas a terminar llamando a tu blog “El tonto en la colina”…
- No creo, adiós, ya nos vemos…

Al tiempo, después de mucha planeación y algunos ensayos en mi computadora, decidí que no era una buena idea hacer un blog sobre los Beatles. Me quedaron durante algunos meses varios relatos sueltos y comentarios sobre los Beatles que al leerlos sonaban bastante tontos. El día en que me decidí al fin a llenar la plantilla de blogger para iniciar el blog no pude recordar todas las opciones que tenía pensadas y puse como título el último que tenía pensado. A pesar mío, tenía lo que debía contener el título del blog: una declaración de principios y una descripción exacta del contenido.
Así comenzó este blog.

viernes, 17 de agosto de 2018

El monstruo bajo la cama


Hubo una vez, hace ya mucho tiempo, un niño muy curioso que preguntaba sobre todo lo que veía y escuchaba, para desesperación de su padre, hombre de poca paciencia y aún menos educación. El tal crío despertó una noche al ruido que provenía de la habitación de sus padres. Asustado, se quedó en su cama muy quieto hasta que el cansancio lo hizo dormir. A la mañana siguiente, le preguntó a su padre que era aquel ruido, ese ruido que sonaba como si la cama saltara de un lado a otro como potro desbocado. El padre no quiso contestar en ese momento, con lo que sólo consiguió que la pregunta se repitiera varias veces a lo largo de la semana, alimentada por nuevos episodios de aquel ruido nocturno. Al final, cansado, el hombre le dijo a su hijo que esas noches su madre y él luchaban contra un monstruo que habitaba bajo su cama, y que posiblemente el niño tendría también un monstruo bajo su propia cama, así que le convenía no salir de la cama por la noche para averiguar lo que pasaba. Así el padre obtuvo la tranquilidad para hacer el amor con su mujer sin temor a ser interrumpido por su hijo. No sabía que estaba creando un mito en ese momento que sería transferido de generación en generación, que atravesaría fronteras y culturas hasta convertirse en lo que es hoy, con la ayuda inocente de la madre, que ignorante de la verdad, le repetía cada noche al niño que los monstruos no existen.

La leyenda se ha extendido hoy a todo el mundo, excepto, según he podido investigar, en algunas islas de la polinesia, donde la gente duerme en hamacas, y en Japón, donde se duerme sobre el piso. Y entonces ¿Existe realmente el monstruo bajo la cama? Estoy convencido de que si bien yo no tengo hoy a un monstruo bajo la cama, el vecino de arriba tiene al suyo rebosante de salud. Es la única explicación a toda la bulla que hace noche de por medio.

¿Y qué hace el monstruo bajo la cama durante el día? Tengo la íntima convicción de que la pasa en la lectura de los filósofos alemanes. Lo sé desde la noche en que al quedar dormido dejé caer un libro de Heidegger y al mañana siguiente – y hasta hoy – no lo volví a encontrar. Y tiene sentido, porque, citando a Descartes, el monstruo bajo la cama piensa, luego existe. Sabemos de gente famosa que se ha declarado creyente en su existencia. La madre de Kafka asustaba al pequeño Franz con este tipo de cuentos, creando a un niño tímido, capaz de escribir La Metamorfosis.

