jueves, 26 de diciembre de 2019

Horóscopo tonto para el 2020


¿Cómo nos tratará el próximo año? Depende de cuál sea el horóscopo que leas, porque todos dicen algo diferente y todos encuentran a alguien que les crea. Para demostrarlo, he decidido hacer mi propio horóscopo para el año 2020 y verán a fin de año que soy igual de acertado que cualquier otro. Vean y comprueben.

Aries. ¿Te acuerdas cuando te quejabas de lo mal que te ha dio este año? Solo te diré que al final de este año lo vas a extrañar y le dirás a todos que esos eran los buenos tiempos. Tu deseo se cumplirá, tendrás mucho trabajo, y además mucho de ese trabajo será tratar de que te paguen lo que has trabajado.
Tauro. ¿Qué te puedo decir, Tauro? No sé, tal vez quieras mirar mejor el horóscopo chino, el de las runas, cualquiera, porque en este no la haces de ninguna manera. No es mi culpa, son las estrellas las que están en tu contra, yo que tú me cuidaría de que me caiga un meteorito, así estás de fregado.
Géminis. Tú, el de la doble personalidad, no vuelvas a usar este año la excusa de que eres bipolar, que ya nadie se la cree, porque lo tuyo no es bipolaridad, es que eres un caprichoso de miércoles. Este año va a venir variado para ti, con altas y bajas. El problema es que las altas van a ser muy bajas, y en cambio las bajas si van a ser profundas.
Cáncer. ¿Sabes qué? Mejor no creas en los horóscopos y búscatelas por ti mismo. No le eches la culpa a que Jupiter se le atravesó a Venus, ni a que la Luna está en Escorpio. Sal de tu casa, que este año Netflix va a pasar de moda, haz algo, por amor de Dios.
Leo. Ya veo que esperas con ansias que te diga que este año por fin va a ser tu año, que todas tus metas se van a cumplir. Pues no te diré que te va a ir bien o mal, sino todo lo contrario. Es decir, tendrás oportunidades interesantes, si es que sabes encontrarlas, y si no, no podrás verlas y creerás que no existen. Obtendrás lo que mereces, o al menos eso te dirán tanto tus amigos como tus enemigos.
Virgo. Para ti, Virgo, te tengo algo especial. Este año vas a conocer al amor de tu vida. Es un tipo buena gente, medio tonto, pero de buen corazón, que tiene un blog donde escribe puras tonterías. Sí, me refiero a ti, no te hagas la desentendida. Y me tienes que hacer caso, no le vas a llevar la contraria a todas las estrellas, los planetas y constelaciones. Todo el Universo conspira a mi favor, me lo ha dicho mi horóscopo.
Libra. La recomendación para este año es que vivas cada día como si fuera el último, porque un día de estos es cierto. En la próxima visita al médico te dirán que tu corazón, tu hígado y tu riñón están en muy buena condición, así que firma sin temor la autorización para la donación de órganos. Se ven algunos problemas legales este año, pero no te preocupes, no son tuyos, sino de tu familia, que se está disputando la herencia.
Escorpio. Tú que sí crees en los horóscopos, cuídate de los Tauro y de los Libra, que andan bien resentidos contigo porque creen que a ti va a ir mejor. En cambio, los Sagitarios están desprevenidos, es hora de la venganza. Y de ese Aries con cara de tonto, mejor ni te digo. Este año aparecerá en tu vida un Piscis que querrá hacerte creer que es Virgo, pero cuídate, porque te querrá hacer Capricornio, así que cuida tu Libra, para que no se vaya como el Acuario.
Ofiuco. Tú, que eres el signo olvidado y negado del zodiaco, te va a pasar exactamente eso, los demás van a hacer como que no existes. Pero no te preocupes tanto por eso, que tiene sus ventajas, las que verás cuando a mitad de año estén buscando culpables. Tú solo mantén perfil bajo cuando llegue la purga.
Sagitario. Este año será cuando cosecharás lo que has sembrado. Y sí, te estoy amenazando. Si no crees en el karma, deberías. La recomendación: échale candado o mejor cierra todas tus redes sociales, para que no queden evidencias, aunque ya es demasiado tarde, ya todos vieron dónde y con quién has estado.
Capricornio. Este año te pondrá a prueba, Capricornio. Todos sabrán de qué estás hecho. O sea, de sangre, huesos, intestinos y órganos variados que quedarán regados por el piso. Y cuando creas que ya has soportado todo, será cuando la mala suerte empiece en serio. Entonces recordarás que recién es febrero, y que el resto del año se pondrá peor.
Acuario. A estas alturas ya me estoy aburriendo de escribir horóscopos, así que haré lo mismo que hacen las gitanas que leen la suerte en la calle: Te diré que conocerás a alguien y que vas a hacer un viaje. También te diré que hay algo que no te puedo decir, pero que tú sabes qué es. Igual me vas a decir que soy muy bueno y que le acerté en todo.
Piscis. No te pases todo el año haciendo lo que acabas de hacer, leer todos los otros signos que no son el tuyo antes de llegar aquí. Eso se llama procrastinación, y es malo. Ya sé que no puedes evitarlo, pero al menos haz el intento, para que después no te quejes de lo mal que te a ido en el año. ¿Todavía quieres saber cómo te va a tratar el 2020? Mira, Piscis, sé que quieres que te diga que vas a estar como pez en el agua, pero no, más bien vas a estar frito, pescadito.

lunes, 16 de diciembre de 2019

El Niño Manuelito



En las alturas de los andes, cerca al Cuzco - y esto es sabido en mi tierra – nació el Niño Dios. Dicen que desde mucho antes ya le habían escogido como nombre Emmanuel, pero de cariño todos empezaron a llamarlo “Niño Manuelito” y así se quedó hasta hoy.

Es también sabido que fueron las llamas blancas las primeras que llegaron al pesebre y se arrodillaron ante él, y que le siguieron los pastores de las montañas llevando leche, queso
, pan chapla, y algo de charqui a la Sagrada Familia.
No llevaba el Niño ese pequeño pañal con el que lo visten en los belenes de los blancos, sino un jubón de cuerpo entero, como se usa para soportar las frías noches de la sierra. La Virgen también usa la manta multicolor que llevan las cuzqueñas, sujetado con un tupu o alfiler largo, mientras que San José usa un poncho marrón, chullo y ojotas.

Desde pequeño el Niño Manuelito es muy travieso y le gusta escaparse a jugar con otros niños. Su madre ve la cuna vacía y le espera hasta la noche, cuando llega con las ropas rasgadas por las duras hierbas de las punas. - ¿Dónde has estado? Le recrimina la Virgen. El Niño solo sonríe, hasta que la madre, vencida, le perdona y acaricia sus cabellos rizados.

Los niños de los valles que pastorean las llamas le conocen y esperan. Son ellos los que nos contaron que una vez, el Niño encontró a uno de los pequeños pastores llorando sentado sobre una roca. - ¿Qué te pasa? – le preguntó. – Me he clavado una espina en el pie. – No llores, yo también tengo una espina clavada, le dijo el Niño, mostrándole su propio pie, que acababa de pisar otra espina.
En otra ocasión, fue a visitar a uno de los niños que vivía en una casa apartada, cuando su madre le informó que su amigo no podría salir, pues estaba enfermo. Manuelito lo llamó entonces, y el niño salió como si nunca hubiera estado enfermo. Desde ese día, muchos lo conocieron como “El Doctorcito”.

A la Virgen María le llegaban las noticias de que su hijo salía a buscar a los otros niños y los distraía de sus deberes de pastoreo de llamas, haciéndolos jugar todo el día. El resultado fue una reprimenda y la prohibición de salir a los montes. El Niño Manuelito bajó entonces a la ciudad del Cuzco, donde jugaba con los niños que vendían caramelos, lustraban calzado y ayudaban en el mercado. Todos sabían cuando el Niño estaba en la ciudad, porque entonces crecía la felicidad, las ventas de los niños trabajadores aumentaban, el cielo se aclaraba de nubes, y el sol brillaba alegre.

 Desde entonces se cantan en el Cuzco los villancicos andinos, para recordarnos que el Niño Dios es peruano, que nació entre nosotros y que hasta ahora se acuerda, ya que nos trata tan bien.

Niño Manuelito, qué te puedo dar,
Rosas y claveles para deshojar,
Desde lejos vengo oyendo una voz,
En que el ángel dice que ha nacido Dios.
En lecho de paja desnudito está,
Quien a las estrellas da su fiel brillar,
Entre peña y peña he visto una luz,
Cunita y almohada del niño Jesús,
Vamos pastorcillos, vamos a Belén,
A ver a María y al niño también,
Suena la sonaja, suena el tamborcito,
Para divertirlo a nuestro niñito,

A la medianoche Jesús nacerá
y viene trayendo la felicidad.
La gente contenta y feliz bailará
porque ya ha nacido el Rey de la Paz.

viernes, 6 de diciembre de 2019

El fin del mundo, sigo esperando


Ya se acaba otro año y el mundo todavía no se ha acabado. A estas alturas, ya me estoy impacientando, hasta cuándo creen que voy a estar esperando. Este año nos prometieron un asteroide, un calentamiento global y un ataque de misiles nucleares de Corea del Norte. Nada de esto han cumplido y por su culpa he tenido que entregar los informes en la fecha acordada, he tenido que seguir pagando las cuentas e incluso tuve que conservar mi empleo, así no se juega, señores.

No sé quién es el responsable de manejar este mundo, pero estoy pensando en presentarle una queja formal. A lo mejor esta chica Greta sabe algo sobre a quién reclamar, ella que tanto sabe plantarse ante los poderosos con esa cara de sincera indignación que tan poco vemos en los habitantes de países nórdicos. Le diré que los mayas se han escondido desde aquel fiasco del 2012, y que los testigos de Jehova ya se están quedando sin excusas.

Estos son los tiempos en que uno extraña a los soviéticos, que sí sabían amenazar al mundo con sus armas nucleares cuando prometían el fin del mundo para mañana a las 6 de la tarde, hora de Moscú. Esos eran los tiempos de cuando dice la leyenda que un altísimo funcionario, luego de una decepción amorosa, quiso oprimir el famoso botón rojo para acabar con el sufrimiento del mundo. Buscando otras opciones, los talibanes tampoco cooperan, ocupados en sus problemas domésticos, y los chinos sólo quieren conquistar al mundo, no acabarlo. Lo único que nos queda por ahora es la promesa del calentamiento global, que todavía está muy lenta, que al parecer todavía está lejos el día en que lo único que se podrá hacer en Aruba es el buceo y en que Donald Trump cumpla su sueño de comprar Groenlandia para construir hoteles de veraneo.

