jueves, 26 de noviembre de 2015

Problemas


- Maestro, tengo un problema y no sé cómo resolverlo...

- No debes preocuparse, mi joven discípulo. Es mentira que los problemas tienen solución. Lo que la gente hace en realidad es ignorarlos hasta que desaparecen por sí mismos. Si acaso el problema no se soluciona solo, el hombre crea otro problema que haga olvidar al primero, iniciando el ciclo otra vez. Claro que existen casos en que el problema no se soluciona solo, sino que algunas veces (solo algunas veces) este crece, entonces los hombres creamos problemas menores para distraer la atención mientras se finge buscar una solución. Así el problema crecerá, se multiplicará o se sumará a los ya existentes hasta que ninguna acción sea efectiva o siquiera posible. Este es el momento de abandonar todo y empezar de nuevo en otro lugar donde nadie nos conozca. Los problemas que hemos dejado atrás se convertirán en problemas de otra persona, pero al mismo tiempo, cuando empezamos de nuevo en otro lugar, encontramos los problemas que dejó aquel que huyó antes de que nosotros llegáramos.

Ya que todos hacemos lo mismo, poco a poco el mundo se va llenando de problemas hasta que ya no hay lugar a dónde escapar de ellos, los problemas se hacen tan grandes que intimidan a la voluntad más valiente y desaniman cualquier acción, tal como lo ves en la época en la que vivimos hoy, Los hombres, al ver todo tan mal, creen que todo está perdido y piensan que el mundo se está acabando. Tal vez esto sea cierto, ya que al fin y al cabo, los problemas son una invención humana. Las cosas no poseen voluntad y los animales desconocen los problemas, al menos aquellos que no pueden resolverse usando otra cosa que el puro instinto o el simple pasar del tiempo.

La historia misma nos dice que los problemas son la razón de ser del hombre. Adán y Eva vivían tranquilos en el Paraíso, en un mundo perfecto y sin problemas, que no tardaron mucho en arruinar, porque Dios instaló en el hombre la capacidad de crearse problemas, tanto como su incapacidad de resolverlos. Fue con la expulsión del Paraíso cuando nuestros primeros padres se convirtieron finalmente en humanos, mortales y falibles, y empezaron a crear problemas que resolvían creando otros en el camino. Porque no existe problema tan simple que tenga una solución absoluta, todo arreglo es temporal y toda solución llega preñada de nuevos problemas.

Una vez aceptada la imposibilidad de la solución de los problemas, nuestra vida transcurrirá más simple. Es lo que la sabiduría popular expresas con el dicho "No hay mal que dure cien años", el cual también encierra una falsedad, pues los males (o los problemas) son abandonados, como ya dije, después de un tiempo, o se vuelven una costumbre y se les acepta tal como son, con lo que se deja de considerarlos un mal.

Ahora ¿Cuál es tu problema?
- No es nada, maestro...
- Muy bien, mi discípulo, ese es el espíritu.

(Texto tomado de las conversaciones de Abu Navid)

1 comentario:

  1. nunca había comentado, buen blog amigo, es increible que despues de tanto sigas acá aportando historiass

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