Dispuesto a develar el misterio de la existencia del monstruo bajo la cama, me puse a investigar sobre el tema, consultando en la santa Wikipedia y el sibilino Google. No hallé más que algunas frases sueltas que dejo aquí para terminar este post, deseando buenas noches, no a mis lectores, sino al monstruo debajo de las respectivas camas. Buenas Noches.
  • Encontré al monstruo debajo de mi cama. Él tampoco tenía nada que hacer un fin de semana en la noche.
  • En Halloween el monstruo debajo de tu cama sale a la calle disfrazado de persona.
  • Mi niño interior aún le tiene miedo al monstruo debajo de la cama.
  • No, hijito, el monstruo debajo de tu cama no te quiere comer... Se está escondiendo de ti...
  • Si hay un monstruo bajo mi cama, díganle que suba. Quiero abrazar a alguien, tengo mucho frío.
  • Con el tiempo, el monstruo que vive bajo la cama crece, se mete bajo las cobijas y te despierta para que vayas a trabajar.
  • Al crecer, el monstruo bajo la cama sale al mundo. Se convierte en ese amigo que goza diciéndonos 'te lo dije' cada vez que metemos la pata.
  • Un día tuve un sueño extraño, yo era el monstruo bajo la cama. Desde entonces lo compadezco, que soledad y frío se pasa ahí abajo.
  • Nadie te conoce mejor que quien ha estado cerca de ti en los peores momentos, en mi caso, el monstruo bajo la cama.
  • El monstruo que vive bajo la cama siempre habla bien de ti.
  • Cada noche miraba bajo la cama, por si encontraba un monstruo. Una noche se dijo "¿Y si me lo encuentro, qué hago?" Y dejó de mirar.
  • Soledad es no tener ni siquiera un monstruo bajo la cama.
  • Miré bajo la cama y había un cartelito: "salí a comer, vuelvo en 30 min. Atte, el monstruo."
  • El monstruo bajo la cama emerge, mira al niño, al oso muerto a su lado, al perro rosa, a esos cadáveres esponjosos. Huye, aterrado.
  • Yo prefiero volver a los tiempos en los que un monstruo bajo la cama era el mayor de mis problemas.
  • Hay un monstruo que vive debajo de mi cama. – Créeme que al monstruo tampoco le gusta esa situación.

martes, 7 de agosto de 2018

Llamadas telefónicas


I
Levanté el teléfono y apenas tuve tiempo de decir “Aló” antes de que ella empezara a hablar con el apresuramiento de la emoción. Te estoy llamando al teléfono de tu casa porque no me contestas el celular ni mis mensajes, me dijo. Lo siguiente fue la historia, su versión al menos, de todo lo que había pasado. Todo fue una equivocación, decía. Unos chismes, algunos mensajes en whatsapp que fueron malinterpretados y un tonto orgullo fueron lo que desencadenó todo. Hubo también, claro, una parte de mi culpa, por no aclarar todo cuando aun era posible. Pero ahora tenemos una última oportunidad de olvidar y empezar de nuevo, seguía diciendo. Esta crisis nos hará más fuertes, si estamos dispuestos a perdonar el pasado. Las siguientes frases eran ya difíciles de entender, entrecortadas por las lágrimas, varios “te amo”, otros “perdóname” pude descifrar hasta que llegó el momento en que dejó de hablar. Yo, que había escuchado atónito durante los varios minutos de aquella confesión, dudé por algunos segundos antes de balbucear algunas frases sobre que todo estaría bien, que una pelea no es el fin del mundo. Un profundo suspiro escuché del otro lado de la línea, acompañado de un “Gracias” casi inaudible antes del click que indicaba el fin de la llamada. Nunca pude, nunca tuve el valor de decirle que se había equivocado de número, y que no tenía la menor idea de quién era ella.

II
Suena mi celular y veo un número desconocido. Normalmente no respondo ese tipo de llamadas, pero en esos días estaba esperando la respuesta de un trabajo al que estaba postulando, así que contesté. La señorita que llamaba preguntó por mi nombre, y al contestar afirmativamente, me empezó a describir las bondades de los productos financieros que ofrecía, tarjetas de crédito, depósitos de cuenta y no sé qué cosas más. Traté de interrumpirla, pero no se detuvo hasta completar su parrafada. Señorita – le dije – yo he suspendido mis servicios con esa entidad porque he recibido malas atenciones. La vendedora no se rindió con mi respuesta. Señor, lamentamos mucho que nuestro servicio anterior no haya cumplido con sus expectativas, pero ahora tenemos una nueva administración, yo estoy aquí para ofrecerle una atención personal, y estamos dispuestos a borrar esa mala imagen si usted nos brinda otra oportunidad, en adelante le aseguro que no tendrá motivos de queja. Para ese momento yo ya estaba picado por no haber recibido la llamada que esperaba y por la larga cháchara que estaba escuchando, así que sin pensarlo, apliqué la crueldad para terminar la conversación. Le voy a poner un ejemplo, Señorita – le dije – Si a usted le llama su ex para decirle que vuelva, que va a cambiar, que todo será diferente y que ahora sí serán felices ¿Lo aceptaría?. Me di cuenta de que me había excedido cuando pude escuchar los sollozos de la vendedora antes de colgarme.

