Era ya la noche sombría en el Monte Calvario cuando yo llegué. Apenas pude verlo clavado en una cruz, con dos criminales en idéntica posición a cada lado. La cima estaba sola y la gente que se había aglomerado cuando los soldados levantaron las cruces ya se había ido.
- ¡Pero si tú eres Jesús el Nazareno! ¿Qué has hecho para que te pongan aquí? Yo te he visto predicar, no hacías daño a nadie…
- Solo quería enseñarle a la gente el valor del amor…
- Pero… ¿Dónde están todos aquellos que te seguían?
- Se han ido, tal vez pensaban que los soldados creerían que eran mis cómplices… Está bien…
- ¡No puede ser! ¡Te han dejado abandonado aquí!
- Tienen miedo… No los culpes…
- Es que… Si te quedas aquí, morirás… ¡Voy a traer algo con qué bajarte de aquí!
- No… No es necesario… Esto es algo que debo sufrir…
- Entonces… ¿Es verdad que eres el Hijo de Dios? ¿Vas a resucitar?
- No lo sé… Soy hombre de carne ahora… Tal vez muera para siempre…
- ¿Y todos los milagros que has hecho? Puedes hacer uno más… Podrás resucitar y olvidar todo esto…
- No… Tal vez no pueda… Si fuera tan fácil no valdría la pena, no sería un sacrificio… Debo morir…
- ¿Por qué?
- Para que todos los demás se puedan salvar…
- ¿Todos? ¿Hasta los que te pusieron aquí? Ellos no cambiarán, seguirán siendo soberbios y no harán caso a tus enseñanzas…
- Pero tendrán la oportunidad. Todos los hombres tienen capacidad para el bien. Es por eso que no pueden ser condenados… Mientras puedan arrepentirse, su salvación dependerá de ellos mismos… y todo esto no será en vano…
- Pero tú morirás… ¿Por qué aceptar tu muerte?
- Si supieras que tu muerte pudiera salvar a todos los demás, ¿Te negarías?
- No importa, voy a bajarte…
- Si deseas hacer algo, hazlo por los que están crucificados a mi costado…
- Pero ellos son ladrones y asesinos…
- Son hombres también, están sufriendo al igual que yo, y ellos no eligieron estar allí. Se merecen más que yo de tu ayuda…
- Eso sería…
- Eso sería lo que he estado enseñando todo este tiempo. Todos los hombres tienen la oportunidad de salvarse, no importa lo que hayan hecho…
Me retiré, avergonzado. Desde entonces me pregunto si yo sería capaz de arriesgar mi eternidad por mi prójimo, si yo perdonaría a los que me han abandonado, si pediría que salven a otro en lugar de a mí…
- ¡Pero si tú eres Jesús el Nazareno! ¿Qué has hecho para que te pongan aquí? Yo te he visto predicar, no hacías daño a nadie…
- Solo quería enseñarle a la gente el valor del amor…
- Pero… ¿Dónde están todos aquellos que te seguían?
- Se han ido, tal vez pensaban que los soldados creerían que eran mis cómplices… Está bien…
- ¡No puede ser! ¡Te han dejado abandonado aquí!
- Tienen miedo… No los culpes…
- Es que… Si te quedas aquí, morirás… ¡Voy a traer algo con qué bajarte de aquí!
- No… No es necesario… Esto es algo que debo sufrir…
- Entonces… ¿Es verdad que eres el Hijo de Dios? ¿Vas a resucitar?
- No lo sé… Soy hombre de carne ahora… Tal vez muera para siempre…
- ¿Y todos los milagros que has hecho? Puedes hacer uno más… Podrás resucitar y olvidar todo esto…
- No… Tal vez no pueda… Si fuera tan fácil no valdría la pena, no sería un sacrificio… Debo morir…
- ¿Por qué?
- Para que todos los demás se puedan salvar…
- ¿Todos? ¿Hasta los que te pusieron aquí? Ellos no cambiarán, seguirán siendo soberbios y no harán caso a tus enseñanzas…
- Pero tendrán la oportunidad. Todos los hombres tienen capacidad para el bien. Es por eso que no pueden ser condenados… Mientras puedan arrepentirse, su salvación dependerá de ellos mismos… y todo esto no será en vano…
- Pero tú morirás… ¿Por qué aceptar tu muerte?
- Si supieras que tu muerte pudiera salvar a todos los demás, ¿Te negarías?
- No importa, voy a bajarte…
- Si deseas hacer algo, hazlo por los que están crucificados a mi costado…
- Pero ellos son ladrones y asesinos…
- Son hombres también, están sufriendo al igual que yo, y ellos no eligieron estar allí. Se merecen más que yo de tu ayuda…
- Eso sería…
- Eso sería lo que he estado enseñando todo este tiempo. Todos los hombres tienen la oportunidad de salvarse, no importa lo que hayan hecho…
Me retiré, avergonzado. Desde entonces me pregunto si yo sería capaz de arriesgar mi eternidad por mi prójimo, si yo perdonaría a los que me han abandonado, si pediría que salven a otro en lugar de a mí…
Muy bueno. Conmovedor y para reflexionar. Muchas gracias.
ResponderBorrarMuy bueno. Conmovedor y para reflexionar.
ResponderBorrarMuchas gracias.
esto si sirve para semana santa
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