jueves, 25 de marzo de 2021

Consejos para caníbales



En estos tiempos difíciles, no pasará mucho tiempo antes de que la humanidad vuelva al canibalismo, abandonado injustamente por dudosas cuestiones morales. Y que no se escandalicen los moralistas, porque hoy vemos cómo actitudes que hace pocos años eran rechazadas, hoy se tienen por normales, o al menos se lucha para quitarles el estigma de tiempos inmemoriales. 

La carne humana es un alimento rico en proteínas, nadie jamás ha discutido su valor nutricional. Numerosos casos ha habido en la historia en que el canibalismo ha sido practicado en caso de necesidad, sin efectos adversos sobre la salud. Visto desde el punto de vista ético, tampoco presenta obstáculos insalvables. Se sabe que somos lo que comemos, por lo tanto, el canibalismo nos hace más humanos. Solo esta debería ser razón suficiente, no seamos vacas, pollos o pescados, seamos humanos. 

Claro, muchos de los reparos a la ingestión de la carne humana se deben a que alguien podría conocer a quien se está comiendo, pero es el mismo caso de los animales que uno cría en su propia granja o en su jardín. Los niños siempre han pasado por la experiencia de cuidar y alimentar conejos o gallinas que después han terminado en su plato. En cambio, se muestran más que dispuestos a comerse anónimos animales con quienes jamás han tenido relación. 

Lo importante es entonces, comerse a humanos desconocidos. El otro error que se tiene sobre los caníbales es creer que estos comen a cualquier ser humano. Lo cierto es que como con cualquier otro alimento, hay que saber de dónde proviene, cómo ha sido criado y cómo ha sido su alimentación.
Al momento de escoger el producto, debemos verificar que haya sido bien alimentado. La carne de pobre, aunque abundante en las ciudades (llamadas también “granjas de humanos”) no es buena para el consumo. Los pobres traen poca carne, son bajos en proteínas y su fibra es dura, hay que cocinarlos durante mucho tiempo para que se ablanden. La carne de rico, en cambio, es muy suave debido a su falta de ejercicio, y tienen mucha pulpa. El problema es que suelen ser grasosos y tienden a llevar tatuajes. Los tatuajes hacen que la piel tenga un sabor raro, desagradable al gusto. 

La alimentación de los humanos es muy importante. Los vegetarianos son los que tienen mejor sabor. Es sabido que los animales carnívoros se alimentan de herbívoros. Los humanos normales prefieren vacas, conejos, y pollos, todos herbívoros, y rechazan gatos y perros, que son carnívoros. El sabor de la comida que el humano ha consumido se impregna en su propia carne. Por eso, dependiendo del lugar de origen, se encontrará en la carne humana un regusto a cebolla, a pescado o a pollo. Es conocido en los círculos gourmet que los mejicanos tienen un regusto picante, los hindúes saben a curry y los italianos a tomate. Se tiende a evitar también, siempre que sea posible, a los que hacen mucho ejercicio. Estos tienen la carne dura, y muchos de ellos la contaminan con hormonas, que son dañinas para la salud. 

Resumiendo, se encontrará un buen sabor en una persona de posición acomodada, un pequeño burgués vegetariano y que no haga mucho ejercicio. Una presa como esta tiene la ventaja adicional de que cuida mucho su prestigio, y cuando uno de ellos es atrapado para destasarlo y cocinarlo, su familia ocultará el hecho y dirá que simplemente desapareció, para evitar la vergüenza de admitir que ha acabado en un delicioso plato de fricasé. 

Dejemos de pensar en el canibalismo como un lujo reservado solo para el Doctor Hannibal Lecter, y democraticemos este gusto natural y muy nuestro.

martes, 16 de marzo de 2021

Leyendas peruanas: Las islas de Pachacamac


A pocos kilómetros al sur de Lima, se encuentra Pachacamac, centro político y espiritual de la costa peruana, más importante que la propia Lima antes de la llegada de los españoles. Situado en la costa, en la desembocadura del río Lurin, pueden verse desde allí dos islas de desigual tamaño y forma, una más grande que la otra. Hoy se les conoce como las islas de la Viuda, o islas Cavillaca. Del origen de estas islas trata esta leyenda. 

