viernes, 22 de junio de 2012

El funerario moderno


En los buenos tiempos y en los malos tiempos, haga frío o haga calor, la gente se sigue muriendo igual. Es por eso que el funerario es un negocio más o menos estable. Y cuando la economía actual hace la competencia más temible, y en cualquier momento llega una gigantesca transnacional a invadir el mercado, Don Higinio Fuentes, dueño de la funeraria “Fuente de Vida”, sabe que hay que innovar para asegurar la clientela. Veamos a continuación un ejemplo de los nuevos métodos de ofrecer el producto:

- Buenos Días, señora, le ofrezco mis más sentidas condolencias por su enorme pérdida, que lamento desde lo más hondo de mi corazón… 
Obviamente la entrada es más fácil que en cualquier otro negocio, ya que nadie entra al establecimiento de Don Higinio solamente para mirar. Además, la cara de circunstancias de la dicha señora la exime de cualquier otra pregunta.

- Vengo a preguntar por un ataúd para mi difunto esposo… 
- Tenga valor ante la adversidad, mi querida señora, que su esposo ya ha dejado atrás el sufrimiento y está en un mundo mejor ¿Ha venido Usted por medio de uno de nuestros representantes? Si es así tenga la bondad de entregarme el volante… 
El volante mencionado es un papelito con las señas de la funeraria, que Don Higinio entrega a sus “jaladores” que tiene repartidos en hospitales, comisarías y velatorios. Cada papelito está firmado por el “jalador”, para hacerse acreedor a la comisión respectiva por llevar al cliente.

- El volante lo recogí en el velorio de mi primo hace dos meses… 
- Otra enorme pérdida de la cual nunca nos recuperaremos, pero recuerde que solo estamos de paso por este valle de lágrimas… Y qué mejor manera de ir al Paraíso que en una de nuestras finas cabinas mortuorias… Puede ver nuestros modelos en exhibición, o le puedo mostrar nuestro catálogo con los últimos modelos italianos… 
Ya nadie dice “ataúdes” que suena muy triste, el eufemismo actual es “cabina mortuoria”, que además transmite una imagen de modernidad, Y el catálogo es una revista extranjera que muestra ataúdes de colores, con acabado perlado o anodizado, y también estampados con logos de Supermán, Batman, o figuras de Dragon Ball y Naruto “que están saliendo mucho esta temporada, Señora”. La señora escoge un ataúd discreto, de acuerdo a la edad del difunto, que no está para modernidades de cabinas mortuorias en forma de automóvil o nave espacial. Aunque el precio le parece excesivo.

- ¿Por qué tan caro, señor? A un vecino mío el ataúd no le salió tanto… 
- Es que hay otros que les hacen las cajas de madera de cajón de fruta, y con acolchado de yute… Esas se rompen al cargarlas en pleno cementerio… Nuestras cabinas mortuorias se hacen de cedro seleccionado o pino importado, con seda interior… Acérquese y sienta la calidad… Además, su difunto esposo, que en paz descanse, se merece eso y mucho más… Imagine que dirán los vecinos cuando vean pasar el cortejo fúnebre… A propósito ¿Ya hizo los arreglos para el velorio? Porque también ofrecemos servicio de bocaditos, arreglos florales, filmaciones, souvenirs para los asistentes, Dolientes, Alabantes y Aliviadores…
- ¿Qué cosa? 
- Las Dolientes son profesionales que inspiran a los asistentes con sus demostraciones de pena, los Alabantes son personas que sustituyen a aquellos amigos que no han podido asistir, recordando a los asistentes las virtudes del difunto, o simplemente exclamando “Qué bueno era”. Los Aliviadores son profesionales que relajan el ambiente contando historias divertidas para demostrar que no todo es malo en esta vida. Tenemos además servicio de música para la ceremonia de inhumación… Ahora se está usando mucho los mariachis y los aires folklóricos… 

Hay que reconocer la inventiva de Don Higinio para crear eufemismos para las plañideras, los amigos contratados y los contadores de chistes infaltables en todo velorio que se respete.

- Pero eso es una mentira, señor, yo no puedo hacer eso… 
- Nadie se va a dar cuenta, señora, si nadie conoce a todos en el velorio. Además esos son servicios que hacemos todo el tiempo… ¿Se acuerda del chico al que atropellaron en la Avenida del Mundo hace poco? Ese servicio lo hicimos nosotros, y los amigos que salieron en la televisión y los que lloraban en el entierro eran nuestros profesionales… 

Tras el regateo, un tanto inusual en el negocio, pues los clientes normalmente no están con ánimos de discutir precios, la señora confiesa finalmente cuánto es su presupuesto.
- Por esa cantidad no es negocio, señora… No alcanza ni para el cajón… Lo que puedo hacer es ofrecerle el alquiler de ataúd… Se lo alquilo durante el velorio y en el camino al cementerio lo cambiamos por uno de triplay pintado… Nadie se da cuenta… ¿Cerramos el trato? 

El trato no pudo cerrarse porque mientras la señora regateaba con el funerario Don Higinio, los hijos habían levantado con todos los bienes del difunto, dejando a la señora sin más que lo puesto. Los vecinos tuvieron que hacer una colecta para una caja comprada en una carpintería del barrio. Don Higinio, al enterarse, piensa que a pesar de las estrategias de marketing, los eufemismos y los servicios adicionales brindados no siempre se gana en esta vida…

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