Con todo esto, parece mentira que todavía haya gente que mantiene la esperanza de que el mundo se acabe de una vez, con todas las veces que hemos tenido que decirles a las cucarachas que todavía no, que vamos a usar el planeta un año más. Todavía algunos no se preocupan si un supervillano se apodera del mundo, y hasta quieran reelegirlo, como pasa en Estados Unidos. Lo que pasa es que, al parecer nos están sometiendo a una muerte lenta que nos haga sufrir más, nada espectacular, para que la gente no se dé cuenta. Han empezado con una avanzada de reggaetoneros para ablandarnos el cerebro, luego nos asustan una enfermedad nueva cada año, y por último, nos ilusionan con un apocalipsis zombie.

Tal vez me equivoque, y el fin del mundo sí llegue mañana, pero llegado el momento, cuando ese meteorito gigante le atine a la tierra después de tantos intentos fallidos, nadie le va a prestar atención por estar mirando en el celular el último video viral. O por estar leyendo tonterías como esta.

martes, 26 de noviembre de 2019

Mucho tiempo después


Mucho tiempo después, la princesa abandonó al príncipe, que resultó ser un bueno para nada, que sólo sabía pelear, montar en su caballo y verse bien. Y lo abandonó aprovechando que el escritor ya se había ido, y había terminado el cuento con el famoso “Vivieron felices por siempre”.

Mucho tiempo después, Blanca Nieves vio la hermosura de su hija que ya entraba en la adolescencia. Sintió algo extraño, que no había sentido antes, como si la belleza de su hija era obtenida a costa de la suya propia. Asustada, fue a los sótanos del castillo y descubrió el viejo espejo. Fue entonces cuando vio cómo su propio reflejo se había convertido en el de su madrastra. Tal vez aún pueda encontrar el viejo libro de hechizos donde dice cómo envenenar una manzana, pensó.

Mucho tiempo después, cuando era ya una respetada psicoanalista, Alicia seguía preguntando a sus pacientes si habían visto a un conejo blanco correr y meterse en el agujero de un árbol.

Mucho tiempo después, Matusalén seguía vivo.

Mucho tiempo después, Penélope encontró a Ulises escuchando los cantos de las sirenas en un CD.

Mucho tiempo después, la anciana mostraba la enorme piel de lobo sobre su chimenea y contaba a todos esa historia de cuando era una niña que usaba una capucha roja. Su familia se disculpaba ante las visitas diciendo que eran delirios seniles.

Mucho tiempo después, Aladino volvió a encontrar al genio que alguna vez le concedió un deseo. El tiempo de tu deseo ha acabado, dijo el genio. Me pediste que te mostrara lo que pasaría si te convirtiera en príncipe. Ahora tu deseo ha acabado y debes volver a ser el muchacho pobre que vagaba por las calles de Bagdad.

sábado, 16 de noviembre de 2019

No pises los nombres


¿Qué tan valientes somos ante el simbolismo de la muerte?

En una ocasión, me tocó ir a hacer una verificación en un almacén que se situaba en lugar un tanto apartado de la ciudad. El punto de referencia que me indicaron era un cementerio privado que no llevaba mucho tiempo abierto. El bus me dejó en la mitad de la carretera y tuve que caminar hasta la puerta del almacén bordeando la cerca del cementerio. No tardé en observar un pequeño camino sobre ese pasto silvestre duro y cortante que crece al lado de la carretera, y me dirigí hacia él, para evitar caminar por el barro de la berma. Para mi sorpresa, el camino que creí que era de losetas, estaba hecho de pedazos rotos de losas de mármol y piedra pulida donde se podían leer fácilmente inscripciones de nombres y fechas. El cementerio había hecho ese camino con trozos de lápidas, sin duda las que habían sido rechazadas por los dueños, que tal vez contenían errores de nombres y fechas, o que simplemente se habían roto durante el tallado.

A pesar de repetirme a mí mismo estas razones, me sentía incapaz de pisar estas losetas improvisadas y preferí pisar los resquicios entre estas. Supongo que algo de miedo a la muerte será, respeto, conciencia de que la situación tenía algo de macabro, pero terminé caminando por el pasto, evitando el sendero.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Frases twitteables 52



  • Cuando alguien me dice que soy parte del universo, empiezo a pensar que el universo entró en fase de autodestrucción, y está empezando conmigo.
  • Discusión moderna: – Debes pensar fuera de la caja. – No es una caja, es mi zona de confort. 
  • A ti nunca te salieron las muelas del juicio ¿Verdad? Y ese fue el mejor cumplido que me han hecho.
  • Mi invento fracasado es el detector de tontos. Funciona perfectamente, pero no puedo acercarme a él sin que se enciendan todas las luces y empiece a sonar como loco. 
  • Excusa #1547: No te hagas ilusiones. Mi niño interior también es bastante tonto. 
  • Querido diario: quiero que sepas que no tengo nada contra ti, pero debo quemarte. 
  • ¿Cuánto dinero se necesita para cambiar a una persona? Algunas cambian con sólo recibir unas pocas monedas, otras no cambian aunque tengan mucho. 
  • Uno de los objetivos de mi existencia en este mundo es convencer a la gente de que se puede ser un tonto y aun así vivir una vida plena. 
  • Ahora que están los superhéroes son tan populares, busco nuevamente un superhéroe de segunda fila e historia trágica con quien identificarme. 
  • Pocos saben que Lucifer, en sus ratos perdidos, también escribe poesía. Y luego la susurra al oído de pobres poetas, que luego obtienen efímera fama de poetas malditos. 
  • Es injusto, dijo la oveja. – Es la ley natural, dijo el lobo. – Esa ley no se aplica conmigo, dijo el hombre. – No puedes escapar a ella, dijo la Muerte. 
  • La generación de nuestros padres querìa cambiar el mundo con música y flores. Esta generación quiere cambiarlo con likes y frases de autoayuda. 
  • Encontré la lámpara mágica, la froté y apareció un genio que me concedió 3 deseos. Quiero dejar de ser tonto, dije como primer deseo. El genio lanzó un enorme grito, antes de meterse de nuevo en la lámpara, que se sumergió nuevamente en la arena. Creo que lo mío es incurable. 
  • Las frases de hoy: - ¡Qué largo se me está haciendo este lunes! - Hoy es martes. - Oh. 
  • Hoy: - Ya tengo mi futuro planeado. Mañana empiezo a comer sano, mañana empiezo a no dejar que me afecten los demás, mañana empiezo a hacer ejercicio, mañana… Mañana: - ¡Es sábado! 
  • Tengo para mí que Dios tenía un plan muy bonito para toda la Creación, pero al séptimo día se dio cuenta de que la cosa no iba a funcionar y desde entonces sólo está improvisando. 
  • Cuando me encargan una labor ingrata, recuerdo la ocasión en que tuve que traducir un chiste del alemán. Es frustrante, imposible de hacer bien, eres criticado, y el original tampoco era muy bueno.
  • ¿Serviría si me promociono como un tonto libre de aditivos, libre de químicos, 100% ecológico y no contaminante? 
  • He descubierto que en esta cuenta puedo develar los más grandes secretos del universo y nada cambiará porque nadie quiere ser convencido. Además de que nadie me lee. 
  • Lo que no nos mata, no siempre nos hace más fuertes. Es solo que algunas veces creemos eso porque no nos mata inmediatamente.
  • Un minuto de silencio por todas las pelotitas anti stress caídas en el cumplimiento del deber.
  • No soy un personaje muy bíblico. Más que la voz que clama en el desierto, soy el tonto que canta en la colina, que tampoco es tan alta.
  • A veces se gana, a veces se pierde, hay quien espera el desempate, otros hacen reclamo en mesa. Pocos creen en un milagro en los últimos minutos. No sé si es el deporte o es la vida.

domingo, 27 de octubre de 2019

Leyendas peruanas: Criaturas fantásticas


En esta época de Halloween, las personas piensan en brujas, zombis y vampiros, olvidando las criaturas que tenemos en el Perú. La razón, creo yo, es que el Halloween es un evento festivo, y en realidad nos burlamos de los monstruos, ya que solamente los hemos visto en películas extranjeras. Nuestros monstruos, en cambio, si nos causan miedo, porque son historias que hemos escuchado de nuestros abuelos, o en mi caso, tenemos testimonios de primera mano e incluso hemos vivido algunas de ellas. Para peruanizar este día, y como aporte para la mitología del terror, paso revista a algunas de las criaturas fantásticas que habitan mi tierra:

Los duendes: Estas criaturas aquí son un poco diferentes a los que nos cuentan las historias europeas. No son habitantes de los bosques, sino de los cerros, y como tales, tienen el color de la tierra, por lo que es muy difícil encontrarlos. Algunos dicen que son las almas de los niños que han muerto sin haber sido bautizados, y por eso buscan llevarse a los bebés e incluso a los niños pequeños para convertirlos también en duendes. Es por eso que no se debe dejar a los niños solos, dicen en los pueblos. Los duendes también gustan de tomar pequeños utensilios de las casas. Alguna vez me contó un amigo del duende que vivía en su casa y que siempre movía tijeras y herramientas de sitio, por lo que no era raro encontrarlas en rincones y hasta dentro del refrigerador.

El Muqui: Este es un tipo especial de duende, que vive en las minas, protegiendo los minerales que hay dentro de las montañas. También se le llama Chinchilico en el sur del país. Los mineros que han logrado ver a estos duendes, los describen como un ser de estatura pequeña, vestido con overol, casco y linterna de minero. En un sitio en el que trabajé, me contaban que uno de los trabajadores se separó del grupo y no sabía dónde estaba, cuando vio lo que creyó que era uno de sus compañeros llamándolo. Lo siguió por la voz y la luz de su linterna, aunque no lo podía ver. Cuando la cuadrilla que lo buscaba lo encontró, se encontraba muy profundo, el obrero les explicó que creía que uno de sus compañeros lo llamaba hasta que le dijeron que en ese sector no había nadie y al iluminar el piso encontraron las pequeñas huellas del Muqui. Allí fue cuando le dijeron que estos duendes llevan a los obreros a los sitios más profundos, donde mueren de asfixia. Algunos cuentan historias de gente que lo ha encontrado, lo ha aprisionado y castigado con correas hasta que el Muqui ofrece riquezas a cambio de su vida.

