Oído al pasar

- Mucho gusto, su nombre me parece conocido ¿Le conozco de alguno parte?
- No lo sé, pero el suyo también me suena de algún lado, déjeme recordar...
- Ah, ya lo sé, usted me sigue en el Facebook y yo lo sigo a usted.
- Es cierto... Y cuénteme... ¿A qué se dedica...?

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 - ¿Sabes cuál es el problema con la gente en estos tiempos? El problema es que las mujeres aún creen en los cuentos de hadas, donde la mujer pobre encuentra un príncipe, y los hombres aún creen en los videojuegos, donde la princesa se queda con un plomero.

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- Como te decía, los nombres de los animales no están todos bien puestos… Claro que hay algunos que están bien, como el chancho… Cuando alguien dice “chancho”, lo primero en que uno piensa es en uno de esos animales… En cambio, ¿Rinoceronte? ¡Qué nombre tan malo! No sé cómo le harán en el Africa, pero si viene uno de esos corriendo, en lo que te tardas en gritar ¡Rinoceronte! ya te atropelló y te dejó allí tirado…

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- ¿Estás seguro de que necesitas anteojos? Déjame verlos…
– No puedo, es demasiado peligroso. Si te los pones, verás el mundo tal como yo lo veo, y tu vida no volverá a ser igual.

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- ¿Salir con un músico? ¿Acaso estás loca? ¿No sabes en qué tipo de canción puedes acabar?

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 - ¿Lunes? No, eso de los lunes es un mito… No, el peor día de la semana es el miércoles… Los miércoles son los días en que peor la paso… Me la paso pensando en que el Domingo ya pasó hace mucho, y aún falta bastante para que llegue el próximo sábado…

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- Mira, no sé si sea verdad eso de que escuchar a Mozart hace a las personas más inteligentes, pero lo que sí me he dado cuenta es que ha vuelto a algunos más petulantes...