viernes, 7 de junio de 2019

Por qué no creo en la astrología


En una noche clara, puedes salir y contemplar el cielo estrellado. Entre los miles de estrellas existe una que determina tu destino, que influye en tus actos y en tu forma de comportarte frente a la vida. ¿No eres capaz de creerlo? Entonces toma unas cuantas de esas estrellas, dales una forma mitológica y tendrás a quien gobierne tu destino y explique tu forma de ser. Si aún no puedes convencerte de que eso es cierto, agrega además los planetas que pueden verse esa noche, y tendrás aquello que determina quién eres y cómo te comportas. Tal vez eso sea suficiente para ti, pero yo he decidido no creerlo. Y te daré algunas razones para no hacerlo.

El horóscopo, tal como lo conocemos hoy, data de 6,000 años, y desde entonces las estrellas se han movido. Como ejemplo, una persona que dice haber nacido en Escorpio debería poner salir a ver el cielo el día de su cumpleaños y ver la constelación de Escorpio. Pero esto no es cierto siempre, sino solamente por los siete días en que esta constelación está realmente en el cielo nocturno.

La astrología se inventó en el hemisferio norte, desde entonces el mundo se ha ampliado de modo que desde este lado del planeta vemos muchas constelaciones que la astrología no considera, y varias que otras no son visibles desde aquí. ¿Alguna vez has escuchado en las predicciones y análisis astrológicos los nombres de las constelaciones del Triángulo, la Brújula, el Tucán, el Perro, o el Camaleón? Pues esas son las que se ven en el cielo en hemisferio sur.

El fundamento de la astrología es la posición de las estrellas en el momento del nacimiento, considerando el recorrido que ellas hacen en el cielo. Esto significa que para creer en la astrología debemos asumir que la tierra es plana y que está estática en el universo. La astrología solamente considera las posiciones aparentes en el cielo. No considera el tamaño de esas estrellas ni su distancia a nosotros, que deberían tener influencia en el efecto que nos causan. Más aún, muchos de los puntos luminosos que vemos en el cielo no son una sola estrella, sino dos o más estrellas que están en nuestra línea de visión y aparentan ser una sola.

En un principio se utilizaba la astrología solamente para predecir el futuro de un reino o de una ciudad, lo que tenía sentido, ya que las estrellas alumbran a todos, y no a una sola persona. En la Edad Media se extendió a los reyes, y solo en los inicios del siglo XX aparecieron los horóscopos personales, como entretenimiento en los diarios en Estados Unidos. Los horóscopos personales basados en la fecha de nacimiento son una contradicción, ya que puede encontrarse personas que han nacido el mismo día y no tienen un mismo futuro. Si esperamos en una maternidad veremos nacimientos simultáneos de personas que no tendrán el mismo futuro. Ni siquiera los hermanos gemelos tienen el mismo futuro ¿Por qué esperarlo en personas que sólo coinciden en el lugar y la fecha de nacimiento?

La astrología pretende también predecir el carácter de una persona por su fecha de nacimiento. En este caso es inútil y mucho menos acertada que un sencillo análisis psicológico. Yo podría decir mucho más observando atentamente a una persona que sabiendo cuando nació.

La astrología ha devenido hoy en una excusa para el mal comportamiento. Si soy una mala persona, no tengo por qué echarle la culpa a Júpiter cruzando por Pegaso, y no puedo disculparme de mi falta de educación diciendo que ese día Marte tuvo un encuentro con Escorpio. Aceptemos nuestros errores en vez de culpar a planetas que ni siquiera saben de nuestra existencia.

Y por último: Un horóscopo te dijo que tú y yo no somos compatibles ¿Y le vas a creer?

1 comentario:

  1. En este caso el “Tonto de La Colina” demuestra estar muy cuerdo. Lo que parece increíble es el negocio que se ha montado alrededor de esto. La influencia, o atracción a la hora de nacer alguien de una estrella es muy inferior a la que puede ejercer la/el matrona en el recién nacido......, en fin.

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