El Pishtaco: Un amigo me contó una vez que perdió el rumbo en los caminos andinos, hasta que encontró a otro caminante, quien le ofreció su casa para descansar un poco, ya que se hacía tarde. Al llegar le sorprendió encontrar la casa llena de machetes y cuchillos. Un viajante que pasó poco después le saludó: “¡Hola, Pishtaco!”. Mi amigo inmediatamente se disculpó con su anfitrión, y emprendió camino a toda prisa, olvidado el cansancio. Es que el Pishtaco mata personas para extraerles la grasa corporal, que después vende. Una de las teorías conspirativas que se cuenta en el Perú, es que en la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos tenían escasez de lubricantes para sus armas, y enviaron personas a nuestro país para obtener grasa humana, la cual tiene buenas propiedades. Por eso hasta hoy se dice que los Pishtacos tienen aspecto de extranjeros.

El Jarjacha: En los pueblos más aislados, o en casas solitarias de las montañas, no es raro saber de relaciones incestuosas. Pero este pecado conlleva un castigo horrible. El culpable se convierte en un ser con rasgos de llama o alpaca, con dos cabezas, que paraliza a la gente para matarla y comer su cerebro, a cambio de salvar su propia alma.

El Antimonio: En el Perú hay muchos vestigios prehispánicos, llamados aquí “huacas”, que son tumbas de personajes que fueron enterrados con sus tesoros. Estos sitios son guardados por los espíritus de sus muertos, que a veces se manifiestan como una llamarada que sale de las Huacas. Este es el antimonio, que mata a los que quieren desenterrar los tesoros, volviéndolos locos u ocasionándoles ataques mortales al corazón. Para poder sacar los tesoros se debe hacer un ritual con comida, que pueden ser habas, pallares o maíz fermentado. Entonces se verá su sombra comiendo los alimentos y es cuando el “huaquero” aprovecha para cavar y extraer el oro enterrado.

Estos son las historias que tengo de primera mano. Otras he sabido por libros u otras fuentes, y que pueden encontrarse en internet. No tenemos en el Perú que buscar en otros sitios para encontrar monstruos y criaturas fantásticas.

viernes, 18 de octubre de 2019

La hora lunes


Todos los días, hay una hora en que me tengo que levantar, escuchar un rato el noticiero mientras me preparo el café para enterarme que el mundo sigue igual o peor que ayer, salgo a la calle para maldecir al tráfico, llego a la oficina, donde me dicen que hay que rehacer ese trabajo que me ha tenido sufriendo toda la semana, y donde descubro todos los problemas que me han ocultado el día anterior.
Todo esto ocurre en el lapso de una hora o un poco más, y todos los días tienen esa hora. Es la hora lunes del día. Es en esa hora lunes cuando las noticias te dicen que el mal no descansa, ni duerme, ni toma vacaciones. Cuando te das cuenta que las cosas no se resuelven mágicamente en una noche, porque los responsables, al igual que tú, al llegar a casa se desconectaron totalmente del trabajo.

Durante esa hora, descubro todo lo que debí hacer el día anterior y que no hice, y me pregunto cómo es que hace tan solo una hora estaba durmiendo tranquilamente y ahora estoy tan enredado, y como es que en algún momento pensé que sería buena idea venir a trabajar.

Felizmente la hora lunes solo dura una hora, y le sigue la rutina, que no es mejor, pero al menos tiene el consuelo de lo conocido. A tirar para adelante nomás, que ya vendrán horas mejores.

martes, 8 de octubre de 2019

Frases ajenas


Un respiro de todos los textos y frases propios que pongo aquí. Normalmente relleno los agujeros de inspiración con relatos ajenos, pero desde hace ya tiempo no encuentro algo que capture mi atención. Incluso he hecho una revisión entusiasta de lo que se publica en Wattpad, pues en un momento pensé que era una buena idea invadir ese sitio con mis tonterías, pero me llevé una decepción al no encontrar nada siquiera medianamente bueno. Ante la necesidad, me puse a ordenar las listas de frases ajenas que he encontrado mayormente en Twitter y ponerla por aquí. Estos son los resultados de mi personal cosecha:
  • A veces nuestra escritura no tiene más mérito que recoger lo que gotea de otros libros. 
  • El Bobo del pueblo, consciente de su idiotez, estaba triste. Hasta que el presidente de la Nación les visitó y dio un discurso. 
  • Gracias por el trasplante, te lo digo de corazón. 
  • Tallé nuestros nombres en el tronco de un árbol. Al día siguiente, el árbol se había secado y había muerto. 
  • No sé que abono le echan al cultivo de estúpidos pero este año la cosecha es estupenda. 
  • Me quise suicidar tomando 100 aspirinas, pero cuando iba por la segunda, ya me sentía mucho mejor.
  • Si el amor es ciego, ¿por qué nos vio la cara de imbéciles? 
  • Mi cuerpo ya llegó a la oficina, pero mi mente me pidió permiso que llegaba un poco tarde hoy.
  • Sabiendo opina cualquiera. Lo meritorio es tirar una animalada con tanta convicción que hagas dudar al resto. 
  • ¿Y si la Y es sólo una I que quiere un abrazo?
  • De mis peores errores he sacado mis mejores anécdotas. 
  • A veces la única manera de demostrar que una idea es estúpida es dejando que la pongan en práctica.
  • Señorita, usted es tan bonita que mirarla un rato lo deja a uno empapado de tristeza. 
  • Por lo general, cuando la parte inteligente del cerebro dice: «no entres ahí», ya la parte estúpida abrió puertas, prendió luces y todo. 
  • Dejé de escribir textos profundos, porque varios lectores fallecieron ahogados… 
  • Los incomprendidos son los tontos, no los genios. A estos ni siquiera los escuchan. 
  • Esas cosas que se nos ocurren a las dos de la mañana, y que oscilan entre la genialidad y la estupidez.
  • Hay gente que está de acuerdo con nosotros pero con unos argumentos tan idiotas que dan ganas de pasarse al otro bando. 
  • En mi defensa dije: "Todo está basado en hechos reales, excepto los errores ortográficos, que son producto de mi imaginación..." 
  • La vida también te enseña que, a veces, la opción más inteligente es hacerte el tonto.

sábado, 28 de septiembre de 2019

Piratería


Ocurrió en una concurrida calle. Y el diálogo fue más o menos así:

- Señor, no se apure… Le vendo este barco…
- ¿Qué tipo de barco es ese?
- Es un barco pirata, señor…
- ¿Y es original? Bueno, sí es original, pero es pirata…
- Entonces no, prefiero un original.
- Pero si este es original.
- ¿No me acaba de decir que es pirata?
- Si, pero es original…
- A ver, a ver ¿Es pirata pero es original?
- Si.
- No puede ser, o es pirata o es original…
- Es original, pero es de un pirata.
- ¡No me confunda!
- Empecemos de nuevo ¿Si?
- ¿Este barco es original?
- Si.
- ¿Y qué tipo de barco es?
- Es pirata.
- ¡Otra vez! ¡Entonces no es original!
- Mejor se lo pondré así… Es un barco de bucaneros.
- Así está mejor… ¿Y es original?
- ¡NO! ¡Es pirata!
- No importa, se lo compro...

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Mi clase de tonto


Cansado de que la gente me pregunte qué clase de tonto soy, intenté primero establecer una clasificación de los tontos, para descubrir que hay tantas clases como tontos existen, porque los tontos son únicos e irrepetibles, cada uno a su manera. Tampoco se puede proponer una escala cualitativa porque siempre hay un tonto que sobrepasa la escala, los tontos se superan y sobrepasan cualquier límite humano. Lo único que entonces puedo hacer es clasificarme por analogía, poniendo casos como ejemplo. Como resultado, puedo decir que soy esa clase de tonto que:

  • No cree en lo que lee si encuentra una falta de ortografía.
  • No hace caso de las críticas, a menos que encuentre algo de razón en ellas.
  • Cuando viaja, se encuentra a sí mismo no en el destino, sino en el viaje.
  • Cree que el bien es silencioso, a diferencia del mal, que es muy ruidoso, y por eso la gente piensa que es el mal lo que más abunda.
  • Pregunta en voz alta lo que todos piensan pero no dicen por miedo a parecer tontos.
  • Cuenta situaciones normales de la vida como si fueran sucesos maravillosos, como si la magia fuera un elemento cotidiano de la existencia.
  • Al que nadie toma en cuenta cuando da una opinión, hasta que los hechos le dan la razón, y aún entonces, la gente critica por agorero y por dar mala suerte.
  • Piensa en sí mismo más que como un tonto intencional, como un tonto en defensa propia.
  • Al contrario que el resto de la gente, solo se porta normal cuando está totalmente borracho.
  • Tiene una musa que le susurra tonterías al oído, dejando a la gente sorprendida por esas tonterías tan inspiradas.
  • Siente empatía no solo por los pobres y desamparados, sino también por los malvados, pensando en lo que les habrá pasado para volverse así.
  • Cree que todos somos tontos en algún momento del día, en alguna situación, en alguna época de la vida, con alguien, o por alguien.

Esta no es una definición, ni una clasificación, tan solo sirve como ayuda para los que preguntan.

sábado, 7 de septiembre de 2019

Energía negativa


Esta mañana, en la oficina, alguien mencionó que había mucha “energía negativa”. Yo, ocupado como siempre en todos los problemas que aparecen en el proyecto, creí que se refería al desempeño de nuestro proveedor de grupos electrógenos o al suministro eléctrico. Nuestros análisis de demanda de energía ya están revisados, contesté, tenemos la energía suficiente. En ese momento noté varias miradas desaprobatorias a mi alrededor. Al parecer no todos estaban de acuerdo con mi análisis técnico. Aún así, revisé rápidamente las especificaciones del contrato de suministro de energía, y encontré que, en efecto, no había indicación alguna sobre si la energía contratada debía ser positiva o negativa.