De todos los dioses que habitaban el mundo hace muchos siglos, Cahuillaca era la más hermosa diosa de todas. Como suele suceder con la belleza, esta le había dado un desmedido orgullo, que le hacía rechazar los requerimientos amorosos de los demás dioses. De entre los dioses, uno de los más hermosos era Cuniraya Wiracocha, quien era un dios mujeriego, y que gustaba de disfrazarse para fecundar mujeres mortales en el mundo humano. Pero Cuniraya también deseaba tener descendencia y buscaba a la más hermosa para engendrar un hijo digno de él. Cuando vio a Cahuillaca, el enamoramiento fue inmediato, pero al acercarse a ella no recibió más que rechazo de la bella diosa. 

Picado en su orgullo, Cuniraya se propuso fecundarla, para lo cual se disfrazó de pájaro, y vertió su simiente en una fruta del árbol de lúcuma a cuya sombra Cahuillaca solía sentarse a tejer. Cuando el sol alumbraba en el cielo, la fresca fruta cayó a los pies de la diosa, que la comió con avidez. La diosa quedó así embarazada, pero ignorante de quién sería el padre del niño que tuvo. Indignada, convocó al Consejo de los dioses, para resolver el misterio. 
La reunión se realizó en las alturas de Huarochirí, donde nace el valle de Lurín, y todos los dioses fueron compelidos a asistir. Cuniraya, temiendo ser castigado, asistió al divino consejo, pero lo hizo disfrazado de mendigo, con ropas harapientas, para no ser reconocido. Cuando Cahuillaca preguntó en voz alta quién era el padre, nadie respondió. Entonces puso al niño en el suelo y le dijo: “Tu padre está en esta sala, ve a donde está él”. El niño gateó alegremente hasta Cuniraya y trepó en sus rodillas. 

Cahuillaca se ofendió profundamente al ver que el padre de su hijo era un andrajoso mendigo. Ella, que en su orgullo pensaba que ningún dios era digno de ella, no pudo soportar esta escena. Tomó a su hijo y salió huyendo, llena de vergüenza. Cuniraya se quitó el sucio disfraz y apareció resplandeciente con su traje de oro, pero para entonces Cahuillaca ya estaba muy lejos. Bajando por el valle de Lurin, con dirección al mar, fue siguiendo a la diosa. En su forma de dios, bastaba con que ella diera vuelta para que él le ordenara detenerse, pero Cahuillaca jamás miró hacia atrás, asqueada como estaba. En el camino Cuniraya la perdió de vista, tanta era la prisa con la que huía. Perdido, preguntó al cóndor si podía verlos y si aún podría alcanzarlos antes de llegar al mar. Si, los veo, y están muy cerca, puedes alcanzarlos, le dijo el cóndor. En agradecimiento, Cuniraya otorgó al cóndor el título de rey de los cielos. 
Más tarde se encontró con Añas, el zorrillo, a quien hizo la misma pregunta. Los he visto pasar, pero ya están lejos, le dijo el zorrillo. Enojado, Cuniraya lo maldijo con un olor pestilente que espanta a los demás animales, condenándolo a caminar solo por las noches. Luego encontró al puma. Este le dijo que habían pasado por allí, pero un dios poderoso como él sin duda podría alcanzarlos. A Cuniraya le gustó esa respuesta, por lo que lo hizo el rey de los animales de la tierra, el único que podría alimentarse de la suculenta carne de la llama. 

