Todo comenzó cuando cumplió dieciséis años. La princesa llegó a un lugar desconocido del castillo y se encontró con una anciana sorda que estaba hilando. La princesa le pidió que le dejara probar.
En cuanto tocó la aguja cayó fulminada al suelo. Le diagnosticaron narcolepsia.
La princesa podía quedarse dormida en cualquier momento. Daba igual que estuviese en el balcón de palacio, saludando a sus súbditos, o en sus clases de danza, preparándose para el baile real. En cualquier momento podía notar como sus músculos no le respondían, y caer al suelo, inconsciente.
Un día, un valiente príncipe la encontró dormida en medio del bosque. El príncipe creyó que la hermosa princesa era víctima de un hechizo y se acercó a despertarla con un beso.
Se acercó poco a poco y la besó con suavidad. Quizás con demasiada suavidad, por eso no despertaba.
El príncipe insistió y siguió besándola, pensó que con un poco de lengua tal vez... O a lo mejor, si usaba las manos...
En ese mismo instante la princesa recuperó la consciencia y vio horrorizada como un desconocido le metía la mano por debajo de la blusa. La princesa trató de llamar a gritos a sus guardias pero apenas podía vocalizar con la lengua del príncipe agitándose en su boca.
Nadie recuerda lo que pasó después, pero desde ese día la enfermedad de la princesa se curó. Quizá fue por la magia del primer beso, o puede que el trauma provocado por el intento de violación del príncipe tuviese algo que ver.
Yo prefiero quedarme con la magia. Después de todo, esto es un cuento de hadas.
Esta vez, el asalto a mano armada proviene de http://trabateclas.blogspot.com/2010/12/narcolepsia.html
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