domingo, 14 de abril de 2019

Tierras lejanas



Viajando en avión, y ya sin sueño que me ayude a soportar el largo viaje, me pongo a pensar en que siempre el hombre ha buscado en las tierras lejanas las maravillas que no encuentra en su propio hogar. A lo largo de la historia, siempre se ha hablado de tierras mágicas que pocos pueden visitar, haciendo nacer leyendas que en varios casos perduran hasta hoy.

En la antigüedad, los griegos y otros pueblos hablaban de Egipto como un país fantástico, donde el oro era tan común como la arena, donde podía encontrarse al ave Fénix y las esfinges eran monstruos que asolaban los pueblos. A su vez, en Egipto se hablaba del país del Punt, un reino que existía hacia el oeste, con grandes riquezas y en donde la gente era inmortal. Más tarde, se hablaba también de que en Nubia existía un gran reino habitado por gorilas.
En Europa, se hablaba de la India y sus maravillas, de sus grandes riquezas y construcciones, de los anímales que podían encontrarse allí. Las descripciones de la India en ese tiempo no eran muy diferentes de lo que se decía del reino perdido de la Atlántida. Tales eran las historias que Alejandro Magno emprendió la conquista y llevó cronistas en la expedición para registrar las maravillas que encontrara.

Con el tiempo, el mundo se fue agrandando y se descubrió la verdad de muchas de las leyendas. Los camellos y los elefantes dejaron de ser animales míticos, al mismo nivel que el ave roj y las arpías. Pero el hombre siguió buscando en la lejanía nuevas tierras fantásticas.
En la Edad Media, se hablaba de un reino cristiano en el corazón del Africa, gobernado por el Preste Juan, además del País de la Cucaña, en las montañas del Asia. El reino de la China era objeto de tantas leyendas que cuando Marco Polo lo visitó realmente y lo describió en un libro, muchos creyeron que eran más de las muchas maravillas que se inventaban en aquel tiempo.

Con el descubrimiento de las Indias, se popularizó todo un conjunto de descripciones de reinos llenos de oro y grandes construcciones. En América se volvió a hablar del Reino del Preste Juan, y de nuevos lugares como El Dorado, el País de la Canela, el Reino de Jauja, el País de Los Chunchos, el Paititi. Todos estos lugares tenían algo en común aparte de sus grandes riquezas: no habían sido visitados por los europeos. El único país que existía realmente y que incluso sobrepasó las leyendas que se contaban anteriormente fue el Perú. En ese tiempo las crónicas de viajes a tierras lejanas se convirtieron en un género literario, donde las descripciones reales se mezclaban con las invenciones. Shangri-La, las selvas al sur de las tierras antárticas se volvieron comunes en la literatura.

Hoy que el mundo ya ha sido conquistado, cuando ya no nos quedan reinos lejanos por inventar, hay todavía quien sueña con lugares inaccesibles y maravillosos. Hasta el siglo XIX se hablaba muy seriamente de las civilizaciones que existían en el lado oculto de la luna, y hoy se puede encontrar en internet sobre gente que habita en el interior de la tierra hueca, cuyo orificio de entrada está en otro lugar inaccesible, que es el polo norte. Siempre hemos buscado lo maravilloso en tierras lejanas, y soñado con ser los primeros en llegar, tal vez esa sea la razón de todos los viajes.
Y lo digo yo, que vivo en uno de esos países maravillosos a los que llegan los turistas en busca de la verdad de las leyendas que han escuchado.

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