Algunas personas me han preguntado últimamente
si en verdad es posible sacar un clavo con otro clavo. Claro, algunas personas
tienen un concepto de mí como una persona inteligente que sabe muchas cosas,
otras piensan simplemente que soy un tonto. De una manera u otra, todos esperan
de mí una respuesta interesante y digna de recordarse.
Ya que soy una persona meticulosa y no me
gusta decepcionar a la gente que confía en mí, he decidido investigar el tema,
consultar a renombrados especialistas en la materia y hacer pruebas
personalmente para verificar la hipótesis. Hecha pues mi investigación acerca
de esta área del conocimiento y la técnica, paso a describir los resultados en
forma de instrucciones sobre el estado del arte de sacar un clavo con otro
clavo:
Lo primero que debe hacerse, al igual que con
cualquier otra actividad, es verificar detenidamente la situación. Se debe
considerar el tipo de clavo que se quiere sacar. Los clavos de cabeza grande no
son fáciles de sacar, porque dañan mucho el material cuando se hace el esfuerzo
de sacarlos. Aunque no es imposible, se necesita de mucha técnica y esfuerzo,
si uno no tiene experiencia en el proceso, se recomienda aplicar el
procedimiento solamente a los clavos sin cabeza.
También se debe analizar el material del
clavo. Los clavos de madera están hechos de acero dúctil que resiste los
esfuerzos para sacarlo. El acero usado en los clavos de cemento, en cambio, es
muy frágil, por lo que se pueden quebrar con facilidad. Cuando se habla de
sacar un clavo con otro clavo, generalmente se asume que dicho clavo está
introducido en madera, aunque también se suelen encontrar clavos en cemento, ladrillo,
plancha de madera prensada o yeso. El material influye de manera decisiva en la
técnica a utilizar.
Como regla práctica, se utilizan las tablas de
Lobensky-Grohmann, que a partir del material del clavo y del medio embebedor
(es decir, el material sobre el cual se ha introducido el clavo), la longitud
del clavo y la longitud libre (Distancia entre el extremo embebido del clavo y
la cara exterior por la que saldrá), se obtiene el porcentaje de posibilidad de
éxito al intentar sacar un clavo con otro clavo.
De acuerdo a las tablas anteriores, se obtiene
también el tipo de clavo y del martillo con el que se debe hacer el
procedimiento. Existen en el mercado kits de martillo y clavo de acuerdo a las
características del trabajo.
Una vez hecha planificación del trabajo, se debe iniciar con el procedimiento. Es importante la precisión del golpe del clavo removedor sobre el clavo removido. La fuerza debe aplicarse en la dirección correcta sobre la cabeza del clavo para evitar en lo posible daños al material base. La fuerza de golpeo depende también del material base.
Los kits antes mencionados aseguran precisión
y efectividad en la tarea mediante un dispositivo direccionador del golpe y un
medidor de la fuerza de golpeo. Los martillos automáticos son también
utilizados, pero estos no son muy efectivos en cuanto al direccionamiento, y
son de mayor utilidad cuando el clavo removido ya está a medio camino dentro
del material base.
Al golpear un clavo con otro clavo, se debe
cuidar mucho del efecto rebote. Este es el cambio de dirección del golpe al
rebotar en la cabeza del clavo embebido que se desea remover. Si se presenta
este efecto, se corre el riesgo de que el clavo removedor se desvíe y que se
quede incrustado en el material colindante al primer clavo.
La fuerza, dirección y frecuencia de golpeo se
deben mantener constantes para sacar el clavo. Los ejecutantes inexpertos
suelen caer en el error de golpear más rápido cuando ven el extremo saliendo
por la cara opuesta de la madera, desviando la dirección de la fuerza por el
efecto rebote. Si se logra mantener las variables de golpeo, se terminará el
trabajo con éxito. Nuevamente, existen en el mercado extractores de clavos que
ayudan en esta etapa final.
Al terminar el trabajo, el clavo ha sido extraído y queda a elección del cliente el destino del clavo que fue liberado. Algunos deciden conservarlo como recuerdo, otros deciden que es mejor que sea desechado. No falta quien quiere reutilizarlo para otros usos, pero esto nunca es posible. La cabeza queda inutilizable por el esfuerzo de sacarlo.
Interesante
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