jueves, 1 de febrero de 2024

Autodescripción



Pensando en cómo describirme a mí mismo, ya que me lo han pedido varias veces, decidí hacer un intento, y el resultado no sé si será apto para publicarlo en mi perfil de Linkedin o en el de Tinder. Aquí va: 

No soy la persona más inteligente, pero de vez en cuando tengo momentos luminosos que despiertan la admiración. Por eso, practico la tontería como una forma de mantener la humildad. Mi timidez no me permite sobresalir dentro del grupo, pero quienes me conocen saben que si abro la boca, es porque lo que voy a decir realmente vale la pena. 

Practico la sinceridad sin anestesia, pero no por elección, sino porque tengo una cara expresiva que dice lo que en realidad pienso, aunque mi boca diga otra cosa. Como consecuencia de esta sinceridad, sigo siempre las reglas y buenas costumbres, con la plena conciencia de que esto me hace una suerte de discapacitado. 

Yo decido cuáles son las críticas que me afectan, que casualmente son las que yo me he hecho a mí mismo antes. Mi estrategia para ganar es resistir, como una forma de vencer. 

No doy consejos, solo digo lo que creo que haría en tus circunstancias, y ni siquiera eso, porque en la mayoría de las circunstancias, actúo sin pensar. 

No pierdo mi tiempo haciendo ni inventando enemigos. Mi perdón se basa en mi mala memoria. Mi odio es corto, pero mi desprecio es largo. 

En contra de lo que recomiendan los gurús del desarrollo personal, yo no persigo una meta, simplemente camino hacia el horizonte e improviso mi camino sobre la marcha. Si me lo preguntan, no tengo una meta, sino un norte. 

Dice mucho de mí la música que escucho, las películas que he visto y los libros que he leído. Sin embargo, esta información estaría incompleta si no se mencionan la música que rechazo, las películas que no pienso ver y los libros que he empezado y he dejado sin terminar.

Desde hace mucho tiempo trato de encontrar ese punto del aurea mediocritas en el que tengo las cosas que necesito, pero no tanto como para que las cosas que tengo puedan corromperme. Muchas veces me siento como Diógenes y voy a las tiendas para alegrarme viendo todas las cosas que no necesito.

Admito que fui de izquierda algún día, pero pasó la vida y me derechizó. En retrospectiva, creo que mis amigos izquierdistas me hablaron tanto de los pequeños burgueses que dediqué mucho tiempo a convertirme en uno de ellos. Más tarde conocí a algunos políticos y descubrí que no existen ni derecha ni izquierda, solamente intereses personales. Sin embargo, hasta hoy tengo días en que me despierto de derecha y hay noches en que me izquierdizo. 

La última moda a la que me adscribí fue cuando quise convertirme en un ciudadano del mundo, pero no pude obtener visa. 

No estoy seguro de creer en Dios, pero de lo que estoy convencido es que Dios sí cree en mí. Por lo tanto, a veces rezo, pero no por mí, sino por mis enemigos. Pido a Dios que les dé paciencia, porque no voy a abandonar, pido que les dé valentía para enfrentarme de frente, y que les dé la sabiduría para apreciar lo que tienen y no envidiar a los demás.

1 comentario:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...