Una de las asistentes se atrevió a sacarme de mi confusión para que deje de decir tonterías (tarea inútil, como se sabe) y me explicó que se referían a que el stress ocasiona el incremento de las malas vibras dentro de la oficina, y por eso el mal humor y las discusiones frecuentes. La explicación fue iluminadora, y me hizo darme cuenta que, ya que la energía es la capacidad de generar movimiento, y el mal humor y la mala voluntad son el motor de las personas malvadas, es lógico que tales personas se muevan impulsadas por la energía negativa. Al ver a una de ellas caminar era fácil notar qué tipo de energía la impulsaba. Y no solo eso, sino que debía tener una conexión defectuosa, pues tenía una fuga de energía negativa que irradiaba a toda la oficina. Esta energía afectaba sin duda también a los artefactos eléctricos, pues recordé que ella era la que se quejaba hace poco a voz en cuello de los desperfectos de su computadora. Con semejante fuga de energía debería haberse quedado sin batería hace media mañana, si no fuera por la gran reserva que tiene en la barriga, que como sabemos, es donde se acumula la energía que no se utiliza.

Me pregunté entonces si mi laptop funciona con energía positiva o negativa. En la etiqueta no tiene ninguna indicación, pero debe tener alguna influencia, no puede haber otra explicación al hecho de que su reloj avanza más rápido a la hora del almuerzo y más lento pasada la tarde y antes de la hora de salida. Deben ser interferencias ocasionadas por la energía negativa. Aquí fue cuando me empecé a preocupar por el tipo de energía que estamos contratando para el proyecto. ¿Nos están dando energía negativa, que es más abundante, o energía positiva, que es más amigable con el medio ambiente? Llamé al ingeniero a cargo para hacerle esta importante pregunta, pero creo que no entendió la gravedad del asunto, porque me respondió malhumorado que no tenía tiempo para esas tonterías. La energía negativa lo ha invadido a él también, descubrí aterrado. Decidí intentar con el representante comercial. Resultó ser un tipo más abierto a las consultas de los clientes, me dió primero una lista de todos los números del suministro: 220 voltios, 60 amperios, 60 ciclos. Cuando llegué a la pregunta de la polaridad de la energía, se detuvo un momento para pensar, y luego me respondió en un tono más juguetón, que ellos proveen energía alterna, así que la suma es cero, ni positiva ni negativa, con la adición de que ellos tienen filtros en los equipos que desvían la energía negativa mediante cables hacia los pozos de tierra. No tiene de qué preocuparse, ingeniero, me dijo con una voz entrecortada por la risa.

Me sentí más aliviado con la respuesta, pero aún quedaba el problema de cómo solucionar el exceso de energía negativa en la oficina. Buscando en los catálogos técnicos de nuestros proveedores descubrí que todavía no se ha inventado motor o batería que pueda aprovechar la energía negativa, lo cual es una pena, porque me dicen hay por allí algunos que pueden iluminar todo el edificio con la energía que van repartiendo.
De pronto caí en la cuenta de que el representante técnico ya me había dado la respuesta: ¡Todo era cuestión de poner un cable a tierra! Fui con un cable de cobre hacia esa persona que, según todos en la oficina, es el principal generador de energía negativa en la empresa, y le pregunté en dónde podía enchufárselo para conectarlo al circuito de tierra. No me mintieron en cuanto a la cantidad de energía negativa que tenía, porque un poco de lo que tenía fue suficiente para cargarme de improperios, arrojarme multitud de implementos de oficina y mencionar a toda mi familia, y todavía le quedó bastante para repartir a quien se le acerque durante el resto del día. Es una lástima, porque lo único que me queda es ponerle un cartel de advertencia de peligro, alta energía negativa.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Dos cortitas


Ciclo capitalista 
Buscar trabajo
Tratar de sobrevivir mientras encuentras un trabajo
Obtener un trabajo
Conformarse hasta encontrar un trabajo para el cual se ha estudiado
Tener un trabajo acorde a tus capacidades
Tener un trabajo donde hagas lo que te gusta
Tener un ambiente de trabajo agradable
Encontrar un trabajo donde te paguen lo que mereces
Sobrevivir a la próxima reducción de personal
Repetir el ciclo.


Generaciones
La generación que escuchó a los Beatles, lo único que puedo decir es que tiene un mejor gusto musical.
La generación hippie no logró hacer que triunfe la paz y el amor.
La generación que creía en el socialismo fue la que más rápida y estrepitosamente vio destrozarse sus sueños. Algunos no se recuperan hasta hoy del golpe.
La generación que jugaba con el cubo de Rubik ¿Es más hábil con las manos? ¿Tiene mejor percepción tridimensional?
La generación que jugaba con un Tamagotchi ¿Trata mejor a sus mascotas? ¿Entiende mejor sobre la fragilidad de la vida?
La generación que leía los libros de Harry Potter ¿Tiene mejor comprensión de lectura?
De la generación que hoy escucha reggaetón ¿Qué podremos esperar realmente?

domingo, 18 de agosto de 2019

Pelotitas anti stress


Conforme crece el índice de stress en nuestra oficina, los responsables de personal se esfuerzan cada vez más en buscar formas de mantener a la gente motivada, y evitar una ola de suicidios, asesinatos y levantamientos en masa de imprevisibles consecuencias. Yo también creía que estos riesgos eran pura exageración sacada de un libro extranjero, hasta que caí en la cuenta de ya ha habido varios casos de compañeros caídos en el cumplimiento del deber, que la empresa ha tratado de suavizar reportándolos como resfríos, descansos intempestivos o inofensivos arrebatos de locura temporal.

La primera acción que se tomó fue implementar un mini gimnasio. Tal como lo predije cuando nos dieron la noticia, la novedad duró cosa de dos semanas, hasta que se dieron cuenta de que a nadie le dan tiempo para usarlo, no importa que tan temprano o tan tarde sea, y a los que empezaron a usarlo eran mal vistos, como flojos que no querían trabajar o que tenían tiempo de sobra. Para mí, lo que hacía falta en el mini gimnasio era un saco de arena para golpear, y con sitio para colocar la foto de alguien, como para hacer el ejercicio con más gusto.

El último intento ha llegado hace poco, y consiste en repartir una dotación de pelotitas anti stress. La idea no parece tan mala, uno puede oprimir la pelota de una manera discreta en su mismo puesto de trabajo sin ser señalado por ningún dedo acusador. Una experta en bienestar laboral ha ido sección por sección para repartir y explicar el uso adecuado de las pelotas anti stress. Yo veo la que me dan y me parece raro que una pelota de espuma necesite instrucciones de uso. Solo se trata de estrujarlas hasta que se te quiten las ganas de venir con una ametralladora a la oficina, no hay gran ciencia en ello. La experta nos explica que la pelota se debe estrujar rítmicamente, coordinadamente con la respiración, que al hacerlo debemos estar una posición cómoda en nuestro asiento, y otras indicaciones que no escucho porque estoy tratando de hacer algunos de los trucos con pelotas que he aprendido alguna vez.

Aunque para algunos estas pelotitas se han convertido en un adorno más de la oficina, por mi sitio ya dos de ellas han cumplido su destino, quedando convertidas en una masa informe y arrugada, víctimas de un mano con mucho stress acumulado, que no solo estruja, sino que también retuerce, estrangula y destroza. Debo reconocer que no pensaba que una pelota podía convertirse en algo así en tan poco tiempo.

Yo por mi parte, aún estoy volviendo a recordar varios trucos de pelotitas. En la mañana, cuando los cestos de basura están todavía limpios, juego a la canasta en ellos, y ya me he ganado un par de apuestas y el récord de canasta a tres bandas. Con otras pelotitas donadas generosamente por trabajadores que no creen en estas cosas, he completado la colección de pelotitas con una de cada color, y he podido hacer dos vueltas de malabarismo con tres pelotitas, incrementando mi reputación en la oficina.

 Aunque ha aumentado el índice de pelotitas tumbando floreritos, lapiceras y monitores de computadoras, creo que en general la moral de la oficina ha subido un poco. Con mi ayuda, mis compañeros empiezan a dominar los secretos del “pelotitas anti stress free style”, pasando las pelotas desde la espalda y recibiéndolas con volteretas. Aún estoy tratando de convencer al Área de Personal que el incidente de la guerra de pelotitas entre áreas funcionales ha servido para liberar tensiones en ambos lados. Como parte del área técnica, estoy haciendo planes para modernizar el proceso con hondas y rifles lanza pelotas. Sería una verdadera forma de liberar el stress acumulado.

miércoles, 7 de agosto de 2019

Mis playlists


Desde la aparición de Spotify y los otros servicios similares, se ha vuelto común escuchar la música desde el celular. Yo mismo, caigo en esa tentación de la música a la carta, que supera por mucho a la colección de canciones que mantenía y que ya ha logrado que abandone definitivamente la radio.

Dejando de lado las discusiones sobre la calidad del sonido, es una buena alternativa para viajes cortos en el transporte público (para viajes largos, aún es mejor mi reproductor portátil) y para esos momentos al final de la tarde en que el cansancio exige algo de ruido que distraiga y mantenga la productividad.
Es en este momento cuando tengo que escoger una lista de canciones o playlist que cumpla con la función y que sea alusiva al momento. Tomando en cuenta cómo está el trabajo en estos días, hacer una playlist es necesario, antes de poner “Under Pressure” en loop infinito, porque es la única canción que se me ocurre como banda sonora de esos momentos.

Aquí es donde he descubierto el sutil arte de crear una playlist, que no es lo mismo que poner una hilera de canciones revueltas una tras otra, como ciertos playlist que he visto, que bajo nombres tipo “lo mejor de lo 90” o “las canciones del verano” ponen literalmente cualquier cosa. No, las canciones de la lista deben tener algún punto en común, que puede ser una base de guitarra o piano, un estado de ánimo o un tema en la letra.

