jueves, 30 de junio de 2011

Plan de escape


Tan pronto como recibimos aquel sobre color fucsia con letras de purpurina, nos reunimos los amigos de siempre en la mesa del bar en el que tantas veces nos habíamos juntado para divertirnos en grande. Pero esta vez era para planear la operación de emergencia que pondría fin a las tribulaciones de uno de los más antiguos miembros de nuestra cofradía, que tantos miembros ha perdido ya en los últimos tiempos.
Por suerte en nuestra hermandad perviven aún un destacado gerente de planeamiento y un oficial de marina de respetable carrera, amén de un economista respetado y otros distinguidos profesionales. Como se ve, un equipo a la altura del reto que se presenta. La primera reunión fue de reconocimiento de nuestras posibilidades y de recopilación de información. Todos tuvimos una actualización de la situación de nuestro común amigo, gracias a la inteligencia obtenida por Javancho, miembro del comité de emergencia y hermano de la novia. Se repartieron las tareas y se acordó que en la siguiente reunión se armaría finalmente el plan con los datos de inteligencia obtenidos.
Para la siguiente reunión ya teníamos la suficiente información para armar nuestro plan de emergencia. A través de imágenes satelitales obtenidas en la laptop de Cucho, trazamos todas las posibles rutas entre las casas de los dos contrayentes y la iglesia donde se llevaría a cabo la ceremonia. Se analizaron los antecedentes de los miembros más importantes de ambas familias para, en base a un perfil psicológico proporcionado por el Chino Chong, determinar quiénes sería los familiares que podrían oponer la mayor resistencia a nuestra operación, así como aquellos en quienes podríamos confiar el plan para tener su colaboración. Todos los posibles riesgos relacionados fueron sopesados cuidadosamente.
El plan trazado finalmente era de una perfección sublime. Acordamos con el novio una señal secreta que activaría el plan de escape en cuestión de segundos. Todo sucedería entonces como un mecanismo de relojería. Unas gotas de un líquido en un inocente vaso de jugo proporcionado por Carloncho anularían todas las funciones digestivas de la novia el tiempo suficiente para suspender la ceremonia. Si esto fallaba teníamos preparado el plan de contingencia. El coche de Ramiro interceptaría la limosina que se había alquilado para hacer la ruta hacia la iglesia, fingiendo un accidente de tránsito. Por último, si todo lo anterior fracasaba, el Trucha, Macario y yo guardaríamos las salidas de la iglesia, asegurando el pase libre del novio en caso de que fuera necesaria una fuga intempestiva, habiendo previsto una locación segura a cargo de Pollo Gordo, donde habría disponible una muda de ropa y pasajes a un destino secreto donde no pueda ser localizado.
Nuestra inteligencia obtuvo también información sobre un plan de emergencia similar trazado por las amigas de la novia, durante una reunión de comando disfrazada de un inofensivo shower. No estábamos solos en nuestro propósito, y esto nos dio mayor confianza en que habíamos hecho todo lo posible por nuestro amigo en esta su delicada situación.
Al llegar el día señalado, todos estábamos listos para la ejecución. En una pequeña reunión antes de partir, Lolo, General en Jefe del comando, dio un inspirador discurso sobre el honor y el deber, y declarando que cualquiera que fuese el resultado, había sido un honor luchar a nuestro lado. Terminada la reunión, todos ocupamos nuestros puestos designados y esperamos.

Felizmente, la boda ocurrió sin mayores incidentes. Los dos novios se dieron el sí libremente y sin presiones externas y no fue necesario ejecutar el plan. Después de la reunión, todos los miembros del equipo nos reunimos, contentos de haber cumplido con nuestro deber de amigos, felices por aquel que finalmente pasaba a las filas de los casados, pero acaso un poco decepcionados de que nuestro brillante plan, nuestro milimétricamente pensado plan, nuestro perfecto plan, no pudiera ponerse en práctica.

Y ahora tenemos un amigo soltero menos. Ya quedamos pocos.

sábado, 25 de junio de 2011

Futuro, presente, pasado


¿Nos volveremos alguna vez tan adictos a la internet que preferiremos ver un arco iris o una puesta de sol en la pantalla de la computadora en vez de salir a la calle a verlo con nuestros propios ojos? Lo peor: Parece que ya está empezando a ocurrir.
En las escuelas los estudiantes en vez de copiar lo que está en la pizarra prefieren tomarle una foto con el celular. Las tareas las hacen entre varios con el Messenger.

