jueves, 16 de octubre de 2014

Pandora


Pandora seguía teniendo su caja. Al principio no había mostrado interés. Sabía que todo había pasado, que todo estaba acabado. No sabía si aún quedaba algo dentro o no, si la caja seguía vacía o todavía conservaba algo dentro. Pero poco a poco, su fortaleza fue decayendo. Veía la caja cada día, y cada día se preguntaba qué pasaría si la abriese de nuevo, que pasaría si descubriera lo que había quedado en su interior.
Algunas veces pensaba que quizá dentro hubiera grandes cosas para el mundo, grandes cosas para ella... amor, ilusión, felicidad,... miles de cosas que la harían feliz.
Pero otras, pensaba que quizá, abrir la caja solo le traería más males, la dejaría totalmente destrozada, hundida, y pidiendo a cada día una muerte que tendría tarde o temprano que llegar.
Cada día era peor. Pasaba tiempo sin verla, pero de vez en cuando, volvía a abrir ese cajón donde la caja estaba, y volvían a recorrer fantasmas su cabeza... ¿Y si la abriese? ¿Y si fuera cierto aquello que dicen? Aun podría quedar la esperanza, aun podría volver a ser todo como al principio... como tantas veces lo había soñado.
Pandora pasó noches en vela, y aun hoy las pasa, no sabiendo qué hacer, no sabiendo qué camino tomar.

Y mientras tanto, la caja sigue intacta, conteniendo el más vacío de los vacíos... o quizá esa pizca de esperanza que aun pueda rehacer la vida de esa dama.


Este pequeño relato lo encontré como uno de esos papeles tirados en la calle, de esa inmensa calle que es internet. El original está aquí: http://niebladeavallone.blogspot.com/2009/09/cuaderno-de-bitacora-esperanza.html

1 comentario:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...