Buscando las playlist disponibles en Spotify, encuentro algunas que desde el nombre me hacen pensar que no soy el único tonto en esta labor. A los nombres comunes como “las bailaditas del verano” o “las clásicas del reggaetón”, siguen nombres muy descriptivos como “chanchitos enamorados” o “música para escuchar mientras haces el planchado”, pero que por lo mismo, no me dan ganas de escuchar. Así que primero encontré algunos playlists y les cambié de nombre por unos más apropiados, más o menos así:
  • “Lista de Aerys Targarien”: Es decir, quémenlos a todos. 
  • “Si te han mandado a la mierda, escucha esto durante el viaje” 
  • “¿Quieres poner a tu vecino como un energúmeno? esta es tu playlist” 

La tarea, aunque entretenida, no llena el alma, así que es necesario crear mis propias listas, pensé.  Tras un exhaustivo análisis de mi vida y sus momentos, estoy ahora en el afán de crear mis playlists, que estoy seguro que serán un éxito, y son más o menos así:
  • “Soy un macho sensible” 
  • “Los retardados mentales también tienen derecho a escuchar música” 
  • “Música para alguien que no voy a decir quién es, pero lo estoy mirando” 
  • “Música que no sé cómo llegó aquí” 
  • “Dedicadas a ese que no voy a decir quién es, pero que lo estoy mirando”. 
  • “Te apuesto a que esta canción no te la esperabas” 

¿Y qué contiene cada una de las listas? Eso lo dejo a la discreción de cada uno, que cuando sepa de esta lista me diga la canción que cree que debe estar allí, y así yo la agregaré.

miércoles, 17 de julio de 2019

Frases twitteables 51



  • Mi peor maldición es esta: “Que tu historia sea escrita por abogados”. 
  • La felicidad, esa leyenda urbana de la que todos hemos oído hablar, esa historia que le pasó al amigo de un amigo. 
  • Dicen que escribir es desnudar el alma usando palabras. No sé si el gerente que me pidió este informe técnico está consciente de ello. 
  • Hay gente que está orgullosa de los libros que ha leído. Yo además me siento orgulloso de algunos libros que he empezado a leer y he abandonado al primer capítulo. 
  • Edad de la inocencia: cuando creía que un rockero que empezaba a cantar salsa era un transgénero.
  • Ladran, Sancho ¿Sabes qué significa? - ¿Que no muerden? 
  • Tal vez lo que en realidad quieres es que nuestro amor florezca, porque primero lo enterraste, luego lo cubriste de tierra y hasta le echaste excremento. 
  • Se cuenta que una vez había un actor tan pobre que incluso después que murió, tuvo que pagar su entierro haciendo del fantasma de Hamlet. 
  • Entre los tréboles del parque es sabido que nacer con cuatro hojas es una aberración que se paga con la muerte. Los demás tréboles deben esconderlo antes que los humanos lo arranquen y se lo lleven.
  • Yo estaba convencido de que estaba haciendo historia. No contaba con que fueran mis enemigos quienes escribieran los libros de historia. 
  • La Biblia dice que el primer día Dios separó la luz de la oscuridad para crear el día y la noche, así que supongo que lo que había antes era una eterna luz crepuscular, lo cual tampoco estaba tan mal ¿Verdad? 
  • Que alguien me aclare si el infierno es una organización sin fines de lucro. 
  • El mantra de hoy: No perderé mi orgullo pidiendo followers, no suplicaré como mendigo un like a quien me lea. Tampoco mi cuenta de Twitter está tan buena. 
  • El psiquiatra declaró que era un suicidio. No iba a arriesgar su reputación reconociendo que los monstruos que perseguían a su paciente eran reales. 
  • Enhebra este hilo y ven a ayudarme, dijo el maestro Abu Navid. - ¿Y dónde está la aguja? - Preguntó el discípulo. - En ese pajar de allí. 
  • Aún hay quien dice que yo no soy tonto, sino que mi inteligencia es de estilo minimalista. 
  • Al final, no parece haber tanta diferencia entre ganarse la vida y perderse la vida. 
  • Hubo un tiempo en que las redes sociales eran un espejo donde la gente se mostraba sin maquillajes, sin engaños. Hoy son un espejo deformado donde todos creen ser guapos, refinados, intachables, superiores. 
  • Siempre cuento mis anécdotas como si fueran el trailer de mi biografía. 
  • Citando al Principito, yo debo ser esencial, porque parece que soy invisible a tus ojos.

domingo, 7 de julio de 2019

Signos de puntuación


Caminaba por la calle cuando vi unos puntos suspensivos tirados en un jardín. Es lo que quedó de una historia sin terminar, pensé. Recordé lo que pasa cuando los puntos suspensivos se separan, y caminé hacia una iglesia cercana. Tal como me temía, allí se celebraba el velorio de un punto final. Así funciona la vida, decía uno de los deudos, una va por allí hasta que encuentra un punto y avanza confiado en que sea un punto seguido, que lo detenga sólo un momento y después le permita seguir avanzando, pero no, es el punto final que termina con su historia.

Salí de la iglesia pensativo. Tiene razón, no hay manera de distinguir a un punto seguido de un punto final, acercarse a él sin saber si se está llegando al final de una frase, de un párrafo, de un capítulo o de todo el libro. Caminaba tan distraído que tropecé con una coma, que me hizo recordar que no es bueno seguir tanto rato sin detenerme un momento a respirar.
Aproveché el pequeño descanso para ver a la gente por la calle. Pasaron dos signos de admiración, gritando y tratando de asustar a la gente. Algunos se escondieron en medio de dos paréntesis para sentirse a salvo, sin darse cuenta que al hacerlo, también quedaron minimizados y sin personalidad propia.

Vi también a un signo de interrogación, un turista extraviado, sin duda. Se le reconoce por estar solo y siempre preguntando. Me dejó pensando en que los europeos, que presumen de ser más desarrollados, pagan este progreso con la soledad. Nuestros signos de interrogación, en cambio, siempre tienen una pareja que les abre paso. Los ingleses, franceses y alemanes la desprecian, diciendo que no es más que una tonta a quién traen de cabeza, pero yo se que no es así. El compañero de un signo de interrogación no es su igual, sino su complemento.

Al poco rato distinguí un punto y coma. No resistí la tentación de tomarle una foto con mi celular, porque cada vez es más raro verlos, separando frases largas. Algunos no saben siquiera para qué sirven. Pensé en recogerlo para guardarlo, pero un guión me obligó a mantenerme a distancia.

Ya más tarde, empiezan a aparecer las comillas, que nunca me han parecido simpáticas. Es cierto que muchas son de alcurnia y guardan títulos importantes, pero la mayoría tan solo rodean falsedades. Estaba ya buscando a los signos de admiración para gritarles lo que pienso de ellas, pero vino la policía y se encerró entre dos corchetes. Allí estuve unas horas hasta que me dejaron salir con una advertencia. Llegué a mi casa cansado y con ganas de descansar un rato en una almohadilla, de donde salí del problema de inspiración que tenía, para terminar escribiendo sobre los signos de puntuación.

jueves, 27 de junio de 2019

Érase un tonto


Erase una vez un tonto que vivía en lo alto de una colina. En la aburrida aldea vecina se contaban muchas historias sobre él, que el tonto no confirmaba ni negaba, sabedor que estas eran la sal y la pimienta de la vida pueblerina.

De vez en cuando se deleitaba escribiendo versos de amor en una hoja de papel que luego convertía en un avión. Lanzaba el avión de papel desde lo alto de su colina hacia la aldea y después bajaba para escuchar las historias de alguien que había encontrado un mensaje de su amado, y entonces reír al ver las nuevas parejas que el azar creaba.

No era raro en el pueblo ver al tonto bajando el camino desde su colina. Lo hacía a cualquier hora, en el día o en la noche, y cuando algún vecino estaba en la calle conversando o caminando, podía sentir en el hombro inesperadamente la mano del tonto que venía a saludar. Por eso en toda la región se hizo famoso el dicho: “Nunca se sabe dónde ni en qué momento puede aparecer un tonto”.

Como el tonto no tenía dinero, contaba sus historias en el mercado a cambio de los víveres que necesitaba, pues muy raras veces aceptaba dinero. Un día vio a un ama de casa salir del mercado quejándose de los precios. Tiene usted toda la razón - le dijo – Vea usted esta manzana, me costó uno de mis mejores chistes.

Se dice que una vez alguien propuso comprarle la casa. El tonto simplemente sacó una silla e invitó al comprador a sentarse junto a él. – Si puedes pagar este atardecer o darme uno igual a cambio, te venderé la casa – dijo.

Un día, uno de sus parientes subió a la colina y encontró al tonto regando una maceta sin nada más que tierra. Cuando le preguntó el porqué, respondió que alguna vez estuvo allí la flor más bella que había visto, y la regó hasta que se marchitó. No la reemplazó porque no encontró otra flor digna de ocupar su lugar. Pero siguió regando la maceta porque ya no estaba regando una flor, estaba regando un recuerdo.

Una vez se le vio rodando una pesada piedra colina arriba. Un caminante que pasaba le ofreció su ayuda, pero el tonto se negó, diciendo que hacía eso en busca de inspiración para una historia sobre Sísifo que estaba escribiendo. Tiempo después, el caminante volvió a pasar por allí y preguntó al tonto si había encontrado la inspiración buscada. - Si, la encontré, le respondió . Pero cuando se me ocurrió la historia, estaba todavía a medio camino, así que no pude detenerme hasta llegar arriba. Cuando lo hice, ya había olvidado todo.

Desde hace un tiempo el tonto ya no se deja ver por la aldea, pero la gente insiste en que sigue viviendo en lo alto de su colina, viviendo nuevas historias que todos cuentan, aunque algunos digan que es solo porque sin el tonto, la aldea sería igual a todas las otras que hay en la región, una aldea sin nada especial.

lunes, 17 de junio de 2019

Los ladrones de sueños


En una ocasión, olvidé ya si fue hace algunas semanas o algunos meses, caminaba por el centro de la ciudad cuando recuerdo que vi uno de esos edificios coloniales de noble arquitectura. Supongo que me detuve un momento para apreciar la belleza de la construcción y pensé, como suelo hacer en esos casos, en cómo habría sido la construcción, en cómo habría sido la gente que habitó allí y en los eventos que habrían pasado allí a lo largo de su historia. La verdad es que no puedo recordar bien ese momento porque apenas empezaba a soñar despierto cuando alguien se me acercó a toda prisa y me dio un empujón que casi termina conmigo en el piso. Cuando pude recuperarme, todo el encanto se había perdido. Lo que había soñado despierto sobre el pasado, la historia y los personajes de la casa había desaparecido.

Seguí mi camino en ese estado de estupor de quien acaba de despertar de pronto, hasta que llegué a un puesto de información de turistas y pedí que me dejaran sentarme un momento mientras me recuperaba. Al contar mi experiencia al agente que se encontraba allí, este me respondió preocupado que no era la primera víctima de los ladrones de sueños, y que casos como el mío han estado ocurriendo en la ciudad con cada vez mayor frecuencia. Yo corrí con suerte, me explicaba, ya que mi sueño era pequeño y perderlo no tenía mayores consecuencias, pero había oído del caso de un conocido emprendedor joven, a punto de casarse, que había sido asaltado y despojado de sus sueños mientras corría en un parque. Ahora ha tenido que suspender la boda y su empresa ha sido afectada por la pérdida de sus sueños. Con amabilidad, el agente me preguntó si quería denunciar el robo de mi sueño, a lo que me negué. Como dijo el agente, era un sueño pequeño y, aunque pudieran recuperarlo, no podría identificarlo en la comisaría.