Aunque me considero una persona que está más o menos actualizada sobre las facilidades que nos trae la vida moderna, tengo que aceptar que he vivido también una vida que mis sobrinos y demás infantes considerarían una vida primitiva. Cuando pienso en cómo me las arreglaba en esos tiempos comparado con lo que se hace ahora, caigo en la cuenta de que tengo que contar a los niños cosas que no me van a creer. Una pequeña reflexión sobre mi propia niñez arroja los siguientes resultados:
- Las películas que uno no llegaba a ver en el cine quedaban irremediablemente perdidas. No había forma de verlas en casa, como ahora. Con suerte, después de algunos años, se las reestrenaba en los cines o las pasaban (después de 10 años o más) en la televisión.
- El primer televisor en que veía los dibujos animados en mi niñez era en blanco y negro.
- Para hablar por teléfono a larga distancia, se tenía que contactar primero a la operadora, quien te decía que esperes un tiempo que podía ser entre algunos minutos y hasta tres horas, dependiendo del lugar a donde se llamaba. Cuando al fin te llamaba la operadora para conectarte al número indicado, tenías que casi gritar para que te escuchen del otro lado.- En las ciudades fuera de la capital, la situación era aún peor. Había que llamar primero a la operadora incluso para las llamadas locales. Y los números telefónicos eran de 4 cifras. Había incluso localidades donde los teléfonos eran de una sola cifra.
- En ese tiempo, tener una línea telefónica era un logro importante. Mis padres pidieron una línea cuando nos mudamos a nuestra casa y nos instalaron la línea después de 10 años.
- Los trabajos que hacía en el colegio secundario los escribía en una pequeña máquina de escribir, y los dibujos los hacía a mano.
- Cotidianamente escuchaba radios AM. La FM solamente pasaba música clásica o de los años 50.
- Más tarde, todos nos dimos el lujo de ser millonarios. Aunque un millón no alcanzara para mucho.
Tampoco es que sea tan viejo. Lo que pasa es que en esas épocas – y mis contemporáneos me darán la razón – las novedades tecnológicas llegaban con bastante retraso a mi país, e incluso las importaciones estaban prohibidas, por lo que algunas cosas las conocía de oídas, pero no eran parte de la vida habitual.

¿Qué más nos deparará el futuro?

miércoles, 22 de junio de 2011

Una de John Lennon

Nigel, perrito bonito

Guau, Guau, ahí va, alegre se ve
Nuestro peludo amiguito
Guau, Guau, al brillo del farol
Guaguando en la esquina
Lindo perrito, buen chico,
Menea la cola y ruega,
Listo Nigel, salta de alegría
Porque te pondremos a dormir a las tres, Nigel.





(de In His Own Write - La traducción es mía)

Epílogo que quiere ser aclaración: Este post lo escribo para retomar el tema de los Beatles en este blog que no tocaba desde hace algún tiempo. La historia de la visita de Paul McCartney a Lima y la cadena de acontecimientos que me impidieron estar presente en el concierto que dio en nuestra ciudad es una tan surrealista como cualquiera de las que invento para este blog. Ahora que toda esa historia ha terminado, no sé todavía si la escribiré para publicarla, pues me hará quedar a ojos ajenos como digno merecedor del seudónimo que utilizo. A estar atentos, pues, ya que cualquier día doy esa sorpresa a los cuantos lectores de mi blog.

domingo, 19 de junio de 2011

Como deshojar margaritas

No tenía intenciones de enseñar las complicadas técnicas del amor y la soledad, pero cuando se presenta la ocasión de explicarlo de manera gráfica, tengo que ayudar, movido de mi natural disposición a hacer dibujitos.

¿Cómo explicar que "si amas a alguien, déjalo ir, si regresa es tuyo, si no regresa nunca lo fue"? Para eso hice un gráfico explicativo especial para ser comprendido por robots asimovianos y cerebros positrónicos, en forma de diagrama de flujo. Obviamente también aplica para aquellos que necesitan un poco de inteligencia artificial para compensar su tontería natural.

Para casos más avanzados de duda existencial, existe el socorrido método de deshojar margaritas. Esta actividad no es tan fácil como pudiera pensarse en un primer momento, y necesita de reglas específicas que puedan aplicarse cuando no se tiene experiencia en el asunto. Para esto he diseñado otro de mis gráficos explicativos que muestra claramente el procedimiento a seguir.

