martes, 26 de junio de 2012

Cómo llegar a la verdad


Cada persona tiene una forma de llegar a la verdad, que proviene de sus ideas, de lo que le han enseñado, y de las experiencias que ha vivido. Basado en este hecho, El Instituto Internacional de Investigaciones Inútiles (I.I.I.I) realizó un estudio sobre la forma en la que distintos tipos de personas tienen para llegar a una conclusión que sea reconocida como una verdad. Este estudio, que incluyó entrevistas y experimentos sobre varios cientos de personas, arrojó como resultados concluyente que no tenemos la menor idea de la verdad, pero en cambio, tenemos una certidumbre absoluta de que estamos en lo correcto.

El I.I.I.I realizó un experimento preguntando a distintas personalidades ¿Cuánto es dos más dos? Inquiriendo, además, qué haría falta para llegar a la respuesta. A continuación, algunos de los resultados:

En primer lugar se preguntó a un Juez. El Juez preguntó a todos los implicados en el problema: Maestros de escuela, contadores, vendedores de pizarras, y a algunos transeúntes que pasaban casualmente por el lugar de los hechos. Se hicieron citatorios judiciales que se suspendieron por falta de los implicados, a los que se tuvo que citar de grado o fuerza. Al final del proceso, la respuesta fue que había circunstancias que hacían pensar que el resultado podría ser cuatro, pero que nadie había podido demostrarlo fehacientemente. En consecuencia, el caso queda sobreseído por falta de pruebas concluyentes.

Luego se preguntó a un político. El político prometió convocar a una sesión de emergencia en el Congreso, dada la vital importancia para el país de la solución de este problema. El caso pasó a una comisión investigadora que solicitó 120 días para la investigación de los hechos, y la reunión de información, para lo cual se solicitó plenos poderes. Luego del plazo establecido, se pidió una prórroga adicional de 120 días, pues la Comisión dictaminó que el caso era más complicado de lo previsto, no había podido entrevistar a todos los testigos, y varias de las instituciones consultadas no habían cumplido con entregar la información solicitada. Pasados los 120 días adicionales, el político se disculpó por continuar con su labor como Presidente de la comisión investigadora, por tener otras urgencias en otras comisiones, y declaró “off the record” que dicha comisión había sido disuelta sin entregar su informe final, el que sería entregado sin falta antes del final de la presente legislatura.

La siguiente pregunta fue para un abogado. Este declaró que había implicancias legales que considerar antes de aventurar una respuesta. Pidió una semana para revisar la legislación aplicable sobre el tema. Después de ese plazo, indicó que el problema se hallaba en un vacío legal, y por lo tanto, se inhibía de proporcionar una respuesta para evitar posteriores acciones legales en su contra.

Se preguntó a un periodista, quien se comprometió a investigar a cambio de la exclusiva de la noticia. Cada semana informó sobre los progresos de su investigación, de su consulta a fuentes generalmente bien informadas, y de su trabajo de seguimiento a los números dos, tres y uno, para saber que ocurría durante las extrañas reuniones de los números dos. Después de cuatro semanas, informó al I.I.I.I. que abandonaba la investigación por motivos personales. Poco después, y prohibiendo ser citado, declaró que al parecer, el número dos tiene amigos en altos puestos del gobierno y que había sido amenazado para que no siguiera adelante con sus pesquisas.

Se preguntó a un contador certificado, quien analizando las normas tributarias y los últimos decretos de urgencia emitidos por el gobierno, declaró que era 51, valor que incluye los impuestos, tasas, y comisiones legales. Sin embargo, este monto podría ser menor si es que se presentaban solicitudes de dispensa y se acogía a los casos especiales de apoyo a los pequeños propietarios.

Se preguntó a un religioso. Después de varios días, informó que había estudiado la Biblia detenidamente buscando la respuesta sin encontrar el versículo exacto. Había preguntado al líder de su congregación, quien después de más días de investigación, le indicó que no necesitaba saber la respuesta, porque si no está en la Biblia, entonces no le es útil, y cualquier investigación posterior era una falta de fe que sería castigada con el fuego eterno, ya que la curiosidad por saber esas cosas era una trampa del demonio para hacerlo dudar de la palabra de Dios.

Por último, se preguntó a un niño que vendía caramelos en la calle. Este colocó dos caramelos sobre el piso, y luego otros dos. Procedió a contarlos y declaró que el resultado, sin lugar a dudas era cuatro.
Al enterarse todos los anteriores, impugnaron el resultado inmediatamente diciendo que era un menor de edad que había abandonado la escuela, por lo que no estaba capacitado para dar una respuesta.
Investigaciones posteriores hechas por el juez, el político, el abogado y el periodista indicaron que durante su permanencia en la escuela, se había equivocado en varias ocasiones, por lo que carecía de autoridad moral para responder a semejantes preguntas, y ordenaron su reclusión en un centro de rehabilitación de menores.

Ante esta situación, el I.I.I.I. ha sido informado que proseguir con esta investigación será motivo de acciones legales, por lo que ha suspendido el estudio. Sin embargo, deja los resultados preliminares a disposición del público en este blog, a fin de que el lector saque sus propias conclusiones y pueda averiguar cómo llegar a la verdad.

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