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domingo, 5 de julio de 2015

Yo leí la Biblia y me reí


Sí, pues, un día me puse a leer la Biblia. Mucha gente le tiene miedo a leer la Biblia, y los causantes de ese miedo son justamente los que insisten en convencer a todo el que tengan enfrente de que hay que leerla para obtener la salvación. Y es cierto, han logrado convencer a todo el mundo que el que lee la Biblia se convierte en un estúpido monotemático que no sabe hablar de otra cosa. A esa clase de gente le recomiendo siempre tratar de leer El Quijote, que también tiene muchas enseñanzas y es bastante divertido.

Como decía, me puse un día a leer la Biblia, y como todo un tonto, prefiero las historias a las enseñanzas, y las historias divertidas a las historias serias. ¿Qué? ¿Hay historias divertidas en la Biblia? Claro que las hay. Lo que pasa, nuevamente, es que la gente, sobre todo los que se la toman al pie de la letra, cree que es un libro totalmente solemne, muy serio, no se hacen chistes sobre esto, que es sagrado, te vas al infierno si te ríes. No, no es así, y lo voy a demostrar.

¿Han leído la historia de Sodoma y Gomorra? Pues era un lugar donde se hacían fiestas legendarias, algo así como las after party del jet set. Pues Dios al ver tanto desmadre se puso a pensar seriamente en cerrarles el negocio a los promotores de tanta diversión pecaminosa. Así que buscó a Lot y le dio el encargo de buscarse 50 personas buenas a ver si se salvaban las dos ciudades. ¿Y cuál fue la reacción de Lot? Discutirle a Dios hasta que consiguió dejarle la cuota en diez personas buenas, e incluso pensando que con su familia, que eran todos decentes, completaba la cuota. Debo admitir que cuando leí este pasaje me moría de la risa al imaginar la escena de Lot regateándole a Dios como quien le regatea el precio al bodeguero de la esquina. Definitivamente este Lot era judío, pensé.

La otra muestra de que la Biblia fue escrita por judíos es el libro de Números. Nunca ningún pueblo antes o después se puso a sacar cuentas en un libro sagrado. ¿Será que el que armó la Biblia dejó el registro para impuestos traspapelado allí? Me imagino que se quedó allí por el efecto sedante que tiene en quien lo lee, es imposible terminar una página sin quedarse dormido, debió haber sido el equivalente en los tiempos antiguos de leerse la guía telefónica o contar ovejas para conciliar el sueño.

Pasando al Nuevo Testamento hay otras historias que parecen más episodios de sitcom que una historia seria. El primer milagro de Jesús fue en una fiesta de bodas. No fue planeado, y si uno lo mira bien, no era de lo más cristiano malgastar el primer milagro convirtiendo el agua en vino habiendo tanto ciego, paralítico o leproso en donde podía haber dado un mejor ejemplo. Pero no, Jesús, como buen hijo, le hizo caso a su mamita y salvó a los novios de la deshonra que significaba – igual que ahora – que en una fiesta se acabe el licor. Pero lo más cómico ocurrió después, cuando algunos de los invitados empezaron a quejarse de que habían guardado el mejor vino para después. 

La lectura de este pasaje me convenció primero de que Jesús era conocedor de los buenos vinos, y segundo, de que ya para entonces era todo bondad y compasión, porque yo en su lugar hubiera fulminado con un rayo a los quejosos. Ese, creo yo, debe haber sido el segundo milagro, dejar tranquila a esa gente que está viendo que le hacen el milagro y todavía reclama. No hemos cambiado mucho desde entonces.

El leer la Biblia me ha ganado entonces algunas sonrisas impensadas, para escándalo de algunos, como cuando trataba de conversar con alguien de esos que no aceptan otro tema de conversación. Para tratar de llegar a un punto medio, le dije: “Mira, a ti te gusta hablar de la Biblia y a mí me gusta hablar de música ¿Qué te parece si hablamos del rey David, que también era músico? ¿Qué opinas de su música?”