Aún bajando por el valle, encontró a Atoc, el zorro, y repitió la pregunta. El zorro astuto respondió que la diosa le llevaba mucha ventaja, que ya estaban llegando al mar, pero tal vez se detendrían al llegar a la playa, tal vez si el dios se transformaba en ave, aunque no podría asegurarlo. Wiracocha se dio cuenta de que el zorro trataba de confundirlo para evitar una respuesta directa, y lo maldijo para ser perseguido por el hombre por siempre. 
En un árbol encontró luego a Wamani, el halcón. El cauteloso halcón, no quiso contrariar a un dios, y le dijo que efectivamente, estaban cerca y que se apurara para alcanzarlos. Como esa era la respuesta que Cuniraya deseaba escuchar, recibió la bendición del dios, tendría mucha suerte y podría comer los deliciosos picaflores. 
Cuando ya el río se ensanchaba antes de llegar al mar, y los árboles eran reemplazados por cañaverales, encontró a los Uritu, los papagayos, y preguntó nuevamente. Los papagayos respondieron apresuradamente que la diosa y su hijo ya estaban en la playa, que ya no había forma de alcanzarlos. Al oír esto, Cuniraya se enfureció, y maldijo a los papagayos, para que no gocen de tranquilidad al alimentarse, ya que hablarían siempre a los gritos, tal como le habían respondido. Mientras tanto, Cahuillaca ya estaba en la playa, furiosa aún con el padre de su hijo. 

Aunque una diosa de la tierra tiene prohibido ingresar al mar, ella entró sin vacilar, huyendo de lo que creía era su deshonra. El mar convirtió a la madre y al hijo en roca, formando la isla grande Cahuillaca y la isla pequeña su hijo. Cuando Cuniraya llegó a la orilla, ya era demasiado tarde. Lloró entonces por la pérdida de la amada y por su hijo, vagando por la playa y pensando en cómo obtener descendencia. 

Fue entonces cuando dos diosas, hijas de Pachacamac, acudieron ante su lamento. Cuniraya, recobrando su carácter de mujeriego, quiso aliviar su pena con ellas y obtener un hijo que reemplace al que había perdido. Las diosas, ofendidas ante el pedido, se transformaron en palomas y huyeron a donde estaba su madre. La madre Urpayhuachac, las acogió en su casa, en donde criaba en un estanque gran cantidad de peces. En ese tiempo el mar no tenía peces, y cuando los necesitaba, crecía hasta llegar al estanque de Urpayhuachac y tomaba los que necesitaba. Cuniraya, airado, rompió el estanque y todos los peces llenaron desde entonces el mar, donde están hasta hoy. Urpayhuachacc, enfurecida, persiguió a Cuniraya Wiracocha, quien huyó a las alturas de Huarochirí para no regresar.

domingo, 7 de marzo de 2021

Descifrando al Coyote y el Correcaminos



Dentro de las grandes cuestiones de la vida que trato en este pequeño espacio, está la del profundo significado de ciertos dibujos animados. El Coyote y el Correcaminos era uno de los dibujos preferidos en mi niñez, de los cuales sospeché desde el comienzo que contenía mensajes escondidos. Una trama tan trivial y repetitiva no podía seguir siendo atractiva después de tantos capítulos, algo debía haber. 

Más tarde, llegué a la conclusión de que todas estas historias eran en realidad una gran metáfora, aunque no estaba consciente de qué. Con el tiempo, y con el acceso a la información que da internet, conocí varias de las teorías sobre estas caricaturas , pero ninguna me convenció realmente por rebuscadas o faltas de sentido común. En lo único en que estoy de acuerdo es en que el héroe de la historia es el Coyote. Esto es de por sí un logro, porque en el subgénero de los dibujos animados de persecución, el héroe es normalmente la presa, y no el cazador. En este caso, el Correcaminos no presenta rasgos definidos en su personalidad, y no es más que una presencia, una excusa para el desarrollo de las desventuras del Coyote. 

En primer lugar, mi admiración, al igual que muchos de mis compañeros en la Universidad, se debe a que el Coyote es un ingeniero. Analiza el problema, ofrece una solución, diseña la forma en que esta solución será llevada a la práctica, dibujando en sus planos azules sus diagramas, y finalmente los lleva a la práctica. El hecho de que estos planes finalmente no funcionen no lo desanima nunca, y siempre busca nuevas y brillantes ideas para lograr su objetivo. Así es como nos sentimos los ingenieros ante cualquier problema que enfrentamos en nuestra vida profesional. 