sábado, 28 de julio de 2018

Frases twitteables 48



¿Qué frases son las mejores para pasar el rato? Qué frases que pueden detener las conversaciones cuando se lanzan de pronto? Se contaba en mi pueblo hace muchos años que hubo un personaje muy ingenioso, que tenía la única funeraria del pueblo, de quien se decía que tenía frases verdaderamente lapidarias, y a quien venía gente de otros pueblos a visitar para escuchar los chistes que sabía contar durante los velorios. Se reconocía su trabajo en las lápidas había colocado, no por la finura de trabajo, sino por las inspiradas frases que ponía en ellas. Ganada fue su fama de tener literalmente la última palabra, lo cual fue al final su perdición, pues cuando le tocó a su vez fallecer nadie sabía qué escribir sobre su tumba, y por eso su lápida quedó en blanco, en un inconsciente homenaje a su labia y a la falta de imaginación de sus hijos y paisanos. Hoy diríamos tal vez que inventó el twitter hacia el más allá, y por eso estas frases también intentan ser frases para morirse, o mejor, para matarse.
  • Muy contento Julio César por haber sobrevivido al martes 13, pero al día siguiente llegaron los idus de marzo. 
  • La pregunta tonta del día: Si llega el fin del mundo... ¿Podré dejar de preocuparme por mi futuro? 
  • Si tuviera una máquina del tiempo, lo usaría para llevar a varios políticos al pasado, y los dejaría allí para que se los coman los dinosaurios. 
  • - Hoy vamos a jugar a ser filósofos griegos. - ¿Quieres ser cínico, hedonista, o peripatético? 
  • Este tweet no está disponible porque incluye contenido que potencialmente puede volver irreversiblemente tonta a algunas personas. 
  • Hay gente que intenta clonarse, y solo obtiene a su gemelo malvado. 
  • Ultimamente la computadora quiere que confirme que no soy un robot tantas veces que ya estoy empezando a dudar… 
  • Algunas mujeres saben sacar lo mejor de nosotros. Económicamente hablando. 
  • El infierno de Dante es todo muy organizado: un lugar para cada cosa, cada cosa en su lugar, todo funciona correctamente, incluso el sistema de justicia. Tal vez por eso se me hace tan irreal. ...
  • - Y me estarás llamando cada 20 de abril... - No te llamo porque a mí no sé quién me ha robado el mes de abril... (Incompatibilidad de caracteres musicales) 
  • Ni yo era un sapo ni ella era una princesa. Creo que ambos estábamos en el cuento equivocado. 
  • No termino de comprender a ciertas personas que quieren que halles tu propio camino y seas diferente, y a la vez te dicen que seas exactamente de la forma en que ellos quieren que seas. 
  • Todos piensan alguna vez de manera diferente a los demás. Pero solo los tontos se atreven a expresar esas ideas en voz alta. 
  • Sé que el mundo se acabará cuando en una cajita feliz venga un libro de Paulo Coelho. 
  • Con un amigo hablando de su hijo: -Ya debe estar grande ¿Verdad? - Ya llegó a la edad de odiar los lunes. 
  • Vive tu vida como si tuvieras sólo una - me aconseja mi gato. - No le hagas caso - interviene mi perro - Haz que cada año que vives valga por siete. 
  • - Hay un monstruo que vive debajo de mi cama. – Créeme que al monstruo tampoco le gusta esa situación. 
  • El médico le dijo que si quería seguir viviendo, debía dejar el cigarro, el alcohol, el café y las desveladas. Murió de todas maneras, pero de aburrimiento. 
  • Viendo la gente que paga para que otro saque a pasear a sus perros, me pongo a pensar que también alguien hace lo mismo con los humanos. 
  • Hay gente que piensa que ya todo está escrito. Si es así, tal vez también ya todo está filmado, todo está grabado y todo está fotografiado. 
  • La contradicción de la semana: Soy tan tonto que leo las instrucciones de las cosas. Por eso cuando las uso nadie cree que soy un tonto.

