martes, 28 de agosto de 2018

Otra historia de inicio


Hace unos años, cuando los blogs estaban de moda, yo también sentí el bichito de tener mi propio sitio desde donde impresionar a la gente. Las paginas web personales ya estaban en declive, y un par de amigos tenían ya su blogs donde escribían sus relatos, opiniones culinarias, historias de viajes y cosas de esas. Así que yo también pensé ¿Por qué no? Mi idea en ese entonces era usar el espacio para hablar de música, y especialmente de la música de los Beatles. Yo tenía ya una cantidad respetable de anécdotas que había acumulado sobre el origen de sus canciones, además de traducciones libres de las letras, para combatir a las que se encontraban en revistas y otros sitios de internet.

En el transcurso de ordenar mis ideas para este blog, encontré también, en papeles sueltos, escritos míos que no eran ni cuentos, ni chistes, ni historias, pero tenían muchos elementos de aquellos. Me pareció que un blog sería el lugar perfecto para publicarlos. En ese tiempo escribí especialmente para ese proyecto personal anécdotas mías o de otras personas con la temática Beatle. Tenía, pues, un buen material para emprender la aventura. Me faltaban, sin embargo, los detalles técnicos: donde alojar el blog, cuál sería el formato y el estilo. Una página web personal que tuve me había dado la confianza para manejar el HTML suficiente como para hacer el intento de crearlo yo mismo. Todo estaba listo, excepto el importante detalle del nombre del blog.

Este detalle detuvo todo mi planeamiento. El nombre en sí deberá ser una declaración de principios, pensaba, algo que defina y resuma todo lo que el lector encontraría. No era cosa fácil, y decidí mencionar mi dilema a un compañero de trabajo.

- ¿Sabes que quiero iniciar un blog sobre Los Beatles? Algo así como una enciclopedia, donde se cuente el origen de cada canción, datos interesantes, las versiones de otros artistas, cosas así.
- Oye, qué bien… ¿Y cómo se va a llamar?
- No lo sé todavía, lo único que tengo decidido es será el título de una canción.
- ¿Qué te parece “El Submarino Amarillo”?
- Ese nombre ya está muy usado… Ya hay una película, un grupo musical, un programa de radio y no sé qué más con ese nombre.
- ¿Y si lo llamas “Penny Lane”.
- No, no le voy a poner un nombre de mujer…
- Bueno, puede ser algo así como “Las historias de Penny Lane”
- No.
- También podría ser “El largo y sinuoso camino”
- Ese nombre es muy depresivo, creo.
- Si van a ser datos sobre los Beatles, que sea “Paperback Writer”
- Creo que el título no se entiende bien así, tal vez podría ser “Gira mágica y misteriosa” o “Do you want to know a secret”, porque habrá algunas anécdotas.
- Ja, ja, ja, entonces llámalo “Everybody’s got something to hide except me and my monkey”
- Creo que está muy largo… pudiera ser “Un día en la vida”
- Eso suena más filosófico… necesitas un nombre llamativo, algo como “Ocho días a la semana”, o “Tomorrow Never Knows”, que suena bien psicodélico.
- Tal vez… estaba pensando en que podría ser “Across the Universe”
- Ja, ja… de tanto pensar vas a terminar llamando a tu blog “El tonto en la colina”…
- No creo, adiós, ya nos vemos…

Al tiempo, después de mucha planeación y algunos ensayos en mi computadora, decidí que no era una buena idea hacer un blog sobre los Beatles. Me quedaron durante algunos meses varios relatos sueltos y comentarios sobre los Beatles que al leerlos sonaban bastante tontos. El día en que me decidí al fin a llenar la plantilla de blogger para iniciar el blog no pude recordar todas las opciones que tenía pensadas y puse como título el último que tenía pensado. A pesar mío, tenía lo que debía contener el título del blog: una declaración de principios y una descripción exacta del contenido.
Así comenzó este blog.

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