martes, 16 de octubre de 2012

Carta a Penélope



Querida Penny,

Disculpa por no irte a recibir al puerto, pero he tenido que salir para un viaje urgente. Cuando leas esta carta ya habré partido de Itaca. No creas que estoy aprovechando que has ido a visitar a tu mamá, ni que me estoy ausentando porque sé que traes a mi suegra “a visitar a su hija un tiempito”. No, lo que pasa es que me han convocado para la selección griega de guerra, que se va a jugar un partido allá por Troya. Tú sabes que no puedo faltar a este tipo de compromisos, porque todos dicen que soy el cerebro del equipo, y no puedo defraudarlos. Además esta vez se ha reunido todo el “Dream Team” de Grecia, Ahí van a estar Ayax, Telamón, Néstor, Agamenón, que es el capitán del equipo, Menelao, y hasta se han conseguido a Aquiles para la ofensiva. Aquí entre nos, Aquiles está inflado por la publicidad. Una vez en un partido, Teucro lo pateó en el talón y el hombre se quejaba como si se fuera a morir. De todas maneras, es el mejor punta de lanza que tenemos.

Yo sé que tú vas a decir que esta no es época de campeonato y que Troya ni siquiera está en la liga de Guerra Profesional, pero este es un caso especial. No nos vamos a jugar una copa y una caja de cervezas, como las otras veces. Ahora nos vamos a jugar el honor de Menelao y vamos a hacer que regrese su esposa Helena. ¿Te acuerdas de Helena, verdad? Es esa chica que se casó con Menelao y que cuando fuimos a la boda tú me dijiste que con esa cara de mosquita muerta un día de estos se iba a ir con el primero que pase. Pues eso es exactamente lo que pasó. Paris, el príncipe de Troya, fue a visitar a Menelao y este le dijo que se podía llevar lo que más le agradase de la casa. Y lo que más le gustó fue precisamente Helena. Entonces fue que Menelao tocó el cuerno para convocar a todo el equipo y quitarse el cuerno de la cabeza. Así como ves, no puedo faltar a la cita.

Entenderás que esto no es una excusa para escaparme e irme a tomar con mis amigos, esto es cosa seria. Pero no te preocupes, esto se termina en un ratito y regreso antes de que tu madre termine de desempacar sus maletas y se le ocurra quedarse a vivir en la casa. Los troyanos no tienen un buen equipo como nosotros. Es cierto que tienen una buena defensa, pero allí el único que la domina es Hector, que es el capitán del equipo. Tú sabes que a mí no me gustan los viajes largos, que son una odisea para mí, así que trataré de ganar la guerrita, recoger a Helena y regresar rápido a casa.

Por si acaso, no le llegué a pagar al chico que reparte el periódico, dile que siga trayéndolo y que yo le voy a pagar apenas regrese. Cuida también a mi perrito Argos, que está cachorrito y se pone a aullar cuando no estoy. Mientras regreso, puedes aprovechar para avanzar en tus clases de tejido, que siempre te quejas de que tienes que deshacer lo que has hecho para corregir los errores.

Muchos besos para ti, y para el bebé, cuídense mucho. Ya te contaré cuando regrese de nuestro triunfo. Vas a ver como entramos a Troya a caballo.

Tu esposo.
Ulises.

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