─ Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. “No importa lo que hagas ─decía─, en tanto que cambies algo respecto a cómo era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ellos tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y el auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre.
Ray Bradbury (1920-2012)
Este párrafo de Ray Bradbury es uno de los que guardo como justificación del porqué sigo escribiendo en este blog. Ahora que es una buena ocasión, lo comparto con los que me leen.
Y, como escribió Confucio en su twitter: "Si quieres ser feliz toda la vida, planta un jardín".
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