De esta manera, he cumplido con mi labor divulgativa de las difíciles circunstancias en que los pensadores viven, como un aporte a aquel que está demasiado ocupado pensando en procedimientos informáticos y demás cosas que nos distraen en vez de buscarse una distracción femenina.

martes, 14 de junio de 2011

El fantasma

Después de retirarse la policía, el asesino se sentó tranquilamente en el sillón. Estaba seguro de que no volverían. La explicación había sido convincente, la coartada perfecta, y el cadáver debería estar siendo entregado este momento a los familiares, después de que los médicos legistas lo hubieran examinado sin encontrar rastro alguno que los llevara hacia él. Satisfecho, encendió un cigarrillo y empezó a pensar en sus próximos pasos.

Cuando se dio cuenta, ya era pasada la medianoche. Se levantaba ya para irse a dormir, cuando lo vió aparecer de la nada. Estaba más pálido que nunca, al punto de transparentarse, y traía la misma cara de confusión de cuando murió. Se quedó mirando a su asesino por un buen rato antes de hablar. Su voz sonaba lejana, como si estuviera hablando desde la otra habitación.
- Tú… ¡Me mataste!

El asesino se quedó un instante paralizado ante la aparición, pero se recompuso inmediatamente. Era esa rapidez de pensamiento la que le había dado siempre ventaja sobre él, acompañado de esa sangre fría que lo había hecho cometer el asesinato con tanta eficiencia. Analizó la situación rápidamente y decidió que nada perdía contestando a un muerto.
- Sí… Yo te maté… Y debo admitir que fue más fácil de lo que pensaba… No pusiste mucha resistencia… Tal vez querías que yo te matara… Tal vez ya te habías dado cuenta de lo inútil que era tu vida…
- ¡No es cierto! – alcanzó a responder débilmente – No quería morir… Y nunca creí que fueras capaz de hacerlo…
- ¿En serio? Tú siempre supiste a quién habías contratado…
El fantasma se puso aún más pálido, si eso era posible, como si temiera que aún después de muerto, le pudiera hacer daño.

- ¿Por qué? ¿Por qué me mataste?
- Por el dinero… ¿Por qué otra cosa iba a ser? Ahora será solo cuestión de tiempo para hacer que Arístides, tu abogado, me dé el control de tus cuentas bancarias y el título de todos tus negocios…
Una leve sonrisa apareció al fin en el rostro fantasmal, pero no fue tan rápida como para que el asesino dejara de notarla.
- …Entonces no es Arístides quien tiene tus claves y poderes legales… ¡Es el Doctor Lezcano! Gracias, era lo único que me faltaba por saber…
Un gemido fantasmal se escuchó por toda la sala. El rostro del muerto indicaba claramente que aún no podía creer lo sucedido. Al fin pudo esbozar una amenaza.
- No te saldrás con la tuya…
- ¿Y qué harás? La policía no encontró nada, ya cerraron el caso, y dudo mucho que acepten la declaración de un fantasma si es que se les aparece alguna vez… Tal vez quieras venir a lamentarte por aquí de vez en cuando, pero eso no me importará, pues desde mañana venderé esta casa, las oficinas, y todo lo tuyo, y me iré a vivir al extranjero, no sea que a tu familia se le ocurra sospechar… Y no puedes hacer nada para evitarlo… Estás muerto ¿Recuerdas?
El muerto no contestó, pero su gesto de impotencia mostraba a las claras que aún después de muerto, se veía vencido.
- Adiós, socio… Creo que esta noche iré a dormir a un hotel… Tal vez mañana venda esta casa para hacer un edificio o un centro comercial… Será divertido enterarme dentro de algunos años del fantasma del centro comercial… Adiós…
- No, no puedes irte… Regresa…

Mientras caminaba, encendió otro cigarrillo, sin poder evitar una sonrisa.
- Pobre… Hasta después de muerto sigue siendo un tonto…

jueves, 9 de junio de 2011

4 historias por el precio de una


Homenaje a Monterroso
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Decidió volverse a dormir. Al despertar, volvió a ver al dinosaurio, mirándolo fijamente.
Intentó dormirse aún dos veces más, con el mismo resultado.
Cansado, cogió el celular.
- Augusto, ¿A qué hora vienes por tu dinosaurio? Cada vez que despierto sigue allí...


Mensaje a la Musa
Sé que te mereces un poema, una epopeya, una novela épica, siquiera un tomo con 30 rapsodias o un libro de versos alejandrinos. Sé que la Divina Comedia se quedaría corta de palabras ante ti, pero por ahora, te enviaré un mensaje de texto.


Él y ella
Él era tan mediocremente gris que la gente le olvidaba en cuanto dejaban de verlo.

Ella, en cambio, era tan intensamente real y brillante que resultaba imposible olvidarla aunque sólo la hubieras visto durante un segundo.

