martes, 13 de febrero de 2018

Lugar de citas 3


Hace mucho tiempo que no publico un post de recortes propios. Es que cuando lo hago, es signo de que la inspiración empieza a flaquear y tengo que llenar el espacio con algo, para llegar a la conclusión de que yo soy el único a quien puedo plagiar sin meterme en problemas y líos de derecho de autor. A veces, (lo he mencionado antes) me doy a leer mis propios archivos por la curiosidad de ver si mis escritos todavía funcionan. Afortunadamente la mayoría todavía son legibles. Soy un tonto que no pasa de moda, me digo. Aquí están los pedazos de textos que el cura y el barbero salvarían de la biblioteca del Quijote si los encontraran en su requisa.

I
Cuenta una antigua leyenda de la tribu Opa, que el demonio, deseoso de confundir a los hombres y alejarlos del camino recto, dijo primero a los hombres que la contemplación del propio ombligo les daría la sabiduría. Cuando los hombres se dieron cuenta de que esto no era cierto, el demonio les convenció que la forma de las nubes guardaba el secreto del saber infinito. Los hombres pasaron mucho tiempo estudiando las formas celestiales hasta que cayeron en la cuenta de que no eran más sabios que antes. El demonio aún pudo convencer al hombre una tercera vez, diciendo que el secreto de la sabiduría podía encontrarse meditando inmóvil, con los ojos cerrados y sin hablar. Los hombres lo intentaron una vez más y cayeron nuevamente en la trampa. Escarmentados, los hombres juraron no volver a creer en las palabras del demonio y lo expulsaron de la tierra. Enfadado, el demonio les envió a los hombres blancos con sus cuentas de vidrio con espejos, sus televisores a color, sus revistas llenas de publicidad y sus libros de autoayuda, para hacerlos vivir eternamente engañados.

II
Erase en un lugar de mi país un lugar al que llamaban la morada del silencio, un lugar donde no se escucha ningún ruido del mundo exterior, donde existía un silencio ensordecedor, tal que en ese lugar hablar tenía mucho de sacrilegio, todas las palabras se escuchaban deformadas y horribles, pasar mucho tiempo allí hacía que la gente empezara a tener visiones del pasado, presente y futuro, en donde muchos de los que salieron de aquel silencio perdieron la facultad del habla durante días y semanas. Los pobladores de las cercanías advierten al visitante contando las historias de aquellos que perdieron la razón después de haber pasado demasiado tiempo allí.

III
Aquel que, enojado por una tormenta que arruinó un paseo por el campo con su prometida, prometió a su amada castigar a los elementos por ese ultraje. Así que salió de la cabaña en la que se encontraba blandiendo furioso su espada contra los elementos. La pelea fue corta y desigual, pues a los pocos minutos un rayo fulminó al incauto. Los familiares, durante el entierro, calificaban el suceso como un acto de Dios, otros mencionaban el castigo que Zeus, el dios del rayo, infligía a quienes osaban retarlo. Con seguridad que si hubiera estado de moda en ese tiempo, se hubiera hablado también del karma, La verdad es que esa muerte se debió a la pura y simple estupidez.

IV
Un libro es como un camino, cuando empiezas a recorrerlo no sabes hasta dónde te ha de llevar, el camino puede ser largo, puede ser sinuoso, habrá tramos en donde te sientas cómodo o partes empinadas y difíciles, paisajes por descubrir y recodos que sólo tú serás capaz de admirar. Después de llegar al final, sabrás si el viaje valió la pena, y descubrirás que el camino es solo de ida, que el regreso es imposible, que aunque regreses al lugar de donde partiste, no volverás como el mismo que partió un día.
(La biblioteca)

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