No sé si me estoy haciendo viejo, menos idealista o más tonto, pero esta campaña política la estoy viendo más falsa que nunca. Nunca, creo yo, había visto tanta influencia de los asesores de imagen sobre las acciones de los candidatos a la presidencia de nuestro país. Aquel que busque milagros o transformaciones milagrosas encontrará aquí bastante material. De pronto vemos que los mudos hablan, los militares se disfrazan de civiles, y los estirados empresarios se dan baños de pueblo sin temor a mancharse de tierra.
¿Qué fue de aquel que hablaba en tono tan alto, diciendo que no dejaría títere con cabeza al demoler las bases de esta injusta sociedad para sustituirla con una nueva, sin importar las bajas, consecuencia inevitable de tal cambio? Ahora se muestra sereno, su hablar pausado pareciera querer tener efectos tranquilizantes y hasta estupefacientes; sus ternos nuevos proclaman a los cuatro vientos su confianza en el libre mercado.
¿Y el tecnócrata habituado a las reuniones con los grandes magnates del mundo? Hoy ha cambiado la música clásica por los huaynitos y la tecnocumbia; los ternos Pierre Cardin por las camisetas hechas por esforzados artesanos peruanos. No sé si es el mundo al revés o que París bien vale una misa.
Producto, sin duda, de los asesores políticos y de imagen, nuestros candidatos hoy se parecen unos a otros. La misma sonrisa, el mismo discurso, la misma vaina. Lo único que cambia son los insultos preparados para cada uno de los rivales. El ser antisistema ya pasó de moda, ahora se usa ser neutro. Por eso es que las encuestas muestran a todos los candidatos igualados. Es que a la gente todas las opciones le parecen iguales.
¿Qué me queda? Pedir, simplemente un poco de verdad, porque ya sé que cualquiera que llegue al gobierno hará cosas que prometió no hacer, y lo que prometió… se habrá olvidado, pues.
Por suerte, aún nos queda John Lennon, con una canción de hace 40 años que cada año parece más actual.
Estoy cansado de escuchar cosas
De hipócritas estirados, cortos de vista y de mente estrecha
Todo lo que quiero es la verdad
Sólo denme algo de verdad
Ya tuve suficiente de leer cosas
Escritas por políticos neuróticos, sicóticos y testarudos
Todo lo que quiero es la verdad
Sólo denme algo de verdad
Ningún hijo de Nixon de pelo corto y panza amarilla
Me va a suavizar las cosas, maldita sea
Con un puñado de esperanza
Dinero para la embrutecer
Dinero para la soga
Estoy harto de ver
A pequeñas viejas chauvinistas condescendientes de boca tiesa
Todo lo que quiero es la verdad
Sólo denme algo de verdad
Ya tuve suficiente de mirar escenas
de prima donnas esquizofrénicas, egocéntricas y paranoicas
Todo lo que quiero es la verdad
Sólo denme algo de verdad.
Lo que me preocupa que todos los candidatos tienen cola de paja. O casi todos, espero. En serio, esto es una vaina. Estoy harto de votar por el menos malo.
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