viernes, 16 de noviembre de 2018

La historia inconclusa


Cuando lo vio llegar, no hizo ningún ademán de huida, ni de sorpresa.  - Acérquese, venga, esta vez no habrá trampas, ya ve que le estaba esperando… dijo en tono amistoso - Sólo déjeme fumar un cigarrillo… considérelo como un último deseo…

El desconocido se detuvo a dos pasos y se quedó inmóvil, aún apuntando con el arma, lo que el viejo interpretó como un permiso para seguir hablando.  - Lo esperaba a usted un poco más tarde, esperaba que me alcance en el bar que está más allá… es una pena, le hubiera invitado un café, aquí hace bastante frío, pero bueno, no todo puede salir tal como se ha planeado ¿Verdad?

El viejo esperó en vano durante algunos segundos una respuesta, y comprendió que su rival le dejaría hablar, pero que no le dirigiría palabra alguna.  - Sabe que durante un tiempo fue divertido verlo fracasar en sus intentos de matarme, pero después se volvió aburrido, luego se convirtió en una molestia, y ahora pienso que si usted estaba destinado a acabar conmigo, a mí me correspondía elegir el momento. Y el momento es este. Estoy enfermo, como tal vez usted ya sabía, y el que usted me mate me ahorrará unos cuantos meses desagradables, además no pienso convertirme lentamente en una piltrafa, ni someterme a los caprichos de algún médico que no podrá evitar mi fin, no es mi estilo… en fin, ahora estoy listo para que usted me mate…

Se hizo un breve silencio. Hasta los autos en la lejanía parecieron detenerse. - Si no ha disparado todavía es porque sabe que lo que le voy a decir es importante… seguro que el perseguirme por tanto tiempo le ha hecho conocerme bien… pues le diré porqué estamos aquí usted y yo en este momento… La verdad es que yo le he permitido llegar hasta aquí… como le dije, he podido matarlo a usted muchas veces, pero no lo hice, porque en cierta forma lo respeto… y por eso tampoco me he dejado matar antes, porque si usted acaba con mi vida acabará con la suya también… ¿Se ha puesto a pensar en lo que hará después de matarme? Esta persecución es su vida, no sabrá que hacer sin mí… no tiene una familia a la que regresar, no puede volver a su hogar, ya no sabe cómo vivir una vida normal… terminará usted suicidándose, lo sé… Usted me ha convertido en su vida, y por eso usted no durará mucho tiempo sin mí… Por eso no le he matado a usted antes… ¿Sabe que yo he podido terminar con este jueguito hace mucho tiempo? Siempre supe que usted no me mataría a traición, que me dejaría hablar, por eso desde aquella vez cargo siempre con esto, que le quiero enseñar… El viejo metió la mano en el bolsillo y siguió hablando, indiferente a la vista del otro empezando a presionar el gatillo. Estuvo usted equivocado todo el tiempo, aquí tiene la prueba, vea el

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