martes, 12 de mayo de 2015

Frases twitteables 36



  • Hay personas que pensaron merecer una placa en un monumento, y no llegaron ni a epitafio en una losa.
  • La gente le decía “Eso no puede hacerse” pero él lo intentó de todas maneras. Cuando lo logró, lo arrestaron. Es que hacerlo era ilegal.
  • Algo que aprendí del Principito es que hay tristezas hermosas.
  • Un niño interior es útil en esos momentos en que te dan una de esas explicaciones que entendería hasta un niño. 
  • Dios nos hizo a su imagen y semejanza. Ahora resulta que soy una copia pirata. 
  • La vida es una oferta válida hasta agotar existencias.
  • No sé qué calendario estoy viendo, pero parece jueves de resurrección.
  • La mañana siguiente, al barrer las rumas de papel de regalo en la sala, encontramos los regalos que no le habían gustado a los niños. 
  • Ya regresé. Fue un viaje de huida y vuelta.
  • Si el tiempo es dinero, ¿Significa que hay que darle dinero al dinero? 
  • Estoy pensando en convertirme en abogado del diablo. Dicen que pagan bien. 
  • Piensa que en el futuro, estos serán los días a los que referirás al decir “Todo tiempo pasado fue mejor”. 
  • Tengo un espejo que se ríe de mí cuando no lo estoy mirando. 
  • Este año pasaré mis vacaciones en la playa de un mar de dudas. 
  • El karma es algo así como patear una pelota y que el rebote te caiga en la cara. 
  • No sé cómo hacen los náufragos de hoy para meter un SMS en una botella. 
  • Mi niño interior aún le tiene miedo al monstruo debajo de la cama. 
  • Hay gente que no sabe a dónde va, y aun así pierde el rumbo. 
  • Si me dieran un dólar por cada vez que trabajo, tendría un trabajo. 
  • Los anaqueles de la farmacia se iban vaciando, y nadie se dio cuenta hasta que ya no hubo remedio.
  • En la fiesta de los fantasmas, todos querían ser el alma de la fiesta. 
  • El criminal nostálgico siempre regresaba a la escena del crimen. Qué tiempos aquellos. 
  • No importa si ya todo está dicho, tal vez aún quedan nuevas formas de decirlo. 
  • La verdad está allá afuera, en lo alto de la colina. 
  • Quiero escribir un palíndromo y sale esto: Tonto de la Colina, a Nilo calé, dot not. 
  • No confío en la oscuridad. Quién sabe qué está haciendo mi sombra cuando no la miro.
  • En lo que tardas en sacar la cámara y enfocar, el momento feliz que querías retratar en el selfie ya pasó. 
  • Una vez vi a una persona reírse mientras leía la Biblia. Se mereció mi respeto.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Frases twitteables 34

Hay temporadas en que no se me ocurre nada que ocupe más de 140 caracteres. En otras ocasiones, empiezo a escribir y lo que escribo se alarga y se alarga hasta completar las historias que leen aquí. No es cuestión de sentarse y proponerse escribir un cuento o una frase. Simplemente así me salen los textos, lo cual es otra forma de decir "Es lo que hay". Entonces hay que aprovechar lo que sale de mi teclado y juntarlo para cuando me toque publicar estas frases twitteables. Aquí las últimas.

  • Mi respuesta a las grandes cuestiones de la vida es siempre un: "¿Me repite la pregunta?"
  • Seré breve. Ya terminé.
  • Aquel escritor suplicaba. "Quédate solo un capítulo más".
  • No te confundas. Las mujeres maquilladas no son como las pintan.
  • Soñaba con ser un ángel y se lanzó al vacío. Cumplió su sueño después de impactar contra el suelo.
  • En las clases de tallado en hueso, sí es aceptada la disculpa de decir que el perro se comió la tarea.
  • No te ilusiones. Desear la paz mundial no te hace guapa.
  • Te he de recomendar una dieta muy buena para esos kilos de más que tienes en el ego.
  • Lo que está escrito entre paréntesis no debería leerse (no hagan caso, léanlo).
  • Mientras te quejas de una piedra en el zapato, el que camina descalzo se ríe de ti.
  • No te quejes de la piedra en el zapato con el que tiene una piedra en el riñón.
  • La historia de aquel que se pasó al lado oscuro por no poder pagar la luz.
  • El que crea que es fácil ser Cenicienta, que se ponga en sus zapatos.
  • Yo tenía una cometa que se alejó rápidamente de mí. Es que llevaba brisa.
  • Caer al abismo no es tan malo, salvo por el último segundo.
  • Se puede conocer a una persona por lo que lee. También es válido hacerlo por lo que ve en la televisión.
  • Me estaba ahogando, afortunadamente toqué fondo.
  • En martes, no te cases ni te embarques. - Yo me embarqué para no casarme.
  • No vale la pena un viaje del que se vuelve sano y salvo.
  • Un viaje solo sirve si vuelves diferente a como saliste.
  • Hay dos cosas que nunca olvido: Que la vida da oportunidades y que... La otra era…
  • Un conocido a quien no veía hace años me dijo “¡No has cambiado nada!”. No lo sentí como un cumplido.
  • Nunca faltan aquellos que no escuchan otras opiniones por miedo a descubrir que están equivocados.

