Uno de esos días en que estoy deprimido porque nadie me viene a buscar, o en que no estoy para nadie y nadie parece darse cuenta, salgo al supermercado a hacer las compras y encuentro multitud de gente que trata de hacerme feliz mediante el capitalista método de la compra compulsiva. Normalmente evito este tipo de cosas, pero hoy como estoy necesitado de cualquiera que me trate de levantar la moral me agarro como náufrago a cualquier cosa que me pueda mantener a flote. Esta es más o menos la historia:
Camino maldiciendo mi suerte cuando aparece una simpática señorita haciéndome ojitos:
- Animo… Todos tenemos días malos, pero uno no sabe cuándo le puede tocar la suerte…
El piropo funciona y salgo comprando dos loterías automáticas, que invariablemente salen sin premio alguno. Continúo mi caminata cuando recibo otro consejo:
- ¿Es que Ud. no ve las oportunidades cuando se le presentan? ¡Hay que tener siempre atenta la mirada!
Era la empleada de la tienda de anteojos.
- Lo siento… hoy es uno de los días en que veo todo negro…
- No hay nada completamente blanco o negro en esta vida… Todo tiene algo de gris – Me dice la empleada de la lavandería al entregarme mi ropa.
- Siempre nos quedará el recuerdo – Me dice la empleada al entregarme las fotos recién reveladas.
- Enfrenta al destino con una sonrisa – agrega la del mostrador de dentífricos.
- A fin de cuentas, hay muchos peces en el mar – dice el empleado de la sección de pescados.
- Aquello que no nos mata, nos fortalece, me dicen en la sección embutidos.
- Es tan fácil hacer llorar a una persona, que hasta existen las cebollas – interviene el de la sección verduras.
Al fin decido regresar a mi casa.
- Todo se paga en esta vida – Me dice la cajera al irme.
- Animo… Todos tenemos días malos, pero uno no sabe cuándo le puede tocar la suerte…
El piropo funciona y salgo comprando dos loterías automáticas, que invariablemente salen sin premio alguno. Continúo mi caminata cuando recibo otro consejo:
- ¿Es que Ud. no ve las oportunidades cuando se le presentan? ¡Hay que tener siempre atenta la mirada!
Era la empleada de la tienda de anteojos.
- Lo siento… hoy es uno de los días en que veo todo negro…
- No hay nada completamente blanco o negro en esta vida… Todo tiene algo de gris – Me dice la empleada de la lavandería al entregarme mi ropa.
- Siempre nos quedará el recuerdo – Me dice la empleada al entregarme las fotos recién reveladas.
- Enfrenta al destino con una sonrisa – agrega la del mostrador de dentífricos.
- A fin de cuentas, hay muchos peces en el mar – dice el empleado de la sección de pescados.
- Aquello que no nos mata, nos fortalece, me dicen en la sección embutidos.
- Es tan fácil hacer llorar a una persona, que hasta existen las cebollas – interviene el de la sección verduras.
Al fin decido regresar a mi casa.
- Todo se paga en esta vida – Me dice la cajera al irme.
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ResponderBorrarAh! Escritor tenemos! Y creativo, qué bueno. No me siento solo...
ResponderBorrarNunca había considerado esa opción. Voy a ver si jalo un supermercado cerca de mi casa, para los momentos de depre.
Me gustó la de los grises, la de la ropa, muy bueno!!!
Y la de la cajera.
Son esos relatos que se tienen que publicar por internet.
Saludos!
César.
www.cosmocuentos.com
Muy ingenioso cuentillo :) A mi no me gustan los supermercados, de niña los adoraba porque cuando ibamos siempre significaba que me iban a comprar algo rico o divertido. Y que raro lugar para buscar alguien que te anime... :)
ResponderBorrarCanciones escritas con un idioma inventado? Eso si que traspasa las barreras de mi imaginación! jajaja Enya, debe opinar igual qué nosotros... kiere que sintamos la música queramos o no, pork sino deja las traducciones de su idioma... como la entendemos? :)
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