- ¿Y qué hacen con los sueños robados? - Pregunté. - No sabemos bien, pero al parecer ya hay un mercado negro de sueños. Gente que dedicó su vida a ganar dinero y destruyó sus sueños al hacerlo compra allí nuevos sueños. También hay gente que sufrió decepciones amorosas y destruye sus sueños al no tener con quien compartirlos. Gente que vendió sus sueños por un poco de poder o popularidad, todos ellos están dispuestos a comprar sueños. Se sospecha incluso de mafias internacionales que dirigen y ordenan estos robos. Los sueños en países como el nuestro obtienen mayor precio, porque son más sinceros, hasta ingenuos, y eso es un valor que no se encuentra en países más desarrollados.

Al ver mi interés, el agente me dio algunas recomendaciones para evitar un nuevo robo: No exhibir mis sueños en lugares públicos, de ser posible no sacarlos a la calle, pues los ladrones de sueños acechan a la salida de los cines, en parques, en lugares donde se ve el atardecer sobre el mar. Tampoco soñar despierto al ir por las calles, para un ladrón de sueños es fácil reconocer a los soñadores. Si es necesario mostrar un sueño en un lugar peligroso, se debe primero consumir alcohol u otra droga, porque estas distorsionan los sueños y los hace menos vendibles.

Ya recuperado, agradecí al agente su ayuda y me despedí. El resto de mi recorrido lo hice con miedo, sin mirar los edificios ni a los rostros de las personas, ocultando los sueños que me quedaban, y con la desagradable sensación de que esta ola criminal es ya conocida por la mayoría de la gente, pues todos caminaban igual que yo, con caras inexpresivas y sin ver a los demás, no sea que un ladrón venga a quitarles los sueños.

viernes, 7 de junio de 2019

Por qué no creo en la astrología


En una noche clara, puedes salir y contemplar el cielo estrellado. Entre los miles de estrellas existe una que determina tu destino, que influye en tus actos y en tu forma de comportarte frente a la vida. ¿No eres capaz de creerlo? Entonces toma unas cuantas de esas estrellas, dales una forma mitológica y tendrás a quien gobierne tu destino y explique tu forma de ser. Si aún no puedes convencerte de que eso es cierto, agrega además los planetas que pueden verse esa noche, y tendrás aquello que determina quién eres y cómo te comportas. Tal vez eso sea suficiente para ti, pero yo he decidido no creerlo. Y te daré algunas razones para no hacerlo.

El horóscopo, tal como lo conocemos hoy, data de 6,000 años, y desde entonces las estrellas se han movido. Como ejemplo, una persona que dice haber nacido en Escorpio debería poner salir a ver el cielo el día de su cumpleaños y ver la constelación de Escorpio. Pero esto no es cierto siempre, sino solamente por los siete días en que esta constelación está realmente en el cielo nocturno.

La astrología se inventó en el hemisferio norte, desde entonces el mundo se ha ampliado de modo que desde este lado del planeta vemos muchas constelaciones que la astrología no considera, y varias que otras no son visibles desde aquí. ¿Alguna vez has escuchado en las predicciones y análisis astrológicos los nombres de las constelaciones del Triángulo, la Brújula, el Tucán, el Perro, o el Camaleón? Pues esas son las que se ven en el cielo en hemisferio sur.

El fundamento de la astrología es la posición de las estrellas en el momento del nacimiento, considerando el recorrido que ellas hacen en el cielo. Esto significa que para creer en la astrología debemos asumir que la tierra es plana y que está estática en el universo. La astrología solamente considera las posiciones aparentes en el cielo. No considera el tamaño de esas estrellas ni su distancia a nosotros, que deberían tener influencia en el efecto que nos causan. Más aún, muchos de los puntos luminosos que vemos en el cielo no son una sola estrella, sino dos o más estrellas que están en nuestra línea de visión y aparentan ser una sola.

En un principio se utilizaba la astrología solamente para predecir el futuro de un reino o de una ciudad, lo que tenía sentido, ya que las estrellas alumbran a todos, y no a una sola persona. En la Edad Media se extendió a los reyes, y solo en los inicios del siglo XX aparecieron los horóscopos personales, como entretenimiento en los diarios en Estados Unidos. Los horóscopos personales basados en la fecha de nacimiento son una contradicción, ya que puede encontrarse personas que han nacido el mismo día y no tienen un mismo futuro. Si esperamos en una maternidad veremos nacimientos simultáneos de personas que no tendrán el mismo futuro. Ni siquiera los hermanos gemelos tienen el mismo futuro ¿Por qué esperarlo en personas que sólo coinciden en el lugar y la fecha de nacimiento?

La astrología pretende también predecir el carácter de una persona por su fecha de nacimiento. En este caso es inútil y mucho menos acertada que un sencillo análisis psicológico. Yo podría decir mucho más observando atentamente a una persona que sabiendo cuando nació.

La astrología ha devenido hoy en una excusa para el mal comportamiento. Si soy una mala persona, no tengo por qué echarle la culpa a Júpiter cruzando por Pegaso, y no puedo disculparme de mi falta de educación diciendo que ese día Marte tuvo un encuentro con Escorpio. Aceptemos nuestros errores en vez de culpar a planetas que ni siquiera saben de nuestra existencia.

Y por último: Un horóscopo te dijo que tú y yo no somos compatibles ¿Y le vas a creer?

lunes, 27 de mayo de 2019

Personas tóxicas y de las otras


Cada generación tiene un lenguaje propio, que lo identifica de otras. Hay frases de moda que son reemplazadas por otras sin que nadie recuerde las anteriores. Pero hoy, a diferencia de las generaciones anteriores, tenemos internet que saca a estas frases de su nicho generacional y las pone en contacto con gente que la juzga o la trata de asimilar. Doy un ejemplo de frases de moda que usa la gente hoy en una conversación casual:
- Hoy me has tenido friendzoneada ¿Qué te ha pasado?
- Nada, sólo unos haters que me han estado haciendo bullying…
- ¿Y por qué no me wasapearte? Yo soy tu bff ¿Y me dejas en visto?
- No soy yo, es mi niño interior…
- Tienes que pensar fuera de la caja, Si no eres parte de la solución, eres parte del problema…
- Es que es difícil para mí salir de mi zona de confort.

Y menos mal que esta conversación la he inventado, porque sino iba a acabar en asesinato o en suicidio. Y me he dejado fuera una de la frases que está de moda y de las que menos comprendo: la de “persona tóxica”. La primera vez que escuché a alguien decirme “Cuidado con ese, es una persona tóxica” , entendí y respondí que lo necesitaba para que me dé una información, no para que me sirva de almuerzo. Más tarde me dieron una explicación que no entendí del todo, pues seguía pensando que tenía algo que ver con el mal aliento.
Ahora, claro, comprendo mejor que se trata de las personas que hacen daño a las que los rodean y que parecen tener un placer maligno en hacerle la vida imposible a los demás, sin miedo alguno al karma.

Analizando este término, no lo veo ahora tan falto de razón, después de ver gente que parece no servir más que para contaminar el ambiente, como distribuidor de veneno en delivery, o para demostrarnos que no es cierto que el diablo nunca duerme, sino que por el contrario, puede dormir tranquilo sabiendo que deja su labor en tan capaces manos. Pero, como siempre ocurre con las buenas ideas, estas se quedan cortas y hay que expandirlas de una manera que sea ingeniosa y que además asegure rating.
Por eso además de personas tóxicas, ofrezco algunas definiciones de personas que todos hemos visto por ahí pasando tranquilos sin que nadie los señale con un epíteto contundente y moderno:

Persona tóxica: En esto de identificar clases de personas siempre le hemos llevado mucha ventaja a los gringos, y los hemos conocido desde siempre como gente “mala leche”, “cizañeros”, “odiosos” o “venenosos”. Pero claro, ponerles un nombre traducido del inglés es más moderno y da más caché.

Persona indigesta: Es aquella que al comienzo parece buena, pero cuya constante presencia nos atosiga y al poco tiempo ya no la podemos ver ni en pintura. Está bien por un ratito, decimos, mientras hacia adentro pensamos en qué espera para irse.

Persona contaminante: Este tipo de persona llega a un lugar o a un grupo en donde todo es paz y armonía, y planta la semilla de la discordia. No siempre es adrede, ni lo que hace puede calificarse como un acto de sabotaje o mala intención, pero una vez que llega, ya nada vuelve a ser igual.

Persona purgante: Es gente que con su carácter tan especial provoca malestares estomacales, ganas de correr inmediatamente hacia el baño más próximo, y que a su vez colabora activamente con su cuota de deposiciones. Una vez yo trabajé con una persona de estas, con un resultado fulminante que incluso salió en los periódicos, aunque la empresa trató de ocultar el hecho arguyendo una intoxicación masiva.

Persona micótica: Este nombre tan raro se refiere a las personas que producen comezón en aquellos que las rodean. No es que tales individuos sufran de psoriasis, tengan pulgas o cosa por el estilo, sino que su presencia realmente causa escozor o picazón. Como muchos, yo tampoco creía en estas cosas, hasta que conocí a uno de ellos en una reunión de trabajo. La persona en cuestión empezó rascándose la barbilla en un gesto que en ese momento parecía normal, pero que luego se fue contagiando y de pronto el que menos estaba rascándose la cabeza, el brazo o restregándose contra el respaldo de su silla, signo inequívoco de comezón en la espalda. Claro, hay quien pudiera pensar en algún parásito o bicho que nos estuviera transmitiendo por el aire, pero esta persona se había incluido en la reunión vía skype.

Personas estupefacientes: Este término pareciera señalar a personas cuya presencia es como una droga, pero no es así, y es común el confundirlas con las personas adictivas. Las personas estupefacientes, en cambio, son las que provocan en quienes las rodean un estado de atontamiento en muchos casos placentero, que disminuye las facultades mentales. No he tenido nunca contacto con alguna de ellas, pero me dicen los que saben que son muy frecuentes dentro de la clase política, donde estas personas encandilan a los demás y les hacen votar por estupideces.

