jueves, 9 de febrero de 2012

La película de mi vida

Tal vez lo soñé, tal vez lo pensé. El caso es que vi la película de mi vida con tanta claridad como en los discos de Blu-Ray, con alta definición y sonido Dolby. La película abarcaba las etapas de mi vida, desde algunas breves escenas de mi infancia, como en un flashback, para centrarse en los últimos años, sin duda para aprovechar el carisma del actor principal. Es que para interpretarme se necesita un actor taquillero, tipo Matt Damon o George Clooney. Tom Cruise simplemente no cuadra en este papel.
Claro, tiene que haber concesiones para hacer la historia más accesible al gran público, eliminando las escenas con lenguaje demasiado técnico o chistes que hacen referencia a anécdotas familiares. Aparecen personajes inventados para reforzar la historia, y que supuestamente resumen a otros que aparecieron y desaparecieron en mi vida. Hay también personajes clásicos de las películas, que al parecer siempre deben incluir un personaje cómico, el nerd, y el enemigo gratuito, sin tomar en cuenta que yo pude haber hecho cualquiera de esos personajes.
Otros personajes que no pude reconocer fueron el superior soberbio y el amor de mi vida interpretado por una bellísima actriz a quien no pude relacionar con nadie que haya conocido antes. Debe haber sido una libertad que se tomó el guionista.

Sobre el desarrollo de la trama tengo poco que decir, excepto que no recuerdo haber participado en ningún episodio que haya cambiado profundamente la historia de mi país, ni he emprendido ningún viaje alocado en busca de una quimera imposible. Al menos me agradó mucho descubrir que mi personaje en la película baila mucho mejor que yo.
La película transcurre entonces entre varios escenarios que representan mis viajes, algunas visiones de la vida en la ciudad y una moraleja aleccionadora al final sobre la importancia de perseverar en los sueños, mostrando al final el éxito, la suerte y el amor, lo cual sería bonito si sucediera exactamente igual en mi vida verdadera. Tal vez en la segunda parte, pienso.

En fin, me quedó la conclusión de que a mi vida le hacen falta adornos, golpes de guión, personajes taquilleros y alguna que otra explosión de automóvil para hacerla interesante. Después de todo, ahora las películas llevan un aviso que dice “inspirado en hechos reales”

1 comentario:

  1. "Inspirado en hechos reales", pero sólo eso. De "basado", nada. Si es que las películas ya llevan tantos adornos que la realidad empieza incluso a ser interesante.

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