Si yo fuera tú, haría las cosas de manera muy diferente. Aunque no las haría tampoco como yo las hice, pues en ese momento tú no estabas para decirme cómo las harías tú. No me preguntes cómo hice yo las cosas, pues ahora se trata de darte una lección a ti y no a mí. Cuando yo me encontré en esa situación, no tuve a nadie que me dijera cómo hacer las cosas, y tuve que aprender después de hacerlas.
Si yo fuera tú, viviría más, correría todos los riesgos que yo no he corrido, haría todas las cosas que yo no me atreví a hacer y haría de mi vida lo que debió ser y no lo que es hoy. Y haría todo sin miedo, ya que estamos hablando de tu vida y no de la mía.
Si yo fuera tú, no me fijaría en lo que yo hago, pues a diferencia de ti, yo tengo mucho que perder, y no tengo la valentía que tú deberías tener y que yo tampoco tengo.
Si yo fuera tú, no haría caso de lo que yo haría si tuviera la oportunidad que tú tienes ahora. Al fin y al cabo, tú debes hacer lo que digo, y no lo que hago.
Si yo fuera tú, pensaría por mí mismo, y no haría caso a lo que te dice alguien que no sabe todo lo que tú sabes, y que a pesar de los consejos que te da ahora, si volviera a vivir, haría todo exactamente igual a como lo hizo entonces.
Si yo fuera tú, sabría exactamente cómo ser yo.
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