Y existen más clasificaciones, he visto o tenido evidencia de personas vomitivas, tusígenas, radiactivas y personas resfriantes, que son personas que vienen de Inglaterra o de países nórdicos, que son tan frías que cuando vienen a nuestro ambiente tropical basta saludarlas para sentir inmediatamente los síntomas del resfrío. Incluso yo, que soy una persona tan dulce, he sido acusado un par de veces de provocar diabetes, así que debo ser una persona diabetizante. Y yo que creía que era solo un tonto.

jueves, 16 de mayo de 2019

El gran escritor


Cuando tengo ganas de escribir, simplemente empiezo hasta donde me da el impulso, que me alcanza para tres o cuatro párrafos largos. En ese momento me detengo y aprovecho para dar una primera mirada a lo que he escrito, y si el texto no pasa esta primera lectura, lo abandono o lo dejo para un día de mejor inspiración. Muchas veces este primer texto escrito me gusta mucho y me quedo observando lo bueno que soy. Entonces me comparo con los grandes escritores, pensando en que me siento como…

Me siento como Joyce, contando cosas que solamente se me ocurren a mí, mientras el resto de la gente piensa que sólo estoy caminando por la calle.
Me siento como Hemingway, contando cosas en realidad simples, pero tan bien escritas que parecen en realidad interesantes.
Me siento como Balzac, tratando de escribir absolutamente todo en una Comedia Humana.
Me siento como Julio Verne, contando sobre cosas que jamás he visto, mientras vivo una vida tranquila en mi pueblito.
Me siento como el Barón de Munchhausen, contando las mentiras más grandiosas al punto que nadie conoce la realidad.
Me siento como Petronio, porque lo escrito me resulta bastante Satiricón.
Me siento como Kant, porque nadie entiende nada de lo que escribo, y por eso mismo todos creen que era algo muy profundo.
Me siento incluso como ese viejito que en mi niñez sacaba su silla en las calles soleadas de mi pueblo y contaba sus historias sin sentido a todo aquel que pasara.

Al final, cuando termino de escribir, me doy cuenta de que todo ha sido una tontería que no me hará ganar la posteridad. Entonces dejo la escritura y reviso qué hay de nuevo en internet. Allí encuentro reseñas y comentarios de libros que no he leído y veo a otros alabar la estructura de tal obra, el concepto de esta otra, y la metáfora subyacente en aquella. Allí me doy la gran distancia que me separa de los verdaderos escritores publicados por las grandes editoriales. Yo sólo escribo lo que se me ocurre, sin pensar en estructuras, conceptos ni metáforas.
No importa, sólo escribo para releerme después de un tiempo y reírme de mí mismo.

domingo, 5 de mayo de 2019

Lecciones aprendidas


Dentro de las tareas titánicas que emprendemos los tontos día a día, está la de educar a la gente en las cosas simples, esas que no aparecen en los grandes cursos de capacitación ni pueden ponerse en la hoja de vida para conseguir un mejor trabajo. Por eso de vez en cuando suelto una de esas frases que me han hecho conocido en mi entorno (tristemente célebre, dirían algunos) y que son pedazos de la sabiduría que he estado acumulando en estos últimos años. Son las lecciones aprendidas que la vida me ha enseñado, y que pongo aquí porque no voy a tener tiempo de decírselas personalmente a tanta alma perdida que encuentro:
  • Nadie es tan feo como se ve en su foto carnet, ni tan feliz como se ve en su Facebook. 
  • Para ser un ciudadano del mundo, hace falta primero tener visa. 
  • Los plazos no tienen términos medios: O están muy lejos o están demasiado cerca. 
  • Nunca vuelvas a llevar el celular y la billetera a la reunión de cleptómanos anónimos. 
  • Ser zurdo no significa nada sobre el carácter de una persona. Hay zurdos muy derechos y diestros muy siniestros. 
  • Hay una línea muy delgada entre lo que está de moda y lo exclusivo. 
  • El único modo infalible de predecir el futuro es esperar a que las cosas pasen y luego decir “¡Yo lo dije!”. 
  • No hay decepción tan grande como comprobar que el prólogo es mejor que el libro. 
  • Hay mujeres que esperan a un príncipe azul que las lleve a un palacio encantado, pero no quieren que les cuenten cuentos. 
  • Así como está el mundo, es mejor ser bueno. Para ser malvado hay mucha competencia. 
  • El que lo hagas todo de la misma manera no te hace tener un estilo. 
  • Un verdadero amigo es aquel que piensa en ti tanto como lo hacen tus enemigos. 
  • El que todo pase por una razón, no significa que sea la razón correcta. 
  • No importa a quien le preguntes, los buenos tiempos nunca fueron estos. 
  • Hay mujeres que se merecen una canción desafinada. 
  • Madrugar por haber estado de fiesta no cuenta para que Dios te ayude. 
  • Cuando un pobre infringe la ley, es castigado. Cuando un poderoso infringe la ley, se cambia la ley.
  • Aquellos que dicen que la vida es corta suelen tener una vida corta. 
  • Los que causan los problemas no son los que no saben, sino los que no aprenden. 
  • Las letras, al contrario que las personas, no hay que hacerles caso cuando son grandotas y hay que temerles cuando son pequeñitas. 
  • No es cierto que no hay mal que dure cien años. Lo que pasa es que nos acostumbramos y ya no le vemos lo malo. 
  • Todas esas frases que comienzan con un “a veces” significan eso mismo. Que la mayoría de las veces no se cumple. 
  • Uno sabe que está cerca de tocar fondo porque los que ya están allí te tratan de jalar hacia abajo. 
  • Las personas se dividen entre los que quieren cambiar el mundo y los que quieren cambiarse de mundo.

miércoles, 24 de abril de 2019

Una pluma y un grano de arena


Anubis, el primer juez de las almas que llegan al inframundo, recibió a Tay, el constructor de templos. Debes saber – dijo Anubis al alma recién llegada – que aquí tu alma será pesada en la balanza del bien. Tay fue llevado a una habitación donde por todo mobiliario había un pequeño pedestal con una balanza dorada. En uno de los platos colocó una pluma. – Este es el peso del bien – Luego tomó una pequeña figura de arcilla en forma de corazón que su familia había colocado en su tumba y la puso en el plato. – Este es el peso de tu alma – dijo Anubis mientras ambos observaban cómo el platillo se inclinaba levemente hacia la izquierda, en donde se encontraba el alma de Tay. - Esto significa que no tienes derecho a llegar al País de los Cielos.

Tay intervino tímidamente. – El platillo está casi equilibrado, puede ser que puedas hacer algo. - Es cierto – respondió Anubis, - Pero aún no hemos terminado, hay algunas cosas que han dejado quienes te precedieron en el camino al inframundo – tomó un ladrillo y lo colocó en el platillo izquierdo junto a su alma. – Este ladrillo representa las veces que engañaste a tu señor para hacerle creer que el avance de las obras era mayor – El fiel de la balanza se inclinó definitivamente hacia la izquierda. – Para ahorrar material y tiempo, tus paredes eran más delgadas y los andamios más débiles. Eso ocasionó que se derrumbaran, matando y mutilando a varios de tus obreros, aquí está uno de los brazos de tus obreros como símbolo de las vidas que arruinaste, y esta barra de oro como testigo del dinero que cobraste a tu señor haciendo trampas. ¿Tienes algo que decir?

Tay sintió el miedo apoderarse de él. No ingresaría al País de los Cielos y en cambio su alma sería entregada a Ammyt, el monstruo que devora las almas de los impíos. Paralizado por la posibilidad, recordó de pronto lo que durante sus últimos días de agonía, le dijo el sacerdote que lo asistió. Debía recordar todas sus buenas obras para el momento del juicio, pero no podía recordar nada realmente importante, nada que pudiera equilibrar su corazón contra un ladrillo, un lingote de oro y un miembro humano. De pronto, se escuchó a sí mismo hablar atropelladamente, de modo que su voz parecía casi un chillido. – Todo lo hice para complacer a mi Señor, él siempre me apuraba, nunca se quejó de lo que hacía, siempre tuve su confianza, traed sus palabras y colocadlas en la balanza junto a la pluma, por favor…

Anubis colocó un papiro, símbolo de las palabras, en el platillo derecho de la balanza, pero el fiel apenas se movió.
- Además todo lo que hice fue para dar a mis hijos una vida mejor, soy todo lo que ellos tienen ¿Acaso el amor no tiene valor cuando se juzga un alma? –
Al decir esto Tay sintió su corazón encogerse, al igual que el corazón de arcilla en el plato de la balanza.
- Ya ves que sí, el amor puede mover la balanza, pero no es suficiente ese amor por tus hijos, como puedes ver, el fiel aún está inclinado hacia la izquierda – dijo Anubis.

En ese momento se escuchó otra voz en la habitación.
– Tienes razón, gran Dios. El amor por sus hijos, aunque grande, es muy pequeño en comparación al que sintió por su esposa, a quien acompañó fielmente hasta el día en que ella murió al dar a luz al último de sus hijos. Yo soy el alma de aquella por quien este hombre hizo todo lo que hizo, y como prueba presento este grano de arena de la playa del río en que nos conocimos, y en el que me juró amor eterno. Si el inframundo es todavía parte de la eternidad, ese juramento es válido aún.
Colocó el grano de arena en el platillo derecho, y la balanza se equilibró perfectamente. Anubis asintió e inclinó la cabeza.
– Es grande el peso del amor, sin duda, capaz de equilibrar el alma de este hombre. Puedes pasar, te guiaré al País de los Cielos, tu alma ha sido salvada.

domingo, 14 de abril de 2019

Tierras lejanas



Viajando en avión, y ya sin sueño que me ayude a soportar el largo viaje, me pongo a pensar en que siempre el hombre ha buscado en las tierras lejanas las maravillas que no encuentra en su propio hogar. A lo largo de la historia, siempre se ha hablado de tierras mágicas que pocos pueden visitar, haciendo nacer leyendas que en varios casos perduran hasta hoy.

