lunes, 31 de agosto de 2009

10 Cosas que aprendi de Star Wars

Para todos los que hemos visto alguna vez la Guerra de las Galaxias, y sobre todo para algunos que la hemos visto muchas veces, la serie de películas encierra valiosas enseñanzas que nos ayudan en el camino de la vida. Claro, tampoco es cosa de convertirme en jedi y empezar a hablar de la fuerza o cosas por el estilo. Son cosas... Bueno, mejor será expresarlo gráficamente:

Lección 1: No importa si eres mejor luchador, eres más ágil, o tienes una mejor arma. Si eres de los malos, perderás irremediablemente. ¿Por qué? Porque los malos son soberbios y orgullosos. "Ja, no tienes oportunidad contra mí", te dicen. Pero en el momento en que el maloso tiene al representante del bien acorralado y esperando sólo el golpe que ponga fin a su miseria, ¡Zas! el bueno destruye las aspiraciones malignas de un golpe que parece más producto de la suerte. Porque eso sí, los buenos tienen mucha, mucha suerte.

Lección 2: Si tienes mucho dinero y mucho poder, no importa lo feo que seas, siempre tendrás una hermosa mujer a tu lado. Es que el poder atrae. Y el gusto por el dinero y las joyas son obsesiones que encadenan a las mujeres. Pero cuidado, que esas cadenas son las mismas que una mujer usará para estrangularte si te descuidas.


Lección 3: Si estás enamorado, cuida a tu chica, desconfía incluso de tu mejor amigo. Nunca sabes quién intentará quítartela y dejarte... Solo.


Lección 4: Siempre es bueno saber algo de electricidad. Mucha fuerza, poder absoluto, dueño del universo, pero todo se puede echar a perder por no saber arreglar tus armas a tiempo.

Lección 5: También a las mujeres bonitas les gusta Star Wars. ¿A que creías que las geeks solamente se encontraban del tipo con anteojos y un feo peinado? Vean cómo esta niña deja a los transformers en el taller de mecánica a que les hagan un afinamiento mentras ella sale a pasear en busca de su wookie.


Lección 6: Conoce a tus enemigos. Ellos intentarán cambiar de apariencia para confundirte, ponerte una cara amable y decir que ya no son malos, pero tú debes saber reconocerlos. ¡Acuérdate del pasado a la hora de la votación!


Lección 7: Actualmente, cualquiera puede llegar al congreso. Y esto quiere decir CUALQUIERA. A este señor, por ejemplo, le bastó darle una ayudadita a una princesa para iniciar su carrera política. Y así, sin saber atar ni desatar, se encontró ocupando un puesto en el Senado de la República, figurando por el partido de gobierno en una de las comisiones más importantes, como que si no fuera por su ayuda, no le hubieran dado poderes extraordinarios de por vida a ese otro que resultó ser un tremendo golpista. Y cualquier parecido con la realidad... es culpa de la realidad.


Lección 8: Aprovecha cualquier oportunidad para obtener el éxito. No te rindas. El éxito está en la perseverancia. ¿Acaso Lex Luthor se rindió? ¿Ves al Guasón lamentando su mala suerte? No, ellos siempre se dan una nueva oportunidad. Y al final, ellos son los que ganarán.



Lección 9: No dejes que todo el mundo se entere de tus problemas. Eso solo empeorará las cosas. Si ya es difícil arreglar los problemas solo, el que te estén persiguiendo los chismosos todo el tiempo no te ayudará en nada.


Lección 10: Si que te hagan caso quieres, y fama de sabio ganar, hablar raro debes. La gramática importarte no debe, si los demás tus consejos obedecen. Es que mucho a la gente le gusta, lo que no entiende escuchar.


Si estas lecciones sigues, un gran paso hacia la sabiduría jedi avanzarás. Otras lecciones dejado he, más con estas bastante por ahora tienes. Que la fuerza te acompañe, joven padawan, sobre todo si por barrio peligroso de noche andas.

martes, 25 de agosto de 2009

Un grito en medio de la soledad de la muchedumbre

Yo sé que existe justicia en este mundo. He vivido lo suficiente para aprender que no importa lo que pase, al final los justos recibirán su recompensa y los malos arderán para siempre en el infierno. Yo sé que la justicia humana tiene las fallas propias de los imperfectos seres que somos. La justicia divina es infalible y justa, pero se revelará ante nosotros solamente al final de los tiempos. La justicia humana, en cambio, es rápida pero propensa a fallas, a desconocimiento completo de los hechos o a la vulgar corrupción. Sin embargo, depende de nosotros ayudar a la justicia humana. Cuántas injusticias se habrán cometido porque uno de nosotros no denunció al culpable por miedo, por cobardía o por indiferencia. No nos damos cuenta de que cada vez que permitimos una injusticia, estamos un paso más cerca de permitir que cometan una injusticia contra nosotros. Al callar, entonces, nos convertimos en cómplices. Y ya hemos tenido demasiada pasividad contra aquellos que nos han hecho daño. Ya hemos permitido demasiado. Esta ha sido la última vez. Por fin la gente se da cuenta de su poder. Aquellos que se creían tan seguros se dan cuenta de lo que podemos hacer. Y empiezan a temer. Tal vez nos amenacen, pero ya es demasiado tarde. Nos volvemos cada vez más fuertes. Solamente había que alzar la voz. Y el grito que nace en mi garganta será el inicio de una nueva era, porque esta vez acompaña a mi grito el de miles de personas más:
ESO FUE PENAL!!!!!!

martes, 18 de agosto de 2009

Carta a mi doctor


Estimado Doctor,
Le estoy enviando este correo para no tener que verlo personalmente. Es que he decidido que ya no voy a ir a su consulta, y si se lo intento decir personalmente, sé que encontrará usted una excusa para tener que seguir asistiendo a sus sesiones, y encima me cobraría por esta última visita.