martes, 27 de enero de 2015

Recuerdos: Sofocleto

Una de las influencias que tengo cada vez que escribo algo para este blog son los textos que leí hace muchos años, escritos por Sofocleto. Cuando era niño, mi padre, al igual que gran parte del Perú, disfrutaba de lo que publicaba Luis Felipe Angell con el seudónimo de Sofocleto. Recuerdo que entre mi familia circulaban de mano en mano libros como “Diccionario Chino”, “Los Cojudos”, “Sofocleto en dos columnas”, “El ángulo agudo”, y otros más. 



Verdaderamente era una delicia y risa pura repasar sus páginas. Poco importaba que en ese tiempo no entendiera muchos de sus chistes de doble sentido o que se refiriera a personajes que yo no conocía. Era, como decimos aquí, para matarse de risa. Además de esos libros, publicaba una columna semanal en un diario de Lima. Cuando se cambió de diario, recuerdo, mi papá simplemente cambió de diario, y supongo que muchos más hicieron lo mismo. Más tarde, llegó a publicar su propio diario de una sola hoja, lleno de humor político a pesar de la censura periodística del gobierno de entonces. Mi profesor de lenguaje del colegio secundario llegó a decir en clase que ese hombre era un genio para poder llenar de humor dos caras todos los días. En ese momento discrepé de la opinión, pues yo, como conocedor del tema, sabía que buena parte de esas dos hojas estaban extraídas de sus libros anteriores. Hoy, viendo la calidad de los que se llaman humoristas hoy en día, le doy la completa razón a mi profesor. Había allí principalmente sus “Sinlogismos” pequeñas frases hilarantes que hoy veo repetidas hasta la saciedad en twitter y en internet, sus definiciones del “Diccionario Loco” (que hoy se encuentran también circulando en internet, atribuidas falsamente a Les Luthiers), sus “Mentiras Universales”, y sobre todo, sus “Decimas Pésimas” y “Sofonetos”, versos festivos que eran los que más me gustaban, poesía humorística.

Hoy los libros que alguna vez pasaron por mi casa están perdidos, al igual que muchos recortes del periódico que llevaba a clase y que alguna vez coleccioné. Estos libros son hoy muy buscados, pues no llegaron a reimprimirse y a pesar de su éxito, no se hicieron nuevas ediciones. Sé que Luis Felipe Angell, al momento de su muerte hace diez años, se encontraba justamente recopilando sus escritos para publicar finalmente sus obras completas. Esta labor quedó trunca e ignoro si es continuada por sus herederos. De todas maneras, creo que hoy es un momento tan bueno como cualquier otro para recordarlo, reproduciendo aquí un par de sus versos, para que se vea lo que puede hacer un poeta juguetón, un humorista peruano de talla mundial:

Roncan tu papá y el gato
-según insomne, evalúo-
como un fantástico dúo
que incita al asesinato.
Y por causa del silbato
que producen estos dos
creo, con perdón de Dios,
que no pudiendo matarlos
bien podríamos caparlos
para afinarles la voz.

Otra de sus décimas que he podido rescatar es esta…

Recién ayer he sabido
que estás de luto cerrado
por causa de un estofado
que liquidó a tu marido.
Pero en fin...ha transcurrido
ya una  semana...y pensando
que el tiempo pasa volando
sobre los pobres difuntos,
¿Por qué no comemos juntos
en vez de estar lloriqueando...?

Y una última para cerrar:


Lucha es sorda y solo escucha
gritándole en los oídos,
pues confunde los sonidos
con mucha frecuencia, Lucha.
Por eso ayer, que la trucha
le pedí en el restorán,
se puso como un pepián,
me amenazó con las botas
y dijo unas palabrotas

que ya se imaginarán.