En la antigüedad, los griegos y otros pueblos hablaban de Egipto como un país fantástico, donde el oro era tan común como la arena, donde podía encontrarse al ave Fénix y las esfinges eran monstruos que asolaban los pueblos. A su vez, en Egipto se hablaba del país del Punt, un reino que existía hacia el oeste, con grandes riquezas y en donde la gente era inmortal. Más tarde, se hablaba también de que en Nubia existía un gran reino habitado por gorilas.
En Europa, se hablaba de la India y sus maravillas, de sus grandes riquezas y construcciones, de los anímales que podían encontrarse allí. Las descripciones de la India en ese tiempo no eran muy diferentes de lo que se decía del reino perdido de la Atlántida. Tales eran las historias que Alejandro Magno emprendió la conquista y llevó cronistas en la expedición para registrar las maravillas que encontrara.

Con el tiempo, el mundo se fue agrandando y se descubrió la verdad de muchas de las leyendas. Los camellos y los elefantes dejaron de ser animales míticos, al mismo nivel que el ave roj y las arpías. Pero el hombre siguió buscando en la lejanía nuevas tierras fantásticas.
En la Edad Media, se hablaba de un reino cristiano en el corazón del Africa, gobernado por el Preste Juan, además del País de la Cucaña, en las montañas del Asia. El reino de la China era objeto de tantas leyendas que cuando Marco Polo lo visitó realmente y lo describió en un libro, muchos creyeron que eran más de las muchas maravillas que se inventaban en aquel tiempo.

Con el descubrimiento de las Indias, se popularizó todo un conjunto de descripciones de reinos llenos de oro y grandes construcciones. En América se volvió a hablar del Reino del Preste Juan, y de nuevos lugares como El Dorado, el País de la Canela, el Reino de Jauja, el País de Los Chunchos, el Paititi. Todos estos lugares tenían algo en común aparte de sus grandes riquezas: no habían sido visitados por los europeos. El único país que existía realmente y que incluso sobrepasó las leyendas que se contaban anteriormente fue el Perú. En ese tiempo las crónicas de viajes a tierras lejanas se convirtieron en un género literario, donde las descripciones reales se mezclaban con las invenciones. Shangri-La, las selvas al sur de las tierras antárticas se volvieron comunes en la literatura.

Hoy que el mundo ya ha sido conquistado, cuando ya no nos quedan reinos lejanos por inventar, hay todavía quien sueña con lugares inaccesibles y maravillosos. Hasta el siglo XIX se hablaba muy seriamente de las civilizaciones que existían en el lado oculto de la luna, y hoy se puede encontrar en internet sobre gente que habita en el interior de la tierra hueca, cuyo orificio de entrada está en otro lugar inaccesible, que es el polo norte. Siempre hemos buscado lo maravilloso en tierras lejanas, y soñado con ser los primeros en llegar, tal vez esa sea la razón de todos los viajes.
Y lo digo yo, que vivo en uno de esos países maravillosos a los que llegan los turistas en busca de la verdad de las leyendas que han escuchado.

jueves, 4 de abril de 2019

Frases Twitteables 50



Así como quien no quiere la cosa, ya he llegado a la rendición número 50 de estas frases twitteables (que dicho sea de paso, empecé a publicar desde antes que tuviera una cuenta en twitter). A un mínimo de 20 frases por vez, resulta que ya pasé del millar de frases. La tontería, sin duda es infinita, y eso de tonterías, las justas, no pasa de ser un cuento de viejas.  
  • Por motivos de trabajo, he tenido que dejar de hacer tonterías por varios días. Hoy ya no puedo con el síndrome de abstinencia.
  • El caballero se acercó respetuosamente y le dijo con voz pausada: Me dicen que usted está a cargo aquí, vengo a explicarle que aquí ha habido un error, yo no debería estar aquí. Lucifer ni siquiera levantó la mirada. - Otro que cree que puede reclamar, llévenselo de aquí.
  • Hoy me dijeron que soy muy inteligente. La verdad es que soy un tonto que pasa por inteligente. Soy un tonto en la clandestinidad.
  • “Ha sido una malinterpretación, se me ha citado fuera de contexto, eso no fue lo que quise expresar” - Dijo el emojil.
  • Mahoma no puede ir a la montaña, así que no sé dónde va a pasar la navidad este año.
  • Buscando qué comprar, descubrí me ofrecen lo que todo el mundo tiene diciendo que está de moda y me ofrecen lo que no está de moda diciendo que es exclusivo.
  • Yo, tratando de ligar: - ¿Recuerdas cuando nos encontramos en otra vida? Ella: – Si, te mandé ejecutar.
  • Encontrado en internet: “Cuando llegue el momento, deja ir a tus hijos como los árboles dejan ir las hojas en el otoño”. Me pareció una bonita frase hasta que caí en la cuenta de que las hojas que dejan el árbol son las que están muertas.
  • Una vez un gran sabio dijo… Aquí puse mi frase, y todos asintieron. Todo lo contrario de cuando dije que la frase era mía.
  • Cada vez que leo un libro, algo de él se queda en mí. Por eso hoy soy un poquito Don Quijote, un poquito D’Artagnan, un poquito Aureliano Buendía.
  • No soy de los que está siempre pendiente del celular, pero cuando voy en el transporte público, reviso mis redes sociales, solo para sentirme parte del grupo.
  • Hoy me tocó ser árbitro de una discusión entre los que se quejan que este mes ha pasado demasiado rápido y los que se alegran de que acabe este mes tan largo.
  • Es increíble lo fácil que se vuelve lo imposible después de que alguien lo ha hecho por primera vez.
  • Hay quien cree estar escribiendo una historia de amor, y solamente está llenando un checklist.
  • A estas alturas, todavía no sé si para San Valentin voy a comprar un oso de peluche o un muñeco vudú.
  • Tal vez en un planeta de Alfa Centauri, alguien ve nuestro sol y lo muestra a su enamorada diciéndole “Esa es nuestra estrella”.
  • Solo un recordatorio: La corrección política hizo que el papa mandara cubrir los desnudos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.
  • Círculo vicioso: Hacer que un intolerante escuche razones implica que el intolerante esté dispuesto a escuchar.
  • En alguna parte alguien escribió (y me consta porque lo escribí yo mismo) que la vida es un self-service en donde puedes servirte lo que gustes pero siempre tienes que pagar lo que te estás llevando.
  • Charla pueblerina: ¿Quién fue primero, el huevo o la gallina? – No lo sé, joven, de eso fue hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda.
  • Curiosamente, en aquel tiempo los diarios decían que la cueva mágica era un almacén con licencia del gobierno, los 40 ladrones eran un club de gente honorable y Alí Babá un peligroso criminal contratado por un imperio extranjero para desestabilizar al gobierno.

sábado, 23 de marzo de 2019

Historia en un aeropuerto


Un aeropuerto es por definición, el lugar donde ocurren todo tipo de historias. Separaciones, reuniones, tránsitos, esperas, rutinas y sucesos extraordinarios pueden ocurrir en cualquier momento, contando con los ingredientes emocionales, legales, o políticos para ello. Solo uno de ellos contaré hoy aquí.

Entre toda la gente que se afana en la cola del registro, se podía ver ese día a los que llevan varias maletas y luchan para que la improvisada torre que han hecho con ellas no se desplome y se caiga. Otros tratan de distraerse mirando su celular. Otro más vigila siempre aprensivo la maleta, temiendo que desaparezca y avanzando con cada milímetro que le permite la cola. Por mi parte, yo miraba el reloj cada 30 segundos, volviendo a verificar el horario de mi vuelo, no sea que un extraño agujero negro absorba el tiempo y me haga perder el vuelo. Entre todos, pasan oficiales verificando que todo está en orden, y un policía con un perro de raza mezclada, pero algún visible ascendiente de pastor alemán, pasea y de vez en cuando dedica un completo olfateo a una maleta escogida al azar por su dueño. Debo confesar que me sentí algo aprensivo cuando tocó el turno de mi propia maleta. Muchas historias de encargos que resultaron contener sustancias ilegales he escuchado, y a pesar de todas las precauciones, nunca se sabe. Afortunadamente mi maleta pasó el examen y el perro ni siquiera hizo comentario alguno sobre los sobres de crema de ají y las botellas de pisco que llevaba. Pero a otro de los pasajeros no le ocurrió lo mismo. Cuando empezó con el examen olfativo, el perro, hasta ese entonces muy vivaz y concentrado, bajó las orejas y entró en un estado de melancolía, sollozando desconsoladamente. Hasta donde yo he sabido, cuando un perro encuentra droga ladra fuertemente y avisa a su dueño, pero ponerse a llorar no estaba dentro de las instrucciones de lo que se hace con un perro policía en el aeropuerto.

El oficial estaba a la vista tan sorprendido como yo, porque se quedó impávido observando un espectáculo de tristeza que me gustaría mostrar a todo aquel que diga que los animales no tienen sentimientos. Cuando empezaron los aullidos, el asunto se salió de control. El pasajero insistía en que no procedía ser llevado a la oficina de control y el oficial no podía dar una razón válida para hacerlo. Otro perro fue traído para una revisión que se repitió dos veces sin resultados anormales. Luego el primer perro hizo una nueva revisión que renovó su llanto. El pasajero fue llevado finalmente al control del aeropuerto, para una revisión más exhaustiva, pero que no duró mucho, porque vi al pasajero poco después en la sala de espera. No pude resistir la tentación de acercarme a preguntar qué había pasado. El pasajero me dijo que en la oficina le hicieron abrir la maleta y sacar todo, trajeron a un tercer perro, posiblemente el más calificado para encontrar drogas, que hizo un olfateo minucioso de las pertenencias sin resultado alguno. Tras unas sinceras disculpas, el pasajero fue dejado ir sin más castigo que la difícil labor de meter nuevamente todas sus pertenencias en su maleta. Mientras me narraba su aventura, uno de los oficiales con su perro se acercó un poco, dudando entre si acercarse a nosotros o dejarnos tranquilos. Al final, decidió tomar otra ruta, pero sin quitarnos la mirada.

Durante el resto del viaje me quedé pensando qué habría pasado. ¿Algún olor le habría recordado al perro algo de su difícil pasado? ¿Sería acaso que el pasajero sin saberlo tenía relación con el antiguo dueño del perro? ¿Alguna marca de perfume está provocando este tipo de reacciones en animales, como se dice que ha pasado antes?

Termino aquí mi historia, sin un final, porque nadie sabe lo que realmente pasó, y el único que podría decirnos lo sucedido no puede hacerlo. Porque lo que indiqué al comienzo no es cierto, un aeropuerto no es un lugar en donde las historias ocurren, las historias aquí no empiezan ni acaban, el aeropuerto solo es el escenario de uno de los capítulos, uno que solo casualmente podemos ver.
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