jueves, 10 de marzo de 2011

Folklore Político


Si los peruanos solemos hablar de nuestro folklore político, al parecer hay extranjeros que se toman esta expresión al pie de la letra, y confunden los pasacalles y procesiones con huelgas y marchas políticas. Al menos, eso es lo que encuentro en uno de mis blogs recomendados. Dejaré entonces que esta historia la cuente el blog An American in Lima, a quien agradezco no solo el permiso de reproducir, sino también el permitirme el atrevimiento de traducir:

Tal vez es por el humor con el que estoy últimamente, pero he encontrado muy cómico el reciente mensaje del director de la Embajada, enviado a los residentes norteamericanos en el Perú, vía email.
La embajada advierte que en años anteriores han arrestado a gringos por participar sin saberlo en manifestaciones políticas que creían eran eventos folklóricos.
Se espera que las protestas políticas abunden durante la próxima campaña presidencial en Abril, así que a los gringos se les recomienda evitar dichas manifestaciones aparentemente divertidas y retirarse a cualquier otro lugar que sea más seguro. (¿Al T.G.I. Friday’s más cercano tal vez?).
Esta es la primera parte del mensaje:

MENSAJE DEL DIRECTOR: Elecciones 2011

La Embajada de U.S.A. advierte a los viajeros que puede haber cada vez más manifestaciones políticas al acercarse las elecciones presidenciales y congresales del 10 de abril, y si hay segunda vuelta, el 5 de junio.
En el Perú, es ilegal para los extranjeros participar en manifestaciones. Si usted toma parte, puede ser arrestado. Anteriormente ciudadanos norteamericanos han sido arrestados después de unirse sin saberlo a protestas políticas y manifestaciones que parecían ser festivales folklóricos.
Las manifestaciones políticas son con frecuencia, pero no siempre, pacíficas, y pueden escalar rápidamente a confrontaciones violentas. Se aconseja a los ciudadanos norteamericanos evitar las grandes multitudes y manifestaciones, y se recomienda firmemente mantener un alto nivel de vigilancia, estar advertidos de eventos locales y sus alrededores, y tomar las precauciones necesarias para reforzar su seguridad personal.

Estoy tratando de imaginar qué tipo de persona puede confundir un airado evento político con una fiesta patronal con vestimentas típicas.
Debe ser una persona muy drogada o muy suspicaz. (“Oiga, oficial, yo creí que era la fiesta de La Virgen de la Candelaria”)


Por lo visto, nuestros políticos, cuando vayan a visitar al excelentísimo embajador de la potencia dominante, harían mejor en explicar la diferencia entre la Mamacha Candelaria y Keiko Fujimori, o entre los danzantes de tijeras y los bufalos apristas.
Del mismo modo, me imagino a los empleados de la embajada sospechando lo peor cada vez que salen a la calle, viendo con horror que todos los miembros de la banda de músicos de huaylas se parecen a Alejandro Toledo, y creyendo que los danzantes del carnaval cajamarquino están gritando el equivalente en quechua del "yankees go home".
- ¡Mamaaaaa! ¡Me persiguen los apus!
- Diles nomás que eres sobrino del congresista Otto Rongo, hijito...

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