[Música de fondo: Here Comes the Rain Again - Eurythmics]
El que haya vivido en Lima, o la haya visitado en epoca invernal, debe haber visto la garúa. Esa lluvia que no moja, no molesta, no fastidia. Tratar de explicar la garúa a un extranjero que no la visto es tarea titánica. Los extranjeros tienen la idea de que una lluvia debe ser una experiencia imponente: Anunciada por un rayo, el cielo se oscurece de repente y con un estallido, enormes gotas caen al suelo en un estrépito acuoso que parece querer convertir la tierra en el fondo de un lago.
Pero no, la lluvia limeña no tiene rayos que la anuncien, es más, lo normal es que recién una hora después de iniciada, nos demos cuenta de que está lloviendo. El cielo limeño además nunca cambia el color panza de ratón con que se viste durante todo el invierno, lanzando la lluvia sin inmutarse, como quien tira la piedra y esconde la mano. Tampoco tenemos gotas de lluvia dignas de ser tales. Son gotas microscópicas que apenas mojan los parabrisas de los autos.
Supongo que si alguien quisiera crear una escala de lluvias, digamos, del 1 al 20, la intensidad 1 correspondería sin duda a la garúa limeña. Una conversación común ente dos personas que caminan por las calles de Lima es la siguiente:
- ... Oye....
- ¿Qué?...
- Eh... ¿Está lloviendo?
- No sé...
- Yo creo que está lloviendo...
- Dejame ver... Sí, creo que ha caído una gotita en mi anteojo...
- Espérate un rato... Si, creo que me ha caído una gotita.
- Si pues, está lloviendo.
Y las dos personas siguen su camino sin apurar el paso ni preocuparse más del tema.
La lluvia limeña es inofensiva. Cuando alguien va a salir y se da cuenta de que está lloviendo, no hace ningun arreglo especial. No se cambia de zapatos, ni lleva un impermeable, ni paraguas, ni un gorro. Estos elementos protectores son desconocidos en Lima. Una vez llevé un paraguas a un lugar de nuestra sierra donde sí llovía, y todos los limeños me preguntaban donde lo había conseguido.
Ni siquiera los propios limeños estamos de acuerdo sobre si la garúa se puede considerar o no como una lluvia. Un extranjero recientemente, al ver todas las casa con techos horizontales y sucios, nos preguntó si en Lima nunca llovía, y nosotros los limeños nos enfrascamos en una discusión que dejó a nuestro visitante tan a oscuras como antes de preguntar.
Por estas razones, muchos sociólogos consideran a la garúa como parte del carácter del limeño. Tal como su lluvia, al limeño no le gusta hacer escándalo, ni hacer daño directamente, sino hacer una paciente labor de destrucción hasta que, después de mucho tiempo, hace caer las paredes de las casas mas antiguas.
Por ello, algunos investigadores extranjeros pretenden que la garúa limeña es un mito, tal como el plátano recto y el político honrado. Expertos meteorólogos han formulado la teoría de que cuando (como es el caso frecuente en Lima) la humedad relativa llega al 100%, se produce lo que se llama el "punto de rocío", y todos los objetos expuestos al ambiente forman rocío con el agua del ambiente, tal como pasa en la madrugada en los países civilizados. Pero en Lima el rocío se forma rápidamente, dando la impresión de una lluvia finísima, indetectable para los extranjeros.
Por eso levanto mi voz de protesta, y propongo que todos los limeños nos echemos a correr cmo locos buscando un refugio al empezar la garúa, nos enfundemos en horribles impermeables, extendamos enormes paraguas e instalemos costosos sistemas de drenaje de lluvia en nuestras avenidas, para demostrar que la garúa existe, que no es un mito, y que nosotros somos tan invernales como el que más. Ya nos quieren quitar el Pisco, el cebiche, la papa, y hasta el suspiro a la limeña. Defendamos nuestra garúa, símbolo del invierno limeño.
El que haya vivido en Lima, o la haya visitado en epoca invernal, debe haber visto la garúa. Esa lluvia que no moja, no molesta, no fastidia. Tratar de explicar la garúa a un extranjero que no la visto es tarea titánica. Los extranjeros tienen la idea de que una lluvia debe ser una experiencia imponente: Anunciada por un rayo, el cielo se oscurece de repente y con un estallido, enormes gotas caen al suelo en un estrépito acuoso que parece querer convertir la tierra en el fondo de un lago.