miércoles, 18 de julio de 2018

La leyenda del Tonto de la Colina


En ese reino insondable que es internet, existen frases, memes, imágenes y muchos cuentos que circulan y pasan de mano en mano y de página en página tantas veces que es difícil, si no imposible, rastrear su procedencia. Opiniones gratuitas, oraciones, recetas para ser feliz atribuidas a personajes famosos, teorías conspirativas, y por último, textos inclasificables. Entre estos alguien encontró alguna vez un “algo” que no se parecía a los chistes gruesos ni a los textos de autoayuda tan comunes. Eran frases, párrafos o incluso relatos completos que a primera vista parecieran estar hechos solo para reír. Muchos no pasaban de esta primera mirada, y lo olvidaban rápidamente, pero algunos lectores curiosos notaban algo en esas líneas que no solo no encajaban en el molde clásico del chiste, sino que además parecían esconder algo inquietante. Había un algo casi inasible entre líneas que parecía esconder una enseñanza arcana, una sabiduría antigua que hacía reconocibles los textos como escritos por una mano única y misteriosa.

Se sabe de algunos que siguieron la pista de estas aparentes tonterías, tarea nada fácil cuando los redactores y cazadores de clics sólo mostraban como procedencia (en los raros casos en que admitían no haberlo escrito ellos mismos) el ambiguo “encontrado en internet”. Los resultados de estas búsquedas no fueron nunca concluyentes. Pero así como internet puede difundir estos textos y llevarlos a los lugares más inesperados, también puede emprender la tarea de juntarlos nuevamente y llevarlos hacia su origen.

Una página en Facebook pudo reunir varios de estos textos, reconocibles por su humor suave y una corrección política nada forzada, para buscar al misterioso autor. La búsqueda trajo como resultado multitud de otros textos extraídos de fuentes tanto digitales como impresas, donde reconocer los escritos por el autor misterioso y descartar los falsos fue objeto de varios debates.
La búsqueda estuvo a punto de degenerar en un mero debate estilístico cuando apareció la primera pista que parecía real: Una miembro del grupo publicó lo que afirmaba era la historia real del autor esquivo.

Según la autora, los relatos escondían una historia trágica. El autor era un asesor de un importante miembro del gobierno regional en Ibiza, a quien se le descubrió un tumor canceroso. De pocos amigos y sin lazos afectivos, sólo era cuidado por su hermana en la clínica. En ese tiempo escribió en una tablet todos los cuentos y frases que circulan, y muchos más. La idea era vender los relatos a una editorial con la que ya había contactado, y ayudar a pagar los gastos de la enfermedad. Cuando este esfuerzo fracasó, el autor cayó en una depresión que agravó aún más su salud. A instancias de su hermana, inició de mala gana un blog con algunos relatos. No se interesó en promocionarlo, así que tenía pocas visitas. Para cuando el cancer avanzó hasta impedirle escribir, tenía ya cientos de relatos y millares de frases, que entregó a su hermana en la tablet. El autor murió sin haber dejado instrucciones específicas sobre el destino de todos los relatos. La hermana sobreviviente no sólo continúa hasta hoy con el blog, sino que fue ella la que abrió en su nombre la cuenta de Twitter con las frases que había dejado. Es por esa razón que ninguno de los relatos trata sobre temas de actualidad. Esta declaración, decía, hacía la búsqueda ya inútil, pues el autor había muerto hace meses.

 Varios miembros del grupo negaron la veracidad de la historia. Es cierto que varias frases en los relatos tienen usos gramaticales propios de España, y aunque hay referencias al mar en ellos, no parecen tener el tono con el que escribiría alguien que ve cercana a la muerte. Ante la cantidad de críticas y pedidos de aclaración, la miembro que publicó la historia dijo haberla obtenido de una amiga doctora en el hospital, quien llegó a conocer al autor y a su hermana, quien le refirió todo. Las críticas siguieron y causaron el retiro del grupo de la autora de la historia, con lo que el misterio de la identidad persistió.