Así, pues, verá usted que mis motivaciones, en este caso son estrictamente económicas, lo que demuestra mi total cordura en este momento, pues sabido es que a los locos no les preocupa el dinero.

La razón por la que he decidido abandonar el tratamiento es que me he dado cuenta de que no hay nada malo en mí. Note usted que no digo que yo esté sano o que esté curado. ¡Y que Dios me libre de ser llamado una persona normal! Nada está más fuera de mis expectativas, y me horrorizaría ser igual a los demás. No soportaría la idea de ver a las personas diciendo cuando esté completamente curado ¡Pero que persona tan igual a las otras!

Defiendo, pues mi originalidad. La originalidad es antes una virtud que una enfermedad, y a ella me aferro.

Comprendo que usted se sentirá mortificado por esta despedida, pero mi idea es firme. Sé que sus excusas para conservarme como paciente, aunque llenas de racionalidad, esconden el trasfondo del temor a perder un cliente habitual que le paga casi siempre con puntualidad y que por ello se ha convertido en parte vital de su presupuesto, habiendo tantos Napoleones que prometen pagarle con bonos de la República Francesa.

Por todo esto, usted pensará seguramente que no pienso curarme, y estará en lo cierto. Es que desde que sigo el tratamiento, mi, digamos, calidad de vida, se ha ido deteriorando progresivamente. Las diversiones mundanas ya no me atraen, mi audacia se desvanece y solo queda de mí un ser racional, pensante, y para nada simpático a la sociedad. Mis amigos extrañan esos arranques que me convertían en el alma de las fiestas y que labraron la reputación con la que llegué por primera vez a su consulta. Pero yo no logro recordar esos episodios, dirá usted, y estará en lo cierto. Pero estos episodios causaron un efecto en los que me rodean que ya se ha perdido, gracias a su efectivo tratamiento.

Desde que tomé conciencia de ello, he tratado de invocar a aquella personalidad nuevamente, con el fin de recuperar algo del tiempo perdido, pero ha sido inutil, mi otro yo ya no me acompaña, no contesta mis llamadas, ni mis mails, e incluso parece haber desaparecido de su perfil de Hi5.

Antes que ocurra lo mismo con mi personalidad artística, mi yo infantil, mi yo amable, y antes que todos los demás yos se desvanezcan en los vericuetos de mi cerebro, decido dejarlo a usted, antes de quedarme solamente como el yo gruñón, burgués y adicto al trabajo, ese yo que usted me hizo creer que sería el único aceptable socialmente.

Además, debe considerar usted las ventajas terapéuticas de mi condición: nunca estaré solo, siempre tendre más de una sola opinión en mis decisiones, y si alguien decide matarme, será culpado de homicidio múltiple. Es por ello que decido alejarme de su consulta. No lo considere como una derrota personal. Considérelo más bien como un triunfo mío en mi lucha contra aquellos que quieren un pueblo que piense siempre igual.
Nos despedimos de usted,

Su paciente.

miércoles, 12 de agosto de 2009

El que no ladra no goza


Lucky es un perrito muy simpático, y el engreído de mi sobrina. Un perrito muy educado que se sienta en el sofá de lo más contento y se arrima al que encuentra sentado allí, que no hace sus gracias dentro de la casa y que me recibe muy feliz a mí también. En fin, una verdadera mascota.
Y aunque lo tratan bien, le dan su comida para perros, lo bañan y peinan para que esté bonito y lo sacan a pasear todos los días, hay algo que no anda bien para el. No es del todo feliz.
Ocurre que desde hace un tiempo la familia se mudó a un mejor sitio, sin tanto ratero, sin tanta contaminación, con parques que tienen pasto de verdad, no esos pampones con algunas manchitas de césped que les dicen parques en ese distrito. Todo iba a ser felicidad, hasta que se encontraron con un detalle. En el edificio no aceptaban perros.
- Pero es un perrito chiquito, que se porta bien…
- Está bien señor, se puede quedar, pero que no haga bulla, sino los vecinos se van a quejar y se lo va a tener que llevar de aquí. ¿Entendido?

Así fue que le enseñaron a Lucky a no ladrar. El proceso fue difícil, pues Lucky estaba acostumbrado a pararse en el balcón o en la ventana y quedarse calladito esperando que pase algún desprevenido transeúnte, para ladrar de improviso y gozar con el sobresalto de quien no veía en un primer momento al autor del ladrido, y que se reía invariablemente al darse cuenta de que había sido asustado por un perro de ese tamaño.