sábado, 3 de enero de 2015

Frases twitteables 33


Esto de escribir mis frases twitteables hasta ahora no sé si puedo ponerlo en la categoría de "Cosas que escribo cuando me falta inspiración para una historia completa" o en la categoría de "Cuentos que quisieron ser mas largos que una sola frase, pero no pudieron". En fin, que el lector escoja. Aquí están mis frases twitteables más recientes, recopiladas desde mi cuenta de twitter:
  • Quisiera tener la paciencia del dinosaurio, que cuando despierto sigue ahí.
  • Les llevo mucha ventaja a aquellos que aun piensan en hacer una tontería. Es que a mí las tonterías me salen naturalmente, sin pensar.
  • Brecha generacional: ¿Sabes cómo era la vida sin Facebook? – ¡Claro que sí! ¡Fue el peor día de mi vida!
  • Tonto consuelo del domingo por la mañana el que todos se ven tan torpes como yo.
  • Ese sentimiento de desolación al retwittear un retweet de un retweet de un retweet.
  • Los que causan los problemas no son los que no saben, sino los que no aprenden.
  • Tengo la rara cualidad de contar estando sobrio, historias que otros cuentan con varias copas de más.
  • Perseverancia es levantarse cada vez que se cae. Aunque se caiga de borracho.
  • Supe que era una feminista cuando exclamó “¡Por Diosa!”.
  • Estamos tan apretados que no hay lugar a dudas.
  • ¿Tanto dinero por un iWatch? ¿Qué se creen, que el tiempo es oro?
  • Soy como el banquero desconfiado, que no da crédito a sus ojos. 
  • Como cuando quise dictar un curso sobre cómo vencer la timidez, pero nadie se atrevió a inscribirse.
  • La de cantidad de baños que se conocen viendo los selfies de otras personas. 
  • Me pregunto si en las tiendas de construcción y estudios de arquitectos algún cliente pide "Quiero un baño como el de este selfie". 
  • Aquel microcuento soñaba con ser una novela cuando sea grande.
  • Es que en una escala del 1 al 10, yo soy bien tonto. 
  • Si la gente se burla de mis tweets por tontos, debieran ver los que he borrado. 
  • En aquella fiesta de disfraces, el gigante llegó disfrazado de molino de viento. 
  • Quisiera retroceder el tiempo, para no publicar todos esos tweets con faltas de ortografía. 
  • Mi respuesta a las grandes cuestiones de la vida es siempre un: "¿Me repite la pregunta?"
  • Seré breve.                                     Ya terminé.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Sobre la felicidad (II)


Avísame cuando seas feliz. Necesito saber cuando llegue ese momento que no sabemos cuándo será. Es que la felicidad no se planifica, por eso es que nadie piensa “En dos años seré feliz” Nadie aceptaría tampoco una felicidad a plazo fijo, con un inicio y un final, pues la felicidad no se espera ni soporta la espera a que se acabe. La felicidad es algo que debe aceptarse cuando llega y saber aceptar cuando se pierde. Solo nos queda tratar de hacerla durar lo más posible, y conservar el recuerdo una vez que se haya ido. Porque la felicidad tiene esa cualidad, de volver siquiera por un breve momento cuando la recordamos, cuando miramos hacia atrás y pensamos “en ese tiempo fui feliz”.

Por eso te pido que me avises cuando seas feliz. Quiero verte cuando eres feliz. Porque la felicidad no es ese momento en que te tomas una foto con el celular para compartirla con todos tus contactos. Esa es solo una pobre imitación. Si algo he aprendido es que cuando uno es feliz, está demasiado ocupado siéndolo para perder el tiempo con el celular. Lo demás es el intento de hacer creer a los demás que somos felices, y para eso están llenas las páginas de las redes sociales.

La felicidad tampoco se puede describir, narrar, ver en una imagen, no se puede escuchar, no se puede atrapar, y menos de todo se puede guardar. No podemos fabricarla, pero podemos hacerla si nos lo proponemos. Y compartirla. Al contrario de las cosas banales que se compran con dinero, la felicidad es algo que crece cuando se comparte. Por eso no se puede comprar ni vender, ni alquilar, ni tampoco se puede guardar ni acumular. Qué bonito sería guardar un poco de felicidad para guardarla y usarla en un día de infelicidad. La felicidad solamente se puede vivir. Por eso quiero que me avises cuando seas feliz.

¿Y cómo sabrás cuando eres feliz? Cuando te sientas con ganas de levantarte cada mañana a disfrutar de la vida, cuando no te importe lo que digan los demás que piensan que no se puede ser feliz con todos los problemas que hay en este mundo. Cuando sientas que todo lo que has vivido hasta ahora valió la pena y ahora vale la alegría. Cuando sientas todo eso, avísame, que yo estaré esperando para ser parte de tu felicidad.

Y si no soy parte de tu felicidad, llámame, me gustaría compartirla contigo.
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