Poco tiempo después, con las opiniones aún divididas, un miembro desde Perú colaboró con más relatos del autor misterioso, incluyendo uno en donde se refería a sí mismo como “El Tonto en la Colina”. No pasó mucho tiempo antes de que alguien declarara haber encontrado el blog mencionado en la historia de Ibiza, pero era este un blog abandonado, de origen chileno, con pocas entradas, y ninguna de ellas era alguno de los relatos. El estilo del autor tampoco coincidía con los relatos hallados. otro miembro del foro dijo haber hecho una búsqueda exhaustiva del autor en Google, wikipedia y otros. Solo encontró un blog abandonado y sin entradas en Wordpress, de donde se decía que las entradas habían sido borradas, un blog de frases sacadas de libros en Wattpad por una autora colombiana, y un blog fotográfico de un autor de Costa Rica, cuyas fotos de paisajes parecían coincidir con la sensibilidad del autor misterioso.

Otros miembros de la comunidad también hicieron búsquedas, y encontraron otros blogs del mismo nombre en Perú, México y Colombia. Al revisarlos, todos eran fanpages de los Beatles o reseñas de un libro de autoayuda con el mismo nombre, excepto uno, que mencionaba a su vez ser espejo de otro blog llamado “El Cocodrilo Sentimental”.
Fue aquí donde se encontraron varios de los relatos publicados en el grupo de Facebook. Se había encontrado al autor buscado. Sin embargo, algunas cosas aún no encajaban. El autor no respondió nunca a los mensajes enviados por los miembros del grupo, negando siempre ser el autor o incluso la existencia del blog. Alguien había invadido su cuenta y había creado el blog sin su consentimiento, según dijo. Su perfil en Facebook (encontrado por otros miembros) era consistente con lo que decía. Nada en su pasado, ni sus entradas en Facebook coincidían con el estilo de los relatos del Tonto de la Colina.

El grupo de Facebook ya para entonces había cambiado su nombre al del “Tonto de la Colina”, aunque la identidad del autor seguía en discusión. Un día, un miembro del grupo, con el alias de VMK, prometió soltar la noticia bomba: ¡Había conocido al Tonto de la Colina! La entrada se llenó de comentarios a favor y en contra durante la semana que siguió hasta que la historia fue publicada:

En Bogotá, durante uno de los trancones que sufre diariamente la ciudad, le tocó compartir el Uber con un señor de traje hacia uno de los barrios de la ciudad. Sentados ambos en la parte posterior del auto, no lograron entablar una conversación de más de una frase, y con el taxi detenido a la mitad de la avenida, el desconocido sacó de su maletín un IPad, y se puso a revisar su correo. VMK, algo incómodo, sacó a su vez su celular y revisó su Facebook. Aburrido, quiso iniciar otra vez la conversación mencionando las noticias que había recibido en Facebook, y cuando volteó no pudo creer lo que veía. El desconocido había dejado de ver su correo y estaba escribiendo una entrada de blog donde se veía claramente el título “El Tonto de la Colina”. ¡Había encontrado al autor! VMK le enseñó la página del grupo de Facebook y le expresó el honor que significaba para el conocerlo al fin. El desconocido trató de negarlo, pero la evidencia era incontrovertible. Reconoció al fin que el era el autor del blog. No conocía la existencia del grupo de Facebook, pero reconoció varios de los relatos como suyos. De otros, en cambio, rechazó la paternidad. La gente quiere creer que algunos cuentos los ha escrito quien ellos quieren, le ha pasado a Borges y a Garcia Marquez, dijo.

