Me dices tonto por brincar de alegría por un simple atardecer
Tonto tú que que agachas la cabeza por el brillo del sol.
Tonto tú que que agachas la cabeza por el brillo del sol.
Me dices tonto por perder el tiempo imaginando el mundo ideal
Tonto tú que dices trabajar y no logras nada.
Tonto tú que dices trabajar y no logras nada.
Me dices tonto por correr de prisa a un sueño invisible
Tonto tú que dices tenerlo todo y deseas las cosas de los demás.
Tonto tú que dices tenerlo todo y deseas las cosas de los demás.
Me dices tonto por apagarme en un sueño profundo y real
Tonto tú que ni las sábanas de seda acarician profunda tu alma.
Tonto tú que ni las sábanas de seda acarician profunda tu alma.
Me dices tonto por creer el universo infinito
Tonto tú que sólo conoces el camino del trabajo a casa.
Tonto tú que sólo conoces el camino del trabajo a casa.
Me dices tonto por endulzar mis oídos con música extraña
Tonto tú que solo escuchas las necedades del mundo.
Tonto tú que solo escuchas las necedades del mundo.
Me dices tonto por pasar horas leyendo la mente de un extraño en hojas de papel
Tonto tú rodeado de kilos de papeles pero ninguna carta de amor.
Tonto tú rodeado de kilos de papeles pero ninguna carta de amor.
Me dices tonto por saciar mis ojos con el más simple charco de agua de lluvia
Tonto tú que apenas tienes tiempo de lavarte el rostro.
Tonto tú que apenas tienes tiempo de lavarte el rostro.
Por último, me dices tonto por llamarte tonto
Tonto yo por hacerte caso...
Tonto yo por hacerte caso...
Esta es una tontería del blog Dividiendo entre cero, al cual agradezco la deferencia de permitirme reproducirlo.
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