Él, por supuesto, se enamoró de ella al instante y jamás pudo olvidarla.

Ella también se enamoró de él al instante pero al instante siguiente ya le había olvidado.
Él volvió a presentarse ante ella con la esperanza de que el milagro amoroso se repitiera.
Ella, en esa ocasión, ni siquiera le dedicó una segunda mirada.
Los milagros, ya se sabe, nunca ocurren dos veces seguidas.

(Este último relato lo he obtenido desde

La cámara

- ¡Préstame tu cámara fotográfica!

Accedo. No por generosidad, sino más bien por falta de una excusa convincente. Mientras entrego el artefacto, no puedo evitar pensar con envidia que mi cámara fotográfica se ha divertido más y ha ido a más y mejores lugares que yo.

sábado, 4 de junio de 2011

El hombre bajo la lluvia

Desde que entré al ambiente laboral, hace ya un tiempito, me he enfrentado al famoso test del “Ahora señor, dibuje un hombre bajo la lluvia” Yo, que tengo una habilidad más que mediana para el dibujo, al comienzo no me sentía disgustado por la prueba, pero en la actualidad, después de hacerla varias veces, la verdad es que ya me aburre el jueguito.

Estoy seguro de que esta prueba la han sacado los señores psicólogos de algún libro o manual escrito algún famoso sabio europeo o norteamericano, pensando en las características psicológicas del anglosajón promedio, cristiano y respetuoso de las normas.

De esto me di cuenta desde la primera vez que hice uno de estos “tests”, en el que me preguntaban cosas tan absurdas como si prefería ver un partido de béisbol o una función de ballet. Aquel que haya pasado un tiempo en el Perú sabrá que estos espectáculos son tan minoritarios que una pregunta de este tipo se vuelve risible, por decir lo menos. Lo mismo hubiera dado preguntar si preferiría una función de kabuki o un torneo de kendo.

Es tan absurdo como pedirle a un limeño (y por extensión a cualquiera que viva en la mayor parte de la costa del Perú) que dibuje un hombre bajo la lluvia. Porque, y presten atención todos los señores psicólogos que viven y trabajan por aquí: ¡EN LIMA NO LLUEVE! ¿Cómo entonces, pueden pedirnos dibujar con cierta fidelidad algo que no hemos visto? Sería lo mismo que pedirle a un esquimal que dibuje la selva.
Lo que cae por aquí es un finísimo rocío que llamamos “garúa”, y que llamamos lluvia tan sólo para darnos importancia y no ser menos que cualquier otra capital del mundo.

Investigando un poco el tema, descubro que la intención del dichoso test es que el postulante dibuje a una persona en una condición amenazadora. Sepan, señores psicólogos que la garúa que verán aquí es en modo alguno amenazadora, pues puede llover durante horas sin que a alguien se le ocurra siquiera buscar refugio o protegerse en modo alguno.

Otra cosa: los paraguas son desconocidos en estos lares, al igual que gorros, impermeables o refugios contra la lluvia, lo cual debe causar un tremendo problema a los encargados de calificar este tipo de pruebas, ya que les elimina de golpe y porrazo dos o tres capítulos del manual de interpretación. En el mejor de los casos dibujar un paraguas significa que el postulante es un alienado, que fantasea con vivir en otras realidades, o que ha leído la soluciones al test que abundan en internet y quiere engañar a los calificadores.

O como yo, que cuando me mencionan eso del hombre bajo la lluvia, en lo que pienso es en Gene Kelly en esa famosa escena de “Cantando bajo la Lluvia” bailando en esa lluvia artificial dentro de un set de filmación.

¿Y la historia que debe acompañar al dibujo? Pues la uso para explicar mi dibujo, tratando de explicar que en Lima no llueve y por eso la persona anda sin paraguas y en ropa normal, sin mostrar precaución alguna de mojarse, e indicando que no se puede dibujar gotas de lluvia, ni grandes ni redondas, ni alargadas ni como puntos, pues las gotas de lluvia son invisibles en esta ciudad.
Tampoco hago una historia en esta parte, es decir, con inicio, trama y desenlace, como se supone deben ser las historias. En realidad, lo que suelo escribir se parece mucho a las naderías que aparecen en este blog. Como dice Madonna en una de sus canciones: SIGMUND FREUD, ¡ANALIZA ESTO!

Entonces señores psicólogos, reclutadores y “resource managers”: Por favor, dénse cuenta de que ese test no se aplica a nosotros y cambien de prueba. La verdad, ya me aburrí de dibujar hombrecitos bajo la lluvia. No sigan lloviendo sobre mojado.
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