miércoles, 26 de octubre de 2016

El refrigerador diabólico


Acerquémonos todos y guardemos silencio unos minutos, que me toca a mí contar la historia tenebrosa – dije alumbrando mi rostro con una linterna, que es como deben contarse las historias de miedo - escuchen pues, aprovechemos que estamos alrededor de esta fogata lejos de la ciudad y sus peligros.

Esta historia es sobre esos artefactos malditos, esas aberraciones mecánicas que todos tenemos en nuestros hogares, que son los refrigeradores. No, no te rías, Paco, tú menos que nadie, porque a ti el refrigerador te domina, te llama telepáticamente, te ordena que lo abras, que cojas esa lasaña, esa mermelada, te domina para que lo mantengas siempre lleno. Es que así nos dominan los refrigeradores diabólicos. Esto lo descubrí hace ya tiempo, cuando abrí una vez el congelador del refrigerador y vi las estalactitas que se habían formado, que lo hacían asemejarse a una boca abierta llena de colmillos. Fue entonces cuando comprendí también por qué tanta gente lanza alaridos estremecedores al abrir el refrigerador, y cuando entendí que los espíritus de tantas vacas, pollos, corvinas y demás que han pasado por ahí han tomado posesión y esperan el momento para tomar por asalto nuestras almas. 

Sí, Pocho, yo veo que te estás riendo porque no me crees, pero piensa en esto: todos dicen que la venganza es dulce, muchos dicen también que es un plato que se sirve frío ¿verdad? ¿Pues no es esa la definición de un helado de esos a los que te has enviciado? Y tú, Silvana, recuerda cuando tu hermana estaba a dieta ¿No pasó que en esa época veías luces extrañas en tu cocina a altas horas de la madrugada? No me cabe duda que era un caso de posesión diabólica. Incluso cuando tu hermana puso la foto de una modelo en la puerta del refrigerador ella podía escuchar la foto que le decía “Aliméntame, mira cómo estoy de flaca”. ¿Y dudas aún de lo que digo?

El frío que asociamos siempre con la muerte, ese sudor frío que recorre nuestra espalda cuando tenemos miedo ¿De dónde viene entonces? Es el refrigerador diabólico atacando.
¿Y qué guardamos en el refrigerador? ¿No son las cervezas y licores que no en vano llamamos “bebidas espirituosas”? No lo duden, el refrigerador tiene almas malignas que lo poseen.

Todos hemos escuchado historias aterradoras sobre lo que puede encontrarse dentro de un refrigerador. Una vez una amiga mía lo abrió y se encontró cara a cara con un pulpo que no dejaba de mirarla y que incluso estiró su tentáculo hacia ella para arrastrarla hasta el infierno. Hay quien jura haber sido atacado por una botella de yogurt al abrir la puerta; otros han encontrado cabezas de ternera dejadas sin duda por la mafia como un mensaje de muerte. Yo mismo encontré una vez algo que no pude identificar y que hizo lanzar un grito de terror al basurero que lo recogió del tacho a donde lo había tirado.

Y puedo hablar también de las terribles mutaciones que habitan el refrigerador, como los alimentos transgénicos, las hamburguesas inmortales y ciertos tipos de queso que cobran vida propia cuando no los vemos.

Abrir la puerta de un refrigerador diabólico es un peligro que puede perder tu alma. Tú tal vez pienses que esa puerta te lleva a un paraíso de coca colas, chorizos y pizzas, pero en realidad te lleva al infierno del colesterol del que tantas personas tratan de salir. Una vez que caigas en su embrujo, perderás tu alma inmortal.

Un gran silencio se apoderó de todo el grupo en cuanto terminé de hablar y retiré la linterna de mi cara. ¿Alguien me alcanza una cerveza del congelador, que hablar todo este rato me ha dado sed? Nadie se movió.

Esta historia me fue inspirada por una serie de tweets de Zilniya a las que hice una pequeñita colaboración, y a quien debo reconocer que más de una vez me ha dado un empujón para escribir algo con qué llenar este blog.

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