Al preguntarle la razón de ocultar su identidad, explicó que ocupaba un puesto de confianza importante y si se sabía que escribía ese tipo de cosas su credibilidad en el trabajo se vería afectada. – Pero una persona con su cargo no debería estar en un Uber, debería estar en su propio auto o con un chófer propio – le dijo VMK. Allí ocurrió el segundo milagro. El autor le narró la historia de cómo había acabado pidiendo un Uber, una historia surrealista, que parecía decir algo entre líneas, con un suave humor que hacía sonreír y pensar. Era el autor creando uno de sus relatos.
El taxi había ya pasado el trancón, pero el desconocido prefirió bajar antes de llegar a su destino, advirtiendo a VMK de que no divulgue el encuentro con detalles que permitan identificarlo, y que deje pasar un determinado tiempo antes de hacerlo.

El grupo estalló con esta nueva historia, encontrando confirmaciones y contradicciones, pros y contras. Quien aceptaba el nuevo origen y quien prefería el anterior o que negaba ambas. Parecía entonces casi lógico que apareciera una tercera versión, que decía haber conocido a un ingeniero en un lugar remoto del Perú, que había afirmado ser el verdadero Tonto de la Colina, enseñando para demostrarlo un relato que aún no había sido publicado, y que apareció en el blog en la fecha predicha.

Otros más tarde afirmaron haberlo visto en una librería de antigüedades en el CDMX, conversando con un editor sobre la posibilidad de publicar los relatos, o en el metro de Santiago de Chile, comentando a una mujer sobre los relatos que aún tenía en mente. Para algunos esto agregaba un nuevo ingrediente maravilloso, el que El Tonto de la Colina podría ser cualquiera en cualquier país, ser el vecino, el compañero de trabajo que de vez en cuando hace una observación aguda sobre el mundo, y que al ser consultado negará ser el autor, con una sonrisa ambigua y misteriosa.

El grupo de Facebook sigue discutiendo sobre el origen de los relatos, aún hay quienes niegan que sea El Tonto de la Colina un único autor, otros dicen que solo escribió unos cuantos de los relatos. La verdad sólo la conozco yo, y como no pienso revelarla, seguirá siendo una leyenda.

lunes, 9 de julio de 2018

Los récords tontos del mundial

Ahora que el mundial nos deja un respiro y no hay partidos que comentar, llega la hora de las estadísticas. Aunque todos sepamos que los únicos números que importan son los que reflejan el marcador, los comentaristas deportivos se empeñan en inventar números que describan el fútbol. Yo supongo que este es el tipo de gente que quiere saber cuánto gana alguien para saber que cuánto respeto tratarlo. Posesión del balón, cuántos kilómetros han recorrido los jugadores, promedio de altura de los jugadores, cantidad de pases, todo se cuenta sin reparar en ninguno de esos números puede predecir al vencedor del encuentro, que no siempre gana el que más corre, ni el que da más pases, ni siquiera el que más remata al arco. 

Y además aparecen las estadísticas parciales, como para darles a todos los jugadores la oportunidad de tener su propio récord. El jugador de menos de 20 años más goleador de la historia de los mundiales, el jugador con más asistencias en una primera fase. ¿Quién dijo que ya no saben qué inventar? No me quiero imaginar cuando en un futuro señalen a un jugador diciendo que tiene el récord histórico de goles marcados en el segundo tiempo con la pierna izquierda durante un partido jugado en un miércoles de lluvia. Para demostrar lo inútil de tales récords, presento mi recopilación personal de récords en el campeonato mundial, récords tontos, pero que tienen la ventaja de que no los verán en los registros oficiales, como para distraernos un rato en los días en que no hay partidos.

La camiseta más colorida: Las camisetas nacionales empezaron siendo de un solo color, pero ahora para que se vea mejor en las transmisiones a color y en 4K, tienen varias tonalidades y degradados, sin que ninguna logre hoy alcanzar a las que usaba el portero mexicano Jorge Campos en los mundiales de 1994 y 1998, capaces de deslumbrar a una mariposa. Dice la historia que el propio Campos diseñaba las camisetas, y que las vendía (ignoro si con éxito) en su país. Después de su último mundial, la FIFA quiso evitar imitadores e impuso reglas más estrictas para los colores de los arqueros.



