jueves, 12 de noviembre de 2015

Karma



Hoy me toca hablar del karma, y de cómo usarlo en la vida diaria. Como siempre hay un desubicado que no sabe lo que es el karma, voy a tratar de explicarlo brevemente y de manera que hasta un tonto lo entienda, o sea que así lo entendí yo:
El universo es una cosa rencorosa, y si tú le haces algo que lo saque de quicio, o que lo saque de su delicada armonía, se vengará de manera rápida y contundente, y tú ni cuenta te vas a dar de dónde te vino el golpe, así que más te vale portarte bien, que el universo es más grande que tú y no se hace problemas de agarrárselas contigo. ¿Se entendió? ¿Cómo que no? Mira, esta explicación sí es para brutos: Si haces algo malo, algo malo te va a pasar a ti, y ni te quejes porque no fui yo, fue el universo.

Y así con todo. Los fanáticos del karma siempre que le pasa algo malo a alguien ya están diciendo que era por culpa del karma ¿Qué le cayó un meteorito a una persona? Algo malo habrá hecho, que el universo se ha vengado; no te acerques a este tipo, que tiene un mal karma y en cualquier momento le cae un rayo, y si estás cerca te cae a ti también, como que el universo mata a dos pájaros de un tiro. Y cuando les pasa algo a ellos ya están lamentándose diciendo “¿Por qué a mí si soy tan bueno?, ¿Para qué me junto contigo?, me estás pasando tu karma”.

Y justamente ese es el problema, que no sé cómo anda el nivel de karma de las personas que me rodean, si alguien hace algo malo no sé si es primerizo en el tema o si su currículum ya está bien nutrido. Claro que hay varios que se les nota lo malo, o que vienen con un prestigio bien ganado en esto de hacer la vida de los demás un camino de espinas, pero la mayoría no sabemos hasta que nos mandan la puñalada por la espalda. Yo he intentado desarrollar un detector de karma seguro y portable, como cuando iba con un perrito chiquito que era un detector de karma bastante fiable. Le movía la colita a las personas buenas y gruñía con los que tenían la conciencia cochina, hasta que uno de tales desalmados le metió un patadón al bueno del perrito, haciéndolo volar por los aires. Ahí fue cuando le demostré la potencia del karma instantáneo mandándolo también a volar de una patada. No fui yo, fue el karma que te castiga por tu mala acción, yo solo soy un agente del karma, a ver cómo te queda el ojo.

Ante el fracaso del detector de karma necesitamos de un servicio telefónico como el de las centrales de riesgo para que nos indique el nivel de karma de las personas para saber si nos conviene estar cerca, no vaya a ser que nos caiga de rebote el karma que le tocaba. A ver, señor, llamo para consultar sobre el estado del licenciado Porqueriástegui, - Uy caballero, el licenciado debe bastante karma, en cualquier momento le abandona la esposa, lo muerde el perro o el video de su borrachera se hace viral en Youtube.
Esta central de riesgos kármicos serviría también para los casos en el karma se demora más de lo debido y necesita un empujoncito de nuestra parte, al karma rogando y con el mazo dando. No todo se lo voy a dejar al karma, y además es mucho más divertido de esta forma.

Y también necesitamos, más agentes de la armonía del universo que le den un karmazo en la cabeza a ciertas personas, a ver si aprenden a no fastidiar. Yo puedo ofrecerme para la tarea, según lo que he visto, si me convierto en el brazo armado del karma darle su merecido a los que se portan mal no se considera una mala acción, así no tendré miedo a la venganza del karma.

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