Pero no, la lluvia limeña no tiene rayos que la anuncien, es más, lo normal es que recién una hora después de iniciada, nos demos cuenta de que está lloviendo. El cielo limeño además nunca cambia el color panza de ratón con que se viste durante todo el invierno, lanzando la lluvia sin inmutarse, como quien tira la piedra y esconde la mano. Tampoco tenemos gotas de lluvia dignas de ser tales. Son gotas microscópicas que apenas mojan los parabrisas de los autos.
Supongo que si alguien quisiera crear una escala de lluvias, digamos, del 1 al 20, la intensidad 1 correspondería sin duda a la garúa limeña. Una conversación común ente dos personas que caminan por las calles de Lima es la siguiente:
- ... Oye....
- ¿Qué?...
- Eh... ¿Está lloviendo?
- No sé...
- Yo creo que está lloviendo...
- Dejame ver... Sí, creo que ha caído una gotita en mi anteojo...
- Espérate un rato... Si, creo que me ha caído una gotita.
- Si pues, está lloviendo.
Y las dos personas siguen su camino sin apurar el paso ni preocuparse más del tema.
La lluvia limeña es inofensiva. Cuando alguien va a salir y se da cuenta de que está lloviendo, no hace ningun arreglo especial. No se cambia de zapatos, ni lleva un impermeable, ni paraguas, ni un gorro. Estos elementos protectores son desconocidos en Lima. Una vez llevé un paraguas a un lugar de nuestra sierra donde sí llovía, y todos los limeños me preguntaban donde lo había conseguido.
Ni siquiera los propios limeños estamos de acuerdo sobre si la garúa se puede considerar o no como una lluvia. Un extranjero recientemente, al ver todas las casa con techos horizontales y sucios, nos preguntó si en Lima nunca llovía, y nosotros los limeños nos enfrascamos en una discusión que dejó a nuestro visitante tan a oscuras como antes de preguntar.
Por estas razones, muchos sociólogos consideran a la garúa como parte del carácter del limeño. Tal como su lluvia, al limeño no le gusta hacer escándalo, ni hacer daño directamente, sino hacer una paciente labor de destrucción hasta que, después de mucho tiempo, hace caer las paredes de las casas mas antiguas.
Por ello, algunos investigadores extranjeros pretenden que la garúa limeña es un mito, tal como el plátano recto y el político honrado. Expertos meteorólogos han formulado la teoría de que cuando (como es el caso frecuente en Lima) la humedad relativa llega al 100%, se produce lo que se llama el "punto de rocío", y todos los objetos expuestos al ambiente forman rocío con el agua del ambiente, tal como pasa en la madrugada en los países civilizados. Pero en Lima el rocío se forma rápidamente, dando la impresión de una lluvia finísima, indetectable para los extranjeros.
Por eso levanto mi voz de protesta, y propongo que todos los limeños nos echemos a correr cmo locos buscando un refugio al empezar la garúa, nos enfundemos en horribles impermeables, extendamos enormes paraguas e instalemos costosos sistemas de drenaje de lluvia en nuestras avenidas, para demostrar que la garúa existe, que no es un mito, y que nosotros somos tan invernales como el que más. Ya nos quieren quitar el Pisco, el cebiche, la papa, y hasta el suspiro a la limeña. Defendamos nuestra garúa, símbolo del invierno limeño.
Lo malo que el hehco de no ser una lluvia definida la respiramos sin darnos cuenta. La lluvia torrencial no se puede respirar, pero nuestra garúa sí... por eso nos enfermamos tanto, y luego nos dicen que tenemos que irnos a vivir a Huancayo, jeje. Buen post.
ResponderBorrarYa hubo esa oleada de obras en 1997, cuando nos aseguraron que llovería a cántaros.
ResponderBorrarLa garuíta es casi del carácter limeño: Media tinta nomás...
Habia olvidado ese detalle: Hace varios años nos asustaron diciendo que habrian lluvias "de a de veras" en Lima. Yo mande a impermeabilizar los techos de mi casa con brea, y en la primera lluvia medianita que hubo (porque nunca llovió fuerte) se empezó a filtrar un agua marrón como en la pelicula "el agua oscura". Y era lógico, pues nadie en Lima sabe como arreglar un techo para soportar las lluvias.
