Si bien Dios nos hizo a su imagen y semejanza, a algunos parece que más bien los hizo Quetzalcoatl. Estos son los menos agraciados por la naturaleza, los estéticamente desfavorecidos, en una palabra, los feos. Esos que cuando chupan un limón quedan mejor que antes, esos que parecen salidos de la escena de la cantina de La Guerra de las Galaxias, esos que cuando uno los ve, duelen los ojos.
Claro que ser feo no es para nada una bendición. Los feos son normalmente víctimas de la discriminación facial y del bullying. En la escuela, los niños aprenden sus primeras lecciones de maldad poniendo a los feos apodos como “espantacucos”, “gárgola resfriada”, “Freddy Kruger”, y tantos otros que la imaginación inventa cuando ve a uno de estos ejemplares.
Cuando crecen, no les queda otro remedio que estudiar y trabajar mucho para obtener dinero. Esto es relativamente fácil, ya que las mujeres se alejan de los feos como si la fealdad fuera contagiosa. Entonces, con dinero, pueden derrotar a los guapos con el poder de la billetera. Ese es normalmente el secreto de aquellos feos que se ven en la calle acompañados de mujeres hermosas. El dinero además, tiene el poder de quitar la fealdad. No existe feo con plata. El que tiene dinero ya no es feo, es una “belleza rara”, un “aspecto exótico” o cualquier otro eufemismo.
Para los pobres feos que se quedan de pobres, el único recurso es conseguir un trabajo de superhéroe, asalta bancos o cualquier otro empleo que requiera usar una máscara. Claro, hay muchos feos que dicen que la verdadera belleza está en el interior, pero yo no creo que eso sea cierto, yo he salido muchas veces de la capital y siguen habiendo feos.
- No, Inge, lo que quieren decir es que la belleza está en el interior de las personas.
- No creo tampoco, si yo abro a un feo con un cuchillo para ver su interior lo voy a ver igual de feo…
Bueno, hay feos y feos. Hay feos que les dicen a otros “feo”, para ver si la multitud mira hacia otro lado, Hay feos que viven buscando a alguien más feo para sentirse mejor, y hay feos en busca de rehabilitación, que van al cirujano plástico para salir con la desagradable sorpresa de que tales médicos también cobran de acuerdo a la cara del cliente.
En fin, hay varias clases de feos, de la que aquí se presentan algunas:
- El feo Invicto: Nadie le gana de feo.
- El feo eficiente: Logra mucha fealdad en poco espacio.
- El feo fosforescente: Hasta en la oscuridad se ve feo.
- El feo silente: Te deja sin palabras.
- El feo cebolla: Lo ves y te dan ganas de llorar.
- El feo filosófico: Te deja pensando: “¡Qué feo es!”
- El feo religioso: La gente lo ve y se santigua.
- El feo minimalista: Es simplemente feo.
- El feo reciclable: Como feo no tiene desperdicio.
- El feo límite: Ya no pude ser más feo.
- El feo 20/20: Se ve feo de cerca y de lejos.
- El feo demócrata: La opinión popular dice que es feo.
- El feo fotogénico: Las fotos no reflejan todo lo feo que es.
- El feo con eco: Es feo, feo, feo.
- El feo 360: Es feo desde cualquier ángulo
- El feo superestrella: Causa tumultos, desmayos e histeria colectiva.
- ¿Y la moraleja?
- No sé... La moraleja la dejamos en que es feo ser feo.
jajaja que buena!
ResponderBorrarel feo con eco es mio!