El día 31 de octubre, nuestra Lima muestra nuevamente esa duplicidad que la separa del resto del Perú, a la vez que la acerca de la peor manera al resto del mundo. ¡Celebremos el Halloween!, ¡No importa que sea una fiesta que nada tiene que ver con nosotros, que para eso sirve la globalización!
Para que los patrioteros no se quejen, les pondremos música criolla al día de las brujas. Peruanicemos el Halloween, señor, que es la manera de integrarnos al mundo. Nosotros los peruanos también tenemos nuestras brujas y espantos, ¿Qué se cree usted, jovencito? ¿No ha oído hablar de las brujas de Cachiche, de los chamanes del norte, del pishtaco, del Tuno y hasta del Jarjacha?
¿Calabazas? ¿Dónde cree usted que está, en Estados Unidos? ¡Agarre un zapallo y córtelo con dibujitos de caras, que así es más barato, y además, más peruano! ¡Habráse visto!
¡Si no le gustan los valses, que es música para viejos, escuchemos al Grupo 5, a los Calientes, Yaipenes y demás, que eso también es música peruana, aunque a los criollos de antaño no les guste!
¡Si lo que busca usted es la historia del Halloween, inventaremos que el 31 de Octubre es el día en que los cantantes criollos salen de sus tumbas para cantar en peñas y restaurantes, tocando cajones de muertos y huesos de quijada de burros muertos a latigazos! ¡También le contaremos la historia de José Antonio, el jinete sin cabeza que va en caballo de paso por la Pampa de Amancaes!
Para celebrar, nos disfrazaremos del zombie de Felipe Pinglo, flaco como una calavera, y el fantasma de Lucha Reyes, cantando “Regresa”, yéndonos abajo del puente y la Alameda, donde pena el fantasma de Chabuca Granda!
¡Ahora mismo usted podrá encontrar disfraces de Marinera resbalosa, de pirata que no quiere una tumba ni una cruz ni corona, o de Plebeyo! ¡Los hay en todos los tamaños, desde la talla Cecilia Barraza, hasta la talla Fabiola de la Cuba!
¡Los niños pedirán dulces de puerta en puerta, y recibirán suspiros a la limeña, alfajores, chocotejas y mazamorra morada!
¡Así se celebra el Halloween en mi tierra, señor!
Para que los patrioteros no se quejen, les pondremos música criolla al día de las brujas. Peruanicemos el Halloween, señor, que es la manera de integrarnos al mundo. Nosotros los peruanos también tenemos nuestras brujas y espantos, ¿Qué se cree usted, jovencito? ¿No ha oído hablar de las brujas de Cachiche, de los chamanes del norte, del pishtaco, del Tuno y hasta del Jarjacha?
¿Calabazas? ¿Dónde cree usted que está, en Estados Unidos? ¡Agarre un zapallo y córtelo con dibujitos de caras, que así es más barato, y además, más peruano! ¡Habráse visto!
¡Si no le gustan los valses, que es música para viejos, escuchemos al Grupo 5, a los Calientes, Yaipenes y demás, que eso también es música peruana, aunque a los criollos de antaño no les guste!
¡Si lo que busca usted es la historia del Halloween, inventaremos que el 31 de Octubre es el día en que los cantantes criollos salen de sus tumbas para cantar en peñas y restaurantes, tocando cajones de muertos y huesos de quijada de burros muertos a latigazos! ¡También le contaremos la historia de José Antonio, el jinete sin cabeza que va en caballo de paso por la Pampa de Amancaes!
Para celebrar, nos disfrazaremos del zombie de Felipe Pinglo, flaco como una calavera, y el fantasma de Lucha Reyes, cantando “Regresa”, yéndonos abajo del puente y la Alameda, donde pena el fantasma de Chabuca Granda!
¡Ahora mismo usted podrá encontrar disfraces de Marinera resbalosa, de pirata que no quiere una tumba ni una cruz ni corona, o de Plebeyo! ¡Los hay en todos los tamaños, desde la talla Cecilia Barraza, hasta la talla Fabiola de la Cuba!
¡Los niños pedirán dulces de puerta en puerta, y recibirán suspiros a la limeña, alfajores, chocotejas y mazamorra morada!
¡Así se celebra el Halloween en mi tierra, señor!
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