domingo, 24 de octubre de 2021

El origen de los monstruos


Hollywood nos ha lavado el cerebro en muchos temas. Muchas de las cosas que creemos saber sobre la historia, sobre ciencia y leyes no proviene del esfuerzo de historiadores y sabios, sino que fue inventado en oscuras habitaciones llenas de tabaco, alcohol y drogas, por ignotos guionistas ansiosos de vender un libreto a productores de Hollywood que tampoco tenían respeto alguno por la verdad. Por eso hoy quiero poner un poco de verdad sobre el origen de las historias de terror más populares del cine, como ejemplo de lo anterior. 

Drácula: A cualquiera que se le pregunte dirá que la versión moderna del vampiro fue creada por el irlandés Bram Stoker, sobre la base de un personaje histórico llamado Vlad Dracul o Vlad Tepes. El problema es que esto es solo una verdad a medias en el mejor de los casos. El verdadero Vlad Tepes,  tiene poco en común el con el vampiro de la novela. Aunque se le reconoció una extremada crueldad, nunca se le atribuyó a Vlad Dracul poderes sobrenaturales, nunca vivió en Transilvania, no fue conde y nunca tuvo un castillo. El tema de los vampiros como criaturas maléficas que succionan sangre para vivir era ya popular en Europa en el siglo XVIII. En diversos ámbitos, circulaban historias sobre casos de vampirismo, con testigos académicos y jurídicos confirmados, en varios lugares de Europa Oriental. En 1656 se registró el caso del croata Jure Grando, un campesino que, según sus familiares, salía de su tumba en las tinieblas buscando saciar su sed de sangre. Según la historia, este hombre aterrorizó a todos en su pueblo aproximadamente durante 16 años, hasta que nueve hombres lo decapitaron con un hacha y lo enterraron de nuevo. 
Sabemos que Bram Stoker conoció a Arminius Vámbéry, un intelectual procedente de Hungría, que reunía información para Inglaterra sobre esas regiones, y quien le hizo conocer el caso de un informe médico de 1732 perteneciente al ejército serbio y en el que se describía un caso de vampirismo ocurrido en una aldea llamada Medvedjia, en la que presuntamente una plaga de vampiros dirigida por un tal Arnod Paole asoló a la población hasta que se exhumó su cadáver y se le atravesó con una estaca. 
Otra inspiración fue el caso de Elisabeth Báthory, en la Hungría del siglo XVI, que creía que bañarse en la sangre de doncellas vírgenes conservaría su belleza. Con el tiempo más de seiscientas jóvenes fueron víctimas de sus sesiones de magia. 

Frankenstein: De este monstruo también sabemos que la joven Mary Shelley Wollstonecraft lo creó como una apuesta en la tranquilidad de un lago suizo. Menos conocida es la fuente de su inspiración. Por un lado está la leyenda del Golem, criatura que, según varios relatos medievales, fue creada por un rabino en Praga a partir de barro y semen humano. Incapaz de hablar y de pensar por sí mismo, sólo obedecía órdenes literales. En una ocasión, la esposa del rabino le ordenó recoger agua del río, y el Golem repitió la labor una y otra vez hasta inundar la ciudad. 
La otra inspiración, y la que le daba sustento científico a la historia, fueron los experimentos del italiano Luigi Galvani. Galvani descubrió que si colocaba elementos de cobre a las patas de una rana muerta y aplicaba una pequeña descarga eléctrica, estas se movían como si estuvieran vivas. Con el tiempo, Galvani repitió el experimento con cadáveres humanos, logrando mover sus extremidades, atribuyendo el hecho a que los seres vivos creaban su propia electricidad y eso los hacía moverse. Con el tiempo, se sostenía, se podría aplicar electricidad para crear movimientos coordinados y hacer a los cuerpos caminar y lograr hacer tareas simples. Por esta razón, en el libro de Mary Shelley, el monstruo es activado por un rayo. Este origen con alguna base científica acerca al libro más a la ciencia ficción que al terror gótico, como podrá observarse.

Los Zombies: Estos son parte del folklore de Haití, en donde no se les considera personajes de ficción, sino un riesgo real, con casos en que se reportan personas secuestradas y convertidas en zombies para realizar trabajos de agricultura. El proceso incluye sesiones de magia vudú, creación de pociones para inducir la muerte, el desentierro y la programación para realizar las tareas encomendadas. Los zombies permanecen en este estado mientras no prueben la sal, símbolo de ofrenda a los dioses. las leyendas de zombies en Haití también son diferentes a lo que nos han contado las películas. Se dice que zombies fueron parte de los ejércitos de esclavos que participaron en la independencia de Haití, y que incluso fueron utilizados por los Tonton-Macoutes, la policía política que mantuvo a Francois Duvalier y a su hijo en el poder hasta los años 80. Estoy seguro que a los que van a Rumania nadie les pedirá estar alerta a ataques de vampiros, ni en Europa se teme la aparición en un bosque del monstruo de Frankenstein, pero en Haití sí nos advertirán muy seriamente cuidarnos para no acabar cultivando la tierra como zombies.

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