El partido más aburrido de los mundiales: Si pensamos que en los últimos mundiales ha habido partidos aburridos, es porque no hemos visto en encuentro entre Austria y Alemania durante el mundial de 1982. En ese momento habían tres selecciones con posibilidad de avanzar a la siguiente fase: Argelia, Austria y Alemania. Para dejar fuera a los argelinos, solo había un resultado posible: que los alemanes vencieran a los austriacos por un gol de diferencia. El único gol del partido lo anotaron los alemanes a los diez minutos, cumpliendo con el objetivo y condenando a los espectadores a 80 minutos de pases laterales sin ningún ataque por ninguno de los dos equipos. El público, que no había inventado todavía las olas para distraerse pifiaba a ambas selecciones, reclamaba el amaño y exigía la devolución de las entradas. Desde entonces los partidos de la última jornada de grupos se realizan a la misma hora, lo cual ya no tiene efecto desde la invención de los celulares, por lo que este récord puede aún ser batido.

El mejor espectáculo musical en un mundial: Todos hemos visto a Shakira, a Jennifer Lopez y a Robbie Williams cantando en un mundial, pero ninguno de ellos se acerca ni de lejos a lo que sucedió nada menos que en el primer mundial, en Uruguay en 1930. Dos días antes de la final entre Argentina y Uruguay, se acercó a las concentraciones nada menos que Carlos Gardel a saludar y a brindar un espectáculo a cada una de las selecciones finalistas. Al fin y al cabo, a Gardel nunca le importó aclarar si había nacido en Argentina o Uruguay. Tocó para los jugadores e incluso atendió pedidos. Como dije, no hay Waka Waka que supere esto.

El partido más sucio de los mundiales: Revisando mi archivo, hay varios candidatos. Puedo mencionar el Portugal-Holanda del 2006, el partido con más tarjetas y expulsados de la historia del campeonato: 20 tarjetas, 4 expulsados; la carnicería que propinó Portugal a Brasil en 1966; o las batallas entre Italia y España en 1934, un partido y un desempate que dejaron 11 lesionados entre ambos equipos. Me quedo con la batalla de Santiago en 1962 entre Chile e Italia, donde el local tenía que vencer por las buenas o por las malas a su principal rival en la fase de grupos. A los 12 segundos se produjo la primera falta; a los cuatro minutos, la primera pelea campal. A los ocho minutos ya había sido expulsado un italiano. En cada falta tenían que intervenir los carabineros a separar a jugadores, suplentes y fotógrafos que ingresaban para poner su cuota de golpes. Al final Chile salió vencedor e Italia salió escoltada por la policía hacia la clínica más cercana.

La mejor canción del mundial: Gardel cantó en un mundial pero no creó una canción especial para el evento, eso se hizo después. Y yo me temo que no se podrá superar a la canción oficial de Italia 1990, Un 'estate italiana, de Edoardo Bennato y Gianna Nannini. Desde entonces las canciones de los mundiales no han hecho más que caer cada vez más bajo.

La intervención externa más descarada en un mundial: Muchas veces sospechamos que en algún partido hubo una intervención bajo la mesa para alterar el resultado, excepto en España 1982, donde se enfrentaron Francia y Kuwait. Cuando ya estaba el resultado definido con un 3-1 a favor de los franceses, Alain Giresse marcó el cuarto gol para Francia. Entonces el jeque Fahid Al-Ahmad Al-Sabah, presidente de la Federación Kuwaití de Fútbol y hermano del emir de Kuwait bajó al campo sin que nadie se lo impidiera, habló con los jugadores y luego con el árbitro, antes de regresar a su asiento. El árbitro decretó entonces que el gol no había sido legal y lo anuló, ante la sorpresa de todo el mundo. Aunque esta acción no cambiaría el resultado y los franceses pudieron meter un gol más, el asunto quedo como un escándalo, hubo multas y sanciones de la FIFA, a Giresse nunca le devolvieron su gol.

