lunes, 22 de septiembre de 2014

Sobre la felicidad (II)


Avísame cuando seas feliz. Necesito saber cuando llegue ese momento que no sabemos cuándo será. Es que la felicidad no se planifica, por eso es que nadie piensa “En dos años seré feliz” Nadie aceptaría tampoco una felicidad a plazo fijo, con un inicio y un final, pues la felicidad no se espera ni soporta la espera a que se acabe. La felicidad es algo que debe aceptarse cuando llega y saber aceptar cuando se pierde. Solo nos queda tratar de hacerla durar lo más posible, y conservar el recuerdo una vez que se haya ido. Porque la felicidad tiene esa cualidad, de volver siquiera por un breve momento cuando la recordamos, cuando miramos hacia atrás y pensamos “en ese tiempo fui feliz”.

Por eso te pido que me avises cuando seas feliz. Quiero verte cuando eres feliz. Porque la felicidad no es ese momento en que te tomas una foto con el celular para compartirla con todos tus contactos. Esa es solo una pobre imitación. Si algo he aprendido es que cuando uno es feliz, está demasiado ocupado siéndolo para perder el tiempo con el celular. Lo demás es el intento de hacer creer a los demás que somos felices, y para eso están llenas las páginas de las redes sociales.

La felicidad tampoco se puede describir, narrar, ver en una imagen, no se puede escuchar, no se puede atrapar, y menos de todo se puede guardar. No podemos fabricarla, pero podemos hacerla si nos lo proponemos. Y compartirla. Al contrario de las cosas banales que se compran con dinero, la felicidad es algo que crece cuando se comparte. Por eso no se puede comprar ni vender, ni alquilar, ni tampoco se puede guardar ni acumular. Qué bonito sería guardar un poco de felicidad para guardarla y usarla en un día de infelicidad. La felicidad solamente se puede vivir. Por eso quiero que me avises cuando seas feliz.

¿Y cómo sabrás cuando eres feliz? Cuando te sientas con ganas de levantarte cada mañana a disfrutar de la vida, cuando no te importe lo que digan los demás que piensan que no se puede ser feliz con todos los problemas que hay en este mundo. Cuando sientas que todo lo que has vivido hasta ahora valió la pena y ahora vale la alegría. Cuando sientas todo eso, avísame, que yo estaré esperando para ser parte de tu felicidad.

Y si no soy parte de tu felicidad, llámame, me gustaría compartirla contigo.

1 comentario:

  1. .o/ .o/ .o/ .o/ .o/

    (Y una multitud inesperada levantó sus manos).

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