domingo, 26 de julio de 2020

Que alguien me explique



Siempre se ha sabido que los tontos hacen preguntas tontas, si no lo sabré yo, que soy una autoridad sobre el tema. Pero desde hace algún tiempo, más o menos desde que me dejaron con más tiempo para pensar, estoy pensando que hay algunas cuestiones importantes para las cuales no tengo aún respuesta. Alzo entonces mi voz para exigir una explicación, alguien tiene que saber: 

Cómo es que los bancos supieron de la pandemia antes que todos nosotros y colocaron desde siempre 8 ventanillas de atención para que atiendan solo 4 de ellas, cumpliendo con el distanciamiento social. 

Cómo le hizo Bill Gates para aliarse con el gobierno chino y esparcir la pandemia, con el fin de que pronto invente su vacuna con microchip incluido, como lo afirman las teorías de conspiración. 

Qué hago ahora con la mochila de emergencia que tenía preparado desde hace mucho para el fin del mundo, que ya no se va a parecer en nada a lo que años de películas apocalípticas me habían enseñado. Qué voy a hacer ahora con los 10 libros para una isla desierta, la estaca de madera y collar de ajos, el lanzamisiles ajustado para matar zombies, y la cinta de aplausos grabados para la apoteosis final. 

Cómo es que los partidos de fútbol pueden jugarse en estadios vacíos, sin público alentando que hace la diferencia para el equipo local, y con silenciosas celebraciones de gol. Cuando encuentro un partido por TV, también quiero saber cómo hago para saber si el partido es importante si no veo tribunas llenas, y si el partido es emocionante si no escucho los rugidos de las tribunas. 

Por qué en el cine de Hollywood los actores latinos jamás hacen el papel de alguien de su verdadera nacionalidad. Por ejemplo, Antonio Banderas ha hecho de cubano, mexicano, italiano, pero nunca de español. Diego Luna nunca ha hecho de mexicano en un filme de Hollywood, Salma Hayek creo que solo lo hizo una vez en “Frida”, que produjo ella misma. Ni Penélope Cruz ni Javier Bardem han hecho de españoles, Jennifer López nunca ha hecho de portorriqueña, y así. 

Qué fué de aquellos que hasta principios de año nos hablaban con superioridad moral de estar preparados para todo lo que pudiera pasar, de aquellos que ante cualquier advertencia respondían con un “de algo hay que morirse”, de los “el universo conspira a favor tuyo”, de los "vive cada día como si fuera el último". ¿Estarán escondidos en un bunker sin acceso internet? ¿Habrán sido borrados de la faz de la tierra por un viento divino?

Finalmente, ¿Cómo hacemos ahora los románticos a los que la pandemia nos cogió sin pareja? Ahora ya no se puede caminar por la calle con la esperanza de encontrar a la media naranja soñada, ni el azar puede descubrir la belleza de una sonrisa que camina despreocupada. Los contactos por internet no son lo mismo, o tal vez yo soy del método antiguo, porque debo tener el record de no tener ninguna respuesta en Tinder, secreto celosamente oculto por tal empresa para no perder su reputación.

2 comentarios:

  1. Porque todo, hasta lo más nimio, obedece a un oscuro mundo de intereses creados. Pero es que yo soy muy incrédulo y me lo cuestiono todo, eh.

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