domingo, 19 de julio de 2009

Pequeña autobiografía no autorizada



Nací un día domingo.
A los tres años empecé a hacer preguntas. Hasta ahora no me detengo.
Cuando comencé el colegio, empecé a sospechar que sabía más que la profesora. Aún no estoy seguro.
Al igual que Cervantes, leía hasta los papeles que veía tirados en la calle.
Descubrí que soy malo para cualquier deporte, pero eso nunca me detuvo.
El baile se convirtió para mí en un pretexto para escuchar música.
Descubrí a los Beatles.
Cuando me dí cuenta, estaba comiendo verduras, peinándome y haciendo mis tareas sin que nadie me obligue.
Descubrí a los Doors.
Descubrí a alguien a quien amar, pero ella no me descubrió a mí.
Ingresé a la Universidad sin tener una idea clara de lo que significaba ser un ingeniero.
Descubrí a Sabina. A Silvio. A Serrat. Aún sigo tratando de descubrir.
La gente que no conocía empezó a tratarme de Usted.
Salí de la universidad, pero aún sueño que tengo que dar un examen allí.
Me desengañé de todos los políticos. Ellos ni siquiera se dieron cuenta.
Mi primer sueldo significó también el inicio de mi aburguesamiento. El proceso sería más rápido si me pagaran más.
Descubrí que ya no estaba en la universidad y que estaba en el mundo real.
Conocí algunos lugares y alguna gente.
Descubrí que habíamos cambiado de milenio pero el mundo seguía siendo igual.
El proceso de licitación de mi corazón fue declarado desierto.

Escribí este post.

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