miércoles, 12 de marzo de 2014

Escritura automática


Buscando nuevas formas de escribir las tonterías que pueblan este blog, llegué al conocimiento de la escritura automática. Esta la forma de escritura en que uno se libera del pensamiento consciente y escribe libre de las ataduras de la razón. Aunque esto se parece mucho a escribir sin pensar, y la mayoría de las historias que escribo parece con las hubiera hecho con total ausencia de pensamiento, decidí probar para ver si podía escribir de esta manera algo diferente a lo que escribo siempre.

Para iniciar un proceso de escritura automática uno debe buscar un ambiente tranquilo, con música relajante, y luego simplemente dejar que los dedos recorran el teclado a su libre albedrío, logrado un estado de trance libre del pensamiento que obliga a guardar una racionalidad en la escritura, donde la escritura debe fluir libre y sin restricciones.

Intentaré hacer ese experimento. Lo haré frente al teclado, porque cuando intento hacerlo con lápiz y papel, termino dibujando cosas impublicables, no por obscenas, sino por tontas. El primer paso es entonces apagar el televisor. Felizmente la programación televisiva me brinda múltiples oportunidades de un apagado piadoso. Lo de la música espero que se refiera solamente a no poner trash metal, bueno... es mejor que nada. Ahora me siento tranquilo, me siento en paz y me siento frente al teclado. Cuando estoy a punto de empezar el mágico proceso, me interrumpen los gritos estridentes del vecino celebrando un gol que ha visto por televisión. Una rápida búsqueda en las noticias en internet, una visita al amable vecino y decirle el resultado del partido para que no me fastidie dan cuenta del pequeño inconveniente. Reinicio el proceso. 

Mis dedos recorren las teclas buscando esas palabras escondidas que formarán una nueva historia. La primera palabra en salir, obviamente, es "qwerty". No hago caso al hecho de que no hay muchas oraciones en donde pueda utilizar esta palabra. A esta primera le siguen algunas otras que estoy seguro pertenecen a un idioma arcano y poderoso: Flemicio, Aburniado, Clofimiente. Algún significado tienen que tener, después las buscaré en Google, aunque no sé si las estoy escribiendo con faltas de ortografía. Las palabras empiezan a formar frases:

Me está frebando la pundia,
La murca fresta las oblinias, he de progeciar alfarinobles.
¿Y si farrapia el dercibio al motorrear las huarbas?
Que jemefien los úrtulos al maraplar mondecilos, nublos de gornias.

 ¿Ebanas? ¡Si tú colebas y estipas cuando combas con los lientos!
¡Cuando solipias siempre me perganas con tunias y fribadas! ¿Y ahora tornias que apaces herda?
¡Lombas!

Me siento ahora el mensajero de extrañas entidades que intentan legar a la humanidad mensajes de sabiduría milenaria, secretos enterrados bajo siglos de humanidad occidental o al menos alguna receta para preparar mejor el pescado. Después de varias hojas llenas de frases semejantes a las mostradas, he decidido dejar el intento, no sea que salgan cosas que después ya no pueda controlar. La emoción me embarga. Lo he logrado. He escrito algo, no sé qué es, pero es algo que no había escrito ni pensado antes. Tal vez, a través de las nieblas del tiempo, Góngora me está saludando, o tal vez está pidiendo refuerzos para atacarme con todo su odio. A la hora de clasificar este texto, no consigo ubicarlo en alguna de las categorías usuales, no sé si me ha salido una epopeya, un hiper haiku o una nueva versión de Chilanga Banda. No concibo que la escritura automática tenga en mí resultados menores a los que obtuvo André Breton en su tiempo. Su significado, sin embargo, me es esquivo.

Necesito ahora algo que aclare mi mente, que me permita desentrañar el misterio del significado. Necesito  una opinión autorizada. Al día siguiente le muestro el resultado de este experimento a una amiga, que casualmente es psicóloga. Lo lee, me mira horrorizada y, sin mediar palabra, se aleja de mí a toda velocidad. No sé qué pensar de ello. Creo que escribiré otra vez de esta manera a ver si ahora logro dar con la traducción o por lo menos con algunas tonterías más entendibles.

2 comentarios:

  1. Suena bastante interesante como intrigante dicho metodo
    Saludos
    No sé porque me parecian un tanto conocidas las palabras que escribiste,me llevaron a un pasaje de Alicia en el Pais de las Maravillas

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    Respuestas
    1. Y yo que pensé que esas palabras iban a ser comparadas con el manuscrito de Voinisch, con los idiomas de Tolkien, o por lo menos con la poesía de Góngora.

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