El tema del significado metafórico de la serie también fue discutido en mi autorizado círculo de amistades profesionales. Una de las teorías es la que dice que la lucha del coyote es una reflexión sobre la confianza del hombre en sus artefactos, y cómo las máquinas al final lo terminan traicionando. Este tópico también es tratado en el film “Tiempos Modernos” de Charles Chaplin, y en menor medida, en los artefactos prehistóricos de Los Picapiedras. El Correcaminos, en cambio, representa la vida sencilla y sin complicaciones, que al final es la que lleva a la felicidad. La modernidad tratando de destruir a la Naturaleza, sin lograrlo. 

Otra de las teorías maduradas en los descansos del trabajo, cuando el estímulo del café aún no se desvanece, es que las caricaturas son una crítica al sistema capitalista, en lo que tienen de aspirar a la acumulación de objetos. El Correcaminos en este contexto, representa a la felicidad, y el Coyote al hombre que trata de alcanzarla comprando productos de la marca ACME. Una de las críticas que siempre se le hizo al Coyote es el por qué sigue comprando productos cuando con ese dinero bien podría comprar comida. Muchas de sus trampas utilizan alimento para aves que vienen en cajas ¿Por qué no compra entonces alimentos para él mismo? La respuesta sería que el Coyote ha perdido de vista sus propios fines, y los ha confundido con la compulsión a comprar los productos modernos que le venden. Nuevamente, en la época en que se hicieron esos cortos, los norteamericanos sentían esa misma compulsión a comprar autos y electrodomésticos, convencidos de que con ellos alcanzarían la felicidad. La realidad, igual que en la caricatura, les golpeó pesadamente en la cabeza y los únicos beneficiados fueron las grandes empresas que fabricaban y vendían estos artefactos. 

Por el lado de la filosofía, también se dieron algunas teorías, algunas más cercanas al Creepy Pasta, en realidad, pero que resultaron de interés, al menos para mí. 

La primera teoría era que el correcaminos es en realidad un fantasma. Como puede observarse, el Correcaminos no obedece las leyes físicas: puede caminar en el aire, atraviesa las paredes cuando el Coyote pinta un túnel en la roca, y no acciona las trampas activadas por peso. Por eso ninguno de los artilugios funciona, porque el Correcaminos es solo un espectro sin identidad física. 

Una teoría similar es la que dice que la serie es una recreación del suplicio de Tántalo. En las leyendas griegas, Tántalo era un rey que al morir fue condenado en el inframundo al hambre y la sed eternas, rodeado de agua y alimentos que se alejaban cuando este intentaba alcanzarlos. Según esta teoría, el Coyote está muerto, y su eterno castigo es perseguir al Correcaminos sin poder alcanzarlo nunca. Por eso el Coyote no muere a pesar de todos los accidentes que sufre.

La siguiente teoría es que la serie describe un futuro apocalíptico en el que Coyote y el Correcaminos son los últimos seres vivos sobre la tierra. Recordemos que nunca se ven otros personajes en la caricatura, solamente caminos desiertos, y que los primeros ensayos nucleares se hicieron en el desierto de Nuevo Mexico, en donde los dibujos se desarrollan. Si el Coyote atrapa al Correcaminos, sería literalmente el fin de la vida en la tierra. 

La última teoría es que el Correcaminos es dueño de la empresa ACME, y utiliza al Coyote para probar sus productos. Esto explicaría por qué el Coyote obtiene todos esos artefactos sin poseer dinero. La prueba sería que uno de los capítulos de la serie termina con el Correcaminos conduciendo uno de los camiones de ACME. Esta teoría relaciona también a la otra serie donde el personaje del Coyote trabaja tratando de robar un rebaño de ovejas de un perro ovejero, marcando tarjetas de entrada y salida, como si fuera operario en una fábrica. 

Como ven, para crear teorías sobre caricaturas no hace falta más que un poco de análisis, unas tazas de café y algo de tiempo.
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