jueves, 26 de febrero de 2015

Santa Edita


Las historias en mi país nunca son aburridas, tal vez porque nunca las escriben los historiadores. Aquí la verdad se convierte en lo que cree el pueblo que sucedió, y cuando las cosas suceden todo el mundo presenta su propia versión de los hechos hasta que el público escoge su verdad, que suele ser aquella que presenta los elementos maravillosos, el realismo mágico que aquí no se limita a la literatura, sino que se cuela en todos los aspectos de nuestra vida.

Yo no llegué al comienzo de la historia, pero estuve antes que muchos de los que ahora se creen expertos en el tema. Me introdujo en ella uno de los técnicos que trabaja conmigo, al igual que yo muy aficionado a la música. De vez en cuando le presentaba a través de internet a algún guitarrista de quien pudiera aprender técnicas y estilos de tocar, y él a su vez me mostraba la música que escuchaba, que era la música que se escucha en las provincias del Perú, y que es ignorada o ninguneada por las radios de la capital. Esta es la música del provinciano, del migrante, la música de conciertos multitudinarios que pasan desapercibidos para los medios de comunicación oficiales, porque en dichos conciertos se vende cerveza libremente y en la gresca siempre sale a relucir algún cuchillo. Hay que ser bravo para ir a esos conciertos y quedarse hasta el final.

Así fue como conocí a Corazón Serrano. El técnico que me los presentó era fanático de su música, la que ponía incansablemente en su computadora mientras trabajaba, y convertía las fotos que conseguía en internet en fondos de pantalla en su computadora y en su celular. Así supe también de sus integrantes, provenientes del norte del país, una zona pródiga en agrupaciones musicales de cumbia, donde la música es un negocio familiar y no es raro encontrar grupos exitosos que tienen relaciones de parentesco unos con otros. Este era el caso de Corazón Serrano, que era un grupo formado en un pueblito tan pequeño que allí todos son parientes, y que logró éxitos cada vez más grandes hasta que se le podía escuchar en sitios tan lejanos del país como aquel en el que estoy trabajando.

El éxito de esta agrupación se debía, desde mi punto de vista, a que daba a la música la mayor importancia, y se preocupaban por hacer buenas canciones y tener buenas voces, sin apelar a las distracciones de un vestuario provocativo en sus integrantes como hace multitud de grupos de cumbia. Y no es que no tuvieran bellas cantantes, que si las tenía, pero alternaban con vocalistas masculinos, y comparados con otros grupos, el vestuario de las cantantes era casi recatado. Una vez comentaba con uno de los guardianes de la obra el tema de los escándalos de los que viven muchas cantantes de cumbia, y este me respondió tajante: Corazón Serrano no es así, ellos son cristianos, no se meten en esas cosas. Así era, ninguna de sus integrantes se desviste en calendarios o en televisión, ni sale con algún famoso.

Así eran las cosas hasta marzo del 2014, en que estalló el escándalo. Una de las cantantes fundadoras del grupo, Edita Guerrero, fue internada en un hospital debido a un aneurisma, falleciendo unos días después, dejando dos hijos, uno de ellos de meses de nacido, y a un esposo que extrañamente no aparecía en los reportajes de la televisión. Los noticieros y diarios de la capital se enteraron recién en ese entonces de la existencia de un grupo musical llamado Corazón Serrano, al ver la cantidad de gente pendiente de la noticia y el movimiento social que causó el hecho.

Pero las historias simples no gustan a la gente, no tienen el ingrediente que las hace recordables. Así apareció la versión de que Edita no habría ingresado al hospital por un aneurisma, sino por una tremenda paliza propinada por su esposo, un odontólogo de la capital de la provincia. La cólera popular estalló, los periódicos tuvieron tema de titulares para varias semanas, los políticos levantaron la voz exigiendo justicia, los expertos en cultura popular analizaban el fenómeno, los psicólogos hablaban sobre la sombra de tristeza que se veía en los ojos de Edita en las fotos y los jueces, obedeciendo o temiendo a la presión popular, ordenaron el arresto del esposo y la exhumación del cadáver para una nueva autopsia. Al final, no hubo resultados concluyentes, el esposo fue liberado tras mes y medio en la cárcel, convertido en un paria, amenazado de muerte, y el escándalo sirvió para convertir definitivamente a Edita Guerrero en un mártir de la música peruana y a Corazón Serrano en el acto más multitudinario del Perú, con conciertos transmitidos en directo a nivel nacional. La tarea de reemplazar a la vocalista desaparecida se convirtió en asunto de interés nacional y las declaraciones de los familiares sobrevivientes son siempre bien recibidas en los medios de comunicación.


Y la historia aún no termina. Si a la leyenda no le faltan los polos con su imagen, las páginas de facebook y las canciones escuchadas en cualquier lugar del Perú, están además todavía las misteriosas apariciones del espíritu de Edita Guerrero narradas por familiares, las que se han hecho en el hospital donde falleciera, el público pedido de perdón del esposo arrepentido ante la tumba, acompañado de sus hijos, las nuevas teorías sobre la muerte, y la apropiación del pueblo de la memoria de Edita, a quien ya se le prenden velas y se le piden milagros, pues su imagen ha trascendido a lo musical y se ha convertido en un icono que llegará tarde o temprano, qué duda cabe, a los altares, convertida en Santa Edita, la santa que caminó entre nosotros en minifalda cantando cumbias de letras tristes a los pobres, a los provincianos, a ese pueblo ignorado en la capital que ahora tiene a quién abogue por ellos en el cielo. 

2 comentarios:

  1. De un tonto a otro tonto no hay vergüenza en mostrar su opinión, porque a mi parecer vivimos en un país en donde el principal alimento es la imaginación y los chismes. Sin negar que en ocasiones también me resultan entretenidos estos asuntos, y eso debe ser porque también me crié en este país, es obvio que de alguna forma aún nos falta aprender que lo llamativo, emocionante e impactante no siempre es lo más importante.

    Realmente es un gusto leer este Blog, un super elogio a tu creatividad.

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    Respuestas
    1. Se agradecen los elogios, quizá inmerecidos, a mi creatividad. Hace ya tiempo que me di cuenta de que no hace falta demasiada imaginación para escribir historias increíbles en este país, donde lo maravilloso está tan a la vista que la gente lo toma como normal.

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