Ahora Lucky se pone triste, pues ya no le dejan ladrar y desde su ventana no se ve la calle.
Como Lucky es un miembro más de la familia, hay que buscar la forma de que vuelva a ser feliz. Así pues, cada cierto tiempo lo llevan a su antigua casa (que sigue ocupada por la familia de mi cuñada) a descansar de las restricciones de su nueva casa. Allí Lucky corretea feliz por toda la casa, sale al balcón y le ladra a todo el que pasa, luego se para en la ventana a asustar a los transeúntes distraídos, como en los viejos tiempos. Luego del fin de semana, regresa a su casa más dispuesto a portarse bien, a ser un perro tranquilo y educado, como corresponde a un perro de barrio fino.

En mi última visita a su casa, fui recibido por Lucky, quien estaba en sus días de tristeza por no ir a su antiguo hogar.
- ¿Por qué no te gusta esta casa, si es más bonita, hay más parques y te va mejor?
- Porque aquí no puedo ladrar
– Me dijo con la mirada.

Moraleja: ¡Viva la libertad de expresión!

jueves, 6 de agosto de 2009

¿Se volvieron a reunir los Beatles?


Uno de los mitos recurrentes en la historia de los Beatles es la historia de una “reunión” después de 1970, o de reuniones entre Paul McCartney y John Lennon. Por alguna razón, la mayoría de las historias sitúan la reunión entre 1974 y 1976. Veamos algunas de las historias.

En Noviembre de 1976, Paul McCartney estaba de gira con The Wings en Estados Unidos, y se reunió con los restantes integrantes de los Beatles y George Martin en Los Angeles. La reunión, dice la historia, fue mantenida en secreto por temor a causar expectativas injustificadas en el público, lo cual demostró ser una buena idea, pues las diferencias entre los Beatles pronto salieron a flote. En esta sesión se grabaron 5 canciones, pero a causa de las disputas durante la grabación decidieron no publicarlas y mantener la reunión en secreto. Se dice que los Beatles ordenaron borrar las cintas grabadas, pero quedó una en las bóvedas de los estudios Abbey Road. Se pueden ver fotos de la caja de estas cintas en esta dirección, donde también se cuenta la historia de esta reunión.

Otra de las ocasiones en que se especuló sobre la reunión de los Beatles fue durante la grabación del disco “Ringo” de Ringo Starr en 1973. John, Paul y George acompañaron a Ringo en diferentes canciones, aunque se dice que en una de ella (I´m the Greatest) intervinieron los cuatro Beatles. En todo caso, no parece haber pruebas de que todos estuvieron en la misma sala al mismo tiempo.

En abril de 1976, el programa “Saturday Night Live” ofreció un cheque de 3,000 dólares a los Beatles si se reunían y tocaban 3 canciones durante el programa. El programa estaba siendo visto en ese momento por John Lennon y Paul McCartney, quien visitaba el departamento de John en New York. Se dice que por un momento pensaron en tomar un taxi para recorrer las pocas calles entre el departamento y el estudio. Este encuentro nunca fue confirmado por Yoko Ono o por Paul, pero esta escena es retratada en los filmes “The Linda McCartney Story” y “Two of Us”.

Otra historia sobre una reunión de Paul y John indica que esta se produjo en el año 1974, cuando John estaba separado temporalmente de Yoko Ono, en lo que llamó su “fin de semana perdido”. En ese tiempo, John llevaba una vida de soltero disipado y viviendo la vertiginosa vida de la estrella de rock de los 70’s. En una de las reuniones a las que asistió en esa época coincidió casualmente con Paul y Klaus Voorman, antiguo amigo de la banda. Se dice que al inicio la situación fue tensa, pero después fue soltándose después, sin duda ayudado por las drogas y el alcohol que iba circulando. Al final, ya bastante borrachos, cantaron juntos un par de canciones, acompañados por Stevie Wonder y Harry Nilsson. En este enlace se muestra el supuesto audio de la reunión.

May Pang, quien fue compañera de John Lennon durante este tiempo, relata en su autobiografía algunos encuentros más entre John y Paul, en los que se habló de volver a reunir a los Beatles, entre 1970 y 1974, pero, según Pang, estos intentos eran sistemáticamente impedidos por Yoko.

¿Cuáles de estos ejemplos fueron reales y cuáles son simples mitos urbanos? La grabación de los Beatles en 1976, parece ser una invención, y las fotos de una cajas de cintas no es una prueba para nada confiable. Sobre el audio, personalmente no me parece la voz de John, por muy drogado que dicen que está en la cinta. Sobre la visita de Paul al departamento de John, sólo hay dos personas que saben la verdad, Paul McCartney y Yoko Ono, y ninguno se muestra dispuesto a cooperar por el momento.

Tal vez en los próximos años surja alguna prueba. Al fin y al cabo, recién Paul ha confirmado la existencia de la canción “Carnaval of Souls”, la que se creía era una leyenda hasta entonces.
Si, a mí también me hubiera gustado que Los Beatles se volvieran a reunir.
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