ResponderBorrarque gracioso el post...
ResponderBorrarYO SE LO QUE ES UNA GARUA
tengo que ir a clases los martes y miércoles a las 7 de la madrugada
Pss la verdad yo soy de Nogales, Veracruz, México y las lluvias aqui estan bárbaras, tanto que ya hasta hubo una barrancada. bueno, solo agrego que esta chido tu blog, y a mi tambien me gustan mucho los beatles, estuvo chido el detalle del video del tonto de la colina
ResponderBorrarBueno siempre me ha molestado la garúa limeña (léase bien que en Lima sólo "garúa" nunca "llueve") por el hecho de ser escencialmente mediocre como su cielo, me refiero a esa especie de mutismo y timidez, aún en días despejados. Es una especie de oda grande a la indecisión, a estar en medio de algo, a no comenzar ni terminar nunca nada.
ResponderBorrarLa comparación es inevitable para los que hemos vivido alguna vez en la sierra peruana, donde LLUEVE con todas sus letras, es decir la idea de rios celestiales desbordandose furiosamente, de gotas grandes, rayos y truenos, que tú mencionas como propiedad extranjera.
Siempre que ando con alguien y se refugia de SU "lluvia limeña" y me pide que también lo haga, yo sigo andando sin temor a empaparme(!), "es sólo una miserable garúa limeña más" pienso.
Una gota de esas no va a matar nunca a nadie, tan sólo te deprima más.
Tienes razon en que en la sierra llueve como Dios manda... He cometido el comun error de pensar en Lima como si fuera el Peru...
ResponderBorrarLos andinos, con mucha razón, se rien de esa lluvia de juguete que llamamos garua limeña.
Hola, Tonto,
ResponderBorrarA me me gusta su foto de la garua.
I posted the photo and links to your blog and this blog post on my website, An American in Lima (http://americaninlima.com). Post: "Panza de burro"
No me gusta la garua, pero creo es bueno para la creatividad.
Buenísimo... Vivo en el extranjero (aunque no tan lejos) así que me ha dado mucha nostalgia y risa leer sobre nuestra garúa limeña.
ResponderBorrar¡Jamás nos la quitarán!
el nombre correcto es "suspiro de limeña"
ResponderBorrarno saber como se llama implica perderla un poco cada vez. ( y ojala dejar de verla en los supermercados chilenos en forma de helados y cremas hipercaloricas con el rotulo "a la limeña")
esto es como usar banderas con escudo en nuestras casas. esas no son banderas, son "bandera de guerra" o "pabellon nacional" dependiendo del tipo de escudo (igual que ganas de complicarnos las cosas nuestras "autoridades").
y se usan para OTRA COSA.
"las nuevas generaciones" ni siquieran conocen cual es nuestro simbolo patrio, como podemos enorgullecernos de lo nuestro si no tenemos claro "qué es lo nuestro".
tip: para conocer la Bandera del Peru, hacer click aqui y mostrarsela a un niño por favor!!
(los viejos a la tumba)
http://es.wikipedia.org/wiki/Bandera_del_Per%C3%BA
y si, la garúa es algo que se extraña mucho cuando estas a cientos de miles de Kms.
lo que no se extraña es la mugre o "carca" (como dicen mis hermanos de la sierra) que produce en los rostros, manos, muros, arboles, asientos....en todo....
no estaria de mas que tayta Dios nos echara en Lima una lluviecita tipo sierra cada cierto tiempo.
;)
"carca" (peruanismo)
ResponderBorrarhttp://academiaperuanadelalengua.org/peruanismos/carca
Magnífico artículo, soy colombiano y me irrita que los chilenos se quieran apropiar del pisco. Chilenos: el pisco es peruano, que ustedes lo produzcan también es otro cuento. Del cebiche, del suspiro y de la papa no había escuchado que se los querían quitar, pero quiénes son esos abusivos? Que vivan el Perú, Lima, Vargas Llosa y la garúa.
ResponderBorrar¿De dónde sacas: "muchos sociólogos consideran a la garúa como parte del carácter del limeño" y "algunos investigadores extranjeros pretenden que la garúa limeña es un mito, tal como el plátano recto y el político honrado"? Algún link de revista de ciencias sociales, mínimo ¿no?
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