Y no pongo más porque ya vuelven los partidos de la fase final. Los dejo pensando en qué otro récord tonto se romperá en este mundial.

domingo, 1 de julio de 2018

El mundial de fútbol, desde mi oficina (2)



El mundial ha transtornado todas las actividades de la oficina en donde estoy trabajando. En realidad esto comenzó desde mucho antes. Si tuviera que poner una fecha, diría que todo empezó con la publicación del álbum de figuritas de Panini. Sí, creo que fue entonces cuando me di cuenta de que las cosas iba a salirse de control. Más allá del hecho de ver en las oficinas a personas adultas sentirse niños para intercambiar figuritas, fue la constatación de que no estaba frente a un hecho aislado, sino que el fenómeno se extendía a toda la ciudad. Yo todavía estaba libre de la fiebre mundialista y me burlaba de aquellos que ya ni siquiera se escudaban en la excusa del “es para el álbum de mi hijo”.

Una de mis burlas fue entrar a la lista de correo de los coleccionistas y difundir algo como esto: "Amigos, estoy en la búsqueda de las siguientes figuras:
Mojame Al-Sudar (Arabia),  Akiyo Notomo (Japón),  El Mangansson (Suecia),  Mevoy Amiamivic (Serbia) Ailovyu Mailov (Rusia)"
Sé que algunos me creyeron, pero sólo uno me respondió que no tenía tales figuras, pero podía ofrecerme a cambio a Kagawa de Japón, Cuadrado de Colombia, Guardado de México o Jakob Blaszczykowski de Polonia. Esta vez fui yo el burlado, al no creer que estos son nombres reales de jugadores que están en el mundial.

Conforme se acercaba la fecha del inicio, el fútbol se hace más frecuente en las conversaciones, hasta convertirse en el único tema. Allí descubrí que también en el fútbol se puede ser nerd. Claro que no se trata aquí de decir que sería bueno ver en el mundial a los seleccionados de Wakanda o de Winterfell, sino de ver quién es el que conoce más datos de los países participantes, de sus antecedentes deportivos, o de quién conoce más datos sobre la historia de los mundiales, o quién está más al día con los avances tecnológicos utilizados en este certamen. Mi nicho de conocimiento son (no podía ser de otra manera) los hechos curiosos de los mundiales. Cuento anécdotas como cuando los alemanes llegaron muy seriamente a la conclusión de que para dar mejores saltos y darle mejor bote a la pelota, lo mejor era usar calzado hecho de cuero de canguro, o como cuando el seleccionado argentino recibió en pleno mundial la visita de Carlos Gardel, quien les ofreció un recital completo.

Ya empezado el torneo, se ha vuelto un pasatiempo reírnos de los narradores de los partidos. Y hay mucho para reír, como aquel locutor que cada vez que dice “y empieza a atacar el equipo xxx”, dicho equipo empieza una serie de pases hacia atrás. Otro locutor, falto de matemáticas, nos dice que “luego de esta expulsión, la oncena queda con diez hombres”. También está el corto de vista que sólo después de la tercera repetición en diferentes ángulos de cámara nos dice que “fue una falta clarísima que todos han visto”. Un trago por cada estupidez, diría si fuera fin de semana.

Y cómo olvidar a los profetas del pasado que después de un resultado sorpresivo afirman que “se veía venir”.  O lo divertido que es ver a los periodistas argentinos despotricar contra su selección.

Hay también un momento para pensar en aquellos a quienes no les gusta el fútbol o los que han nacido en un país que no está participando en el mundial. A ellos les puedo decir que es una suerte que a los norteamericanos no les gusta el fútbol. Solo imaginen si en Estados Unidos se viviera el fútbol como se vive en el resto del mundo. Todos los canales de cable estarían monopolizados con el tema del fútbol, los cines y canales de películas estarían llenos de películas de fútbol, las cámaras de televisión durante los partidos enfocarían a estrellas de cine que irían vestidos con trajes de esos que tienen hablando durante días a los periodistas de espectáculos, y en el entretiempo de cada partido habría un espectáculo musical y fuegos artificiales… bueno, eso no estaría tan mal.

Afortunadamente, el mundial se acabará y todos volveremos a nuestra rutina, volveremos a hablar de guerras, de escándalos políticos, y este tonto podrá volver a escribir tonterías que no tengan que ver con el fútbol.
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